"Una vez más, con relación a eso, no hay que, como lo decía Hermano K, someterse sino acoger un acontecimiento, cualquiera que sea, vivido en la personalidad, como un elemento viniendo a estimularles en cuanto al acceso de su Corazón. Aunque este acontecimiento pueda parecerles insuperable, inicialmente, lo que es insuperable se sitúa, de manera formal, solamente en el ego, pero ciertamente no en el Espíritu. Entonces, la Simplicidad consiste, en ese momento, en aceptar un acontecimiento y en dejarle desarrollarse. Sepan también que las acciones, que se realizan en la personalidad, durante este período, van a conducirles a un conjunto de consecuencias que podrán parecerles cada vez más complicadas, mientras que, precisamente, el establecimiento, en la Unidad, se manifiesta siempre, en su vida, por elementos de simplificación y simplicidad."
Original en francés.
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
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Soy Sri Aurobindo. Hermanos y Hermanas encarnados, reciban todos mis saludos. Vengo a ustedes, hoy, como Melquizedec del Aire, a hablarles del Triángulo elemental del agua y, por eso, de su pilar correspondiente en el cuerpo, que es pues la Simplicidad. Elegí ilustrar esta Simplicidad a través de una expresión que llamé: “cuando la vida fluye desde la fuente”. La Simplicidad está vinculada al establecimiento, en las cualidades del alma, de un proceso dinámico haciendo que el alma ya no se vuelva hacia la vida de la personalidad pero hacia la vida del Espíritu, es decir, de la Unidad. En ese momento, en este mecanismo (permitiendo establecer un alma vuelta hacia la totalidad del Espíritu), se realiza una serie de elementos que van a concientizarse, manifestarse en su vida por mecanismos diferentes de los que regulan la vida en la personalidad. En ese momento, una serie de elementos van a establecerse. Estos elementos se llaman, en primer lugar, los mecanismos de sincronicidad, los mecanismos pudiendo ser llamado, por eso, la Gracia y los mecanismos, finalmente, consiguiendo una forma de fluidez particular, llamada la Fluidez de la Unidad y permitiendo a la vida, a su vida, desarrollarse sin resistencia (y sobre zonas que llamaría de menor resistencia), con facilidad, con simplicidad.
El ser humano tiene por práctica, en todas las gestiones de la personalidad, de implicar acciones. Estas acciones no son, como lo saben todos, siempre fáciles. Es necesario, en efecto, ganarse la vida. Es necesario, en efecto, ganar el afecto de sus prójimos, o ejercer su autoridad parental o profesional. Entonces, la vida en la personalidad, como se lo dijo Hermano K, presenta una serie de normas, una serie de leyes, llamadas acción-reacción. Los mecanismos del alma, cuando estos mecanismos conducen al alma a dejarse, hasta cierto punto, empaparse por la energía del Espíritu, van a cambiar completamente el desarrollo de la vida. Eso quiere decir que en ese momento, cualquiera que haya sido, antes, su vida (en el seno mismo, hablo, de su vida ordinaria), muchas cosas van a transformarse.
La primera de las cosas que va a aparecer a ustedes (es que lo que les parecía, antes, difícil a obtener) y va a manifestarse, en su vida, de manera más evidente, más simple, sin lucha y sin resistencia, otros, en el occidente, llamarían eso, más fácilmente, la Divina providencia. Basta con expresar no un anhelo o un deseo sino con pensar, por ejemplo, en la situación de vida que sería buena para ustedes, para que esta situación de vida se presente por sí misma, sin que haya que buscarla, sin que haya que luchar para obtenerla. La simplicidad forma innegablemente parte de este proceso. Lo que significa, como corolario, que si su vida manifiesta los elementos que les parecen extremadamente duros, o eso puede significar que ustedes aún no vivieron esta Simplicidad y esta Reversión del alma, o si su vida es aún dura se debe a que los mecanismos que instalan la Fluidez de la Unidad no están aún plenamente activos.
No obstante, conviene aceptar que, cualesquiera que sean los elementos de su vida, en la personalidad, a medida que el alma se desvíe de la personalidad y se deje infundir por el Espíritu, entonces, en ese momento, su mirada (misma Interior) sobre los acontecimientos de su vida, va a cambiar. Las circunstancias de esta vida van a cambiar pero, por eso, la forma en que comprenden una problemática, cualquiera que sea, va a convertirse en profundamente diferente. Eso quiere decir, por ejemplo, que ante una problemática que existiría desde hace mucho tiempo, esta no va a presentar más el mismo impacto en su Conciencia. Algunas situaciones, en efecto, no pueden transformarse, a causa de la implicación de su vida, en un elemento, que sea por ejemplo parental, educativo u otro. Entonces, en ese momento, la vida va a simplificarles también las cosas, volviendo este peso (en cualquier caso, vivido como tal, en su vida) mucho más fácil a vivir, haciendo que la vida fluya de la fuente y que su Conciencia, no pudiendo modificar un elemento que no puede desaparecer de su vida, va a encontrarse considerablemente aligerada (desde el punto de vista de su Conciencia y las implicaciones en cuanto a su Conciencia).
