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jueves, 20 de octubre de 2011

El Cosmos del Alma Capítulo XIII


 
La vida en la cuarta dimensión. El Cosmos del Alma Un despertar para la humanidad Patricia Cori. Capítulo XIII. Mayo 2000. CON AUDIO


Para escuchar audio:
Capítulo XIII
La vida en la cuarta dimensión

Nos gustaría que pensarais en el cierre de la polaridad de vuestra dimensión como en un refinamiento de la misma, pues si podéis imaginar matices de experiencia en vez de opuestos, entonces tal vez entenderéis la sutil metamorfosis del cuerpo físico, emocional y mental que se produce en un cambio dimensional.

En la cuarta dimensión os eleváis en conciencia hasta un nivel donde experimentáis eternamente la unidad de toda la vibración, y ese sentido intensificado de la totalidad e interdependencia de toda la existencia altera, inevitablemente, vuestra expresión y comprensión del libre albedrío. En tal virtud, lo que en la tercera dimensión os parece que está en el contexto de «lo uno o lo otro», en vuestra conciencia evolucionada de seres tetradimensionales se difunde en matices del Uno.

Muchos de los maestros y líderes de vuestra era hablan en estos momentos del fin de la polaridad y, en realidad, eso es un error, pues la dualidad —que hemos tratado en detalle— tiene que existir de alguna manera para que podáis conocer la libertad de actuar independientemente, la libertad de elección. Es el incentivo motivador de vuestra existencia, vuestro catalizador evolutivo.

Nos referiremos, una vez más, a los hermosos Adán y Eva del jardín mítico con el fin de desarrollar un argumento filosófico fundamental. De no haber cometido el gran «pecado» de elegir comer la manzana, se habrían vuelto aburridos e indiferentes en el paraíso, condenados a una eternidad de pasividad e inercia. Como divinidad encarnada, no hubieran tenido una razón de capital importancia para existir, ningún propósito por el cual separarse del Todo-lo-que-es y abrirse camino más allá del jardín de la luz y perfección eternas.

En cuanto a Adán y Eva y la desobediencia, hablando siempre en metáfora, resulta aún más innegable la comprensión de que sin «el pecado» no habría existido la raza humana, pues si no hubiesen comido del fruto prohibido, sin duda no se habrían entregado a la unión sexual.

En definitiva,
·                     ¿Qué propósito hubiera tenido su existencia?
·                     ¿Podría ser que el Ser Supremo hubiese creado a este dúo tan vacío simplemente para hacerlos deambular sin rumbo fijo por toda la eternidad como sus siervos obedientes, los prototipos de una raza que no existiría nunca?
·                     ¿Verdaderamente consideraríais que eso es una bendición, o un acto de amor, o inteligencia?
Sin duda, carecería de sentido en el esquema cósmico de las cosas y, como tal, representa un punto muerto en lo que sabemos que es un universo en evolución constante.

No, la vida sólo adquirió significado y propósito para Eva en ese momento de crisis, cuando se enfrentó a la Sombra y aceptó la responsabilidad de su propia existencia. Eva, el arquetipo de la mitad intuitiva de vuestro «universo», convenció a Adán, vuestra mente lógica, de que confiara en que la voluntad de Dios fue que tuvieran individualidad, que existieran como extensiones de la esencia divina, seres conscientes que habrían de ser responsables de las decisiones independientes dictadas por su libre albedrío.

Según el análisis de Sirio del mito de la creación, la intuición guía e influye correctamente a la lógica; una interpretación que invalida la versión religiosa establecida de la historia de Adán y Eva. Dicha perspectiva retrata al pobre de Adán que se resiste (lo mejor que puede) a las debilidades de Eva ante la tentación, y que finalmente se entrega al «deseo pecaminoso» de ella y, al hacerlo, desafía a Dios.

En esta versión, la lógica intenta anular a la intuición descarriada y, al perder, sufre la condena que le acarrea el error imperdonable: desafiar el mandato de Dios de «ver pero no tocar» el árbol de los frutos dorados.

En esta interpretación distorsionada del mito del Edén, los ministros exotéricos os advierten que no debéis confiar en vuestra intuición, que vosotros no sois dioses por derecho propio y que sois incapaces de saber la verdad. Es el fundamento de la obediencia, una y otra vez, pues se trata de otro aspecto del dogma que sitúa a Dios fuera de vosotros, mientras refuerza la creencia de que únicamente a través de la obediencia se os puede garantizar la absolución.
 
