Ventana externa
http://youtu.be/2AiQ4stEByo
Publicado el 20/06/2012 por eduardoduendes
EL MAESTRO
Roberto Maruri Ampuero.
El Maestro es al asombro ante el estilar de la Belleza, es sólo el Ser que se desnuda, permaneciendo en el espacio abierto, en el no-espacio y en el no-tiempo al interior-exterior del Silencio arropado por las nubes de la Nada, empapado en las verdades de la Inteligencia Pura.
El Maestro es el que comprende la Vacuidad y quién flamea la Transparencia.
Es quién entiende --no desde el mental- que es la permanencia --absoluta- del Vacío y del Silencio.
El Maestro ha comenzado a traspasar lo humano hacia la pureza de lo real. Ha comenzado a vivir más allá del Cosmos, más allá de las destrezas de lo efímero, más allá de los cauces de lo banal.
Las voces del Maestro son anónimas, Nadie habla. El Maestro no tiene Identidad ni sangra. Es la Luz del viento que recorre los sauces, un humedal de la Belleza de la Tierra, ojos de agua dulce en las cumbres de los universos, fondos de arrecifes vivos, peces acuareleados en las ondas incesantes.
La Libertad es el asombro que recorre sus venas sin deseos.
El Maestro es La Música Insondable, impregnando cada árbol y el pasto y el reflotar de los témpanos, imprimando la musicalidad de los torrentes. Es la Naturaleza la que ama. Ése es el Maestro. El Amor Imperante. En la hondura fluvial bajo las alas del águila, la vida pulsando las rocas.
Es el Azul en los piélagos. No fue fácil para el Maestro, los vientos arrasaban las islas, los otoños levantaban los amarillos.
El Maestro realizó lo improbable. Es el ser resucitado desde el Canto de los Sueños. Hoy habita en el Canto del Universo y en el Canto de la Tierra a la vez; allá navega sobre las inmersiones.
Para los puntos cardinales este ser esta muerto, en la densidad ha desaparecido. Es espectral para los ojos antiguos. Nadie lo ve en la tierra de las terrazas de piedra. Y aparece irredento en los paisajes trasparentes de una tierra nueva.
Hoy perdido en la Belleza, fundido a la Libertad.
Aquí navega en los pechos de los cisnes. (Y un día nadie le creyó). Es un viviente. Lo virtual lo disimulaba, lo hacía invisible entre sus hermanos de sangre. No estaba. Nunca estuvo en las personalidades, era una abstracción de viento en el viejo paradigma. Siempre fue la Nada. Estuvo vacío de simismo. Vacío de Yo. En el Ahora más profundo donde los canales ya no sueñan. El Maestro es una montaña de aves que navegan. No hay nubes ni acantilados ni barrancos, no hay musgos ni hongos, ni florecimientos. Es la Verdad de lo esencial. Las esencias poderosas y perpetuas. El abrazo de la nueva Madre Tierra. Es la Tierra la que canta. Es el Canto de la Belleza. Aquí está el hombre Desnudo.
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