Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez
Audio
Pregunta: ¿Dejar hacer permite llegar a
despojarse de sí mismo, lo que llamaron “dejarse limpiar y lavar”?
Sí, mientras creas y juegues el juego de mejorar, lo que sea, tu te alejas del Absoluto o, al
menos, el se aleja de ti. Porque mientras estés
sujeta a jugar contigo mismo, y a jugar con una pseudo evolución, una
pseudo comprensión, no haces más que
permanecer en la ignorancia. “Dejar hacer” es exactamente eso. Mientras estés
persuadido, o que tú te persuadas, que debes hacer esto o aquello, para
ser mejor, para ser bueno, para
ser alguien de más valor, permanecerás alguien. ¿Cómo puede ser diferente? El
Absoluto no tiene nada que ver con un alguien y sobre todo tú.
Recuerda: el Absoluto es placer total, completamente al
contrario de lo que pasa cuando tú te ocupas de ti, porque la satisfacción será
siempre efímera. El ego te pedirá siempre otra cosa, siempre.
Pregunta: En un protocolo, sentí mi corazón
embalarse. Rechacé esta manifestación diciendo que eso no pertenecía. Eso se
detuvo, pero entonces mi mental se activó. ¿Habría hecho mejor en dejar la manifestación completamente?
¿Qué es lo que se manifestó? Una modificación de tu corazón,
órgano. Más que de rechazar la manifestación o la modificación del órgano,
rechaza el órgano. Es toda la diferencia. Es
eso que permitió la manifestación o la intervención de tu propio mental.
No puede ser manifestación
alguna de lo que no existe, por lo tanto refutar una manifestación de algo que
no existe, refuerza lo que no existe. No te equivoques de objetivo. La
manifestación es un fenómeno agradable o desagradable que toma nacimiento, como
lo has dicho, en alguna parte en tu corazón. Tú has rechazado la manifestación
de esta anomalía y desapareció. El mental se basó en eso, es decir, en el
corazón, para ponerse en movimiento. Este tipo de rechazo, reforzó la ilusión
de ser este corazón que late. Tú lo has hecho volver a una normalidad, por lo
tanto tiene una existencia: no desapareció, lo que fue una alegría para el
mental. Pero eso forma parte de la experiencia. Y mientras constates que la
experiencia (cualquiera que sea) no haga más que reforzar lo que es con
experiencia, aunque este tipo de experiencia se detiene, en un momento dado,
estarás cansado de las experiencias y el Absoluto podrá ser. El corazón se
acelera, por lo tanto consideras que hay un corazón. Es difícil concebir una
aceleración de algo que no existe. La emoción no es más que la consecuencia, es
por eso que hablamos del mental, antes de hablar de la emoción. ¿Porque el
mental, se apoya en qué? En la experiencia pasada. El mental no tiene, a
priori, manifestación corporal, excepto cuando se vuelve demasiado pesado,
donde cristaliza. La emoción hace participar al cuerpo, de una forma u otra. No
puedes refutar una emoción. Puedes refutar lo que tiene una traducción de esta
emoción, en el mental, porque tú te diriges, en este caso, a una consecuencia
(en el caso de la emoción) pero no a la causa. Hay una especie de oscilación,
de paso del uno al otro, entre la emoción y el mental. A menudo, la emoción
pone en movimiento al mental. O el propio mental, cuando es suficientemente
persuasivo, puede desencadenar una emoción. Me explico: el recuerdo de un
sufrimiento, un duelo, es pues un proceso mental puesto que recurre a un
recuerdo, a una memoria o a una historia. El recuerdo puede bastar para
desencadenar la emoción. Rechazar la emoción del recuerdo, solo reforzará el
recuerdo. Es exactamente lo que pasó.
Pregunta: ¿Tener la cabeza vacía y la
impresión ya de no saber a que apegarse es una manifestación del ego que
afloja?
Es más bien una manifestación del Absoluto que se acerca,
porque, si considere que es el ego que afloja, tu consideras que el ego existe.
Y en consecuencia, tú te observas. Ahora (en cuanto a la secuencia, a las
etapas o los Estados que conducen a no vivir más etapas), el sueño, el vacío,
la impresión de ya de no tener lógica, participan innegablemente en una especie
de puesta en marcha (pero vista del exterior) hacia el Absoluto. Si tú te
vacías de ti mismo, mejor, el Absoluto puede tomar el lugar. Mientras exista la
menor parte de ti, el Absoluto no puede Ser. No hay ninguna razón para que un
espectador observe la escena, si hay una cortina y ninguna actuación. Es una
primera etapa.