Habéis sido manipulados y programados para obedecer, y nos parece que ya os hemos dejado en claro a quién. Sin importar cómo deseéis identificar a la jerarquía a la cual habéis entregado vuestro poder en el pasado, recordad que se trata de la energía masculina eclesiástica, el yang exaltado, cuyas interpretaciones históricas del Jardín del Edén os presentan a un Adán convertido en la víctima que, hechizada por la tentadora, es atraída a las redes de la desobediencia por la persuasiva fuerza yin. Su ecuación se resuelve al convertir a Eva en el equivalente del pecado; se condena el arquetipo de la intuición y el saber interior: ¡la Diosa ha sido saboteada!

¿Por qué?

Sugerimos que vuestras mujeres han sido sistemáticamente despojadas de su poder desde los tiempos de la intervención atlante, cuando el poder de la sacerdotisa era extraordinario: una época de iluminación y nutrición del alma en lo que fue la hora dorada de la humanidad. La población masculina, harta de siglos de supremacía femenina, fue fácilmente incitada a la rebelión (que instigaron los guerreros Anunnaki), y ha controlado el péndulo desde entonces, durante mucho más de 16.000 años terrestres.

Por este motivo, la mayor parte del mito y la historia, escritos por los miembros del sexo masculino, ha preservado la imagen de la mujer como la hechicera, la prostituta, la madre y la esposa. La mujer como el poder de la diosa aparece solamente en aquellos fragmentos de la historia de la Tierra escritos cuando la humanidad llegó a sus más altas cimas intelectuales y espirituales.

No obstante, sabéis que es la mente intuitiva —vuestro lado psíquico y sensitivo— lo que está conectado; ésa es la parte que va más allá de las tres dimensiones hasta los niveles más elevados. La mente lógica de las influencias externas a menudo crea confusión en vosotros y hace que os distraigáis de la claridad de la voz interior.

En nuestra exposición de los habitantes arquetípicos del Edén, ¿veis que Eva (el yo yin) le enseña a Adán (la lógica) que el camino del libre albedrío es el camino de la verdadera existencia?

En la representación dinámica de Adán y Eva y de la polaridad del bien y el mal, se encuentra contenida la cruz equilátera, el símbolo fundamental de vuestras bibliotecas místicas y el fundamento absoluto de la Sabiduría Secreta.

En este simple modelo se halla el plano de la estructura de la polaridad, pues os muestra las dualidades del microcosmos (vuestra realidad consciente) y su interconexión con los polos opuestos del macrocosmos (el Todo-lo-que-es).

Conforme exploráis este principio, reconocéis que, por definición, cuando estáis en el centro de vuestro ser —ese equilibrio perfecto de los aspectos yin y yang de la personalidad—, estáis en el centro del Espíritu. Tal vez queráis volver a leer nuestro mensaje con respecto a las siete direcciones1, pues ahora ese pasaje tendrá un significado más profundo para vosotros, ya que os dais cuenta de que al adentraros a vuestro interior llegáis al epicentro de toda la experiencia y evitáis la dualidad en todas sus manifestaciones.

1 Véase capítulo IV.

El hecho de que la tensión entre Dios y el diablo es un reflejo de vuestra experiencia polar se expresa en esta representación esquemática del hombre, la mujer y Dios. Creemos que si estudiáis y meditáis en su forma aceleraréis vuestra resolución de la conciencia de la polaridad, lo que os permitirá hacer frente a los extremos de su manifestación en los Días del Desierto de la transición de Gaia.

Tenéis que entender cómo creáis y reflejáis esa dualidad en vuestro mundo antes de que podamos explicaros cómo se desplegará la vida para vosotros sin semejantes extremos en los campos intensificados de la realidad tetradimensional.

Si tenéis dificultad para aceptar este paradigma en vuestra conciencia porque sentís que entra en conflicto con lo que habéis abrazado como la «santísima cruz» del Cristo, por favor tened presente que aquí hablamos de la cruz equilátera, un símbolo totalmente distinto cuyos cuatro segmentos tienen la misma longitud.

Esto es de extrema relevancia en vuestro desarrollo de una conciencia más aguda de la forma, el número y la ecuación de Sirio.

