Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
Traducción: Hedyn Núñez
Audio
Soy SRI AUROBINDO. Hermanas y Hermanos en Humanidad, les doy la Paz. Vengo a ustedes,
hoy, como Melquicedec del Aire, con el fin de darles una serie de elementos.
Estos elementos, de algún modo, son referencias. No son elementos en ningún
caso que deban adoptarse, sino que deben constatarse y observarse por lo que se
refiere al despliegue de su Luz y al acceso a la Unidad. Mi objetivo no
es volver, por lo tanto, sobre los accesos al Êtreté, sobre las Vibraciones
(que les fueron desarrollados largamente), ni tampoco darles elementos
suplementarios sobre los Cuatro Pilares del Corazón (que son efectivamente las
normas a observar para acercarse a la Puerta Estrecha ).
Vengo más bien a darles las señales que se manifiestan, a ustedes dentro de la
conciencia misma de la personalidad, por la acción de la Luz , y que son los testigos
que pueden, más allá de ésta conciencia, darles la prueba de vuestro despliegue
de la Luz y la
manifestación real y concreta, de vuestra Unidad. Eso completará un poco lo que
dije, durante mi vida, con referencia al supra Mental (en el Yoga Integral,
pero más adaptado y más allá del yoga), sobre lo que puede observar la
personalidad en este despliegue de Luz y en este pasaje de la Puerta Estrecha.
Ya que efectivamente, la Luz
actúa en la estructura humana, a todos los niveles. Que eso sea, en el cerebro,
en el corazón, en la energía o en la célula. Todo eso ya lo había anticipado en
mi última encarnación. Voy sobre todo a insistir entonces, sobre lo que se
desarrolla dentro de la conciencia de la personalidad, a medida del despliegue
de la Luz Unitaria
y la transformación o del paso de vuestra conciencia dividida a la Conciencia Unificada.
Abordaremos eso acerca de los distintos capítulos.
La Luz no es una reivindicación, ni es una
elección: es un estado. El período de las opciones existió aquí, hace algunos
años. Lo que debe establecerse hoy, es la evidencia de estas opciones. El que
cree aún que tiene que elegir, está en la personalidad. Ya que el que está bajo
la égida de la Luz
sabe que no tiene nada que elegir. A través de estas pocas palabras, espero
haberles aportado algunos atisbos más, en vuestra vida, concerniente a la
acción de la Luz
y la acción de la personalidad, que a todo se opone.
La Luz no está nunca contra lo que sea. La Luz Es , y eso es todo. Es
profundamente diferente responder a la
Luz , por la Luz ,
que responder a la Luz ,
por la personalidad. Eso va a resultarles cada vez más evidente, si es que
viven la Luz. Ya
que cada uno recibe según su vibración y la Luz penetra cada vez con más intensidad, en las
estructuras físicas y psicológicas, en los cuerpos sutiles, según el lugar que
está abierto. Si están abiertos a nivel del poder, la Luz reforzará el poder. Si se
abren a nivel del yo y del ego, la
Luz reforzará el yo y el ego. La Luz no puede ir sino allí,
donde está abierto. Y ustedes son responsables de ese allí donde están
abiertos.
El primero de los capítulos que voy a abordar se refiere al
comportamiento mismo de la personalidad. Por supuesto, no volveré a hablar de
los Cuatro Pilares del Corazón, porque son una evidencia y se habló de eso
suficiente y ampliamente. El comportamiento del que se acerca a su Unidad y que
la vive, no puede ser en ningún caso superponible o asimilable a lo que era, en
el marco de la conciencia de la personalidad, antes de manifestarse la Unidad. ¿Cuáles son estos
comportamientos? Ellos se derivan directamente de la transformación de la
mente, de la transformación del cuerpo y de las emociones. Van a traducirse en
elementos importantes, en primer lugar en sí mismo y, a continuación, en las
relaciones, en las comunicaciones y las Comuniones posibles, que puedan
producirse sobre este plano en el que están.
