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viernes, 12 de julio de 2013

COMO ES LA VIDA EN EL MUNDO ASTRAL? SEGUNDO TESTIMONIO CANALIZADO

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COMO ES LA VIDA EN EL MUNDO ASTRAL? Cuáles son los cambios que tú vas a percibir cuando dejes este cuerpo físico y vayas al mundo astral?

Hoy les vamos a hablar de cómo es la Vida en el mundo espiritual y después vendrán espíritus a contarles sus experiencias de cómo llegaron al mundo espiritual, de qué se han encontrado, de sus dificultades…como las han superado, de cómo ellos han vivido lo que es la vida en el mundo espiritual.

SEGUNDO TESTIMONIO

. Describe: una mujer, cabello largo, pelo blanco. Hildegart.

La experiencia que yo os voy a contar es una experiencia que tiene que ver con mi involución. Pero como todo es lección en la evolución de la vida en la Tierra, yo tengo que estar agradecida también a esta lección, que yo recibí.

Podemos decir que mi encarnación fue la des encarnación de un suicida y cuando presa del miedo, del pánico y de la frustración, coloqué la cuerda en mi cuello, en aquél momento fue una ofuscación, una angustia, una ceguera, una oscuridad tan grande, que me sentí cayendo en un abismo, atraída por una fuerza que desconocía.

Recuerdo que perdí la conciencia; entré en un estado de pérdida de conciencia, sin saber dónde iba, hasta que desperté.

Desperté sintiendo todavía la cuerda en mi cuello y la misma angustia, el miedo y el momento que había vivido, pensando que me había liberado de la frustración del dolor y cuando desperté, veía solamente humo y oía gritos, lamentos, susurros extraños como de alimañas; estaba tumbada, cansada, mi cuerpo dolorido, confuso, sin saber dónde me encontraba.

Me levanté y me senté y en aquél momento el miedo era tan grande, tan grande el miedo y la angustia que tenía, que me paralizaba porque me era todo tan extraño, tan raro, rostros tan extraños que se me acercaban y me miraban. Yo sólo me preguntaba DONDE ESTOY? Pero me sentía tan débil y tan cansada que no podía casi moverme y una sensación de angustia, de miedo paralizante. Y me quedé presa de ese miedo no sé cuánto tiempo, hasta que oí un lamento tan fuerte, como si fuera un grito, que me causó en mi cuerpo un impacto tal, que ese grito que había escuchado no se me iba de dentro.

Comenzaba a sentir el dolor, el sufrimiento, la desesperación de ese grito y de golpe y porrazo el miedo se había transformado en desesperación- desesperación que yo no tenía y me vino con el sonido y estaba mal, sin saber qué era lo que me pasaba.

En ese atontamiento absurdo de sonidos que no sabía de dónde venían, no sé cuánto tiempo estuve; era como un sueño, que caía de cansancio y que los sonidos que escuchaba me despertaban y entraba en una sensación y en otra sin saber por qué. Salía de esa sensación, se me quitaba; una y otra vez así.

Hasta que, por fin, comencé a sentir mi interior, que quería saber dónde estaba y qué me estaba pasando y por qué estaba allí. Sólo se me ocurrió decir que, “si existe algún Dios en el Universo que se apiade de mí, yo a ese Dios le digo de corazón que me venga a ayudar, que yo no sé dónde estoy”. Y comencé a gritar “que si existe un Dios en el Universo que tenga amor y se apiade de mí, que venga; que yo le llamo desde lo profundo de mi alma”. No sé cuánto tiempo estuve repitiendo eso.

Solamente sé que cuando dije eso, entró un silencio alrededor parecía que todo el mundo estaba escuchando lo que yo decía, porque no había gritos y desde la lejanía veía ojos que me miraban y miraban atentamente, sorprendidos, porque yo estaba repitiendo esa frase constantemente, desde mi interior. No sé cuánto tiempo pude estar repitiendo eso, pero mucho.

Pero surgió de lo profundo de mí algo que llamaba, que clamaba; que clamaba que Dios, si existía, se hiciera presente, porque yo no sabía qué me estaba pasando.

Entonces fue cuando, estando yo tan absorto en aquello, una mano me tocó en el hombro y un Ser se acercó me miró a los ojos y me dijo “Dios me manda ayudarte, que tú quieres ayuda. Yo vengo a ayudarte, a liberarte del dolor. Tú quieres ayuda? Y cuando sentí a aquél ser ahí a mi lado, cuando me miró a los ojos sentí una tranquilidad

Tan grande en mi alma… Sentí un gran alivio y le dije: sí, yo quiero que me ayuden; busco a Dios porque no sé por qué estoy aquí.

