Canalizado por
Gillian MacBeth-Louthan
Se encuentran en
un lugar donde la arena y la marea se tocan. Aún no se han aventurado en las
aguas más profundas de la vida y la luz, ni en el océano de todo lo que aún
está por venir. Se paran en las orillas de sí mismos, preparándose para
tormentas invisibles. Están entrando en un océano de posibilidades puras, de
energías virginales que nunca antes tocaron la Tierra. Ellas llegan
como una marea alta inesperada. Día tras día, capa tras capa, ustedes y la Madre Tierra se
sumergen e impregnan de estas energías limpiadoras que se reciben en su cuerpo
físico y su luz.
Entrar en la
unicidad no es un viaje para los de corazón débil o intención débil. Es un
viaje para los que son valientes. Es un viaje para aquellos que pueden escalar
las montañas del yo, las montañas de la emoción y las montañas del pasado,
utilizándolas como peldaños mientras los reinos celestiales avanzan sobre la Tierra.
¿Alguna vez
pensaron que su naturaleza humana tenía luz? El cuerpo humano mismo irradia y
muestra una frecuencia de luz de monitoreo. Las moléculas dentro de la carne
tienen una luz hermosa. Ustedes ven a su humanidad como algo manchado, enfermo
y sucio que debe descartarse a medida que ascienden hacia una luz más elevada,
la luz de la Luz
de la Ascensión.
¡Yo vengo a decirles que acepten la luz de la carne, del cuerpo, de ser
humanos! Porque al reconocer y aceptar la luz humana estarán en posición de
recibir y no en un lugar de engaño.
Estas nuevas olas
de luz les entran ópticamente. Penetran en los orificios de su cuerpo. Entran
por cada abertura que tiene su cuerpo, dentro y sobre él. Ópticamente, el
cerebro las recibe linealmente; energéticamente, se reciben como partículas de
luz que se posan sobre ustedes y son absorbidas instantáneamente. Impregnan al
cuerpo humano con más componentes de luz molecular que lo que se haya recibido
anteriormente.
Permitan que su
humanidad brille en todo su poderío. Si separaran su cuerpo humano, su cuerpo
de luz o su alma y su mente (cerebro), verían que cada uno es una estrella
distinta que irradia una luz diferente. A medida que la alineación planetaria
se vea al amanecer, se convertirá en un reflejo de ustedes. Cuando todos los
planetas y estrellas se alinean, la luz se vuelve más brillante. La luz se
amplía y magnifica.
Eso es exactamente
lo que les sucede a ustedes cuando permiten que la luz de su cuerpo humano se
alinee con la luz de su alma y la luz de su mente. Cada aspecto de la trinidad
de la vida que son puede entonces resplandecer como estrellas brillantes y
mostrar su verdadera esencia. Alinéense con las estrellas dentro de ustedes,
con las galaxias que representan, que recuerdan, que contienen, y en las que se
están convirtiendo. Cada uno de ustedes mantiene un tipo distinto de
alineación, una octava diferente de frecuencia, de luz. Se están convirtiendo
en acontecimientos celestiales. Recuerden, como es arriba es abajo; como en el
Cielo, así en la Tierra. No
es más que un reflejo siempre. Miren a los Cielos en busca de explicaciones de
sí mismos.
Gillian MacBeth-Louthan
PO Box 217
Dandridge, Tennessee
37725-0217
www.thequantumawakening.com
thequantumawakening@Gmail.com
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Traducción: Margarita López
Edición: Susana Peralta
Sitio oficial de El Despertar Cuántico en español: www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Edición: Susana Peralta
Sitio oficial de El Despertar Cuántico en español: www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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