De una manera como otra, la Simplicidad es la característica incluso de la vida establecida en la Unidad. Todo se vuelve extremadamente simple, porque la Conciencia pasa a ser, ella misma, simple pero porque también, las circunstancias de la vida de la personalidad van a tender a simplificarse ellas-mismas, por la inteligencia de la Luz. Entonces, en este estado particular que la humanidad vive, todo está hecho para prepararles a esta Unidad, se hace todo para facilitarles la tarea aunque, inicialmente, algo que pueda aparecer como profundamente desestabilizante (que eso esté en su cuerpo, en su medio ambiente) va, posteriormente, a aparecer en toda su inteligencia, que es, en realidad, la Inteligencia de la Luz. Ser simple, es también, recuerden (aunque algunas circunstancias pueden parecer, bajo el ojo de la personalidad, como difíciles), aceptar que en definitiva, desembocarán necesariamente en una simplificación en cuanto al ojo de su Conciencia y en cuanto al vivir de su Conciencia, con relación a este acontecimiento (cualquiera que sea el sector que se refiere en su vida).
Entonces, estamos allí, por eso, en un proceso que, en occidente, se llamó la fe o la confianza. No pueden, efectivamente, tener la fe en la Luz y querer actuar, por ustedes mismos, contra lo que la Luz establece para ustedes. Porque en ese momento, van a ponerse en falso y van a alejarse del principio de Simplicidad (el Pilar de la Simplicidad) y van a alejarse del momento presente. Toda situación que se les presenta, cualquiera que sea, en este tiempo particular, es innegablemente la acción de la Luz, aunque no lo perciban en el momento en que lo viven. Es necesario pues tener la Humildad y la Simplicidad de aceptar el acontecimiento que se les propone, sabiendo que a largo plazo, contribuirá a permitirles y a facilitarles el acceso con el Encuentro con el Cristo.
Así pues, no renieguen nunca, durante este período, contra lo que puede parecerles pesado o contrario, a priori, a esto que llamarían la Unidad o la Simplicidad. Si, ustedes mismos, se vuelven simples, con relación a un acontecimiento que les aparece como complejo, constatarán, en este Pilar particular de la Simplicidad (que está también, yo se los recuerdo, en la cabeza, vinculado al Triángulo elemental del Agua), ustedes descubrirán entonces que viviendo en este momento presente del Ahora, todo se aclara y que no hay más de posibilidad, para la personalidad, de interferir con relación a lo que se manifiesta.
Una vez más, con relación a eso, no hay que, como lo decía Hermano K, someterse sino acoger un acontecimiento, cualquiera que sea, vivido en la personalidad, como un elemento viniendo a estimularles en cuanto al acceso de su Corazón. Aunque este acontecimiento pueda parecerles insuperable, inicialmente, lo que es insuperable se sitúa, de manera formal, solamente en el ego, pero ciertamente no en el Espíritu. Entonces, la Simplicidad consiste, en ese momento, en aceptar un acontecimiento y en dejarle desarrollarse. Sepan también que las acciones, que se realizan en la personalidad, durante este período, van a conducirles a un conjunto de consecuencias que podrán parecerles cada vez más complicadas, mientras que, precisamente, el establecimiento, en la Unidad, se manifiesta siempre, en su vida, por elementos de simplificación y simplicidad.
Entiendan que la ley de Atracción, la ley de gracia, el principio de similitud, que va a hacerles vivir, muy exactamente, lo que es necesario para establecerles en la Simplicidad. Y el elemento que va a presentárseles (que eso se refiere a una persona o a una situación, cualquiera que sea) va necesariamente a desembocar en ese momento, si lo aceptan, directamente sobre un mecanismo de simplificación de su vida, que contribuye a establecer la Simplicidad y a establecer el Pilar de la Simplicidad. Sólo en ese momento es que podrán comprobar, por ustedes mismos, que la vida, su vida, fluye de la fuente y que esta vida, fluyendo de la fuente, no tienen ya nada que ver, ni pueden presentar cualquier aspereza, con lo que va a presentarles la vida, en su conjunto, a nivel colectivo, es decir, en la sociedad, de las condiciones físicas de vida y las condiciones cósmicas de vida sobre la Tierra, para las semanas que vienen. La Simplicidad va a contribuir, hasta cierto punto, a favorecer su expansión, en el Abandono a la Luz, va, hasta cierto punto, favorecer el establecimiento de esta Simplicidad del Corazón y a contribuir, hasta cierto punto, al establecimiento del Fuego del Corazón. Sólo a través de su capacidad, hasta cierto punto, para demostrar su Unidad y la aceptación de los Pilares de la Unidad, que la Unidad podrá instalarse. Así pues, la simplificación y la Simplicidad participan, de manera innegable, en el establecimiento en su propia Unidad, permitiendo entonces el paso de la Puerta Estrecha y, al impulso Cristo posterior, de penetrar en su pecho.
La Simplicidad es, difícil a veces, extremadamente, para la personalidad, a concebir, integrar y a manifestar. En efecto, se acostumbra a la personalidad, desde el primer día, en esta encarnación, a manifestar una serie de acciones-reacciones. Desde los primeros gestos en la cuna del niño, como llorar para tener que comer, hay, a partir de las primeras tomas de respiración, en este mundo, la instalación de esta famosa ley llamada acción-reacción, que corresponde a su prisión y, como se los dijo Hermano K, ustedes no puede transcenderla mientras no lo hayan aceptado, enteramente.
