Original en
francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
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AUDIO
Hermanas y Hermanos humanos en esta carne,
aquí y allí, yo soy la
Vibración que lleva KI-RIS-TI. Yo fui en mi encarnación
última, HERMANA YVONNE AIMEE DE MALESTROIT. Vengo hoy para dar testimonio
(aunque se hayan dado y expresado muchos testimonios) sobre lo que yo he
vivido. Esos testimonios no son más que una mirada externa, aunque algunos de
ellos fueran muy cercanos a mí y muy exactos. Mis Hermanas me envían hoy entre
vosotros, para testimoniar lo que hemos vivido todas nosotras, Estrellas.
Cualquiera que sea el nombre que se haya
dado a esto, nosotras hemos sido todas, las Esposas Místicas de CRISTO.
Entonces, si el nombre CRISTO os molesta, emplead lo que os importa: Buda,
Absoluto, Eternidad. Nuestras Hermanas orientales hablaban de Brahman. Todo esto,
bajo vocablos diferentes, oculta la misma Verdad que yo denominará, si os
parece bien: el Matrimonio Místico. Ese Matrimonio Místico es el fundamento
mismo de la Gracia
y el fundamento mismo y la realidad misma, de lo que procura ese Matrimonio
Místico, ese don de la Gracia
a la Gracia. Es
el Reencuentro, un Reencuentro último con vosotros mismos, más allá de toda
apariencia, más allá de toda vida, de toda suposición. Es un embelesamiento que
os transporta a lo que ningún humano que viva la personalidad puede, ni
expresar ni sentir, ni incluso aproximarse. El Matrimonio Místico es
efectivamente para nosotras, Esposas de CRISTO,
como para todo Esposo de CRISTO, lo mismo. Es un estado más allá de lo
que es denominado lo espiritual. Es un estado en que el Éxtasis es vuestra
morada por la
Eternidad. Llevándonos a pedir a muchos de nosotros, a CRISTO
o el Absoluto al que nos dirigíamos, llevarnos lo más rápido, sacarnos de la Ilusión de este mundo. Y
sin embargo, nosotras hemos obrado cada una a nuestra forma, en este mundo,
estando siempre perfectamente conscientes, a través de una de las únicas frases
que yo escribí durante mi vida: “que no haya más que un Rey de Amor y que su
Reino no es de este mundo y que su Reino es el del Absoluto, de Brahmam. De la Indecible Felicidad ,
del Indecible Éxtasis, del Amor, si lo preferís”. Pero ningún sentido humano
puede vivir o comprender este Amor. Incluso aquél de los amores más extremo
sobre la Tierra ,
no sería estrictamente nada en relación a este Amor. No hay por cierto, escala
de valor ni escala de comparación, porque esto es incomparable.
Casarse con el CRISTO, vivir el Matrimonio
Místico, es bañar cada minuto, cada aliento, (estéis en este mundo o en
bilocación, más allá) bañar del mismo Éxtasis, de la misma Onda de Felicidad
que os llena (que aniquila toda duda, toda cuestión y que en cada instante, os
recorre y transporta mucho más allá de la experiencia de los sentidos, mucho
más allá de la experiencia de la encarnación, mucho más allá de la experiencia
del Sol o de una experiencia cualquiera vivida y llevada incluso en el Êtreté).
Hoy, en esta tierra, el Manto Azul de la Gracia os invita a todos, sin excepción,
Despiertos o no Despiertos, jóvenes como maduros, enfermos o sanos, cualquiera
que sea el sexo, cualquiera que sea lo que pueda existir en vosotros. Lo
importante, si lo deseáis, es renunciar a cualquier otra cosa que lo que
representa este Matrimonio Místico.