Pregunta: ¿Por qué, para algunos, el sueño se
inscribe en una determinada futilidad y para otros aporta una calidad de
Abandono al Absoluto?
Porque, a cada uno: puedo darle una respuesta que se opone
diametralmente, porque me dirijo a su relativo. Y, para cada relativo,
efectivamente, hay una respuesta, que
puede ser estrictamente lo contrario,
que para otro. Porque, en cuanto hay palabras, en cuanto hay preguntas y respuestas, efectivamente, la respuesta
puede convenir o no convenir. Lo que es verdadero a tu relativo, no es
verdadero en el relativo del otro, porque hay efectivamente, desde vuestro punto
de vista, uno y otro. Aún así, este cuestionamiento, que tú te haces es
importante. Ya que te permite ver la no comprensión, o la no lógica aparente,
de una respuesta que puede ser lo opuesto para la misma pregunta. Pero la misma
pregunta no concierne a la misma persona: hay por lo tanto dos. Para algunas
personas, hacer nada, puede ilustrarse por la calidad de un sueño y en
consecuencia de la
Liberación que ocurre en ese momento. ¿Es qué durante el
sueño, uno se plantea la cuestión del
mundo? ¿O se plantea la pregunta sobre la persona? ¿O uno se plantea la
pregunta sobre alguna Realización? Por lo tanto, el sueño es Absoluto.
Simplemente, el yo no tiene ningún recuerdo, sino, el yo quedaría durmiendo
eternamente y el Absoluto tomaría todo el lugar.
La palabra futilidad no se aplica al sueño, sino a tú sueño,
en este marco preciso, y solamente en este marco, puesto que es en este marco que busco mostrarte. Como los
Ancianos y las Estrellas se lo dijeron largamente: nadie puede pasar la puerta
en vuestro lugar. Tomar conciencia que existe un teatro y todo su contenido es
esencial, como si, desde el punto de vista del ego, fuera necesario, para
finalmente desviarse del yo, crear aún más ego, más yo. La experiencia conduce
a la experiencia. Pero el exceso de experiencia va a terminar por matar la experiencia.
Pide a un niño de construir una casa con piezas de madera, si tú no le das
suficientes partes para construir, te va a decir que no puede construir la
casa.
Da al niño el número exacto de partes, y el va a construir la casa. ¿Si le das, ahora,
tres veces más partes que lo necesario, qué va a pasar? Hará una casa, o dos
casas, o tres casas. Pero da él, ahora, diez veces más partes. ¿Va a construir
diez veces la misma casa? No. Va a cansarse. Es el mismo principio exactamente
para el ego y para el Sí. El envase, el cuerpo (el cuerpo de comida como el
cuerpo de deseo), no puede contener más que él mismo. Observa incluso la
existencia del deseo, cualquiera que sea: se colma en un momento dado y tiene
necesidad de reproducirse, y el sentimiento de satisfacción se aleja cada vez
más. Así es con todo yo. Cuando tú no respondes ya al deseo, sino que tú te
haces la pregunta: “de dónde viene este deseo”, ya es un primer paso. Las
comidas del ego, cualesquiera que sean, sobre todo en el camino espiritual, van a alimentar al
ego, ese es su objetivo. Pero vendrá un momento en que, alimentado demasiado,
el ego constatará, con pérdidas y estropicio, que no avanzó una pulgada, ya que
no puede avanzar, no puede sino borrarse. Es el propio del cuerpo de deseo. Se
llena, pero hay límites y en consecuencia se vacía, y se rellena, y se vuelve a
vaciar. Después, va a pretender llenarse con otras cosas. Se llena y vuelve a
vaciarse y viene un momento en que la estupidez de esta conducta aparece
crudamente, más o menos rápidamente, según su tiempo. Pero todo deseo es hecho
para satisfacerse, pero cuando se satisface, nace otro deseo. He aquí pues la
estupidez de toda búsqueda espiritual. No hay nada que buscar. No hay nada que
encontrar. Entiende eso. Añaden sentido (o intentan encontrar del sentido) a lo
que no tiene ningún sentido, puesto que es efímero. Es lo propio del ego y el
juego de la personalidad.
Pregunta: ¿Es normal tener el deseo de pintar
un muro o hacer jardinería?
