Te preguntas qué haces aquí, en este mundo en medio de toda esta gente.
No entiendes tanta maldad, tanta locura ciega y no soportas tanta injusticia. Desde pequeño nunca has encajado y has pensado que tú eras el raro.
Los golpes te han lesionado y tantas dificultades hacen que huyas mentalmente hacia el mundo que anhelas.
En el fondo es como si fueras de otro planeta y estuvieras aquí sin haber conseguido aterrizar completamente.
Un buen día despiertas, empiezas a entender las cosas y a encajar las piezas del puzzle.
Resulta que no eres tan raro, y que tu mundo imaginario es mucho más real de lo que creías.
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