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jueves, 21 de julio de 2011

GEMA GALGANI 12 de Julio 2011 con audio


Original en francés
Canalizado por: Jean Luc Ayoun 
Transcripción: Véronique Loriot
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com

Para escuchar el audio haz clic aquí

Yo soy Gema Galgani. Hermanos y Hermanas, que la Paz del Cristo esté en ustedes. El conjunto de mis Hermanas me pidió expresarme sobre la Unidad: Unidad del Corazón, Unidad del ego. Intenten entender, más allá de las palabras que voy a pronunciar, la Esencia que está detrás, permitiéndoles acercarse a la Unidad del Corazón y vivirlo. Recuerden que mis palabras se inscriben en una etapa particular de la humanidad hoy encarnada, por lo que se refiere a la llegada del Cristo. En este sentido, estas palabras se adaptan perfectamente a esta época y no, por ejemplo, a la época en que yo estaba encarnada. Entonces la Unidad que es la Vibración de la Luz blanca de mi propia Presencia, como se los hice vivir viniendo entre ustedes por medio de este canal y también en los espacios de Luz que les propuse.

La Unidad del ego, que hasta el presente, unos y otros les habíamos opuesto, la Dualidad a la Unidad, la Unidad del ego es esa que llega a insertarse en esta Dualidad y a equilibrar en ella una serie de impulsos y de impulsiones contrarios, permitiéndole encontrar un equilibrio precario. Este equilibrio es precario porque permanentemente el ego vive en la Dualidad, en la oposición del Bien y del Mal, en la confrontación del Bien y el Mal, haciendo que a cada movimiento, a cada encuentro, a cada confrontación, la personalidad tenga que ajustarse y adaptarse hacia un ideal. Entonces, por supuesto, existen ideales que se construyeron en esta Matriz y que muchos han seguido según el tiempo en que vivieron, según las creencias, según una serie de elementos que eran vividos por cada uno en la época en que estaba. En esta Dualidad, fue necesario encontrar los medios de equilibrarse, con el fin de vivir una forma de paz que estaba siempre sostenía por este equilibrio precario. La Unidad del ego puede así expresarse, como eso se dijo, yo creo, en la Ética, la Integridad, el Aquí y Ahora, es decir que en algunos sistemas de creencias, un individuo va a construir los valores de su vida, dejando ver, exteriormente, un ser perfectamente moral, perfectamente integrado, perfectamente justo, cuya visión es justa y que no ofrece desbordamiento en un sentido o en otro. Efectivamente, algunos modelos falsificados, que sean religiosos o filosóficos, permitieron a muchos seres realizar, este objetivo. Este objetivo va pues a traducirse en un equilibrio de fuerzas antagónicas, haciendo que la persona consiga establecerse en una especie de tiempo presente donde la paz puede no obstante existir y donde no obstante su vida puede desarrollarse según una serie de criterios espirituales, morales o filosóficos que se inscriben en un determinado equilibrio. Esto ha sido el caso en todas las culturas. Algunas culturas desarrollaron incluso este equilibrio particular de manera más importante que otros en algunas corrientes filosóficas, de pensamiento o de vida. Así se expresó, durante un determinado tiempo, una forma de equilibrio, aportando, hasta cierto punto, una respuesta a la propia existencia y en consecuencia un sentimiento de bienestar justificado precisamente por este equilibrio mantenido de manera dinámica.

La Unidad del Corazón ahora no tiene ya nada que ver con todo eso, porque la Unidad del Corazón, es realizar el Cristo, convertirse en el Cristo. Volverse esta Luz, esta Unidad donde todo lo que se había concebido hasta ahora como factor de equilibrio, va a volar en resplandor. Algunos de entre ustedes por otra parte fueron llamados por la Luz, en forma de impulsión del alma a vivir conmociones y reversiones importantes en los distintos sectores de su vida, llevándolos hoy a encontrarse, de alguna manera, como desnudos y descardados, para vivir lo que debe vivirse. Quiero expresar, que yo porto la Vibración de la Unidad, porque en mi última encarnación, a pesar de lo que podría llamar, según las reglas sociales; mi juventud yo nací, como podría decirlo; así. Es decir, en ningún momento estuve cortada de la Unidad. Entonces la Unidad del ego me era completamente desconocida y nunca pudo construirse a la edad normal. No hice más que ampliar, a medida de mi encarnación, sin quererlo y bien a pesar mío, este Abandono a la Luz que me hizo revestir el estatus de esposa del Cristo y la Luz blanca en totalidad.