En primer lugar, en Sí mismos. Al Interior de Sí aparece lo que
llamaría una certeza y una evidencia Interior. Esta certeza y evidencia
Interior no son resultantes de una creencia, ella es directamente resultante de
lo que vive la conciencia. Se traduce en paz, en tranquilidad, en alegría,
independientes de todas circunstancias exteriores. Esta transformación de la
personalidad va a dirigirse hacia una mayor dulzura, de la personalidad misma,
no al hecho de lo que pasa, lo que que podría llamarse una clase de borrado. El
borrado del yo es, efectivamente una constante cuando el Ser se desarrolla. No
hay más reivindicación en la personalidad que comienza a integrarse en la Unidad. Es la
inteligencia de la Luz
que actúa: no existe más voluntad de Luz, no existe más voluntad de conocimiento
de cualquier cosa. Porque la Luz ,
como se les dijo, es desde ese momento la respuesta a toda interrogación. Es la
evidencia de esta respuesta que hace desaparecer de la mente, la inquietud, el
concepto mismo de interrogación sobre lo que se vive, porque efectivamente, lo
que se vive es una evidencia, como si la conciencia encontrara su verdadera
naturaleza.
Al Interior de Sí, no puede existir más miedo y si se manifiesta un miedo, es la evidencia de
su eliminación. El miedo parece desaparecer, lo que no hace del ser un ser
intrépido que toma todos los riesgos, sino al contrario, un ser que va a vivir
y a manifestar en él, un sentimiento de ecuanimidad y realidad en un humor
igual. Este humor igual va a manifestarse, cualesquiera que sean las tareas a
realizar, sean materiales u otras. Todo está como inscrito en la misma
ecuanimidad, en la misma facultad para realizar la tarea, cualquiera que sea,
con el mismo interés. Este interés, no es ni un placer ni una dificultad. Es la
normalidad (y vivida como tal por la personalidad) de lo que debe cumplirse en la Luz , en la Alegría , sin depender de
la tarea misma. Hay, como un desacoplamiento de lo que antes eran las alegrías
de la personalidad o los elementos menos agradables de ésta. Ya se trate de una
tarea diaria, hacer un favor o simplemente llevar a cabo una actividad, o el
conjunto de estas tareas, que se encuentra la forma misma de vivir el desapego
que no es ni desinterés, ni abandono de la tarea, o del placer en cuestión,
sino más bien, un sentimiento de presencia intensa en la actividad que se
realiza. El ser prueba ahí, una forma de lucidez, una forma de presencia de sí
mismo, estando presente en este mundo, pero con una mayor agudeza. No olviden
también que el despliegue de la
Luz se traduce por la puesta en acción de la Inteligencia de la Luz , del principio de
atracción y de resonancia, viniendo de algún modo, a substituir (poco a poco y
en definitiva, completamente) a la ley de acción/reacción. Y la personalidad
sigue el mismo camino. Es decir el conjunto de las acciones que se emprenden no
estarán ya vinculadas a cualquier reacción sino, siguiendo las líneas de menor
resistencia a la Luz. Lo
que debe cumplirse, se cumple sin cuestionarse, en el mismo humor y en la misma
satisfacción. No de la satisfacción de lo que debe cumplirse, o realizarse, o
de la tarea que debe hacerse sino más bien, en la satisfacción de estar
presentes en sí mismo y lúcidos de sí mismo.
En medio, ahora, no ya de sí mismo, sino de la relaciones afectivas, emocionales, sociales
o digamos de una relación entre dos seres, va a ser cada vez más difícil (para
esta personalidad que vive el despliegue de la Luz ) emitir el menor juicio. Que esto sea una
condenación, o un juicio, o un acuerdo otorgado al otro. Porque desde entonces,
hay una aceptación (porque se vive este elemento) de que el otro es una parte
de nosotros mismos y él manifiesta completamente su libertad, cualquiera que
sea su acción, no tiene que juzgarse, ni aprobarse, ni condenarse, ni
rechazarse. Eso manifiesta una nueva dulzura en las relaciones, donde todo
parece más evidente, más fluido y más fácil. Donde no hay tampoco necesidad de
aclarar un comportamiento y una acción, porque ésta efectivamente va a fluir de
la fuente y se desarrolla, generalmente, sin palabras. No hay pues necesidad de
aclarar, menos necesidad de palabras, menos necesidad de mente, ni necesidad de
seducir, ni necesidad de adherir, porque la Comunión y la Gracia actúan ahí, en ese momento.
