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Os saludo y os bendigo, queridos hijos. Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra.
Vengo a vosotros hoy, brindándoos toda mi Bendición, llevándoos todo mi Amor y asegurándoos la Felicidad Eterna, mi Amor Eterno, porque vosotros sois Amor y sois Eternos, y sois la Luz.
Hay en cada uno de vosotros, y en cada una de vosotras, una parte de lo que soy. Existe también la totalidad de lo que soy: la Reina de los Universos, la Madre del Cielo y de la Tierra.
Vosotros sois, también, eso. En vosotros, existe la totalidad de lo que soy.
Queridos hijos, me gustaría hoy, aportaros a cada uno de vosotros y a cada una de vosotras, la totalidad de lo que hay en el corazón de una madre, en el sentido más noble, en el sentido más elevado, pero en el sentido también, más encarnado y más denso.
Queridos hijos, os aporto, a través de lo que haremos juntos, mi protección, mi incuestionable Amor, la autenticidad y la humildad.
Vamos a despertar en vosotros, la realidad de lo que sois. Vamos a hacer que volteéis, totalmente, para vuestro interior, para la Fuente que vosotros sois, para el Amor que vosotros sois.
Vengo para vosotros como una madre viene para su hijo, totalmente desinteresada, unicamente por Amor, independientemente de cualquier noción filial, independientemente de cualquier noción de castigo, sino, simplemente, para participar en la apertura de corazones, en la apertura de conciencia, en la apertura de la totalidad de lo que vosotros sois.
En estos momentos cruciales de la historia de nuestro planeta, en estos momentos de revelaciones, de aperturas, de innumerables barreras, de innumerables bloqueos, los elementos constreñidores piden apenas el alejarse de vosotros, piden apenas el apartarse de lo que vosotros sois, total y realmente, y de manera infinita: un Corazón que vibra y palpita.
Vosotros sois la sangre, el cuerpo del Padre, la totalidad de lo creado. En cada uno y en cada una de vosotros hay la totalidad de los mundos, la totalidad de los universos, la totalidad de los pensamientos, la totalidad de todo, y vamos, ahora, juntos, si efectivamente queréis, mis queridos hijos, a liberar las válvulas, a liberar, totalmente, la Fuente que hay en vosotros.
Os pido, simplemente, mis queridos hijos, que me acojáis, acojedme en vuestro pecho, en vuestro Centro, en vuestra Fuente, en vuestra Unidad, en vuestra Inmortalidad, en vuestra Divinidad.
Vengo a vosotros, como vosotros venís a mi, para realizar el milagro de una sola cosa.
Vosotros sois, todos, aquí presentes, hijos de la Ley del Uno. Vosotros participáis, todos, de la Luz auténtica; vosotros participáis, todos, de un plan, de un proyecto, que es la Libertad de Conciencia, la Libertad del Alma, la Libertad de total Expresión de la Humanidad, con "h" mayúscula.
Queridos hijos, os amo y os bendigo. Voy a guardar silencio, algunos instantes, ahora, mientras mi rayos de Reina de los Cielos y de los Universos penetran en vosotros, para revelarte, en realidad, lo que eres, tú también, ya que mis rayos de Reina del Cielo y de los Universos, penetran, para revelaros, realmente, lo que vosotros sois, vosotros también.
Comenzamos esto ahora. Lo que está penetrando en vosotros es lo que os pertenece, en vosotros, de toda la Eternidad, porque es a cada uno de vosotros a quienes cabe la Gloria, el Poder y la Gracia Eterna.
Vosotros sois, todos, realmente, eso; nosotros somos, todos, realmente, eso, y contínuo. Y como contínuo, vosotros os convertís en Portadores de la Luz, Sembradores de Luz
La lámpara que se enciende es una lámpara sin fin. Irradiando y bañando con esa Luz, no hay el más mínimo lugar para el miedo, para el ego, para la pretensión de tenerlo.
Existe, simplemente, un estado del Ser, un estado de Luz, de radiación, un estado de solidez, un estado de la belleza que vosotros sois.
Por el Santísimo Triángulo, yo os consagro, a cada uno y a cada una, en la autenticidad de la Luz Una, a fin de que vosotros os volváis a la Fuente, al origen, al fin y a la totalidad de todo.
Queridos hijos, os revelo vuestra divinidad, nuestra fraternidad común, nuestra relación final, que es una relación filial y de fraternidad.
Lo que vosotros vivís, lo que sentís, en lo más íntimo de vuestro Ser, es la eclosión de la simiente.
Cada uno y cada una de vosotros está, ahora, en posesión de todos los posibles, en posesión de todos los potenciales, en posesión de sí mismo. Vosotros reencontráis la Gracia, el Poder, el Poder que es vuestro.
Yo os amo y os bendigo.
Mensaje de MARIA (IS-IS) en el sitio francés Autres Dimensiones:
http://www.autresdimensions.com/article.php?produit=1126 junio de 2005
(Publicado el 26 de junio de 2005).