Me cogieron, me pusieron en una camilla y me llevaron. Se acercó una mujer y me puso la mano sobre la frente, me miró a los ojos y me dijo: tú, de verdad, quieres encontrarte con la Luz de Dios y con el Amor de Dios? De verdad? Y solo hacía que mirarme a los ojos. Y en aquél momento, con aquélla angustia, le dije que deseaba de todo corazón liberarme como fuera, por todos los medios. Le miraba a los ojos y le decía: yo quiero liberarme, yo quiero otra vida, yo no quiero esto para mi vida. Y en ese momento que dije que sí, parece que todo se iluminó y la camilla comenzó a elevarse, a elevarse de aquélla oscuridad, donde todo era oscuro, humo. Comenzó a elevarse y elevarse para arriba, para arriba…

Tardó mucho tiempo en elevarse, aunque eran rápidos y esos seres solamente parecía que con sus mentes estaban elevándome; fueron elevándome hasta que llegué a una esfera. Esa esfera tenía una puerta abierta, grande, que ellos entraron con la camilla, entrando a una sala muy grande, donde había otras camillas. Había un Ser con una barba blanca y cabello blanco, que estaba sentado.

Cuando entré en aquélla esfera, Él se acercó a mí, me miró, me puso la mano en el lugar donde yo había colocado la cuerda y al ponerme la mano, mi angustia, mi dolor, desaparecieron; me relajé y me quedé dormida. Perdí la conciencia otra vez; mi alma descansó.

Me desperté en otro lugar; era un edificio redondo; en el centro había una fuente muy bonita y alrededor habían muchas flores; era un edificio transparente, entraba mucha luz; se escuchaba una música muy bonita. Cuando escuchaba esa música me entraba tranquilidad; era una música súper-bonita.

Yo estaba tumbada en esa camilla y había otras muchas camillas alrededor de esa fuente, en ese edificio circular.

Hay una cosa que me llamó mucho la atención y eran unas esferas de las que salían tubos y yo tenía colocado un tubo- a semejanza de los que ponen en los hospitales-; como gotero, pero era una esfera de la que salía un tubo de luz y entraba en mi corazón.

Cuando desperté, la primera sensación de mi cuerpo era que tenía un agujero por dentro. Era una sensación totalmente extraña, como si estuviera hueco, Me acuerdo que veía una persona que se movía y le decía por favor, señora, quiero que me ayude porque no me siento bien. Ella se acercó, vi que levaba una túnica blanca y al acercarse, le dije: señora, tengo una sensación muy rara, parece que mi cuerpo está vacío, como si fuera un tubo. Y entonces me dijo la señora: cuando tu cuerpo se ha desprendido físicamente del cuerpo físico, como en los accidentes, los suicidios, etc... Se ha producido un desajuste interno, vibratorio; necesitaras que restablezcamos y ordenemos todo por dentro; por eso se siente ese agujero del choque brusco de una des encarnación rápida y brusca.

Y entonces comenzó a pasar su mano por todo el centro de mi cuerpo y parecía que todo se aliviaba y se llenaba de algo, como si bebieras un vaso de agua; cuando tienes sed y bebes un vaso de agua te sientes bien ¿no? Sacias tu sed. Algo parecido sucedía cuando me ponía la mano.

Y así estuve más de una semana, tumbada, escuchando aquélla música, escuchando cánticos y a la vez platicando con diferentes personas con las que podía conversar.

Pasada esa semana ya me sentía fuerte y le pregunté, señora me puedo levantar e ir por acá? Y ella me dijo, espera. Vamos a preguntar al responsable de tu curación, si estás lista para poderte levantar.

Una mujer se acercó a mí, me puso la mano en la frente, me miró a los ojos por un tiempo- parecía como si me estuviera auscultando por dentro, como si me estuviera leyendo el pensamiento-, viendo por dentro con su mano colocada en mi frente y cuando acabó de tocarme la frente, levantó el rostro y le dijo a la señora que me cuidaba: sácala, que se bañe y camine entre las flores; que camine en medio de las plantas.

Así fue mi primera salida de aquel lugar, circular y cristalino. Esa ciudad de luz cristalina, hoy les puedo decir dónde se encuentra y se la conoce como “Las fuentes de las Luz”.

Salí al jardín; había flores, agua, árboles. Me senté al lado de muchas flores; tocaba el agua y era diferente al agua que yo recordaba cuando tocaba estando viva en la Tierra. Era un agua que la tocaba y parecía que el cuerpo la absorbía; metía la mano y es como si comenzara el agua a entrar dentro de mí y salía por la otra mano. Yo me preguntaba qué era eso de que el agua entraba dentro y salía. El cuerpo era mucho más permeable, el cuerpo absorbía líquidos, absorbía olores, absorbía sabores, absorbía sensaciones.

Llegaba cerca de una planta y me sentía envuelta en un aroma…. Esos aromas de flores; cuando sentía el aroma, el aroma comenzaba a entrar dentro de mi cuerpo; entraba dentro de mi cuerpo ese aroma. Era una cosa tan sorprendente! Y mi cuerpo desprendía ese aroma y mi cuerpo tomaba el color del aroma, como si me transformara en el aroma de la flor que yo estaba tocando.