Por supuesto, a veces en esta personalidad, pueden presentarse
situaciones o seres que no tienen, de verdad, la misma actitud ni el mismo
estado. Tampoco ahí puede haber juicio ni condena, sino simplemente la
aceptación, real y concreta, que todo está en su justo lugar y, lo que puede manifestarse en ese momento,
como elemento viniendo a limitar la paz y la serenidad, sólo está en definitiva
allí para permitir hacerlos crecer aún más, en la paz y en más serenidad. La
conciencia de la personalidad que vive la Luz no es ya propensa, a primera vista, a los juicios
y a las suposiciones. Ella deja desarrollar el marco de la vida en la misma
tranquilidad. No hay contradicción, no hay oposición, hay sólo una justa
aceptación de lo que se desarrolla, bajo el ojo de la conciencia que se aclara
y que comienza a vivir la
Unidad.
Por supuesto, a medida que la Luz penetre las estructuras del cuerpo, como de
la conciencia fragmentada, van a desaparecer una serie de elementos, que antes
aportaban lo que el ser humano normal llama placeres. Que estos placeres estén
vinculados a todo lo que hace la vida, en esta Dimensión que recorren, y que
recorrimos unos y otros. Hay cada vez menos atracciones que se manifiestan
hacia todo lo que es visual, todo lo que es fabricado por este mundo. No hay
desaparición del deseo, sino una transmutación del deseo hacia lo que es
auténtico y no fabricado. Que eso concierna a la alimentación, como el hecho de
querer más bien observar paisajes naturales que observar paisajes en la tele.
Todo parece desarrollarse más fácilmente. No hay incluso más
interrogaciones sobre el por qué o el cómo de tal acto o la justificación de
tal acto. La conciencia se desvía espontáneamente de las adiciones, que éstas
se refieran a la necesidad de algunos alimentos, o a ciertas adiciones reales
(como el alcohol, el tabaco o las drogas). Hay menos necesidad para la
conciencia de estar tranquilo, incluso en las relaciones. Las relaciones se
viven, efectivamente, de corazón a corazón, y no en la personalidad. Es decir,
no hay necesidad que pedir una prueba exterior. No hay acuerdo que buscar fuera
de sí, puesto que el acuerdo se encuentra dentro de Sí.
Todo parece desarrollarse con más Presencia. El tiempo no pasa y no
se desarrolla según la misma sincronización y la misma rapidez. Hay una
alteración, una desformación del tiempo, tal como podía vivirse antes, por la
personalidad. Que éste se acelere o se retrase, él ya no es el mismo.
Y sobre todo, la conciencia que vive y que se acerca a esta Unidad,
no tiene ya que demostrar o que mostrar cualquier cosa. No depende ya de la
mirada exterior. No depende ya de la situación exterior, ni de una
interrogación Interior, en cuanto al sentido de lo que se vive y en cuanto al
sentido de lo que debe manifestarse o concretarse, en una relación o en un
futuro.
La conciencia fragmentada que vive la Luz en la personalidad, se
encuentra también cada vez menos afectada por los sufrimientos del pasado,
cualquiera que sean. Todos los sentimientos de carencia, de abandono, de pérdida,
de miedo, parecen más lejanos. Se diluyen mucho más fácilmente en la conciencia
del presente y no afectan ya al presente. La mente, como se les dijo, no es ya el maestro de a bordo, sino la
conciencia misma. La personalidad no busca ya exteriormente una respuesta,
cualquiera que sea. No hay más interrogantes sobre el sentido de su vida (o, en
todo caso, cada vez menos). No hay que encontrar una explicación a lo que se
desarrolla. No hay tampoco necesidad de justificación a lo que suceda, porque la Fluidez de la Unidad , y la evidencia de la Unidad , forma parte de la
vida de esta persona, en grados más o menos intensos, pero que se despliegan a
medida que la personalidad comprende y acepta que la acción de la Luz será cada vez más justa,
cada vez más perfecta, y la acción de la personalidad más esclarecida.