La Humildad fue uno de los elementos que se les desarrolló. El elemento que está completamente asociado y complementario es, por supuesto, la Simplicidad. Entonces, la mejor manera para su personalidad de aceptar esta Simplicidad es, ya, ir hacia una forma de simplificación de su vida y de aceptar (y de entender) que si algo no les aparece como fluido y fácil, entonces necesariamente, es la personalidad que actúa, y no él Sí o la Unidad, en ustedes. Todo lo que es del orden de la Unidad va a simplificar su vida y va a ponerles en esta fluidez de la Unidad donde el conjunto de los acontecimientos van a desarrollarse bajo la acción de la Gracia y no bajo la influencia de la acción-reacción. A menudo, se les ha dicho no desear nada, efectivamente, porque la que desea es la personalidad. Por el contrario, si hicieron confianza y si tienen un acceso a esta confianza, por el Abandono, de su personalidad, a este Êtreté, entonces, en ese momento, las circunstancias para la simplificación de su vida, para la acción de la Divina providencia y la acción de gracia, para que todo lo que es necesario para el establecimiento de su Conciencia, en esta Unidad, incluso, que es el Sí, esté realizada. De no ser así, van a encontrarse enfrentados, de manera sistemática, a oposiciones y confrontaciones, a veces cada vez más intensos, durante este período particular que es, como ya se sabe, un período de yuxtaposición y confrontación entre la Ley de la Dualidad (acción-reacción) y la Ley de la Unidad (o acción de gracia). Y estos dos principios pretenden, de una manera como otra, consciente o no, establecer, en ustedes, su superioridad.
La personalidad, por lo tanto, observa, de manera muy consciente, lo que se juega. Lo que es propuesto por la personalidad formará parte todavía del ámbito de lo difícil, del ámbito de lo no realizable, o del ámbito de lo conflictual. Mientras que lo que establecido, en la Unidad, por la ley de la acción de gracia, será siempre fácil, extremadamente fácil y extremadamente gratificante, en el sentido del alma y el Espíritu. Lo que es al revés exactamente, cuando viven, efectivamente, una frustración de la personalidad cuando, por ejemplo, se ha programado un acontecimiento o un encuentro, o cualquier otro acontecimiento de la vida ordinaria. Si este acontecimiento de la vida ordinaria no se realiza, eso quiere decir simplemente que no está de acuerdo con la ley de la Unidad, la ley de gracia y la Fluidez de la Unidad.
Eso quiere decir, simplemente, que están ante un deseo de la personalidad. Así pues, algunos seres van, por ejemplo, a experimentar los impulsos del alma o el Espíritu para cambiar de lugar. Esto es un impulso, real, del Espíritu que puede, incluso en este tiempo extremadamente reducido, realizarse para ustedes (tomo un ejemplo, yo se lo recuerdo, que no es la Verdad, ciertamente, para todo el mundo). Entonces, en ese momento, la vida, la Divina providencia, la fluidez de la Unidad, va a ponerles en la realización de este objetivo, sin que haya cualquier esfuerzo para proporcionar. Por el contrario, si este impulso viene de usted, en un deseo de la personalidad, la ley de Fluidez va a oponerse, enteramente, por la acción misma de su Espíritu, en el alma, para que se realice este cambio (o este traslado, en este caso, en el ejemplo del que les hablo).
Conviene pues estar perfectamente lúcido y, hasta cierto punto, como eso se les dijo, ser un perfecto observador de las circunstancias mismas de su vida actualmente, porque la Luz les habla, ya sea que sepan reconocerla o no. Como se lo dijimos, la Luz Adamantina está cada vez más presente, su Inteligencia se hace cada vez más sentir, viniendo a poner, hasta cierto punto, un término a los comportamientos vinculados a la Ilusión y a todo lo que está vinculado a la acción-reacción. Esto se juega, por supuesto, en la humanidad, en las sociedades, en todos los sistemas construidos por el humano y, obviamente, dentro de su propia vida. Es a ustedes, por lo tanto, que corresponde ver claramente, con relación a esta Simplicidad que propone la Inteligencia de la Luz. Entonces, por supuesto, si se colocan en los Cuatro Pilares, ustedes constatarán, por ustedes mismos, que el conjunto de los acontecimientos que van a desarrollarse (que eso se refiere a su vida, en sus distintos sectores) va a hacerse según el principio de la Inteligencia de la Luz. Pero como se lo dijo el Arcángel Anaël, desde hace mucho tiempo, mientras no hayan soltado presa, con relación a la personalidad, mientras no se abandonen a la Luz, no pueden concientizar y difícilmente manifestar, en su vida, el principio de la Fluidez de la Unidad y la facilidad, y de la Simplicidad.
En resumen, se puede decir que a medida que su Conciencia se acerque a la Puerta Estrecha, a medida que se acerquen al instante y el momento en que van a volver a entrar, plenamente, en el momento presente, en Hic y Nunc, en ese momento, constatarán la Inteligencia de la Luz en acción en su vida (en las circunstancias de su vida, como en el conjunto de sus relaciones). Todo lo que va a presentárseles, en su Conciencia, no será ya lo mismo. Y lo que, no obstante, debe permanecer en su Conciencia (por obligación, por responsabilidad) no tomará ya el mismo relieve, no tendrá ya la misma densidad, ni el mismo peso, con relación a lo que tienen que solucionar, con relación a este elemento.