Versión del francés al portugués: Célia G. via: http://leiturasdaluz.blogspot.com.br/
Texto facilitado por Creusa Mandato en el grupo Foco de Luz
Traducción: Ana María Beltrán
Vengo a vosotros hoy, brindándoos toda mi Bendición, llevándoos todo mi Amor y asegurándoos la Felicidad Eterna, mi Amor Eterno, porque vosotros sois Amor y sois Eternos, y sois la Luz.
Hay en cada uno de vosotros, y en cada una de vosotras, una parte de lo que soy. Existe también la totalidad de lo que soy: la Reina de los Universos, la Madre del Cielo y de la Tierra.
Vosotros sois, también, eso. En vosotros, existe la totalidad de lo que soy.
Queridos hijos, me gustaría hoy, aportaros a cada uno de vosotros y a cada una de vosotras, la totalidad de lo que hay en el corazón de una madre, en el sentido más noble, en el sentido más elevado, pero en el sentido también, más encarnado y más denso.
Queridos hijos, os aporto, a través de lo que haremos juntos, mi protección, mi incuestionable Amor, la autenticidad y la humildad.
Vamos a despertar en vosotros, la realidad de lo que sois. Vamos a hacer que volteéis, totalmente, para vuestro interior, para la Fuente que vosotros sois, para el Amor que vosotros sois.
Vengo para vosotros como una madre viene para su hijo, totalmente desinteresada, unicamente por Amor, independientemente de cualquier noción filial, independientemente de cualquier noción de castigo, sino, simplemente, para participar en la apertura de corazones, en la apertura de conciencia, en la apertura de la totalidad de lo que vosotros sois.
En estos momentos cruciales de la historia de nuestro planeta, en estos momentos de revelaciones, de aperturas, de innumerables barreras, de innumerables bloqueos, los elementos constreñidores piden apenas el alejarse de vosotros, piden apenas el apartarse de lo que vosotros sois, total y realmente, y de manera infinita: un Corazón que vibra y palpita.
Vosotros sois la sangre, el cuerpo del Padre, la totalidad de lo creado. En cada uno y en cada una de vosotros hay la totalidad de los mundos, la totalidad de los universos, la totalidad de los pensamientos, la totalidad de todo, y vamos, ahora, juntos, si efectivamente queréis, mis queridos hijos, a liberar las válvulas, a liberar, totalmente, la Fuente que hay en vosotros.
Os pido, simplemente, mis queridos hijos, que me acojáis, acojedme en vuestro pecho, en vuestro Centro, en vuestra Fuente, en vuestra Unidad, en vuestra Inmortalidad, en vuestra Divinidad.
Vengo a vosotros, como vosotros venís a mi, para realizar el milagro de una sola cosa.
Vosotros sois, todos, aquí presentes, hijos de la Ley del Uno. Vosotros participáis, todos, de la Luz auténtica; vosotros participáis, todos, de un plan, de un proyecto, que es la Libertad de Conciencia, la Libertad del Alma, la Libertad de total Expresión de la Humanidad, con "h" mayúscula.
Queridos hijos, os amo y os bendigo. Voy a guardar silencio, algunos instantes, ahora, mientras mi rayos de Reina de los Cielos y de los Universos penetran en vosotros, para revelarte, en realidad, lo que eres, tú también, ya que mis rayos de Reina del Cielo y de los Universos, penetran, para revelaros, realmente, lo que vosotros sois, vosotros también.
Comenzamos esto ahora. Lo que está penetrando en vosotros es lo que os pertenece, en vosotros, de toda la Eternidad, porque es a cada uno de vosotros a quienes cabe la Gloria, el Poder y la Gracia Eterna.
Vosotros sois, todos, realmente, eso; nosotros somos, todos, realmente, eso, y contínuo. Y como contínuo, vosotros os convertís en Portadores de la Luz, Sembradores de Luz
La lámpara que se enciende es una lámpara sin fin. Irradiando y bañando con esa Luz, no hay el más mínimo lugar para el miedo, para el ego, para la pretensión de tenerlo.
Existe, simplemente, un estado del Ser, un estado de Luz, de radiación, un estado de solidez, un estado de la belleza que vosotros sois.
Por el Santísimo Triángulo, yo os consagro, a cada uno y a cada una, en la autenticidad de la Luz Una, a fin de que vosotros os volváis a la Fuente, al origen, al fin y a la totalidad de todo.
Queridos hijos, os revelo vuestra divinidad, nuestra fraternidad común, nuestra relación final, que es una relación filial y de fraternidad.
Lo que vosotros vivís, lo que sentís, en lo más íntimo de vuestro Ser, es la eclosión de la simiente.
Cada uno y cada una de vosotros está, ahora, en posesión de todos los posibles, en posesión de todos los potenciales, en posesión de sí mismo. Vosotros reencontráis la Gracia, el Poder, el Poder que es vuestro.
Yo os amo y os bendigo.
Mensaje de MARIA (IS-IS) en el sitio francés Autres Dimensiones:
http://www.autresdimensions.com/article.php?produit=1126 junio de 2005
(Publicado el 26 de junio de 2005).
Versión del francés al portugués: Célia G. via: http://leiturasdaluz.blogspot.com.br/
Texto facilitado por Creusa Mandato en el grupo Foco de Luz
Traducción: Ana María Beltrán
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