Nosotras hemos pedido a CRISTO durante
nuestra vida, tomarnos totalmente porque sabíamos que en su seno estaba la
libertad más total, la de hacerse Él, expresar algo inefable, inexpresable,
incontable en palabras de este mundo. Solo las manifestaciones místicas de ese
Matrimonio Místico han llenado la vida de algunas de mis Hermanas o de mis
Hermanos. La verdadera Libertad no está en este mundo. La verdadera Libertad,
es ese Matrimonio Místico. Es ese que
más allá de toda duda, de todo miedo, os sumerge y os hunde en un océano de
beatitud permanente donde ningún obstáculo, ninguna guerra, ninguna contradicción
exterior puede venir a alterar lo que pasa, mucho más allá de este cuerpo. Por
cierto, este cuerpo (que es el testimonio de lo que pasa) puede, como he
demostrado durante mi vida, caer extremadamente enfermo y cada vez ser
capturado y portado por la
Gracia del Éxtasis, a vivir la transformación de esta carne,
yendo hasta hacerse (como fue el caso para mí) totalmente imperecedero, hasta
hacer bañar mi propio cuerpo en un néctar de rosa cuando fue exhumado. Esto es
Verdad, pero por supuesto, no es la finalidad porque ¿qué hacer de lo
incorruptible de esta carne? Simplemente, esta incorruptibilidad es el
testimonio de la magnificencia de esta carne transcendida y despierta al Amor,
mucho más allá, repito, de todo sentido y de toda experiencia sensorial.
Este Éxtasis místico, este Matrimonio
Místico (que es el don de la
Gracia ) está abierto a todos. No hay ningún pecado. No hay
ninguna falta que os impida realizar esto. Solo la duda, solo el miedo, solo la
creencia en un error o en un pecado, os impide precisamente vivir esto. Es pues
exactamente al revés de lo que vuestra pequeña persona, e incluso el Sí, puede
considerar. En efecto, vosotros estáis más allá de todo lo que podéis suponer e
incluso adheriros. Estáis más allá, como os han dicho los Ancianos y los
Arcángeles, más allá de la
Vibración. Estáis más allá del Fuego del Corazón, vosotros
sois lo que durante el cónclave arcangélico, MIGUEL denominó la última etapa de
las Bodas Celestiales: donde el Silencio se hace Absoluto. Porque, es en el Silencio (donde no existe ninguna proyección, ninguna
visión, ninguna anticipación, ninguna historia, ningún pasado, ningún futuro,
ningún deseo) donde se realiza lo Indecible. Ese Indecible os está
absolutamente abierto, sin ningún límite. Los únicos límites no son de orden
espiritual, cierto, y aun menos corporal. Esos límites no se sitúan más que en
el interior y siempre, de la personalidad que no se cree digna, que duda, que
sin pausa se plantea la cuestión. El Matrimonio Místico pone fin a cualquier
cuestión porque os hace vivir aquí como allí, desde toda la Eternidad , la Onda de Vida, haciéndoos
vivir en Éxtasis o en Intasis permanente (sean las que sean las circunstancias
de este cuerpo, sean los que sean vuestros pensamientos, cualesquiera que sean
vuestros reencuentros). No existe ninguna posibilidad, en este mundo como en
otros mundos, en cualquier Dimensión como en la Fuente misma, de ser sacado
de ese estado. Porque ese estado es irreversible pero, requiere salir de todos
los estados anteriores, desidentificaros de todo aquello en lo que habéis
creído, todo aquello a lo que habéis esperado, todo aquello a lo que habéis
llevado vuestra atención. El CRISTO os quiere solos. Os quiere desnudos.
El Absoluto, ese Matrimonio, solo promueve
de hecho haceros fecundar el uno en el otro. Son los júbilos, las Bodas de Luz.
Es el Reencuentro con la
Eternidad y el fin de todo lo efímero. Entonces, en ese
momento, sois totalmente libres de permanecer en este mundo o de partir, bien
que, a menudo, el Absoluto tenga necesidad de Testigos y de testimonios. Así,
cada uno (según su cultura, según lo que sea hombre o mujer en esta carne) va a
tener un destino que le es propio, coloreándole con lo que tiene ganas de
decir, pero lo que tiene ganas de decir, no es de ninguna forma, el reflejo de
la personalidad: será siempre el Absoluto el que se expresará.
Podrá tomar una connotación Crística en
Occidente. Podrá ser Krishna en Oriente. O el Absoluto. O el Brahman. O una
coloración particular que está asociada a una afinidad que permanece en la
personalidad o en las etapas de realización del Sí.