Entonces, la Simplicidad les permite llevar su vida de manera incomparablemente más ligera. Cuando el alma se vuelve hacia el Espíritu, no hay más atracción vinculada al alma, no hay más deseos en el cuerpo de deseo, y todo se vuelve extremadamente simple ya que todo pasa a ser extremadamente claro. Todo lo que se desarrolla, en ese momento, se hace por la Inteligencia de la Luz, sin manifestar cualquier voluntad o ningún deseo. Es en ese momento (y solamente en ese momento) que pueden darse cuenta de la Inteligencia de la Luz. No hay que pues, simplemente, que aceptar un principio o un concepto sino aplicarlo en su vida. Los momentos actuales, que se inscriben en un tiempo extremadamente reducido (que viven sobre Tierra y que anuncié, he aquí varios meses, y desarrollados), son ahora la ocasión, diría soñada, de aplicar esta Simplicidad en su vida y ver si la vida fluye de la fuente, para ustedes, o no. Pero aunque fluya de la fuente, no es para eso que es necesario ni desesperarse ni decirse que no se llegará sino, más bien, aceptar, en ese momento, ustedes mismos, de ponerse en Simplicidad con relación a este acontecimiento (fuera él más difícil a vivir), para manifestar, entonces, esta vez, de su propia Interioridad, esta Simplicidad.
Y constatarán entonces, real y concretamente, que su Conciencia, que tiene que vivir este acontecimiento (fuera él más doloroso), lo vivirá con una forma de desapego correspondiendo, allí también, a la acción de la Inteligencia de la Luz. Y esto se refiere, incluso, a la posible desaparición de su cuerpo a través de una enfermedad o de algo que desaparece de su vida, porque eso forma parte de su acceso, privilegiado, a la Luz. Existe una necesidad de despolarizarse, de alguna manera, del punto de vista de la personalidad y el cuerpo de deseo, para penetrar el Êtreté. Eso podría llamarse, en otras palabras, de salir de la visión de la oruga para penetrar en la visión de la mariposa. Aunque las circunstancias de la oruga no pueden cambiar, porque eso forma parte de su proyecto de vida, constatarán que su Conciencia se transferirá, poco a poco, en esta visión de mariposa y pasará a ser, ella misma, la mariposa.
Así pues, lo que se les propone será de dos órdenes. De hecho, por eso, de las modificaciones de las condiciones medioambientales profundas de la vida del ser humano, cualesquiera que sean estos acontecimientos, si los aceptan, ustedes vivirán la Simplicidad y la facilidad. Si los rechazan, eso se les volverá cada vez más difícil a mantener un equilibrio, en la Unidad. Ahora, tienen la posibilidad, desde ahora y por adelantado, de colocarse bajo esta ley de Simplicidad, en Hic y Nunc, y de acoger esta Simplicidad y de aceptar que la Divina providencia actúe en su lugar. Cuando la Luz actúa, actúa siempre de manera simple, en su vida, y va a ponerles ante un nuevo acontecimiento, para muchos entre ustedes, que es la rapidez. Este concepto de rapidez, dentro del espacio-tiempo que viven, va ustedes a aparecer cada vez más claramente. Un acontecimiento, que actúa bajo la Inteligencia de la Luz, será extremadamente rápido y se colocará, en su vida, y se implicará en su vida, de manera extremadamente rápida y fácil. Mientras que un acontecimiento que es resultante del deseo de la personalidad, no se instala nunca también rápidamente pero toma un determinado tiempo en su pesadez, con el fin de obligarles a establecerse en la Simplicidad Interior.
Así pues, la Simplicidad no es un mecanismo solamente de la Conciencia Interior pero es, por eso, un mecanismo exterior. Lo comprendieron, los dos actúan y actuarán, de manera cada vez más evidente, de manera sincrónica, en sus vidas y en su Conciencia. Así pues, un acontecimiento (fuera extremadamente duro) manifestándose en su vida, si aceptan que éste, se desarrolle, para hacerles vivir la Unidad, ustedes verán, en ese momento, que aceptan este acontecimiento con un desapego y una Simplicidad Interior cada vez más grande. Y eso reducirá el impacto de la Conciencia, el impacto de este acontecimiento, en la Conciencia, en el cuerpo de deseo y la personalidad. Ya que no vivirán ya este acontecimiento, en la personalidad, pero lo vivirán, directamente, en el Corazón. Habrá pues una diferente especie de visión, consciente diferente que les permitirá ya no ser afectado por un acontecimiento que, antes, les habría parecido insuperable. Eso se refiere tanto a la pérdida de un prójimo como la irrupción, en su vida, de un acontecimiento, cualquiera que sea. Hay pues una doble simplicidad que aplicar: la Simplicidad de la Inteligencia de la Luz, a condición de someterse, a condición de aceptar vivir este desconocido de la Luz pero, por eso, ante un acontecimiento, cualquiera que sea acerca de su vida o del conjunto de las vidas que los rodean, va a conducirles, allí también, a su manera, a que se establezcan en la Simplicidad y la Conciencia del Corazón.