En el tengo necesidad de estar ocupado, no hay ni normalidad
ni anormalidad. Sólo hay que cambiar de mirada. No eres el que pinta. No eres
quien cultiva un huerto. Deja hacer eso. Hazlo, si eso te ocupa, si hay un
impulso. No juzgues el impulso. Es como para la emoción: tu cuerpo reclama la
comida, y tú se la das. Tu cuerpo reclama de evacuar líquidos, vas a los aseos.
Y tú no te preguntas si es normal o no. Has del mismo modo para todo lo que te
interesa, para este cuerpo o estas emociones o de este mental. Pero no eres
eso. Cambia de punto de vista. Si cultivar un huerto o pintar, implicara una
Liberación, eso se sabría. Por otra parte, eso es también una derivación del
mental. No hay pues ni que culpabilizar, ni a encontrar eso normal o anormal,
ni incluso a plantearse la cuestión de porqué. Simplemente, intenta colocarte,
inicialmente, en observador: ¿Qué es lo que
tomas de eso? Y a continuación, acepta que lo que se da (de agradable o
de satisfacción) no eres tú, más que otra cosa. Lo que se juega, allí, es
siempre teatro. Ninguna actividad de este mundo (social, espiritual, emocional)
te liberará. Generalmente por otra parte, es incluso al revés, a través del
deseo y la reproducción, o el sentido del deber o del honor, o lo que es aún
peor: la voluntad de bien, a nivel espiritual, con el sentido de una misión,
con el sentido de algo que debe realizarse que lo mantienen el ego o el Sí.
Pero, que eso se haga, o no se haga, lo más importante es asumir que no eres
nada de lo que se realiza. Se consciente que tu juegas. Ten conciencia que te
das placer. Pero que eso no es, de
ningún modo, alguna Liberación, ni incluso una Realización. Por supuesto, en
otros registros, el protagonista, el artista, va a estar convencido de llevar a
cabo un sacerdocio, una misión, un servicio. El Absoluto no tiene nada que
hacer de todo eso. Se ríe incluso de todo eso porque, mientras estén llenos de
eso, no son Absolutos. No es cuestión de detener eso, sino, como se dijo, dejar hacer, estando lúcido. Y, estando
lúcido, constatarás por ti mismo que muchas cosas cambiarán. En resumen, no es
ni normal, ni anormal.
Pregunta: Si me planteo la cuestión de:
“¿quién soy? “ experimento la sensación
de volverme vacío, mi cuerpo se pone a vibrar y es como si flotaba. ¿Qué es lo
que causa eso?
Calificaría eso, si se puede llamarlo así, de base al
Absoluto, pero incluso eso debe desaparecer. Es, se puede decir, la última construcción. Porque
efectivamente, al plantearte la cuestión de: ¿“quién soy? Desemboca
inevitablemente no sobre el Sí, sino sobre el no sí, eso que el ego va a traducir,
como el vacío, la nada, el vértigo, que es lo previo a que el Absoluto de
revele en ti. No eres este vacío. No eres tampoco lo que percibes ahí en ese
momento. Pasa del otro lado o, como ya se dijo, detrás. El Absoluto está allí.
Pregunta: ¿Qué entiende usted por: el Absoluto
esta allí, detrás?
Si quieres una precisión sobre el Absoluto, es imposible.
Detrás, es decir, dicho de otro modo: no hay teatro. Detrás es la noción de
estar como en emboscada. El Absoluto espera que tú pases. Espera que estés vacío
para Ser, pero él siempre ha estado allí, salvo para ti. Ningún relativo podría
existir sin el Absoluto. El relativo desaparece, a partir del momento en que se
sabe relativo y se acepta relativo. No es una voluntad, ni la expresión de un
deseo, es la perspicacia de la ilusión, del decorado del teatro, del actor, del
espectador y del teatro. En ese momento, la carcajada llega, tú estás listo. Lo
que estaba detrás está delante. Es decir no pueden ignorarse ya. Tú eres
Absoluto.
Pregunta: ¿Existen afinidades entre las
conciencias, en el Absoluto?
Sí, a veces en función quizá, del origen de las razas, si se
puede decir de algo que no tiene origen, pero, que sin embargo, pasó por un
lugar (que no es una memoria) sino una coloración. Recuerda que el Absoluto no
es una conciencia. La conciencia es ya una proyección. Y toda proyección
encuentra una afinidad a través de otra proyección, es decir, otra conciencia.