Entonces, en la Unidad del Corazón, del que puedo hablar por haberlo vivido y no simplemente creado o recreado en una proyección de lo que fuera, yo puedo decir que la Unidad del Corazón es un estado donde no existe ninguna tensión entre dos extremos ya que la Unidad del Corazón es la Unidad más allá de la Dualidad, más allá de toda transcendencia y todo rebasamiento. La Unidad del Corazón es un estado que se reconoce por sí mismo, diría, porque todo es Luz. Están a la vez en este mundo y al mismo tiempo en el otro mundo, teniendo Conciencia de los dos. Y es por otra parte eso que puso fin de manera anticipada, según los criterios humanos, a mi vida, muy joven ya que es muy difícil, y era muy difícil, llevar la Unidad, enteramente, manteniendo al mismo tiempo una estructura llamada carbonosa en el mundo de la Dualidad. Hoy las circunstancias son diferentes, porque, desde hace algún tiempo, la Vibración del Espíritu-Santo y las Vibraciones tri-Unitarias se despliegan en este mundo, permitiéndoles estabilizar en ustedes algunos Estados, de vivir algunas experiencias trayéndoles, poco a poco o de manera fulminante para algunos, a vivir pues esta Unidad en el Corazón y no más en el ego.

La Unidad del Corazón no viene absolutamente a contrariar la Unidad del ego, las reglas sociales, las normas establecidas, sino ella viene, se alguna manera, a trascenderlas, magnificarlas, haciéndoles vivir, un tiempo en este mundo, no estando en este mundo en proyección, sino en Verdad.  Así cuando el Cristo recorría, durante su ministerio público, y que él afirmaba por todas partes que no era de este mundo, y que ustedes no eran de este mundo, vivía por supuesto el adumbramiento total de la Presencia Crística en ese cuerpo que fue Jesús, permitiéndole manifestar entonces la totalidad de los carismas del Espíritu-Santo, la totalidad del descenso del Espíritu, llevándolo a ver claramente el conjunto de lo visto, con los ojos de la carne y el ojo del Corazón.

Es a esto que, se llama a la mayoría de entre ustedes, es decir; no a rechazar las normas éticas y morales, las reglas sociales sino, bien más, a elevarlas a otro estado Vibratorio, allí donde éstas no tienen más el mismo impacto, donde éstas no vendrán ya a pedirles establecer un equilibrio, porque, ustedes mismos, se vuelven el equilibrio de la Unidad del Corazón. En la Unidad del Corazón, estarán más próximos a vuestro Abandono a la Luz, más lo vivan, más vivirán y comprenderán que no hay ninguna inquietud a vivir y a manifestar, ninguna incertidumbre a vivir, ninguna proyección que deba manifestarse con relación al mañana, con relación al dinero, con relación a todo lo que puede existir en este mundo. Eso se llama la ruptura total de los apegos arquetípicos ya que es a este nivel, y solamente a este nivel, en este estado de consciencia, que se vive, enteramente, el estado Turiya, dónde nada más puede venir a afectarles a nivel real Vibratorio, a nivel real de la Conciencia ya que no están más sometidos, estando presentes, a las leyes de este mundo. Están ante todo presentes en ustedes mismos, en vuestra Unidad.