Existe pues una doble dinámica que se aplica, actualmente, que se refiere a su vida Interior y al conjunto de las manifestaciones de su vida exterior. La Simplicidad, la Reversión del alma, la Reversión del Triángulo llamado Luciferino, en el Triángulo del Fuego, esta vez, se acompaña también de la modificación de las Aguas. Como ya se sabe, existe Aguas de la cumbre y Aguas de abajo: las Aguas de la Matriz y las Aguas celestes. Las Aguas de la Matriz actualmente son infundidas por las partículas Adamantinas (Agni Deva o partículas de Fuego de la Luz Adamantina), que penetran también, por supuesto, no sólo el aire sino también el agua, haciendo que el agua de matrices encerradas se transforme en un agua lustral (o agua del bautismo) que viene a revelarles, hasta cierto punto, y desviarles de la personalidad, si la aceptan, con el fin de hacerles vivir el Fuego del Espíritu, el Fuego del Corazón y la Simplicidad.
Humildad y Simplicidad son el par que, en el Corazón, les permite acercarse de esta Puerta Estrecha, en toda facilidad. Una vez más, aunque ustedes viven este período, como una noche negra del alma, recuerden que no hay que luchar contra una noche negra del alma, cualquiera que sean las manifestaciones sino, simplemente, aceptar observarlas con Humildad, con Simplicidad y, en ese momento, constatarán, por ustedes mismos, que la Luz va a modificar, completamente, su Conciencia. Van pues a extraerse del juego y de la personalidad. Van a cruzar la Puerta Estrecha acogiendo lo que se presenta a ustedes y vivir, en ese momento, la dimensión del Fuego del Corazón: vivir la Humildad y la Simplicidad. Entonces, a ustedes pertenece no dar la lata contra las circunstancias de su vida y de acoger las circunstancias (las más ligeras como las más pesadas) con el mismo humor, la misma Humildad, la misma Simplicidad. Ya que, una como la otra, son muy exactamente lo que les hace falta para manifestar y vivir el Fuego del Corazón. Lo importante no es solucionar el problema sino lo importante es vivir, de manera ligera, el problema. Por el contrario, si tienen la oportunidad, de vivir una Fluidez de la Unidad (y que el conjunto de las circunstancias de su vida se manifiesta según esta ley de Simplicidad), entonces eso les reforzará en el establecimiento de su Simplicidad.
Les resultará cada vez más evidente que, si actúan con las personalidades, cualquiera que sean, todo se volverá extremadamente pesado. Por el contrario, si dejan actuar la Luz y si se colocan, de fuerte manera, en su Humildad y su Simplicidad, constatarán que su vida les traerá, exactamente, lo que es necesario para mantener su conciencia en la Unidad. La simplicidad es pues un elemento motriz de lo que va a permitir a la Fuente de establecerse en ustedes, tocar a la Puerta y de magnificar su vida, permitiendo el último Pasaje en el Êtreté. Las condiciones previas son, muy exactamente, las condiciones previas que les describimos, con relación a los Cuatro Pilares (ndr: Humildad, Simplicidad, Transparencia, Infancia). Estos Cuatro Pilares son los garantes de la estabilidad del Corazón, del establecimiento en el Corazón. La Humildad y la Simplicidad es un eje, hasta cierto punto, horizontal, que va a permitir a la Puerta Estrecha ser franqueada, pasar bajo la influencia y la acción directa de la Luz Cristo, que viene en su espalda. Entonces, podrán constatar, por ustedes mismos, en su vida como en su medio ambiente, que, cualesquiera que sean las circunstancias de su medio ambiente, se convierten en cada vez más distantes, no en una forma de distanciamiento o denegación, como lo decía Hermano K sino, bien más, en el transcendencia de eso que se proponen para vivir su vida. Sólo en ese momento que podrán penetrar el santuario del Corazón, enteramente.
Acuérdense de mis palabras. Cualquiera que sea la dureza aparente de un acontecimiento que llega en su vida, el Abandono a la Luz deberá probarse, en ese momento. Cuando digo dar la prueba del Abandono a la Luz, el acontecimiento que se les propone sólo tiene este último objetivo y esto solo objetivo. Allí no vean cualquier sufrimiento, no hay cualquier remuneración pero, para ustedes, es la ocasión de probarse, a ustedes mismos y a la Luz, que se abandonan a la Luz. Recuerden que están en un tiempo particular, que es el último, por lo que se refiere a la posibilidad del acceso al Êtreté. Entonces, sea que ustedes se colocan, ustedes mismos, bajo la ley de Fluidez, es decir, bajo la acción de la Simplicidad, volviéndose humildes y simples, y la Unidad se establecerá.O sea que estén aún (por razones que les están propias) encerrados en las leyes y el deseo de la personalidad, y la vida les presentará, muy precisamente, el acontecimiento que conviene para permitirles encontrar la Fluidez, la Unidad, la Gracia y la Unidad. Eso se llamó, como lo dije, la noche negra del alma. Así pues, si algunos de entre ustedes viven la noche negra del alma, allí no vean un castigo o un cierre de Puerta sino, bien más, una Puerta que se abre aún mayor, para ustedes. Todo depende de los mecanismos de Conciencia que adoptarán, en ese momento. O se identifican a lo que les parece ser terrible y negro. O se elevan. Y la Luz viene a elevarles, no viene a rebajarlos. Lo que se rebaja, será todavía el ego. Entonces, si viven y aceptan la Humildad, la Simplicidad, con relación a lo que su vida les propone, vivirán la Unidad. Si se establecen, ya, en la Unidad, su vida van a pasar de manera más fluida y la más fácil, a medida de los días que van a pasarse. No tendrán nada que temer, no tendrán nada que esperar porque se insertarán, cada vez más, en la realidad del Corazón y en la Alegría del Corazón. Viviendo entonces Samadhi cada vez más intensos, Alegrías cada vez más intensas, que les permitirán pasar este período, cualquiera que sean los acontecimientos exteriores (para su vida o de este mundo), en la más grande de las facilidades.