Como para la personalidad, también, en la conciencia, es necesario dejar hacer.
No dar más peso a eso que no lo tiene,
que está vinculado a esta famosa coloración. El Absoluto no puede ser afectado
por algún juego de la conciencia. Lo ve, pero no participa. De la misma forma
que debes ver tu ego, no para juzgarlo, sino para refutarlo. No puedes refutar lo
que no ves. No puedes refutar, sino lo que ves. Lo desconocido no puede ser
conocido. Es la única cosa que no puedes refutar, y es en ese sentido, la única
búsqueda y la única posibilidad de vivir el Absoluto. El ego podrá siempre
decirte que eso no es verdadero. Yo respondería entonces: ¿cómo puedes tú
saberlo, puesto que no lo has vivido? Es una proyección y eso no es vivirlo. El
ego sólo existe por suposición, o por pasado (experiencias pasadas).
Pregunta: ¿Qué lugar puede tener la fe en el
proceso de acceso al Absoluto?
El peor de los lugares, porque la fe es resultante de la
creencia. No existe más que una determinada forma de fe, que les ha sido
resumida por algunas Estrellas (en particular, en las intervenciones de
HILDEGARDE de BINGEN del 31 de Marzo de 2012 y 25 de Octubre de 2010). Pero
existen, es necesario decirlo, muy pocas conciencias capaces de tal fe.
Generalmente, la fe no es más que una coartada para una buena conducta.
Mientras la fe no es una experiencia, permanece una creencia. La fe puede
desembocar, para algunas conciencias, y transformarse en esta famosa, Tensión
hacia el Abandono y en consecuencia, en el Abandono del Sí, que se los
recuerdo, es también, una refutación del ego. Así pues, si la fe te conduce a
la refutación del ego, está perfecto.
Pero, generalmente, no hace más que reforzar el ego, colocándolo en una falsa
humildad y falsa simplicidad porque es exclusivamente de este mundo y no
permite en ningún caso el acceso al Absoluto. Eso sigue siendo lineal, eso se
llama la voluntad de bien, se llama las buenas acciones. La fe, generalmente,
los aleja de la autonomía, y aún más de la libertad, porque ella los obliga a
reglas. El Absoluto no puede ser limitado por ninguna regla, sobre todo
espiritual. Es un señuelo del ego.
Diría: que es una estafa camuflada. Me parece por otra
parte, que en vuestra tradición occidental, se dijo; que el que tenía fe podría
desplazar montañas, pero si no tenía el Amor, no ganaría nada. El problema, es que el ego habla
siempre de amor, él hace una reivindicación. Pero saben, quizá por haberlo
vivido, que el amor humano es condicionado y condicionante, mientras que el
Amor Vibral es, incondicionado e incondicionante. Eso fue dicho ayer por UN
AMIGO (12 de abril de 2012). El amor humano es una proyección en el ser amado,
en una búsqueda, pero no es una vivencia en sí, para sí: sin eso, eso se
llamaría la
Realización. La Liberación es
otra cosa. Hasta cierto punto, la vivencia del Amor total, más allá de
todo Sí, por la Onda
de Vida, por el Manto Azul, se acompaña, de una ausencia de focalización, de
proyección o de cualquier localización, incluso, en una forma limitada
existente. Hay, en este Amor Absoluto, incondicionado e incondicionante, lo que
llamaría una permutabilidad. Ustedes Son ustedes, y son cada uno de entre
ustedes. No es un ideal, pero es la estricta verdad de lo que se vive. La fe va
a darles la compasión. La fe va a desarrollar el sentido del servicio, de
dedicación, que es una primera etapa, pero que es relativa. No de la fe como
objetivo. Es un elemento que puede servir o no servir.
Pregunta: ¿Es la fe que me da a veces el
sentimiento de estar conectado a la Eternidad , a algo que tiene que ver con el
Absoluto?
