Canalización: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
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Soy MIGUEL, Príncipe y Regente de las Milicias celestiales. Bien amados Niños de la Luz, Niños del Uno, vivamos, juntos, un momento de comunión, antes de que tome palabra para completar las informaciones transmitidas por MARIA (Nde: este día, en las rúbricas “mensajes que deben leerse” y “mensajes que deben escucharse”). Todas mis bendiciones y todo el Amor de la Fuente se despliegan en vosotros.
... Efusión Vibratoria…
Bien amados Niños de la ley de uno, he aquí algunos años de su tiempo, hemos, juntos, recorrido las Bodas Celestiales y las Marchas. Realizamos una preparación de Luz, permitiendo establecer, en ustedes, una serie de elementos vividos por este cuerpo que viven y por su Conciencia que es suya. A partir de hoy, una etapa suplementaria y final se despliega en sus cuerpos y en sus Conciencias. Este proceso, nombrado, por MARIA, la Gracia de la Comunión y la Comunión de la Unidad, del Corazón del Uno al Corazón de todos, va a encontrar su expresión (en su Conciencia como en este cuerpo que habitan) por manifestaciones de tipo Fuego y de calor. Un Fuego, viniendo del Espíritu, bien más allá del Fuego del Corazón, bien más allá del Fuego de la columna del Éter. Un Fuego, bien más allá de la Corona Radiante de la cabeza, debe manifestarse, en ustedes, en los momentos de comunión, en los momentos de gracia que llaman, para ustedes, como para sus Hermanos y sus Hermanas, como para la Tierra. Este Fuego, llamado Fuego del Espíritu, o Fuego del Espíritu Santo, está en resonancia directa con la modificación de sus cielos y su sistema solar. No solamente vinculado al sol sino a una serie de modificaciones de las condiciones de propagación de la Luz, sonidos, ondas de distintas naturalezas, llegando hasta la superficie de este planeta, a causa de la penetración de la Luz y las partículas Adamantinas, a su nivel más denso, hasta el suelo de esta Tierra. Y no solamente en su atmósfera, y no solamente en el núcleo Terrestre sino, en el corazón de cada Ser, en el corazón de cada Conciencia, como en el corazón del manto de superficie de la Tierra.
Este mecanismo de Fuego, llevado y soportado por muy numerosas partículas y ondas, va a traducirse en un calentamiento de sus estructuras físicas, etéricas, astrales, mentales y causales, residiendo en su individualidad personificada. Esto se traducirá por los mecanismos térmicos (pero mucho más allá de esto y mucho más allá de lo que se ha llamado los Hogares o Coronas). Se traducirá, para su Conciencia, en accesos cada vez más netos, cada vez más precisos, a los Estados de gracia, a los Estados de Samadhi, a los Estados de comunicación relativos a las otras Conciencias, permitiéndoles vivir y experimentar la Unidad de la Conciencia, la Unidad sí y la Unidad de toda forma de conciencias, sobre este mundo incluso, aún disociado. La acción del Fuego del Espíritu, o Fuego de la Gracia, presente en y en las redes de Libertad que van a establecer en sus comuniones de Seres Despertados a Despertados, y de Despertados a no despertados, va a permitir hacer enganchar este proceso individual y de red hasta un proceso colectivo, llevando la Tierra a perfeccionar el momento dónde elegirá vivir su alumbramiento, en las condiciones óptimas de Alegría, Paz y Serenidad.
A medida que el Fuego (destinado a desplegarse en su individualidad y su Conciencia) se produzca (de manera en primer lugar discontinua y luego continua), en primer lugar en sus noches y a continuación en sus noches y sus días, eso permita establecer esta red de comunión, esta red de Ascensión, desbordando de sobra el marco de lo que se había establecido, aquí más de un año, llamado Merkabah interdimensional colectiva. Se trata del despliegue de este Merkabah, en resonancia con el despliegue del Fuego de la Gracia, viniendo del Sol central y los elementos modificando sus cielos, que permitirán, en un futuro extremadamente próximo, pasar de un estado Unitario individual a un estado Unitario colectivo y en consecuencia favorecer el momento final de la Tierra, tal como su calendario íntimo lo habrá decidido.
Lo que debe vivirse, manifestado y llamado por la Gracia (vuelto posible por la Comunión en la Unidad, del Corazón del Uno al Corazón de todos), les permitirá darles cuenta y de vivir la Comunión de los Santos, les permitirá vivir la Comunión de las almas, les permitirá vivir la Comunión de los Espíritus, en la Unidad, en la Verdad, permitiendo también a KI-RIS-TI (ya presente, para muchos de entre ustedes) revelarse a un número cada vez mayor. Permitiendo, allí también, pasar de la individualidad a la colectividad, es decir, de pasar del Despertar personal e impersonal, al Despertar colectivo de la Tierra. Durante estas fases, sus noches deberán soportarse y acogerse, ellas también, en la Gracia, cualquiera que sean las manifestaciones. Retengan y acepten que el conjunto de estas manifestaciones (fueran desagradables para su cuerpo o más agradable posible) corresponde solamente al despliegue de la Gracia y a la comunión de la Gracia, establecida en la humanidad.