Vivir el Absoluto os aparta de todo lo que
es ilusorio, de todas vuestras creencias (sin ninguna excepción) y sobre todo
os aparta de lo que vosotros llamáis conocimientos y que os ha encerrado más
que nunca en sistemas espirituales, de creencias, de ilusiones. Vosotros no
sois nada de todo esto. El Matrimonio Místico viene a liberaros de todo lo que
no es la Onda ,
de todo lo que no es el Absoluto. Incluso si permanecéis en este cuerpo, en
estos pensamientos, no sois ni estos pensamientos, ni este cuerpo, ni lo que
actúa, porque es más bien la Onda ,
en ese momento, que ha tomado posesión de vosotros, que actúa y que es la Vida a través de vosotros.
Todos nosotros hemos vivido esta alquimia última, este Matrimonio Místico con
el CRISTO. Bien que lo hayamos experimentado y quizá vivido con algunas
tonalidades diferentes, no hemos hecho más que expresar la misma verdad.
Entonces si una de nuestras Hermanas habla del Gran Espítitu, por supuesto,
ella habla de lo mismo, porque no hay en
su marco de referencia, imagen de CRISTO. No hay vivencia en su pueblo, en su
tradición o sus encarnaciones, necesariamente de imagen de CRISTO. Y os
recuerdo que más allá de la historia incluso de aquél que yo he llamado JESÚS
(eclipsado por el CRISTO o hecho JESÚS-CRISTO él mismo). Pero mucho más allá,
el sentido sagrado de su sacrificio, el derramamiento de su sangre ha
permitido, de alguna forma, la redención colectiva de la Tierra (como os han dicho
algunas inteligencias muy anteriores a las nuestras).
Este tiempo de la Tierra está preparado desde
hace mucho tiempo, después de que aquellos que fueron llamados Gigantes
partieran de esta Tierra multidimensional y juraran, en ese momento, volver
para reparar los ultrajes de un tiempo ilusorio. Es a esto a lo que estáis
invitados. Ese Matrimonio Místico no es nada más que vuestros propios
Reencuentros, vuestra Alianza con vosotros mismos, más allá de cualquier
Ilusión, más allá de cualquier Yo, más allá de cualquier sufrimiento y de
cualquier alegría. Vivir lo Indecible
requiere estar enteramente en ese Absoluto, fundirse en Él, hacerse Él. Su
acción es la acción del Manto Azul de la Gracia , es la desaparición de toda Atracción, de
toda visión. Es la desaparición de todo lo que podía seduciros en este mundo,
incluso si os quedáis y permanecéis. No sois por tanto y necesariamente,
alguien que se retira del mundo a una gruta como los anacoretas del inicio del
cristianismo. Pero ahí donde estéis, sois el que Sois. No hay ninguna
circunstancia más penosa o más ligera. Toda circunstancia es acogida de igual
forma porque en el Matrimonio Místico, viviendo la Onda de Gracia, la Onda de Vida, sois
conscientes y totalmente lúcidos de lo que vive cada ser. Veis más allá de la
apariencia, más allá del alma. No estáis ya localizados en este cuerpo, no
estáis tampoco deslocalizados, podéis estar en todos los lugares al mismo
tiempo. Todo lo que se ha llamado los estigmas místicos se pueden manifestar.
La bilocación es para vosotros, un acto totalmente natural, sea en esta
Dimensión o en otras Dimensiones. Es decir que a través del Matrimonio Místico,
perdéis todo límite y toda limitación. Os hacéis real y concretamente el
Absoluto y el Absoluto no tiene ningún límite, ni de forma, ni de cuerpo, ni de
lo que sea. Recorréis entonces, los mundos totalmente Libres, siempre estando
conscientes y lúcidos de lo que vivís, de lo que hacéis. Pero sabéis
pertinentemente, que no sois nada de todo esto.
Así que, vivir la unión con el CRISTO, con
el Absoluto, es dar la espalda sin rechazo y sin ninguna condición, de todo lo
que es de la naturaleza de lo efímero. ¿Qué es la naturaleza de lo efímero?
Vuestro nacimiento en este mundo que se terminará ineludiblemente por una
muerte, el fin de vuestros pensamientos, el fin de este cuerpo, el fin de
vuestros afectos, de vuestros amores, de vuestros odios y sobre todo el no
retorno a la Ilusión ,
superando las leyes de acción y de reacción. Penetrando entonces, de lleno, a
la ley de Acción de Gracia, no solo por el Fuego del Corazón (que es el Testigo
de vuestro Despertar y de vuestro Desvelamiento) sino más bien, por ese
Matrimonio Místico. Vosotros traducís en vuestro vivir lo que sois en Verdad:
ese Absoluto que se pasea en total libertad, en este cuerpo como en cualquier
otro cuerpo. Con este Matrimonio Místico, podéis fusionaros con toda
conciencia, ya fuera la conciencia de una piedra o la conciencia de un sol. No
conocéis más el límite y eso os hace entender que no sois estrictamente nada en
este mundo.