La personalidad que vive su integración en la Unidad , no tiene nada que
probar, porque su Presencia es la prueba. No hay búsqueda exterior para
satisfacer una carencia, puesto que no existen ya más carencias, al interior de
Sí. El Ser se vuelve total, en sí mismo. Esto se manifiesta a menudo durante la
activación de lo que se llama el duodécimo cuerpo: el Andrógino Primordial, el
punto AL, situado en la nariz (justo sobre la punta de la nariz - esquema al
pie del mensaje).
Las palabras son justas y sopesadas porque la conciencia
conceptualiza y verifica por sí misma, que la palabra se convierta en Verbo y
que el Verbo se vuelva eficiente, que puede dar la vida como matar. Hay pues,
un empleo de la Vibración
justa y, la Vibración será justa,
cualquiera que sea la palabra empleada. No es ya el contenido de una palabra lo
que es importante, sino la
Vibración de la palabra que es pronunciada, haciendo que,
incluso ante un interlocutor que no está en la misma Vibración, la palabra no
se percibe de la misma manera, porque éste es portador de una Vibración
realmente diferente. Eso corresponde a la activación del undécimo cuerpo,
llamado también el Verbo Creador: el punto IS del labio superior (en el del surco
naso- labial entre la nariz y el labio superior - esquema al pie del mensaje).
Existe una mayor capacidad, para el ser que vive el fin de la
fragmentación, a entrar dentro de Sí y manifestar el Corazón. No hay necesidad
ya de preparación. No hay necesidad ya de una meditación de larga duración, con
el fin de hacer callar el mental y el emocional. La oscilación total en el
Corazón se hace entonces de manera cada vez más rápida, más natural y cada vez
más fácil.
La personalidad entonces se vive como una herramienta y no como lo
que está sobre el escenario. Los defectos que podían existir antes, se
manifiestan cada vez menos. Que sean los miedos o las prácticas
comportamentales (salidas de los mecanismos vividos durante la infancia), hay
efectivamente, una sabiduría muy real, que aparece, incluso en la personalidad.
Esta sabiduría se traduce en una pasividad, un sentimiento de estar en Alegría,
sin exuberancia. La personalidad, efectivamente, no tiene ya nada que probarse
a sí misma, ni fuera de sí misma.
Las relaciones son mucho más fluidas, tanto con un prójimo como con
una fuerza armada. Porque hay una evidencia de su propia Presencia que vuelve
caduca toda agresión, de uno como de otro. Por supuesto, ya lo dijimos, el
desfase es demasiado importante entre el que manifiesta la Luz y el que la rechaza, la Luz (para el que tiene miedo),
y eso puede dar una determinada forma de confrontación, a veces violenta. Pero
ésta tiene la particularidad de no durar y de nunca instalarse. Porque la Luz , a medida que el tiempo
pasa, resulta cada vez más evidente, cada vez más majestuosa y ella actúa, por su Inteligencia, viniendo a substituir,
hasta cierto punto, a la inteligencia de la personalidad.
El desarrollo de la vida misma, va a hacerse con mayores manifestaciones
de sincronicidades. Basta que la personalidad exprese, en este final de
fragmentación, no un deseo, sino por ejemplo la necesidad de algo, para que
este acontecimiento o esta cosa se manifieste extremadamente rápido. No hay
demanda: hay simplemente la expresión de una necesidad, que eso sea de una
relación, de un encuentro o de un acontecimiento. Y este acontecimiento va a
manifestarse, a concretarse, en un intervalo de tiempo que va a ser cada vez
más corto. El pensamiento se vuelve realmente creativo, no en una proyección de
ilusión de la conciencia, de un futuro mejor, o de una mejora de cualquier
cosa. Pero ella tiende a producirse con simultaneidad a partir del momento en
que la fragmentación de la conciencia cesa (con una mayor evidencia, y de
manera cada vez más evidente) en acontecimientos cada vez más simples, como
cada vez más complejos. Así, lo que podía parecer insoluble (como dejar un
trabajo, como dejar un medio ambiente) se realiza sin que se comprendan
realmente los mecanismos. Porque los mecanismos de la Luz no podrán nunca ser
explicados por los mecanismos de la acción/reacción. La Gracia va efectivamente, en
ese caso, a llenar la vida. La conciencia se vuelve no influenciable y no
sumisa, que eso sea en el propio cuerpo en el cual está, o en las opiniones de
los otros, incluso si ellos son escuchados con benevolencia. La certeza
Interior se desarrolla, cada vez más, en los comportamientos y las acciones.