Esto prescinde de explicaciones suplementarias. Se aclararon de sobra todas las bases, correspondiendo a los nuevos Cuerpos, todas las bases correspondiendo al triple Hogar, al despliegue de la Luz en los cuatro Pilares del Corazón y de los cuatro Pilares de la cabeza, (Nde: ver la rúbrica “Protocolos que deben practicarse” de nuestro lugar). Les queda, ahora, por vivir la experiencia de la Totalidad, permitiéndoles establecerse, de manera definitiva, en los cuatro Pilares. Establecerse, de manera definitiva, en la Unidad y la Gracia. A lo mejor dejarán actuar, sin cuestionamiento, A lo mejor estarán abandonados a la Luz, a lo mejor el proceso se desarrollará, para ustedes, con carácter individual, y les permitirá establecer las comuniones de Cuerpo a Cuerpo, de alma a alma, de Espíritu a Espíritu, de Conciencia a Conciencia, humana o no, en toda facilidad, en toda lógica, y en toda evidencia.
La Gracia es el Fuego del Espíritu, anunciado he aquí algún tiempo, tanto por los mensajes de la Fuente, ella misma, que por el conjunto de las enseñanzas que les hemos transmitido durante este verano que acaba de finalizar. Queda, ahora, por concientizarlo y por vivirlo, por aceptarlo, para que la Transcendencia de su Ser se vuelva total y permita entonces, en toda lucidez y de pleno acuerdo de su Conciencia, vivir el mecanismo de la Crucifixión y la Resurrección. Permitiéndoles manifestar la Totalidad del Sí, la Totalidad de la Unidad, con el fin de ya nunca estar separado de cualquier cosa, o de quienquiera.
Este proceso individual, ustedes quienes son los Sembradores de Luz y los Ancladores de Luz, deben ser llamados a vivirlo (si no es aún el caso) en los días y las noches que vienen. Retengan que no hay que preguntar al mental, que no hay que cuestionar sobre el sentido de tal o cual manifestación, puesto que el conjunto de estas manifestaciones se resume a una única palabra: estado de gracia. Este estado de gracia contribuirá a establecerles, a voluntad, en el Samadhi y en la Acción Unitaria, permitiéndoles (en todos los sectores y los distintos lados y variados de sus vidas) trabajar según el principio de la Gracia, de manifestar e irradiar la Unidad, si es que su Atención, su Intención, su Ética, su Integridad. Y sobre todo, que la UNIDAD, la HUMILDAD, la POBREZA, la SIMPLICIDAD y KI-RIS-TI estén en resonancia, en ustedes, a través de las cuatro Puertas del Corazón y de las cuatro Puertas de la cabeza.
La puesta en adecuación de la Cruz de la Redención (inscrita entre AL-OD e IM-IS) al Corazón (en los puntos KI-RIS-TI, POBREZA, HUMILDAD y SIMPLICIDAD) les permitirán entonces hacer resonar la Cruz de la Redención con la Cruz de la Resurrección. La superposición Vibratoria de este estado de gracia comunicará, en ustedes, un Despertar de la Conciencia a nada otro similar, cualquiera que sea la fase dónde estén en su desarrollo individual. El objetivo sobrepasa de sobra la Realización del Si o la Cristificación de su Ser, sino concierne a la Cristificación del Planeta o, si prefieren, la Sacralización de la Tierra, en su Totalidad, en su Unidad, en el momento en que ella lo habrá elegido.
Se realizarán entonces completamente las condiciones. Permitiéndoles decir, como lo dijo el CRISTO: “Padre, vuelvo a poner mi Espíritu entre tus manos”. Permitiéndoles vivir, entonces, con carácter individual (y colectivo, posteriormente) la Gracia de la Unidad, la Gracia de la multidimensionalidad y el acceso, Total y Libre, al Êtreté. No les quedará ya a ustedes, de este lado o del lado de la Unidad, que acompañar a sus Hermanos y a sus Hermanas en la subida de la Tierra en su Dimensión Sagrada, para que se establezca, para la Eternidad, el reino del Uno, el reino de la Gracia, el reino de la Verdad y la Unidad.
Bien amadas Semillas de Estrellas, el Llamamiento que hago, esta noche, consiste en aceptar la Espada de Fuego, transportada por la Conciencia CRISTO - MIGUEL, viniendo a perforar la Puerta Estrecha, llamada el punto OD (o POBREZA o VÍA de la INFANCIA) perforando, al mismo tiempo, el punto ER del pecho, con la ayuda de MÉTATRON perforando la puerta KI-RIS-TI. Permitiéndoles entonces vivir la apertura completa del Corazón, con el fin de penetrar los campos de la Gracia, no en el sentido de la experiencia única sino en el establecimiento de su Conciencia en los campos de la Gracia perpetua. Esto se les abre este día a partir de este día. Incluso si no lo concientizan a partir de este día, eso se desplegará, sea en algunos, en ustedes, como a nivel colectivo, en un tiempo extremadamente reducido.
He aquí el contenido de mi Anuncio de este momento. Si existe, en ustedes, interrogaciones con relación a eso y exclusivamente con relación a eso, me ocasionará un placer de aportar los procedimientos suplementarios o complementarios.
No tenemos cuestionamiento, les agradecemos.
Bien amados Niños de la Luz, bien amadas Semillas de Estrellas, bien amados Portadores de la Gracia y Difusores de la Gracia, les damos Gracia, nosotros, Arcángeles y yo mismo, MIGUEL, Arcángel, a su Presencia, a su Unidad, al despliegue de la Gracia y al despliegue del Fuego del Espíritu, en su Espíritu, de su Conciencia. Que la Unidad se restablezca, para siempre, sobre este mundo y sobre este Universo, para que nunca más la sombra pueda existir y pueda persistir. De acuerdo con la ley de Uno, MIGUEL (que es mi nombre), Príncipe y Regente de las Milicias celestiales, dígnense aceptar el Sello de mi Gracia, en su Corazón.
... Efusión Vibratoria…
Soy MIGUEL, Príncipe y Regente de las Milicias celestiales. Les saludo con el Amor. Hasta pronto.
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