NO SE EL AUTOR DE ESTE ESCRITO
“Muchos se preocupan por mejorar y salvar al mundo, pero olvidan que su mundo empieza con ellos mismos. Es el punto donde debe empezar su trabajo de transformación”
¿Qué nos dice este párrafo anterior de un autor desconocido? Cuando nos adentramos en los caminos espirituales y comenzamos a tomar talleres y leer libros, pensamos que nos lo sabemos todo. Pensamos que nosotros estamos bien y que los demás son los que están mal, que ellos tienen muchos problemas y tienen que trabajar en su sanación y nosotros…ay nosotros… nos creemos los salvadores del mundo, ¿verdad? Rápido nos queremos poner la capa de súper héroe y vamos a luchar por la justicia. Puede sonar bonito, pero no es exactamente la realidad. Queremos salvarlos a todos y escondemos nuestros problemas.
Vamos a mirarnos a nosotros mismos. Por un rato, fija tu mirada en ti y no en el otro. Deja que sea él quien atienda su situación y la resuelva. Quien importa en este momento…ERES TU. Tanto que se habla de trabajar con uno mismo y tanto que piensas que ese trabajo ya se ha hecho….pero, la realidad es que no nos queremos mirar adentro, no nos queremos dar cuenta de todo lo que tenemos que arreglar en nosotros, no queremos ver nuestra realidad. Todos la ven, menos nosotros. Nos volvemos ciegos cuando se trata de nuestra propia vida. Pensamos que ya lo tenemos resuelto todo…y no es así.
Si no resolvemos nuestras propias situaciones, no podemos caminar. Queremos seguir creciendo, evolucionando, subiendo nuestra energía…pero si no resolvemos los enredos de nuestra vida, nos quedamos sin avanzar, permanecemos en el mismo cuadrito. Ahora es el momento, hoy es el día…no se puede esperar más. No lo dilates, no lo pospongas, quítate la venda que tienes y enfrenta lo que tienes que reconocer y trabajar.
Sé que vas a pensar que esto que está aquí escrito no te toca pues consideras que ya estás completamente sanado, pero no….¡esto no se trata del otro…esto es contigo!
Deja de pensar que tienes la solución a los problemas de todo el mundo. No puedes seguir ignorando los tuyos. Quizá piensas que no los tienes, pues no te pesan ni te agobian. ¿Sabes por qué? Porque te has acostumbrado a vivir con ellos, pero eso no quiere decir que están sanados.
Como nos enseñan los Principios del Reiki…”Sólo por Hoy”…un día a la vez. Así es que se comienza a trabajar…de pasito a pasito. Lo importante e imperativo es que hay que comenzar a reconocer nuestros problemas. No son los problemas del otro ni del mundo…¡son los tuyos!
Pregúntate…¿Ocurrieron cosas en mi vida que en su momento me causaron mucho dolor y rabia y nunca trabajé con ellas? Eso quiere decir que, aunque piensas que no te molestan en la actualidad…las tienes guardadas en un cajoncito y en cualquier momento van a recordarte que están ahí y no has querido hacer nada con ellas. Hay que sacarlas del cajón y sanarlas. Nadie tiene que saber que lo estás haciendo, solamente tú tienes que saberlo. ¿Te causa problemas relacionarte con una persona en particular pues su presencia o actitud no te agradan? Esto quiere decir que ella tiene cosas que Tú también tienes, pero no reconoces esas actitudes en ti. Obsérvala bien y piensa qué es lo que te desagrada de ella y busca eso mismo en ti. No es ella, eres tú.
¡Qué difícil se nos hace perdonar! Pensamos que perdonar es signo de debilidad, pero al contrario…es signo de seguridad y valor. El perdón debe salir del corazón y es con nosotros mismos. Se ha perdonado cuando se puede hablar de la situación sin sentir ningún tipo de animosidad. Es tan importante perdonar. Es una carga pesadísima que liberamos cuando por fin lo hacemos. La persona con la cual tuvimos la situación ni siquiera se tiene que enterar de que ya lo hemos perdonado. Cuando vamos por la vida acumulando rencores y dolores por no querer perdonar es como si viviéramos en una casa llena de sacos de basura bien apestosa.
Quizá nuestro olfato ya se ha vuelto inmune a la peste, pero la basura sigue ahí. Nos toca a nosotros sacarla, lavar bien los residuos para que se vaya la peste y llenar el espacio de luz y fragancia agradable.
¿Sabes qué? Muchas veces nos tenemos que perdonar nosotros mismos. Mira a ver qué te tienes que perdonar. ¿Piensas que has tratado mal a alguien? ¿Piensas que pudiste haber ayudado más a tal persona? ¿Piensas que no le diste la suficiente importancia a un problema de otra persona? ¿Piensas que no quisiste o no pudiste ayudar? ¿Piensas que no fuiste honesto contigo mismo? ¿Te sientes culpable por algo? Te digo algo, si es que ocurrieron estas situaciones en tu vida…actuaste de la mejor manera que pensaste, de acuerdo a tus experiencias y a tu aprendizaje en ese momento. ¿Qué es lo importante ahora? Aunque ya no puedes recorrer ese mismo camino que ya pasó, puedes sanarlo con lo que has aprendido del Reiki. No hay razón por la cual tengas que seguir con las cargas y los pesares.
Ya sabes…el mundo que vas a sanar primero…tiene que ser tu mundo interno. Empieza por ti mismo, luego por tu familia inmediata….y cuando todo esto esté sanito y bien trabajado…entonces, vas a trabajar con los demás. Si pretendes tapar todo el enredo que tienes en tu vida personal y en tu familia por querer aventurarte a trabajar con los demás, te digo, que no va a funcionar. Esto es una verdad universal.
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