Este Abandono a la Luz realiza esta Unidad del Corazón, permitiendo entonces, hacer volar en resplandor todas las limitaciones, todos los condicionamientos y todos las ataduras vinculados a la historia personal misma, que sea de esta vida o de vidas pasadas. Mientras esta Puerta Última de la Crucifixión no se vive, sigue habiendo, para todo ser humano, formas de apegos a su propio personaje, a sus propias ideas, incluso liberando algunos pesos, incluso elevándose Vibratoriamente, le quedará siempre este momento último de renuncia dónde deben poner vuestro Espíritu entre las manos del Padre, o Cristo que viene a pedirles desposarlos. Allí no ven ningún compromiso sino, realmente, la Verdad, la Alegría de la Unidad, que les permite, entonces de extraerse, totalmente, estando presente de este mundo.

No es rechazando el mundo que uno se extrae de él. No es luchando contra la Dualidad que uno se extrae de la Dualidad. Es, simplemente, accediendo a la Unidad, elevando nuestra  Conciencia, Vibrando la Conciencia en las esferas de la Unidad, es que la Unidad se despliega. Efectivamente, en ahí que, la Ética y la Integridad, el Aquí y Ahora, el Hic y Nunc, no son más palabras, no son más condicionamientos o conductas morales y sociales sino son la Verdad de lo que manifiestan ya que no puede ser de otra manera. Entonces, se despliega en ustedes la potencia del Verbo. Se despliega también en ustedes la Luz Metatrónica, el Verbo Creativo y el Amor en sentido Vibral, realizado por el develamiento en ustedes de los tres Arcángeles: METATRON, URIEL y ANAEL, preparando, la llegada del Cristo, lo que se llamó su segunda venida, tal como debe realizarse en el tiempo que viven. Este tiempo no se inscribe en años sino en algunas semanas, para la mayoría de ustedes.

Comprendan que ahí no son ustedes quienes dirigen, tampoco las reglas sociales que van a seguir, que no es ustedes quienes dirigen vuestra vida para conducirla a tal lugar, dónde con tal persona... sino que la propia Luz los lleva para decidir, por ustedes en vuestro lugar; ya que vuestro lugar no está ya en este mundo, esto es exactamente lo que debe ser la manifestación de la Luz. En ese momento, ya no son más Portadores de Luz pero se convierten, en Verdad, en la Luz misma, lo que es profundamente diferente. Ya que, mientras lleven la Luz, el ego esté aún presente, incluso en una forma de Unidad, donde perciben esta Luz, y donde comienzan a hacerla suya. Pero, no se convirtieron enteramente en la Luz mientras no hayan rendido vuestro cuerpo y vuestra alma al Padre, mientras no hayan vuelto vuestro Espíritu hacia La Fuente, mientras no hayan realizado eso.

Es esa exactamente la etapa que están viviendo, esta Crucifixión terminal dónde, como uno del Ancianos se los dijo, la sociedad llamada de consumo debe consumirse, enteramente, para dejar el lugar al renacimiento, al despegue del Fénix y a la Presencia de la Luz, no simplemente como algo que está presente pero que es, realmente, la totalidad de lo que ustedes son, la totalidad de la nueva vida. Esto no es un proceso que se adquiere por la lucha, esto no es un proceso que se adquiere por alguna  investigación, esto no es algo que se busca en otra parte, es algo que se establece en este tiempo, de manera muy natural, a partir del momento en que aceptan salir de todos los marcos de referencia, de todos los papeles, de todas las funciones.

Cuando aceptan, como decía el Maestro Philippe de Lyon, de no ser estrictamente ya nada en este mundo, entonces pueden portar el Todo en el seno de este mundo, y no antes. Mientras existe una reivindicación del ego o una apropiación del ego, incluso de la Luz, no pueden convertirse en la Luz. En ese momento, vuestra Conciencia oscilará y pasará, a vuestra manera, en la Conciencia Turiya, perdiendo entonces todas las compartimentaciones tal como se las describieron, desplegando en totalidad la Luz Vibral, haciéndoles descubrir la Alegría no la del ego Unificado en un equilibrio precario, sino realmente, de la Presencia que se convierte ella misma en Presencia. En ese momento se habrán integrado y convertido ustedes mismos en la Luz, totalmente. La manifestarán en totalidad, y vuestra palabra en este mundo, no será palabra vana, sino que vuestra palabra se convertirá en la Verdad del Verbo porque en ese momento lo que sale de vuestra boca no es ya el aliento de la muerte, la división y el ego, sino el aliento de vida animado por el Arcángel Uriel. Se les resucita pues en Espíritu y vuestra palabra misma no es ya la palabra sino la manifestación del Verbo que se hizo carne, retornando al Espíritu.