No les oculto que en torno ustedes, en lo que llaman sus prójimos, me encuentro no a sus enemigos sino a los más grandes enemigos de su Unidad. Por supuesto, como ya se sabe y como lo experimentan, todos los seres humanos no llegaron a mismo nivel Vibratorio en el mismo momento. Esto también debe aceptarse, estar de acuerdo e integrarse. Es necesario dejar, libre, a cada uno y es, precisamente, dejando libre, a cada uno, que demostrarán, allí también, su capacidad para establecerse en el Corazón, en la Unidad, en la Simplicidad y en la Humildad. Les es necesario pues, como lo decía Hermano K ayer, y confirmado por mis propias palabras, ya no pretender entender el conjunto de las situaciones a las cuales se enfrentan sino comprender la ley primaria de la acción-reacción, en comparación con la ley primaria de la acción de gracia.
Una es facilidad. La otra es dificultad. Una es Alegría. La otra es sufrimiento. Una es Luz del Espíritu. La otra es noche negra del alma. Entre las dos no hay más lugar. Y, entre las dos, habrá cada vez menos lugar. Y ello, una vez más, no es ni un castigo ni una remuneración sino, simplemente, los elementos y mecanismos que se destinan, para cada humano, para cada Hermano, cada Hermana (dónde esté, que haya leído o que no haya leído nada, que haya vivido o que no haya vivido nada), a vivir según las circunstancias de la Luz o según las circunstancias de la carne. Y cada uno verá claramente dónde lo llevan sus propias elecciones y sus propias decisiones. No podrá haber, cómo decir, ambigüedad, en lo que manifestarán como decisiones y la consecuencia de estas elecciones y estas decisiones. Eso a ustedes les aparecerá en plazos de tiempos extremadamente cortos, diría, casi inmediatos.
Hasta ahora, el ser humano evolucionaba en un espacio/de tiempo que era, a pesar de todo, diferente. No saboreaban inmediatamente a las reacciones de sus propias acciones. Era necesario esperar a veces meses, años, o incluso ciclos enteros antes de ver aparecer las consecuencias de sus actos. En la actualidad, eso es instantáneo. Entonces, por supuesto, para algunos Hermanos y Hermanas, eso puede dar la impresión que todo va muy rápidamente o que todo va demasiado deprisa. Pero, precisamente, si todo va muy rápidamente, es precisamente para darles la ocasión de situarles y de colocarles o según la ley de acción-reacción, o según la ley de Unidad. Y, en ese momento, su vida se volverá o simple, o complicada, cualesquiera que sean los elementos de su humor, cualesquiera que sean los elementos de su mental, cualesquiera que sean los elementos de sus comportamientos, distintos y variados, que manifiesten en sus empleos, cualquiera que sean.
Es precisamente en estas actividades, estos empleos, que va a presentarse, a ustedes, este principio de elección que es, de verdad, decidir, en lucidez y en Conciencia, si van hacia la Simplicidad o la dificultad. Tras saber pertinentemente que, aunque vivan, el conjunto de las circunstancias sólo consigue una única cosa y una sola: hacerles vivir el encuentro con la Luz, que se promete para todos.
Aquí. Pues, van a establecerse o sobre algo que fluye de la fuente, o sobre algo que no fluye de la fuente, en su vida como en su medio ambiente. No sirve para nada, allí tampoco, de llevar una acusación sobre una persona o sobre una situación ya que, como ya se sabe, todo lo que ven exteriormente no es más que una proyección, total, de lo que existe en su Interior. No hay pues ni verdugo, ni víctima, ni salvador.
Hay simplemente el rol que aceptan desempeñar y que proyectaron fuera de ustedes. Si hicieron cesar toda proyección, entonces volverán a entrar en la Humildad, en la Simplicidad, es decir, en el Fuego del Corazón. Es en este período particular, en este tiempo que se llama reducido, donde el tiempo se deduce, de manera cada vez más rápida, que se dan más oportunidades de vivir el acceso a la Unidad. No es por nada. Por una parte, porque la cantidad de partículas Adamantinas y de Luz es cada vez más densa, por otra parte (como se lo dijimos) porque nos acercamos, al nivel Dimensional. Estamos al borde de su Dimensión. La separación entre los planos y el período de desagregación de la trama astral y la matriz astral se acaba casi enteramente, dándoles a vivir lo que hay que vivir, hoy, a veces viviendo en la Conciencia ordinaria como una aceleración del tiempo, circunstancias, acontecimientos, ocurriendo en su vida, como en la Tierra. Este remolino no se hace para perderles: precisamente está destinado a permitirles encontrarse. Como eso se dijo, si las circunstancias de su vida no pueden ya controlarse ni dominarse, ¿qué es lo que permanece? Simplemente: el Ser Interior (de volverse hacia este Ser Interior, hacia el Sí o no). Pero lo harán en toda Conciencia. En realidad, la supresión de los elementos de vida, tal como la Tierra se prepara a vivirlo, sólo se destina a una única cosa: hacerles vivir el Sí. No hay ningún castigo, hay ninguna remuneración. Hay exactamente el establecimiento de la Luz, que va a permitirles establecerse en la Luz, o no, según su libertad.