Del más profundo de vuestros símbolos esotéricos surge otra clave:
Sólo al integrar los aspectos yin y yang
de vuestro propio ser
se resolverá la ilusión de la polaridad del Espíritu.
Cuando el Adán y la Eva en vuestro interior se conviertan en Uno,
entonces podréis conocer y entender el Todo-lo-que-es.
Al igual que Adán y Eva, aún necesitáis la dualidad, pues tenéis que crear muchas elecciones para vosotros mismos si vais a continuar en vuestro sendero evolutivo. Sólo cuando vosotros, coceadores del universo, hayáis evolucionado hasta un punto en que os fundáis nuevamente en la divinidad, ya no será necesario que exista la polaridad. Al llegar a la culminación de la travesía de vuestra alma (el yo-Dios que ha expresado el deseo de existir como conciencia individual), seréis completamente libres del requisito por excelencia de la existencia consciente, la motivación de vuestro libre albedrío y el incentivo evolutivo: la elección.

Lo importante es que, conforme transitáis las dimensiones más elevadas, la oposición de ese dualismo inherente se hace menos extrema, pues vuestra comprensión llega a tal grado que en la dinámica veis el Todo, la globalidad. Lo bueno y lo malo se vuelven aspectos del ser que ya no se oponen mutuamente; se experimentan más bien como fluctuaciones o matices de expresión mutua.

Con la caída del velo desaparecen los arquetipos de oposición, así como también el diablo, el ser de maldad absoluta, pues la extrema oscuridad del ángel caído ya no tendrá importancia para vosotros.

Simplemente no necesitaréis de esa ilusión para manteneros en el camino del equilibrio entre el bien y el mal, pues ya no estaréis limitados por las posibilidades de «lo uno o lo otro» de esa dualidad.

Más aún, una vez que atraveséis y sobreviváis el túnel, el renacimiento instantáneo de vuestra Deidad Solar, habréis procesado tanto de vuestro miedo que, sin duda, lo habréis soltado todo mucho antes de llegar a la luz brillante.



¿Podéis imaginaros la vida sin el bien y el mal?

Si aceptáis que todo está en un estado de movimiento ascendente y que la fuerza de Dios impregna todas las cosas, entonces, ¿cómo puede algo ser «malo»? Conforme os liberáis de las trampas de la dualidad (lo blanco y negro de vuestras creencias y comportamientos actuales) pasáis a un estado iluminado de conciencia, donde percibís la reciprocidad de todas las cosas. Muchos de vosotros ya habéis desarrollado vuestra conciencia hasta el grado en que entendéis esta relación mutua, cuya representación más perfecta se encuentra en el símbolo Tai-chi Tu de la dinámica yin y yang.

Allí se aprecia el círculo, símbolo de la totalidad, dividido (en un sentido gráfico) en la oscuridad y la luz; en una misma expresión, hay un punto de oscuridad dentro de la luz, y viceversa. Este diseño sumamente significativo describe, sin palabras, la relación de perfecta compenetración de los aspectos polares que comprenden la totalidad.

La dualidad, entonces, no termina con el cierre del calendario de Gaia ni tampoco desaparece en la dimensión más elevada. Más bien, queda claro en vuestra conciencia, y en verdad en vuestra experiencia total, que las fuerzas polares no son sino los extremos de la totalidad, y que la una depende de la otra para su existencia. En vez de eliminar los polos, los retinaréis en lo que os sugerimos será un proceso gradual. Al hacerlo, integráis los extremos de la oposición polar, y el diablo —el gran antagonista tridimensional— desaparece en la luz de la fuerza de Dios, que lo impregna todo: el conflicto de Lucifer se resuelve.
 
Aunque para muchos de vosotros sea difícil imaginarlo, experimentaréis gratitud por este Guardián de la Energía Oscura, por haber sido para vosotros un maestro tan dedicado mientras sostenía el ancla del polo opuesto. Sin él, nunca hubieseis tenido el estímulo de separaros y experimentar vuestra propia voluntad. Como Adán y Eva, lo único que hubierais conocido sería una eternidad de días soleados, noches tranquilas e inercia absoluta.

¿Creéis que Jesús murió por vuestros pecados? Sugerimos que el Ángel Oscuro padeció las profundidades de la oscuridad para enseñaros la libertad de elección.