Con esta condición, con esta Humildad, esta
Simplicidad última, corresponde la
Verdad del Absoluto que vosotros Sois. Yo os lo repito: el
único pecado es no ser Absoluto. No hay otro. Todo lo demás no son más que
juegos, juegos de personalidad, juegos del ego, juegos de rol, si lo preferís.
Algunos juegos son más felices que otros. Algunos lugares pueden parecer más
envidiables que otros. No es así. Todo esto no son más que juegos ilusorios.
Todo esto no son más que pretextos. Todo esto no es más que lo efímero, que
solo puede ser barrido por lo que representa la Eternidad , por lo que
representa el Absoluto y ese Matrimonio Místico con el CRISTO. El Manto Azul de
la Gracia os
invita permanentemente, a cada minuto (y no únicamente el jueves) (ndr: ver la
rúbrica “Protocolos o Acompañamientos/ Recepción del Manto Azul de la Gracia ”) a vivir esta Onda
de Vida, esta Onda de Gracia. Nada más será igual desde el instante en que
hayáis vivido la primera Onda de Éxtasis, el primer Júbilo Místico total, de
vuestros Reencuentros con vosotros mismos, en lo que sois en el Absoluto.
Entonces realizaréis lo que tenéis que
realizar en este mundo. Pero no seréis lo que realizáis. Estaréis totalmente
desapegados del fruto de vuestras acciones porque todas vuestras acciones serán
tomadas bajo la regencia, si se puede decir, del Rey del Amor (como vosotros lo
denomináis hoy), bajo la regencia de la
Onda de Vida, la
Onda de Gracia. La
Gracia , la
Acción de Gracia, os dispensa totalmente de vivir cualquier
acción y reacción. Algunas experiencias podrán ser realizadas, seguirán siendo
siempre, experiencias del Absoluto en el ámbito de lo limitado. Que paréis de
comer, que paréis de respirar, de ver, cualquiera que sea el estado de este
cuerpo, en la medida en que, no seréis en absoluto identificados con este
cuerpo, os convertiréis el Absoluto y no dependeréis de ningún límite de este
cuerpo. Esto requiere la más grande de las humildades. Esto requiere hacer
callar (en la persona, en la personalidad, en el ego, o el Sí que habéis
Despertado) toda duda, todo miedo. El Abandono, como decía el Arcángel ANAEL,
esta vez sí, es una entrega total de Sí al Absoluto. Este acto de confianza es
realmente lo que os queda por hacer.
Entonces, obviamente ¿cómo saber? No hay
que saber. Es muy simple: la Onda
de Vida recorre lo que sois, o la
Onda de Vida no está presente. Esto es totalmente
independiente, como os han dicho y repetido los Arcángeles, de cualquier rol,
de cualquier función de Ancla, de Sembrador de Luz (que es un trabajo magnífico
que muchos de vosotros habéis realizado, permitiendo precisamente este Manto
Azul de la Gracia ).
Puedo incluso decir que en ciertos casos, muchos de vosotros tuvisteis
necesidad de estar fuertemente enraizados en este mundo para enraizar la Luz. Pero hoy, la Gracia os invita a superar
este enraizamiento, a superar esos límites que vosotros os habéis creado para
ese rol y esta función porque no sois ni ese rol ni esta función. Vosotros sois
únicamente ese Absoluto.
El único pecado es dar la espalda a lo que
se os ofrece: vosotros mismos. No hay nada que hacer, no hay ningún límite de
ninguna clase. La Luz
es Inteligencia, esto ya lo sabéis, se os ha repetido en muchas ocasiones. Pero
más allá de la
Inteligencia de la
Luz , hay la Luz
que Sois vosotros, y ésta, es Inteligencia Absoluta puesto que ella, es
Absoluta. No existe ningún límite en este Absoluto. Si vivís esto, si dejáis a la Onda de Vida crecer en
vosotros y manifestarse en cada punto del cuerpo, nada podrá ser como antes.