Todo se desarrolla con mucho más facilidad que antes. No hay que luchar contra
un elemento: un elemento que antes, hubiera suscitado una reacción y una lucha,
desaparece simplemente por sí misma, por la acción de la Luz. Eso concierne tanto
a los hechos poco importantes, como a los hechos más importantes de la vida. No
hay diferencia para la Luz ,
entre lo que la personalidad podría llamar un hecho insignificante como un
hecho importante. Para la Luz ,
su Inteligencia se manifestará tanto en el hecho de encontrar un lugar para
aparcar un vehículo, que en un encuentro que va a aportarles lo que había sido
emitido por el pensamiento, concerniente por ejemplo, a encontrar una persona
que va a corresponder exactamente a la necesidad que se expresó, sin haberlo
pedido.
Todos estos elementos, en el desarrollo de la vida y los
comportamientos, son exactamente los marcadores más precisos, que la conciencia
dirige hacia la Unidad.
Otro elemento importante: cualquiera que sea el estado del
cuerpo, que sea su edad, o la desventaja de este cuerpo, que éste permanezca o
que éste desaparezca (por la acción y la Inteligencia de la Luz y no por la voluntad
personal), la conciencia vive eso, no como una desventaja, sino precisamente
como un factor de transcendencia y desarrollo. Eso no es solamente un cambio de
punto de vista, sino un cambio completo y radical, de la conciencia. Todo lo
que antes podía resultar, al ojo de la personalidad, como una prueba, no es más
una prueba sino una vivencia, un factor de superación que, incluso, si no se
comprende ni integra, lo será de todas maneras en otro momento, sin que la
personalidad o la mente tenga de verdad una implicación.
La personalidad va a observar también que las emociones, que estén
vinculadas al presente o a las heridas pasadas, son un peso cada vez menos
apremiante, y menos activo, sobre el
estado presente. Existe pues, un desacoplamiento real y concreto, de sus
propias emociones. Lo que es profundamente diferente de querer actuar, en la
personalidad, para suprimir por la voluntad, tal emoción o tal herida. Es la Luz que actúa. La conciencia
es perfectamente lúcida: no es ya ella que decide actuar, sino de verdad, la
conciencia deja actuar a la Luz ,
porque su acción será siempre más eficaz y más justa que la personalidad.
El conjunto de estas señales son de verdad los testigos de la
instalación de la
Conciencia de la
Unidad , acompañados desde luego, por mecanismos Vibratorios
de la Luz que les
son conocidos. La vida, vuestra vida, va a ponerles exactamente frente, a lo
que es necesario y útil, para ir siempre más hacia la integración de la Luz y hacia más Unidad. No hay
ya que plantearse nada. A menudo las personalidades, en vías de integración en la Luz Unitaria ,
perciben fácilmente, que en general todo se vuelve más fácil y, que incluso los
momentos en que la inmersión en la
Luz se vuelve tal, no hay más posibilidad para la
personalidad de expresarse (sea en los momentos elegidos, de Alineación, o en
momentos que les son propios), si bien, hay una aceptación de la acción de esta
Luz. Porque la conciencia misma de la personalidad se borra y concluye entonces,
que la Luz no
viene a agredir, no viene a impedir que haga lo que estaba haciendo, sino a
participar en vuestra propia Liberación.