Si quieren ir hacia la Luz, entiendan que deben permanecer en la Humildad y en la Simplicidad, convertirse en ser cada vez más transparentes en sus acciones, es decir, aceptar ir hacia lo que propone la Luz, de ir, sin juicio, a enfrentar y vivir lo que propone la vida, su vida, sin ninguna excepción. No existe ninguna circunstancia (de su cuerpo, sus relaciones, su familia, su profesión, sus actividades, de un accidente, cualquiera que sea o de una gran Gracia, cualquiera que sea) que no esté destinada a hacerles vivir la Luz, sin ninguna excepción.
Sólo la personalidad puede creer el revés y hacerles vivir el revés. A ustedes pues, una vez más, les corresponde como siempre, de elegir. A ustedes, por lo tanto, les corresponde cruzar esta Puerta Estrecha, sabiendo que las circunstancias de la vida, llamadas Crucifixión y Resurrección, no van en el mismo sentido, no tienen el mismo plazo de tiempo ni la misma intensidad, para cada Hermano y cada Hermana. Algunos van a vivir la Crucifixión, de manera extremadamente rápida, sin siquiera acordarse. Otros van a retrasarse sobre la Crucifixión porque no piensan poder acceder a la Resurrección. Pero, en un caso como en otro, la Resurrección será real.
He aquí los elementos que tenía que darles, con relación a la Simplicidad. Muchas cosas ya se han desarrollado, que eso sea por algunas Estrellas o por algunos otros Ancianos, en particular por el Maestro Philippe de Lyon, Melquizedec de la Tierra. Por mi parte, venía a volverles a poner este elemento del Agua. Recuerdan: el agua se infiltra por todas partes y el agua es simple. El agua se pasa siempre hacia el punto el más abajo. El agua (tal como la ven sobre este mundo) no va desde la parte baja hacia arriba. Va desde la cumbre hacia abajo.
Esto es a ustedes les corresponde, en su Conciencia, a penetrar en vuestras profundidades, en lo que llamaría las Aguas de su inconsciente, no para explorarlas sino para dejarles transmutarse, por la Gracia y la Inteligencia de la Luz. Entonces, a través de lo que se les propone, en todos los sectores de sus vidas, ustedes tienen (hoy y en las semanas que vienen) los mejores medios de acceder a la Unidad, de acceder al Fuego del Corazón. Cualesquiera que sean estas circunstancias, que les estén propias o que sean colectivas, no existe mejor oportunidad que lo que se les propone vivir en este mundo.
Aquí, mis Hermanos y mis Hermanas, las simples palabras que tenía que pronunciar, sobre esta Unidad, esta Simplicidad, esta Humildad, esta Simplicidad, este Ahora que les es a vivir, porque efectivamente, para muchos entre ustedes, un acontecimiento, llamado traumatizante, bajo el sentido de la personalidad, es lo que va a pedir a su Conciencia a colocarse, enteramente, en el momento presente, en el Hic y Nunc, no para reaccionar sino para apreciar el choque en sí mismo, que puede ser, para cada uno de entre ustedes, él saludo de su Eternidad. Así presentado, van a comprender mucho mejor este período final del Apocalipsis, de la Revelación, tal como la había presentado cuando fui San Juan. Es muy exactamente lo que ya se despliega, desde hace unas semanas, sobre la Tierra. Recuerden que las circunstancias del país donde están son mucho más ligeras que las que deben vivirse, por el momento, en otros países. Pero que, allí también, el lugar en donde están se condiciona, por supuesto, para lo que es, para ustedes, lo más facilitador, para vivir el Abandono a la Luz.
He aquí lo que tenía que decir. Permanezco con ustedes, aún un momento, para ver si tienen interrogaciones, cuestionamientos, por lo que se refiere a esta Simplicidad, para que su vida fluya de la fuente. Para proseguir, a la espera de sus cuestiones, el hecho de que ustedes mismos, en su personalidad, adopten esta Simplicidad, va a inducir, mecánicamente, en el alma, un desvío de la energía del alma hacia la personalidad, hacia el Espíritu. Y participa, por lo tanto, de manera incuestionable, en su propia Reversión y, por lo tanto, al paso de la última Puerta.
Cuestión: ¿hay un vínculo entre la Simplicidad, la Humildad y el cierre de la puerta Ki-Ris-Ti? Se les dan, durante este período, los elementos de los que acabo de hablar, es decir, de proporcionarles, durante este plazo de tiempo, el conjunto de las circunstancias necesario para a establecerles en la Unidad. Los Pilares, tal como se explicaron, son los cuatro elementos más importantes, permitiendo reunificar, en ustedes, los cuatro elementos, es decir, volverles en el punto ER, es decir, al Corazón, es decir, al Sí. De vuestra facultad a vivir (o no vivir) lo que se les propone, se establecen (o no) en el centro del punto ER. Podemos decir que, durante este período, la mayoría de las almas vive los mecanismos más importantes de su vida, sea porque la Unidad está ya allí y la Simplicidad despliega su Gracia, a cada minuto, a cada respiración y en consecuencia, lo real del Samadhi, cualesquiera que sean las circunstancias.