Que estéis muertos para este mundo, que estéis vivos para este mundo, que
estéis aquí o allí, en el Sol como en cualquier ser viviente, sois también cada
ser viviente que encontráis. Esto no es una proyección, un deseo, sino la
estricta Verdad. Y por supuesto, en este estado de Absoluto, solo podéis tener
paciencia porque sois la paciencia misma. No puede existir ningún juicio,
porque sabéis que lo que podáis juzgar en ese momento, no es más que vosotros
mismos, que recae en limitación. Pero esto es imposible. Porque la Gracia mística es algo que
es, sin retorno. No puede existir el mínimo retorno atrás. No puede existir la
mínima fluctuación (función de vuestros humores, de vuestros reencuentros)
porque no estáis ya, os lo recuerdo, localizados en este cuerpo. Podéis en ese
momento, fusionar con el Sol. Podéis ir a ver a un amigo donde quiera que esté
en esta Dimensión o en otras Dimensiones, casaros con el CRISTO, pero os casáis
por supuesto, con el total del Absoluto, el conjunto de las parcelas, el total
de los fragmentos que son también tan Absolutas como vosotros, aunque lo
ignoren por el momento, porque la duda y el miedo, porque las experiencias que
han decidido realizar, les pertenecen (ellas se pertenecen todavía,
efectivamente). Ellas no han remitido todo sentido de pertenencia a este
Absoluto. Ellas no están casadas místicamente. Esa es su elección y hay que
respetarlo porque vosotros sois Libres totalmente, y esta Libertad no tiene
nada que ver con la ley del libre albedrío. Esta Libertad es saber que más allá
de todo tiempo, de todo espacio, de toda Dimensión, de toda experiencia, existe
algo que es del orden de lo Indecible, que es del orden de lo infinito, que es
del orden de lo efímero que es transfigurado, donde lo efímero no tiene ya
ningún lugar.
Este Absoluto, esta Eternidad, esta Onda de
Vida, esta Gracia mística, este Matrimonio Místico es verdaderamente a lo que
estáis llamados. Lo sois, Llamados, porque es vuestra naturaleza. No puede ser
de otra forma. Ese Absoluto siempre ha estado ahí. No está lejos de vosotros,
no está separado de vosotros. Es simplemente la parte de vosotros que se cree
separada y distante que manifiesta esta distancia y separación. Pero en
definitiva, no existe.
Entonces que elijáis (o que se os aparezca,
más allá de toda visión) una representación (ya sea de vuestro modelo
religioso, ya sea un Absoluto desnudo de toda forma), Casaos. Aceptad esta
Libertad porque es eso lo que Sois vosotros. No hay nada más que eso. No sois
más que eso y es la totalidad de lo que es la Eternidad , la totalidad
de lo que es el Absoluto. El Matrimonio Místico es algo que os va a dejar vivir
este Éxtasis permanente, este Júbilo permanente del alma y del Espíritu que son
transportados más allá de los sentidos de este cuerpo, en esta unión. Esta
unión de Libertad. Esta unión de Gracia donde nada más tiene importancia. En
efecto ¿qué es importante si no es ese Absoluto?
Entonces, todo lo demás (lo transitorio, lo
efímero), lo recorréis con bondad, con Amor porque no sois nada de todo esto.
Estáis ya más allá. Pero ese más allá no es la huída del tiempo presente, es la
instalación en el verdadero presente, el que está más allá de la presencia, más
allá de todo límite, de toda contingencia, de todo miedo, de toda duda. Lo
efímero está lleno de esto, lo sabéis. Nosotros lo hemos experimentado, todos.
Pero el día en que la
Onda Mística os atrapa, el día en que os Casáis Místicamente
¿Qué cuestión puede faltar? ¿Qué puede quedar como duda? ¿Qué puede quedar como
zona de sombra? ¿Qué puede quedar como sentido mismo de cualquier pregunta?
Vosotros sois libres, totalmente. En el Matrimonio Místico, recorréis las
Dimensiones, recorréis los cuerpos y danzáis en este cuerpo, como en todos los
cuerpos, porque sois el total de los cuerpos, sois el cuerpo místico de CRISTO,
totalmente, aunque los otros no lo sepan, aunque los otros den la espalda, por
el momento, a esta Verdad Absoluta, tenéis todos, la posibilidad de comulgar
con ellos.