Todo eso, es exactamente lo que está pasando, con más o menos facilidad, más o menos resistencia, en cada Conciencia sobre esta Tierra. Y no hablo solamente, de los que ya despertaron o de los que se despiertan, yo hablo de la totalidad de la humanidad. Por supuesto, eso no se realizará de la misma forma y de la misma manera, diría, para cada Conciencia ya que algunas Conciencias serán capaces, por este Abandono, por esta Aceptación de ya no ser nada, de convertirse en todo y de llevar ese todo en este mundo, antes de desaparecer de este mundo, con el fin de nacer realmente en la Verdad. Vivir la Unidad no puede hacerse, diría, a medias. Vivir la Unidad del Corazón pide una exclusividad hasta cierto punto y les pide vivir, enteramente, el Cristo, de vivir totalmente la Luz blanca, de extraerse de todas los velos y de todas las Ilusiones concernientes incluso a la creencia, de lo que sea de este mundo. Ustedes están en el momento más tramposo de cualquier juego, que sea el de otro como el vuestro, incluso, si no tienen ya ninguna pretensión sobre este mundo, sobre nadie y por lo tanto están presentes a vuestra propia Presencia y en Cristo, enteramente.

Por supuesto, en ese momento, el conjunto del cuerpo de carne se transfigura. El Vive, realmente, como eso fue llamado por los Ancianos; su Eterización. Es decir va a vivir fenómenos de percepciones que vuestra conciencia va a percibir. Recuerden que es ahí que ven más allá de la carne que animan ya que comprenden que no son esta carne, ya que asumen y viven que son el conjunto de la Creación, y que no hay de otro. Que el que está frente a ustedes en realidad, no es más que una parcela de ustedes mismos que aún no se reintegró en su propia Unidad. No hay pues nada que rechazar. No hay  nada que evitar. La Luz es aceptación total. No está en estrategias de defensa, no está en estrategias de ofensa, está en estrategias de Verdad donde sólo se expresa el Verbo. Es entonces, ustedes penetran, de plano y en pleno Espíritu, en el Espíritu de Verdad. Entonces, en ese momento, ya no son afectados por las contingencias de la Dualidad. Salen de la Unidad del ego, así sea el más equilibrado. El ego se disuelve, enteramente, permitiéndoles pasar a ser, Aquí, vuestra propia Presencia, el Cristo acogido en la Verdad y en la Unidad. Se convierten en la Unidad, se convierten en la Verdad. La Alegría les invade, no siendo en función de ningún acontecimiento exterior. Los acontecimientos exteriores se viven como algo que forma parte integrante del conjunto de la Conciencia. Más nada está separado, más nada está dividido. Es imposible, en este estado, ver a la menor Sombra, disociar la menor cosa de lo que ustedes están pasando a ser o de lo que ya pasaron a ser.

Es a eso que viene a llamarlos MÉTATRON. Es a eso que vienen a llamarles los tres Arcángeles de la Revelación Final y es a eso que viene a llamarlos el Cristo, a vivir esta Unidad, a seguirlo, en Verdad, es decir, a seguir, a ustedes mismos, sobre los pasos del Espíritu y no los pasos de la carne o el alma, sino los pasos de la carne y el alma transfigurados, enteramente, por la Vibración de la Unidad, de la Luz Vibral y del Amor Vibral. En ese momento, pueden decir como él: “mí y mi Padre sumos Uno”. El momento en que son el conjunto de lo creado. No es una visión del Espíritu ni una proyección sino una realidad Vibratoria vivida en la propia Conciencia. Es ahí, que la Vibración se convierte en Silencio. El Fuego del Corazón va a poder apagarse. Todos los Sonidos y todas las Vibraciones exteriores van a poder apagarse y, en ese momento, penetran la inmensidad que está fuera de este tiempo, que comprende todos los tiempos. Es ahí que ustedes mismos pasan a ser, la Luz blanca, que es vuestra naturaleza ya que es vuestra Esencia, es vuestro devenir, es vuestra herencia. Eso deben todos, sin excepción, manifestarlo.