O las resistencias se convierten en fricciones y les dan a entender y vivir lo que bloquea, no para entenderlo (como buscar una solución fuera de sí) sino para decidir, lúcida y conscientemente, cruzar la Puerta Estrecha. La fecha que se dio es, simplemente, una fecha de intervención de algunos principios, de algunas fuerzas, sobre esta Tierra, como en su cielo y, por lo tanto, en ustedes.
Cuestión: ¿es justo o no responder a las interrogaciones de una persona proponiéndole un punto de vista que no habría visto? ¿La Unidad impide hablar? Siempre no he entendido el alcance de esta interrogación. La Unidad no está en las palabras. La Unidad no está en un dictamen otorgado a cualquiera. La Unidad es un estado. No veo en quien este estado podría contradecir cualquier cosa como palabra. Porque a partir del momento en que se establecen en la Unidad, en el Corazón, todo se establece según la Simplicidad. Pues, a veces, pueden imaginar muy bien que frases salen de ustedes sin que las hayan pensado. Si estas palabras son resultantes de la Unidad, a los que van dirigidas (estas palabras) traducirán la manifestación de la ley de gracia o, al contrario, la resistencia.
Cuestión: ¿alargar la duración de los períodos de meditaciones facilita el acceso a la Unidad? Así como eso se explicó, hace pocos días, es necesario, en un momento dado, parar de hacer, para pasar a Ser. Ahora, hay gente que puede para de hacer, durante milenios, sin Ser nada. Las circunstancias actuales son, no obstante, profundamente diferentes. No hay nada que hacer. Pero hay que, en primer lugar, encontrar al ser para hacer a continuación. Y este hacer se hará, en ese momento, bajo la acción de la Gracia y la fluidez. Mientras que antes, mientras no se encuentre al Ser, en este período, ustedes harán muy en resistencia, es decir, en la personalidad. Y la personalidad se opondrá siempre (y de manera cada vez más frontal, diría) a la Unidad. Así pues, es a ustedes que les conviene observar lo que desencadenan sus acciones, lo que desencadenan sus declaraciones. ¿Se inscriben en una simplificación, o inducen una resistencia? Y eso les aparecerá claramente en sus pensamientos, en sus actos, en sus relaciones. Cualquiera que sea la situación. Vamos a tomar una situación
imagínense que hay un problema. Quieren tomar este problema con todas sus fuerzas para solucionarlo. Y eso va a convertirse cada vez más duro, cada vez más en resistencia y cada vez menos fácil. Pueden estar seguros que en ese momento, es la personalidad la que actúa. Ahora, están ante el mismo problema y se colocan bajo la Inteligencia de la Luz, en la fluidez de la Unidad y bajo el principio de la acción de gracia. ¿Qué va a pasar? O no se soluciona el problema o se soluciona, sin su intervención, pero, en cualquier caso, su Conciencia ya no estará centrada, orientada o alterada por este problema. El resultado es pues que su Conciencia se establece en el Sí, que este problema desaparezca o no, que este cuerpo desaparezca o no. No es una gimnasia mental pero es la experiencia directamente de su vida, en este tiempo y en estos días, que va a demostrarles si son simples o no.
Cuestión: ¿hay un vínculo entre vivir el momento presente y vivir la Simplicidad? Sí, porque el momento presente es portador de una información Luz. La Luz, se lo dijimos, sólo está presente en el momento presente. Es omnipresente, en este presente. Si ustedes colocan su Conciencia en el momento presente, es decir, si no reaccionan, la Luz va entonces, en ese momento, a penetrarlos. Y su inteligencia va a actuar, sin que haya la menor voluntad o el menor deseo de suprimir un problema o de solucionarlo. Porque la Inteligencia de la Luz no puede, de ninguna manera, dejarles enfrentarse a cosas que serían contrarias a la Luz. Si algo les parece contrario a la Luz, es la opinión de la personalidad, aunque eso se refiera a su propia muerte.
... Efusión Vibratoria...
Cuestión: no tenemos más de cuestionamiento, les agradecemos. Hermanos y Hermanas en humanidad, espero haber aportado, a través de estas simples palabras, los elementos importantes para lo que van a vivir. Recuerden que lo que he dicho se inscribe en este tiempo particular que debe vivirse. No es, ciertamente, aplicable a todo lo que pudieron vivir antes sino son de verdad específicos de las circunstancias particulares de la Luz, que deben vivirse actualmente. Así pues, recuerden: si van hacia la Simplicidad, su vida será simple. Si aceptan la Humildad y la Simplicidad, tendrán tanto más facilidad a penetrar y vivir el Sí y a establecerse en el Fuego del Corazón. Así pues, sobre estas palabras, les transmito todo mi Amor y toda mi Luz azul en nuestro espacio de comunión, ahora. Y les digo, ciertamente, hasta una próxima vez.
... Efusión Vibratoria…
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