Así, en esta Indecible Gracia, pueden rodar
lágrimas por el ángulo de vuestros ojos, como lo hice yo en mi vida. Esas
lágrimas no son ni de alegría, ni de tristeza. Son lágrimas de cristal y de
diamante del Absoluto, que por cierto, en mi vida se transformaron en diamantes
auténticos. Hoy conocéis todos, sin ninguna excepción, la posibilidad de ser
esta ausencia total de efímero. ¿Qué os lo impide? No hay ninguna barrera, no
hay vuelta atrás, ninguna condición. Realizad esto. Lo que os digo hoy, es
extremadamente simple. Lo que ha hecho decir a los Ancianos, como a ciertas
Estrellas, que sois el Absoluto, que sois la Totalidad. No hay
desinterés por este cuerpo, no hay desinterés por esta vida, porque aunque
estéis casados, con hijos o responsabilidades, las realizáis. Y, de todas
formas, si no se realizan ¿qué importancia tiene? La Inteligencia y la Gracia de la Luz encontrarán siempre lo que
es necesario para que el Absoluto esté presente y testimonie.
Entonces, ¿cuál es ese testimonio? No está
en el discurso o en cualquier necesidad de reconocimiento de lo que sea.
Vosotros os habéis reconocido a vosotros mismos, entonces ¿qué os importan
aquellos que no se reconocen a sí mismos? Simplemente, vosotros los habéis
reconocido. Y solo eso es importante. Porque veis en ellos lo que son, más allá
de toda visión: otra parcela de vosotros mismos, no en una adhesión a cualquier
creencia, sino en la Verdad
real, directa y total, de lo que vivís vosotros. Habéis rechazado lejos de
vosotros toda proyección llamada conocimiento. No tenéis necesidad de ninguna
teología. No tenéis necesidad de ningún modelo religioso porque lo que va a
salir de vosotros en ese momento, no puede más que traducir, sin ser coloreado
por ninguna persona, ninguna personalidad, las palabras mismas del Indecible
Absoluto.
Esta Onda mística, este Matrimonio Místico
que fluye a través de vosotros, os hace
vivir este estado más allá de cualquier estado y os permite testimoniar,
más allá de cualquier palabra, porque, ya sea una palabra, ya sea una mirada,
ya sea simplemente poner atención, sabéis (sin ninguna proyección, sin ninguna
voluntad, sin ningún deseo) que el Absoluto sois vosotros y que en este
Absoluto, el Absoluto se asimila a todo lo que sale del límite para
considerarse como Absoluto porque es lo que él es, en Verdad. He aquí a lo que
os llama el Manto Azul de la
Gracia. Os hace vivir esos instantes de olvido de sí, total.
Hay primicias, por supuesto. Son esos
momentos en que parecéis partir o dormir. Esos momentos en que Vibráis
intensamente o si no, momentos en que no hay ya, ninguna Vibración. O si no,
otros momentos, el sonido de vuestras orejas se hace más amplio haciendo como
eco, o desaparece completamente, o si no, no sabéis dónde estáis. Desde ese
instante, desde que perdéis toda referencia de lo que sois, sabed que la Onda del Éxtasis, la Onda de Vida os llama a vivir
esto.
Entonces que esto pase por el CRISTO, que
pase por una brizna de hierba, que pase por el Sol, que pase por un Hermano o
Hermana o por un conjunto de Hermanos o Hermanas, qué importancia tiene, puesto
que el resultado es siempre el mismo, es: tu eres el Absoluto. No eres más que
eso. Y en ese momento, no tenéis más que un pensamiento, que una acción, hagáis
lo que hagáis: el único pensamiento que es en lo que Sois, incluso en ese
límite que permanece en la
Tierra , es este Absoluto, este Júbilo Extático permanente que
recorre todo vuestro cuerpo. No hay nada más que esto porque sois esto. Todo lo
demás solo corresponde a lo efímero. Todo lo demás solo corresponde a las
ilusiones que se han tenido, a las experiencias. Vosotros sois la suma de todas
las experiencias, sin embargo no sois una experiencia, tampoco sois un estado.