Por supuesto, una serie de miedos, una serie de elementos situados dentro de la Unidad del ego, representando los apegos llamados últimos o Arquetípicos, atados por ejemplo a vuestra rectitud, a vuestra propia perfección, a vuestro propio sentido del Bien, a vuestra propia religión, vuestros propios condicionamientos que los han llevado allí donde están. Eso es necesario trascenderlo. Incluso si es necesario aceptar que la Luz lo disuelva eso, completamente, para ser la Luz. Ustedes no pueden ser la Luz y ser cualquier Sombra, en el juego de la Sombra y de la Luz. Es a eso que se les llama. Ustedes deben responder con el Corazón o de otra manera.  Todo eso no son palabras que les digo simplemente, sino son, sobre todo, Estados que deben vibrarse dentro de vuestro Corazón y a vivirlo totalmente si se abandonan a él. Abandonarse a la Luz es convertirse en la Luz. Abandonarse a Cristo es devenir el Cristo. Abandonarse a La Fuente, es volverse la Fuente y eso es posible en este fin de los tiempos, aquí mismo. Pero recuerdan que el Fuego del ego puede a veces sorprenderles. En ese momento, pueden recaer bajo la influencia de la Unidad del ego, con sus pretensiones, con sus necesidades de comprensión, con sus necesidades de justificación, sus necesidades de Amor que son totalmente lógicas en la Dualidad pero que no tienen más sentido en vuestra propia Presencia Unitaria, porque ahí pasan a ser lo que quieran, es decir; son la totalidad. No existe ya ninguna separación. ¿Entonces no estando ya separados, por qué reivindicar alguna cosa? ¿Por qué querer mostrar o demostrar lo que sea ? Tienen exactamente que Ser, a aceptar este estado de ser y a vivir vuestro Samadhi conduciéndoles, de manera ineludible e inexorable, al Maha Samadhi. Es el momento en que reconstruirán el Templo en tres días, el Templo del Espíritu que será construido, en totalidad.

Es a eso que serán llamados. Es a eso que María los llamará, una vez la revelación del Cristo realizado y eso, hay que vivirlo en la Conciencia y en la Unidad, no en la Unidad del ego sino en el Fuego del Corazón inicialmente, que establecerá, en ustedes, esta Unidad del Espíritu, por el Fuego del Espíritu, el Fuego de la Tierra y el Fuego del Éter, poniendo fin al juego del Fuego del ego allí dónde penetrarán los Reinos de la Eternidad, que es vuestro Reino. Entonces es necesario hacer vuestras las palabras del Cristo: “nadie puede conocerme si no renace de nuevo. Nadie puede penetrar el Reino de los Cielos si no vuelve a ser como un niño, virgen, limpio de toda herida, limpio de toda identificación, limpio de toda proyección y de todo pasado, nuevo, y desnudo”. Es entonces que se vive la Resurrección y es a eso que son llamados.

He aquí algunas palabras que tenía a vibrarles. No iré más lejos en la descripción ni en la Vibración pero permanezco no obstante con ustedes un momento para, si me es posible, intentar responderles, siempre por este método Vibratorio; vuestras preguntas. Entonces Hermanos y Hermanas aún en este cuerpo, los escucho.

No tenemos preguntas. ¿Les sería posible permanecer aún un poco, en simple Presencia Vibratoria para que puedan experimentarse más detenidamente estos espacios?
Hermanos y Hermanas, respondo entonces con una gran solicitud a vuestra petición. Entonces, juntos, vamos re-acoger, por tres veces, la Presencia y el Cristo.

... Efusión Vibratoria…

Y por tercera vez, yo les digo hasta pronto, ahora.
En la Paz del Cristo.

... Efusión Vibratoria…


Traducción: Hedyn Núñez.

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