Reconocemos que muchos de vosotros habéis entendido esta dinámica hace mucho tiempo; no deseamos insinuar que estamos revelando secretos desconocidos. Por el contrario, nuestra intención es elucidar los nuevos paradigmas de la conciencia de la cuarta dimensión, donde todos aquellos que ascienden conocerán la experiencia de la relación mutua en cada momento de su ser.

¿Os podéis imaginar la libertad y el amor que acompañan el saber que todo existe en todos los demás, tal como las energías de los demás existen en vosotros? La separación desaparece para siempre, y con ella desaparece también vuestra alienación, vuestra orfandad y vuestro miedo.

Oímos vuestra pregunta que reverbera hasta nosotros:
«¿Cómo será dejar la Tierra y ascender a la cuarta dimensión?»
Para empezar, esperamos haber dejado en claro el hecho de que la Tierra se mueve como un cuerpo celeste ascendente, de modo que vosotros seguís centrados en la Tierra en la dimensión más elevada. En esencia, no os marcharéis de Gaia, sino que os transformaréis junto con ella. Os preocupa la forma; os podemos decir que la mayor parte de vuestra percepción se alterará tan sutilmente que apenas os daréis cuenta de que ya no estáis en lo físico.

Aquellos de vosotros que elijáis ascender por la espiral como residentes de la Tierra aún os confrontaréis con una Gaia que se recupera de los extremos del abuso y la desarmonía humana, y dedicaréis la mayoría de vuestros pensamientos y energías a sanarla. Seguiréis amando, exteriorizando las emociones y experimentando la vida de muchas formas tal como lo hacéis en este momento de vuestro desarrollo, pero habrá muchos matices de cambio en vuestra conciencia; en verdad, serán muchos cambios.

Estáis luchando por convertiros en maestros de vuestra realidad, os estáis desligando de las estructuras exotéricas que os dominan y manipulan.

Ahora, más que nunca, necesitáis confiar en vuestras propias percepciones y experiencia acumulada para recorrer vuestras nuevas realidades.
·                     Eva (vuestra conciencia intuitiva) ocupará la posición central, y la mayoría de vuestras impresiones se presentarán a través de dicho aspecto.
·                     Adán (vuestra mente lógica) se relajará y cederá ante Eva una vez más, permitiendo que la intuición domine sobre la lógica.
·                     La Tierra también evolucionará, cuando la desarmonía que lleve consigo en su paso por el agujero negro empiece (por definición) a sanar, pues libres de vuestros egos, separación y emociones extremas os armonizaréis muy rápidamente con Gaia.
Los gobernantes exotéricos, aquellos que os han inducido a la obediencia y al miedo, muy seguramente quedarán atrapados en la tercera dimensión para experimentar el proceso de la muerte que afectará a grandes porciones de vuestro planeta, y se encarnarán en otros cuerpos celestes del universo físico en otros tiempos. De éstos, algunos acompañarán a la élite de poder, los descendientes directos de los Anunnaki, en su desplazamiento hacia el vacío de la zona gris.

Y vosotros, los que despertáis, os transmutaréis desde el reino físico hasta vuestra nueva experiencia de la vida, la que se expresará como la compenetración entre la mente y los sucesos, y donde os fundiréis en la vibración de todos los elementos de la conciencia en existencia simultánea.

¿Vais a tener cuerpo físico? No temáis, ¡ no perderéis vuestra identidad en la próxima fase! ¿Entendéis a lo que nos referimos con «cuerpo de luz»? Vuestro templo, el cuerpo que alberga la esencia de vuestra alma, se habrá elevado hasta frecuencias más altas, y eso traerá nuevos puntos de referencia para la conciencia de vosotros mismos, vuestra percepción de los demás y vuestra capacidad de reconocer las ondas cósmicas que pasarán por vosotros. Percibiréis las energías de los demás recíprocamente como campos vibratorios, y en un instante conoceréis el estado mental y emocional del otro.

Seréis telepáticos/ libres para comunicaros sin palabras, las cuales, de hecho, son limitaciones en vuestra experiencia actual.