Vosotros sois el CRISTO. Vosotros sois
KI-RIS-TI, los Hijos Ardientes del Sol. Vosotros sois la Luz. Sois la Gracia. ¿Cómo podría ser
otra cosa que esta Verdad? ¿Cómo la vida podría existir, incluso aquí en este
mundo, si no fuera alimentada por la
Verdad , sostenida por la Verdad ?
Hoy, la Gracia os llama a transportaros vosotros mismos.
Ese transporte (que es ese Matrimonio y esta Unión Mística) os lleva a la Verdad. Por eso, todo
debe ser enterrado, no como la voluntad de enterrar vuestra vida, sino de dar
la espalda (no como un retroceso, no como un rechazo) a eso efímero. No sois
este cuerpo, los Ancianos y los Arcángeles os lo han repetido desde hace
muchísimas semanas. Vosotros sois ese Manto Azul de la Gracia. No sois ni una
Estrella, no sois una Puerta, no sois este cuerpo, no sois lo que creía
evolucionar, no sois lo que creía transformarse, vosotros sois lo Absoluto, no
sois más que eso. Daos cuenta, rendíos a la Gracia porque es lo que sois. No hay nada más que
la Gracia , el
Amor. El Amor y la Luz
pero, por supuesto, no según sus acepciones encarnadas e encarnantes, sino lo
que subyace a la existencia de cualquier vida, de cualquier conciencia, de
cualquier Dimensión. Vosotros sois esto: la Gracia. Y sois el don de
la Gracia a
vosotros mismos. El único pecado es no reconocer esto. Todo lo demás solo
pertenece a lo efímero. Todo lo demás solo pertenece a las ilusiones, a los
sufrimientos, a los miedos, a las dudas, a los amores conquistados o vencidos,
que no pertenecen más que a este mundo, que a esta experiencia. Pero vosotros
estáis más allá de toda experiencia. Estáis más allá de todo estado. Vosotros
sois la Eternidad.
Vosotros sois lo Absoluto. Vosotros sois KI-RIS-TI. Vosotros
sois sin forma. Vosotros estáis más allá del “Yo soy”. Vosotros estáis más allá
de “Yo soy Uno”. Estáis más allá de Ser. Vosotros sois lo que subyace y
manifiesta la Verdad.
Vosotros sois Absolutos.
Entonces, no hagáis de mis palabras una
verdad externa o una adhesión o una creencia, sino vividla en lo más profundo
de esta carne que vive su transfiguración. Dejad que la Onda de Vida que llevan mis
palabras os llene de lo que sois, desde siempre, desde toda la Eternidad , de toda la Vida. Por supuesto,
mientras que la Onda
de Vida no os haya recorrido totalmente,
pueden existir reticencias porque esa nada, ese vacío, ese Absoluto (en
cualquier caso, según la mirada de la personalidad, de lo efímero) es tan
vasta, tan inmensa, tan improbable e imposible que ni siquiera el Sí osa
esperar, no osa vivirlo incluso. Y sin embargo, ese Absoluto que transciende
todos los Sí, todas las experiencias, todos los estados, es realmente vuestra
esencia, vuestra naturaleza. La única separación consiste en dudar de esto. El
único sufrimiento consiste en tener miedo de esto. Vosotros sois Sagrados
porque sois el Sacramento mismo, el del Matrimonio Místico, el de la Unión al Absoluto. Sumergíos
en vuestra naturaleza. Sumergíos en esta Felicidad Absoluta. El Manto Azul de la Gracia es la última
invitación para vosotros, para vivir lo que Sois, lo que nunca habéis dejado de
Ser.
Entonces, yo podría detallar de manera muy
clara, lo que he vivido. Muchas cosas se han escrito. Pero yo tengo que
testimoniar el Absoluto, de este CRISTO, de este Amor abrasador y que sin
embargo no quema. Este Amor que está lleno a cada minuto y sin embargo no
llena. Este Amor que vuelve a pedir a cada instante y que, a cada instante es
siempre más, siempre más grande, siempre más vasto, siempre más intenso. Las
palabras son débiles. Solo la
Onda de Vida puede traduciros con exactitud, lo que Es esto.