Absolutamente no. La fe, a lo sumo, puede ser lo que acabo
de expresar: esta famosa Tensión hacia el Abandono. Pero la Tensión hacia el Abandono
no es el Absoluto. Es una impresión, como lo has dicho. Es algo que te da el
sentimiento de... Pero el Absoluto no
será nunca una impresión o un sentimiento. Considerar eso, es considerar que
existe un movimiento. El Absoluto no es un movimiento. El movimiento percibido
por la Onda de
Vida en acción no es más que, el ajuste o el reajuste del ego, o del Sí, al
Absoluto. Si puedo emplear esta expresión, el Absoluto Es, y es por tanto inmóvil. La traducción, en lo que es efímero,
es el movimiento. El sentimiento de la Eternidad no es la Eternidad : es una
emoción. Mientras exista emoción, el Absoluto no puede Ser: sigue siendo un
ideal colocado en otra parte que en ti. Va a traducirse, siempre, en la puesta
en acción y en movimiento de algo destinado, a reproducir eso. Eso se llama el
cuerpo de deseo.
Pregunta: ¿Cómo la Onda de Vida y el Manto de la Gracia pueden disolver lo
que no es, si el Absoluto está más allá de la Onda de Vida y del Manto Azul de la Gracia ?
No se dijo que nunca que el Manto Azul de la Gracia era el Absoluto. La Onda de Vida, la perciben,
obviamente. ¿Quién es que lo percibe, sino es este cuerpo, este ego o este Sí?
El Absoluto no es ninguna percepción. Por el contrario, son (como eso se dijo)
formas de testimonios que traducen, si se puede decir, una forma de acción (o
más bien de interacción) entre el Absoluto y el resto. Recuerden que no hay
posibilidad de pasaje del uno al otro, incluso
si existe, efectivamente, esta interacción. En un momento dado, es necesario ya
no existir, es necesario desaparecer, lo que quiere decir salir del parecer y
salir incluso del Ser. El Absoluto está siempre allí, pero viene a ustedes a
partir del momento en que están vacíos. Pero, para ir hacia este vacío, es
necesario construir bien algo, porque es muy difícil para el ego que no
construyó estas casas (un determinado número), de abandonarse completamente, al
Absoluto. Esto pasa por especies de etapas, una especie de concientización,
donde la conciencia parece cada vez más amplia, trayendo la no separabilidad
del Sí, a la transformación del ego hacia el Sí. Y luego, en un momento dado,
todo eso también debe abandonarse. Pero el Absoluto no será nunca el Manto Azul
de la Gracia ,
ni incluso el Sol, ni ustedes mismos. Y con todo, la conciencia del humano,
encerrada en un relativo que es este cuerpo y el cuerpo de deseo, puede vivir
la experiencia del Absoluto, porque eso no es una experiencia: es la Vida. El testimonio es lo
contrario incluso del testimonio del ego.
El ego, lo saben, calcula, reflexiona, en términos de
dualidad bien-mal, placer-desagrado, positivo-negativo. El Absoluto no es nada
de todo eso. Él es permanencia. Nada puede afectar al Absoluto. Si se afectan,
no son Absolutos. En un momento dado, deben también liberarse y todo eso, debe
aparecer y luego, desaparecer. Aparecer, como en la escena de teatro: en una
escena más iluminada, decorados más afinados, un protagonista más perspicaz y
la toma de conciencia del espectador, incluso del teatro. Lo que permitirá ser
Absoluto, cuando el teatro no exista ya. El alumbrado (que es llevado por la
percepción y la Vibración )
permite una especie de movimiento que va, alejarse del ego, para ir hacia el
Sí. Hay, realmente, un cambio en lo lineal. Este cambio de lo lineal es un
impulso que conducirá, en un momento dado, a no ser todo eso. Mientras
permanecen convencidos (de que lo vivieron, o piensan vivirlo), las Vibraciones
van hacer otra cosa de ustedes, que conducirlos al Sí, y no vivirán el Absoluto.
Deben pues, como se ha dicho, renunciar a todo poder espiritual, a toda
manifestación llamada espiritual. Es necesario ir, de la misma forma, más allá
del sonido, como lo dijo UN AMIGO, en el Yoga de la Eternidad. Este
yoga no es un yoga: es simplemente la sensatez, la lógica. Recuerden, que la
lógica del ego sólo se inscribe siempre en la acción-reacción. El Sí les
permite vivir la Acción
de gracia, la Fluidez ,
el Sincronicidad, la
Unidad. Vayan más allá. Acepten perder lo que finalmente,
nunca no se conquistó, puesto que, de todas maneras, eso será efímero. ¿Quién
puede decir lo que va a pasar a ser su kundalini, cuándo este cuerpo
desaparezca? ¿Qué va a ser la Corona Radiante del corazón, cuando no haya más
cuerpo? ¿Entienden eso?
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