Nos parece que ya habéis aceptado que nuestro instrumento trae hasta vosotros un consejo de seres extraplanetarios en estas páginas. De no ser así, ya habríais dejado a un lado este libro. ¿Pero es la palabra impresa o son nuestros códigos vibratorios lo que realmente estáis leyendo? Trydjya, un ser de energía consciente, no se desempeña como un simple robot que lleva nuestra retórica a través de sus dedos hasta la computadora.

Como una unidad consciente, ella experimenta nuestros pensamientos en forma de sinergia telepática; ella ve imágenes a medida que nosotros transmitimos esas ondas por la pantalla de la visión de su tercer ojo, y luego, como ser físico de vuestro reino, condensa en palabras lo que queremos decir. Ella es talentosa, y también lo sois vosotros, pues en el interior de todos los seres conscientes yacen los potenciales más elevados de expansión y conciencia.

Es cuestión, simplemente, de que desarrolléis vuestras facultades y de que confiéis en la voz de vuestro ser más elevado, vuestro guía; eso determina con qué rapidez os abriréis para recibir las frecuencias, y eso es parte del proceso de vuestro desarrollo.

En la cuarta dimensión, estas habilidades son vuestros instrumentos comunes, y todos vosotros os abriréis, como praderas de flores silvestres que irrumpen febrilmente en el apogeo de la primavera. Seguirán existiendo grados de conciencia, pues vuestras capacidades individuales sólo se desarrollan hasta el grado de evolución de vuestra alma. Vuestros dones son las recompensas que vosotros os habéis merecido por vuestros logros espirituales y la resolución de la deuda kármica.

Esto es válido para todas las dimensiones y realidades en el cosmos, tal como nosotros las entendemos.

Así como vosotros tenéis que enfrentaros a la adversidad y superarla en vuestro proceso, también tenéis que conocer la gratificación del logro, pues éstas son las directrices que os enseñan el camino de regreso al origen.

Sabemos que estáis buscando una imagen práctica y detallada de vuestra experiencia futura en las dimensiones más elevadas, y que, a pesar de la riqueza de conocimiento que se está poniendo a vuestra disposición en estos momentos, todavía hay muchas alusiones y poca información concreta de los hechos que os digan exactamente adonde os dirigís. Sed pacientes. Recordad que si conocieseis todas las cosas antes de experimentarlas, no tendría ningún propósito adquirirlas.

Si conocieseis la meta en su totalidad, ¿estaríais tan deseosos de embarcaros en la travesía? La expectativa del descubrimiento es vuestra mayor motivación, pues una vez que os separáis de la divinidad iniciáis el proceso educativo y jamás dejáis de aprender, ni siquiera en vuestro retorno al Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será. Entended que, al regresar, lleváis vuestro conocimiento adquirido de vuelta al Todo, y ésa fue vuestra intención desde el comienzo mismo.

Aquellos de vosotros que estáis a punto de pasar a los estados de conciencia de la cuarta dimensión habéis sido aceptados en el Instituto de Educación Superior: iniciados en la escuela experimental de la conciencia. Habiendo obtenido el título, os habéis merecido muchas recompensas, y os podemos decir que si aún no habéis empezado a ver, pronto experimentaréis la visión clarividente, pues veréis con el ojo psíquico, tal como oiréis sin los oídos físicos y sentiréis sin el tacto.

Si ya estáis dotados de estas aptitudes, pronto notaréis que vuestras capacidades se habrán intensificado, pues ése es, sencillamente, el proceso natural, donde todo se mueve hacia arriba. Vuestros sentidos intensificados se hacen mucho más agudos a medida que avanzáis, pues como habéis venido operando en niveles más elevados durante algún tiempo, simplemente vais más alto.

Podéis estar deseosos de lo que tenéis por delante, pues ya sabéis mucho sobre los campos vibratorios, las emanaciones de pensamiento y las energías etéreas. Entraréis y saldréis de la cuarta dimensión a vuestras anchas, y os reconectaréis con vuestros maestros y guías en planos aún más elevados.

Sabemos que os preocupa mucho poder seguir experimentando y disfrutando de la interacción sexual en esta nueva dimensión. Sabed que vuestros chakras inferiores son tan significativos para el espectro de la luz como lo son las vibraciones más altas de vuestro arco iris.

Como seres tetradimensionales aún procreáis, si bien cambian las formas. Con el refinamiento de vuestras energías (un proceso que ya habéis iniciado como seres que despertáis en el plano de la Tierra), el intercambio sexual se convierte en una experiencia más afín con el corazón, pues una vez que vivís el orgasmo como grandes olas de luz extática que se mueven por el mar cósmico, os hacéis conscientes de su verdadero significado.