Porque eso es lo que vosotros Sois,
totalmente. He aquí lo que, como Estrella KI-RIS-TI tenía que deciros, desde mi
punto de vista, más allá de cualquier persona que yo haya encarnado. En este
principio Vibratorio KI-RIS-TI, de lo que es la Onda de Vida, ese Matrimonio Místico, no
rechacéis nada, exceptuado el límite. Rechazad todos los límites. Miradlos,
examinadlos y rechazad lejos de vosotros lo que no es la Verdad Absoluta ,
Eterna e Indestructible. Incluso lo que os parecía, en este camino espiritual,
como objeto de toda atención (el alma, sus coloraciones, sus polaridades, sus
atracciones), debe ser quemado en el Fuego del Amor. El Espíritu debe ser
entregado al Padre que no es nada más que vosotros mismos.
Así, en este momento, el Matrimonio
Místico, la Onda
de Vida, os lleva y os transporta. La transverberación viene a tomar la plaza
de la Crucifixión. La
mirada del ego (que llamaba a esto Crucifixión) se hace la mirada del Absoluto
y ahí, la transverberación hace vivir el Verbo. El Verbo es realmente hecho
carne y la carne se hace Verbo, más allá de toda carne y de todo Verbo.
Vosotros sois esto.
Entonces ¿qué más deciros? Dejad la Onda , dejad la Onda actuar porque vosotros
Sois esta Onda. Vosotros sois este Absoluto. Por supuesto, en los primeros
tiempos hay como decía nuestro Comendador (ndr: O.M. AIVANHOV), una retracción
o una retractación del alma porque el alma tiene mucho miedo de desaparecer.
Todo lo que es efímero tiene miedo de desaparecer. La única cosa que no puede
desaparecer jamás, es lo que es Eterno. Es decir más allá de aquél que juega a
observar, más allá del Testigo, más allá de aquél que dice “yo”, más allá de aquél
que vive el Sí y que vive el Samadhi, está lo Absoluto, ese Indecible Absoluto,
esta Onda de Felicidad que se hace vuestra naturaleza que nunca ha dejado de
ser. He aquí lo que es devenir ese Hijo Ardiente del Sol. No es ya ser
solamente ese brasero ardiente del Corazón, ese Amor encarnado y traspasante.
Es vivir la transverberación. Es vivir la Gracia totalmente. Esta Gracia que recorre cada
célula, cada átomo de vuestro cuerpo, cada parcela de lo ilusorio y os
transforma en Absoluto: lo que sois desde la Eternidad. He aquí
mis Hermanas y Hermanos lo que tenía que deciros.
Hermanas y Hermanos, yo terminaré entonces,
con estas palabras: KI-RIS-TI, a nivel
de las Estrellas y el Triángulo de la
Tierra , es la fecundación del Verbo en la carne. Es también la Puerta Estrecha a
la que yo estoy ligada: el punto OD, la Puerta OD. Es también lo que figura este sacro,
ese hueso sagrado, apuntado hacia abajo, que debe volverse llevándoos a volver
al buen sentido, si se puede decir, lo que es la Gracia , lo que es el
Absoluto, la única Verdad, la única Eternidad. Ese Triángulo de la Tierra , del que uno de los
Melquisedecs os ha hablado, como Melquisedec de la Tierra (ese que fue llamado
Maestro PHILIPPE DE LYON), que tanto ha explicado su alianza eterna con el
CRISTO. Ese Matrimonio Místico, del que tenía conciencia (parece extremadamente
raro, desde su nacimiento), ha hecho de él uno de los portavoces de CRISTO.
Pero todos vosotros sois los portavoces de CRISTO porque tenéis todos, en
germen y en Eternidad, esta Verdad del Verbo. Ese Verbo que es Onda de Vida, la Onda de la Gracia y ese Matrimonio
Místico.
Entonces estáis invitados a este banquete
celestial y Terrestre. Estas Bodas de Alegría y de Luz que son vuestros propios
Reencuentros. Vosotros sois el Absoluto. Vosotros sois la Paz. No hay nada que
buscar. No hay nada que descubrir. Solo hay que Ser, más allá del estar. Solo
hay que entrar en la
Eternidad.
Mis Hermanas y Hermanos, yo os propongo a
mi vez, esta Comunión en el Manto Azul de la Gracia.
… Efusión Vibratoria / Comunión…
Sois el Amor. Yo nos amo. Hasta pronto.
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