Lo que más me sorprendió es que me senté al lado de esas flores y dije: qué bello, qué bonito, qué belleza, qué alegría, qué paz. Y entonces escuché el sonido de las flores, que desprendían un sonido parecido a una melodía. Como un sonido de campanitas, sonidos suaves. Con ese sonido, tocaba el agua y oía: holaaa… Parecía como si las flores respondieran a lo que yo pensaba.

Comencé a mirar las flores- había muchas- y cuando estaba mirando las flores, vi que en el centro de las flores había una luz. Comencé a mirar a ver qué era aquello y observé que había unos seres pequeñitos. Miré atentamente y vi que aquellos seres me decían: holaaa… sonaba así, como con un sonido diferente y suave. Y cuando a mí se me ocurrió decirles: hola, volvía a expandirse ese aroma tan fragante de las flores.

Todo en el astral se siente desde dentro; todo. Si tú sientes rabia, la rabia te contrae; si sientes amor, el amor se expande. Si sientes rabia, sientes como gran rechazo que no puedes controlar y si sientes amor sientes una gran atracción que te inunda y te lleva. Y cuando es tan bonito, tú te dejas llevar como por el agua, como por el aroma. Y cuando sientes el amor de la otra persona es como si la otra persona te estuviera tocando, estuviera cerca de ti. No existe esa división tan grande.

En ese momento de silencio, de estar sentada ahí, podía sentir de nuevo la mano que me tocaba detrás. Entonces vi a aquél ser de cabello blanco que me recibió en la esfera, cuando me llevaban en la camilla. Y me estaba mirando. Le miraba a los ojos y él me estaba mirando; le miraba a los ojos y escuchaba- parecía que no hablaba- escuchaba todo como voz en mi interior.

Y me decía: bienvenida a la Ciudad de las Fuentes de la Luz.

Estás bien? Qué quieres que te muestre de este mundo? Yo, por un momento, estando en medio de una especie de jardín, le decía, no sé dónde estoy; muéstrame.

El hizo un movimiento con las manos y ese lugar desapareció. Y aparecieron torres redondas, circulares. Aquello era grandísimo; aparecían en el horizonte. Y había una luz que sobresalía más que todas. Y una sobresalía sobre las demás. Y este ser me decía, ves aquella grande? Yo vivo en esa grande; desde ahí te he visto y he venido a visitarte. Siempre que quieras verme, me llamas y yo vendré aquí a visitarte.

Quieres saber por qué se llaman fuentes de la Luz? Dije, bueno, sí; vale.

Entonces, me dijo, mira; puso su mano, como si al poner la mano se pudiera ver debajo. Resulta que esta Ciudad estaba en el pico de una montaña. No está en la montaña, sino justamente un poco más arriba. Y sucedía que desde el corazón de esa montaña se emanaba una luz muy especial, que era como una fuente. Y me dice: tú ves esa montaña? Tú ves esas fuentes, que sale una luz y un aroma especial? Esto se llama fuente de luz por esa montaña.

Porque los primeros espíritus que crearon este lugar, crearon el lugar dentro de la montaña. Y me mostró que había como una especie de tubos que bajaban de la Ciudad hacia dentro de la montaña y que dentro de la montaña había otro recinto diferente. Y me dijo: aquí es el hospital espiritual; ahí abajo es el lugar donde preparamos a los espíritus para que puedan vivir en el hospital espiritual. Son como dos dependencias.

Entonces me mostró, me mostró y de nuevo me dijo, mira, mira mentalmente. Entonces esa montaña, debajo de la Fuente de la Luz, era una montaña que tenía nieve y me mostró como en una imagen, diciéndome, mira y habían muchas montañas llenas de nieve y muchos valles con muchos árboles. Nuevamente me dijo, observa, mira cuántos manantiales de luz hay en estas montañas.

Esta Ciudad denominada Fuentes de la Luz se encuentra en un lugar de los Pirineos, que vds. conocen y se llama “Parque Natural de Aigües Tortes”. Y añadió, este lugar fue preparado por el Universo para que fuera un lugar de Fuentes de Luz, de Vida, de Regeneración para todos los espíritus.

Había muchos tubos y una Ciudad inmensa que bajaba por todos los valles y en todos los valles había tubos y todo era un inmenso jardín de cura, de templos. Y me dijo, este lugar es uno de los lugares más sagrados que existen sobre la Tierra; es uno de los lugares más sagrados que existen en Europa. Aquí, la Fuente de la Luz, es tan maravillosa y tan fuerte, que miles y miles de espíritus se traen de todos los países de alrededor, para aquí conectarse y reconectarse con su propia luz.

Hasta otra ocasión. Yo ya acabé de explicarles. Ahora vendrá otro espíritu. Hasta pronto.

Antonio Cerdan

http://shekinahmerkaba.ning.com/

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