Sentiréis correr la energía por vuestro corazón con tal intensidad y embelesamiento que os preguntaréis cómo pudisteis haber disfrutado de dicha unión en vuestro yo animal, donde el placer físico y la gratificación de la conquista que recibe el ego limitan vuestra experiencia a cuatro o cinco segundos de desahogo físico y al efímero placer de las emociones momentáneas.

Nacerán hijos de vuestra unión en el cuerpo de luz. Recordad que el nacimiento es el paso de un alma desde un estado de ser a otro, y los seres de la cuarta dimensión realmente disfrutan y experimentan el nacimiento, la niñez y la procreación. La vida está buscando abrirse paso incesantemente, así como la fuerza divina se hace presente en cada aliento, en cada semilla y en cada ola.

Los niños que constituyan la primera generación de la ascensión serán los nuevos Guardianes de la Tierra, y lo que quede por hacerse se logrará por medio de su amor expandido y sus centros de comunicación. Armonizarán nuevamente a Gaia en la resonancia, pues nacerán para realizar esa labor, así como vosotros vinisteis para ayudar en el nacimiento. Estas almas altamente desarrolladas ya se están preparando para venir, y muchas llegan justamente antes de que el vórtice os atraiga hacia su centro y os lleve a través del túnel.

Aunque os cueste creerlo, desaparecerá la tecnología tal como la conocéis, pues ya no la necesitaréis. ¿No es ése el camino de la evolución? ¿Por qué limitaros a una gran red mecánica cuando vuestras redes de comunicaciones se encuentran dentro de vuestro cuerpo celular y transmiten la mente a través de la Finísima Red y por el mar cósmico?

Los pensamientos y sus transmisiones, la información y toda la sabiduría de la existencia se pueden atraer hacia vuestra conciencia simplemente al captar ondas de pensamiento: ¡el surfing, en el más estricto sentido de la palabra! Pronto os enteraréis de la ironía de vuestros descubrimientos inminentes y reconoceréis como antigüedades las innovaciones de vanguardia de vuestra mecánica y tecnología contemporáneas.

¡Ese momento será «el tiempo real» como nunca lo habéis imaginado!

Nosotros, en verdad, oímos vuestros pensamientos: vuestro miedo colectivo de que el cambio os lleve a alguna existencia fantasmagórica como simples ondas de luz que atraviesan una esfera ambigua e irreal del «ser» en alguna parte del cosmos. Ese miedo profundo y no resuelto es un recuerdo subconsciente del paso por la zona gris, cuando atravesáis las diversas experiencias de nacimiento y muerte en vuestros ciclos de reencarnación. Aunque vuestra concepción actual de las relaciones espaciales limita nuestra expresión descriptiva de la zona gris, podemos decir que yace entre dimensiones o, más precisamente, entre estados del ser.

Sería aún más exacto que os la expliquemos como un universo paralelo, si podéis manejar ese término abstracto.
 
Cada vez que vosotros pasáis por el túnel de la muerte o el nacimiento, os enfrentáis con el vacío y tenéis que atravesarlo rápidamente. Conocéis el peligro, pues es lo que está más cerca de la no-existencia en un universo que, de lo contrario, está en vibrante movimiento y expansión: una especie de reflejo opuesto del Jardín del Edén. Este vacío existe en vuestra memoria celular, la cual se ha puesto de manifiesto como conciencia de raza en las enseñanzas de muchas religiones, en los jeroglíficos egipcios y en la mitología de los múltiples mundos que componen el Ser Universal.

Allí, en la cuarta dimensión, vais a estar muy llenos de vida y participaréis activamente en el despliegue de vuestro karma y del de Gaia. Habéis elegido formar parte de este gran drama evolutivo, y eso os hace aún más especiales. Experimentaréis la naturaleza como el florecimiento de vuestra divinidad, y dedicaréis la mayor parte de vuestra energía al reabastecimiento del Jardín.

Evidentemente, ya no estaréis centrados en lo físico y, por lo tanto, cambiarán muchos aspectos de vuestra experiencia actual. Se depurará vuestro cuerpo emocional, se retinará vuestra conciencia de la polaridad y disminuirán vuestras necesidades como seres conscientes. De hecho, en la cuarta dimensión desaparece el amontonamiento de cosas; se desvanece vuestra obsesión por las posesiones, pues el ego se silencia en ese nivel de conciencia. Muchas de las trampas que actualmente llenan vuestra vida no son más que reflejos de vuestra identificación con el ego, y veréis que la necesidad de ellas desaparece cuando salís de la tercera dimensión.

Lo que consideráis importante adquiere nuevas dimensiones y significados a medida que subís por la espiral. Más allá de la esfera de las sensaciones, ya no seréis consumidores ineficientes de energía ni generadores de desperdicios.

El alimento, vuestro combustible, será la luz; éste es uno de los cambios más significativos que os podemos describir abiertamente. Imaginaos que el cuerpo ya no requiere la comida que conocéis: Donuts, las hamburguesas de McDonald's y aun la gastronomía más refinada y exquisita de vuestra cocina mundial. Considerad todo el desperdicio que genera la necesidad de comida para el cuerpo, y sabed que el consumo de alimentos desaparece en la cuarta dimensión.

Solamente eso es un gran alivio para Gaia, pues, ¿qué porcentaje de la polución planetaria es producto de la necesidad de alimentos y los desechos que generan?

No nos referimos únicamente a los desperdicios que desecha el cuerpo, los cuales vertéis en vuestros océanos y lagos y se han estado filtrando cada vez más profundamente en la capa superior de la Tierra.

Os estáis ahogando en ellos; Gaia se está sofocando con ellos, jadeando y echando chispas.
·                     ¿Qué hay de los pulmones de Gaia, los árboles que se derriban para fabricar envoltorios y recipientes para vuestros productos alimenticios, o los bosques que se queman para despejar la superficie destinada al pastoreo de ganado, vuestro suministro de carne vacuna?
·                     ¿Qué hay de su sangre, el derroche de petróleo en forma de plástico, con el cual envolvéis y empacáis meticulosamente hasta el último bocado?
·                     ¿Y de los animales, los peces y otras criaturas marinas que vuestra hambre ha llevado a la extinción?
·                     ¿Qué hay de ellos?
·                     ¿Pensáis en la toxicidad de vuestros pesticidas y hormonas de crecimiento y en todos vuestros «nutrientes» artificiales, y el efecto que tienen en el suelo, las aguas y el aire de Gaia?
Por mucho que os entristezca el pensamiento de no celebrar ya los placeres sensuales de la comida y toda la gratificación emocional que os proporciona, tened la certeza de que el único combustible que realmente necesitáis es la luz. Esto os lo han mostrado los maestros a lo largo de la historia, quienes, mediante la concentración de la mente, han podido eliminar las necesidades físicas del cuerpo y sobreviven simplemente alimentando de luz al cuerpo eléctrico. Sin embargo, para vosotros esta práctica sigue siendo la excepción, en tanto que en las dimensiones más altas es la regla.

Como una observación superficial, pensad en esto: si no tenéis una buena relación con la comida y estáis empeñados en cambiar vuestros hábitos alimenticios, ¡tendríais que alegraros de saber que la lucha pronto terminará!

Entretanto, hemos hablado de preparación, de despertar el cuerpo de luz, y os hemos explicado que cada célula necesita luz. Lo que ahora estáis empezando a entender es que el cuerpo sólo necesita luz para existir en las dimensiones más elevadas. Éste es el aspecto que tal vez se os haya escapado, pues para vosotros es difícil entender el vivir en forma de luz. Por este motivo, muchos de vuestros mejores maestros, los verdaderos gurús y guías intentan mostraros la importancia de la comida y alejaros de la densidad de la carne.

Os preguntamos, una vez más: ¿cómo podéis evolucionar más allá de vuestro yo animal cuando os alimentáis de sangre animal y carne muerta?

¿Os moveréis físicamente para transportaros a otros entornos?

Aquí entramos en un área difícil de nuestras comunicaciones, pues debemos embarcarnos nuevamente en las teorías y consideraciones del no-tiempo, lo cual es sumamente difícil de entender para vosotros y más complejo aún de poner en palabras. No obstante, sabed que si os podéis trasladar hasta otro suceso cuando resonáis con el tiempo de su acontecimiento, también podéis viajar hasta un destino determinado si vibráis al unísono con sus coordenadas en la red cósmica.

Sentimos que no estáis del todo listos para desentrañar los misterios inherentes al paradigma del no-tiempo, de modo que simplemente os diremos que también desaparecerán vuestros medios de transporte actuales junto con los enormes desechos que producen, por cuanto vuestra evolución en el cuerpo de luz ya no requerirá de la mecánica ni de máquinas para llevaros donde deseáis estar. Al salir de la tercera dimensión, tendréis la libertad de moveros alrededor del planeta remontando las olas cósmicas del continuo espacio-tiempo.

¡Así surcaréis el espacio y entraréis y saldréis de las dimensiones más altas y más bajas!
 
Cuando percibís a seres en los éteres (energías o formas que parecen surgir de la nada), se trata de un ser consciente —o su forma de pensamiento proveniente de otro estado o tiempo dimensional— que ha encontrado resonancia en vuestro campo o en las vibraciones existentes en un sitio determinado y ha acudido a esa frecuencia para experimentar su campo de energía.

Tal vez, en el caso del karma no resuelto, ha regresado para sanarlo. Aquellos de vosotros que sois hipersensitivos generalmente percibís a dichos seres en forma de apariciones fantasmales transparentes, pero ésa no es una percepción correcta. Lo que sucede allí es que el ser que ha viajado a una dimensión inferior o, más específicamente, a una realidad más densa, no puede materializarse en ese nivel de compresión.

Por lo tanto, presenciáis una especie de representación holográfica de la forma de la entidad, la cual aparece y desaparece en vuestra percepción. Es similar a lo que sucede con un canal de televisión que no está bien sintonizado, donde veis las imágenes u escucháis las voces que se funden con otro programa, y aparecen y desaparecen intermitentemente.

Asimismo, esto se aplica a aquellos que han conseguido escapar de la zona gris, pues no estamos insinuando que todo lo que está más allá de lo físico sea necesariamente superior a vuestro reino en lo espiritual. Los seres que se hallan atrapados en la zona gris están afligidos porque no pueden evolucionar más allá de lo físico ni tampoco pueden volver a entrar a la esfera material; están atascados en la ilusión de la no-existencia, y su karma no resuelto los tiene atrapados.

Cuando pasáis sobre esa zona durante la transferencia, estas entidades intentan conectarse o adherirse a vosotros, en cierto sentido; lamentablemente, esto ocurre con más frecuencia de lo que podéis imaginar. Muchos bebés traen consigo adherencias por el canal de nacimiento, lo cual explica por qué algunos seres están tan atribulados en el transcurso de su experiencia en la vida.

Algunos de los que lidian con recuerdos perturbadores de una abducción extraterrestre seguramente han traído con ellos a uno o dos grises por el canal de nacimiento. En verdad, muchos individuos que se someten a regresión hipnótica para combatir el terror de esa experiencia ponen al descubierto sucesos que involucran visitas de extraterrestres cuya ocurrencia se remonta a la niñez más temprana.

Cuanto más lleguéis a entender sobre la resonancia, más cuenta os daréis de la forma en que las entidades se adhieren en diversos niveles. Vosotros, en verdad, atraéis formas resonantes de pensamiento, ya que están presentes en las personas que tenéis en vuestro entorno más cercano, así como también en las entidades de los niveles astrales.

En la zona gris no hay wam, no hay música; a través del vacío vaporoso pasa muy poca luz o sonido y, sin embargo, las ondas de pensamiento que proyectan vuestras vibraciones más bajas sí penetran sus límites y llegan a sus campos interiores profundos.

Ahora podéis entender, más que nunca, por qué tenéis que despejar vuestro campo antes de trasladaros por los cordones astrales de vuestra Deidad, pues aquellos de la zona gris en realidad esperan «adherirse» y viajar en vosotros a la luz.

Recordad que cuando proyectáis ondas negativas de pensamiento, es como si estuvieseis lanzando una cuerda de salvamento a un cenagal de arenas movedizas, pues quienes están atrapados pueden adherirse a esas formas de pensamiento y hacer que vosotros, literalmente, los saquéis del atolladero.

¿Os podéis imaginar, cuando ascienda el sistema solar entero, lo que eso podría significar para vuestro nuevo comienzo en la cuarta dimensión?



 


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