De hecho, la propia personalidad acepta que no tiene ella misma que
liberarse, de lo que sea, porque es la
Luz misma que libera. Eso hace desaparecer, por supuesto, la
voluntad, la voluntad de bien. Eso hace desaparecer, por supuesto, todos los
conceptos de moral, de creencia, de adhesión a ritos, cualesquiera que sean,
convergiendo en establecer la libertad y la autonomía, como diría también
HERMANO K (en su intervención del 31 de Octubre y el 6 de Noviembre), que les
permite entonces manifestar la conciencia liberada de todo obstáculo, más allá
de la acción voluntaria en el bien y más allá de todo mal. Puesto que la unificación
de la conciencia se traduce en una acción de tipo unitaria, en que la primera
característica es la
Gracia. La vida puede volverse mágica. La vida puede pasar a
ser como una evidencia total que basta con recorrer, sin manifestar nada como
voluntad personal, sin desear nada, puesto que, en cualquier caso, la Gracia de la Luz manifestará y
concientizará en ustedes, en vuestra vida, lo que es estrictamente necesario.
Paralelamente al borrado del yo, y a la reivindicación de manera
general de la personalidad, la dulzura se establece de manera cada vez más
evidente, en el conjunto de las relaciones. La dulzura no quiere decir
remilgos, porque recuerdan también que existe una cierta forma de
Transparencia, de Ética y de Integridad, que sobrepasa largamente el marco de
la personalidad, que se conecta directamente al Espíritu. A partir de entonces,
la Luz no puede
aceptar la menor toma de poder sobre sí, la menor autoridad expresada por una
personalidad. Eso no va a traducirse en un conflicto, ni en una resistencia o
una oposición, sino en la disolución de dicha autoridad, en la desaparición de
la toma de poder mismo. En efecto, la
Luz no actúa contra la sombra. En efecto, la Luz no actúa contra un
elemento que pertenece a la personalidad, sino viene simplemente a
transmutarlo. Y no es la personalidad que decide transmutarlo, es la Inteligencia de la Luz que actúa. La
personalidad, la conciencia fragmentada, toma entonces conciencia, si se puede
decir, de la acción real y concreta de la Luz. No hay, por lo tanto, ya nada que buscar
exteriormente, puesto que la Luz
actuará para colmar toda falta, toda herida, toda cicatriz, toda insuficiencia.
Hay pues una conciencia y una nueva confianza que aparece, que está
más allá de la confianza en sí, mucho más allá de la confianza en la Luz y que se convierte en una
evidencia de la Luz. Esta
evidencia de la Luz
es una confianza absoluta, que no está condicionada a algo, que no está
condicionada absolutamente a nada que venga de la personalidad. No depende
tampoco de circunstancias exteriores, no depende en el momento de la energía de
la persona. Hasta cierto punto, se establece por sí misma, a medida que la
personalidad acepta jugar el juego del borrado precisamente de este yo. Una vez
más, comprendan que no es una voluntad personal de la personalidad. No es la
personalidad que va a obligarse a sí misma. Es la acción de la Luz que actúa y sin ningún
apremio. Lo que es profundamente diferente. A medida que la Luz es integrada y vivida, la
personalidad se aleja de todos los modos de funcionamiento previos. No hay en
realidad ya, una búsqueda espiritual, porque la Luz es la respuesta a toda búsqueda, haciéndoles
entonces concientizar que no hay nada que buscar, que no hay nada que colmar,
que hay solamente y efectivamente que Ser y que todo se hará en el Ser y no por
una voluntad de hacer el bien o de defender cualquier posición de la
personalidad.
A partir de ese momento, la
Luz va a penetrar y a transformar la personalidad y ésta se
borrará totalmente ante la Luz ,
no obligada, ni como una voluntad, sino como una evidencia, que permite a la
conciencia liberarse de todas las cadenas, de toda esclavitud y sobre todo de
todas las ilusiones. Entendiendo por ilusión el conjunto de los
condicionamientos, nacidos de la moral, la educación, las creencias, religiones
y leyes del alma misma. Puesto que el Espíritu que se instala libera,
completamente, el alma y el cuerpo. La transformación se vive en el cuerpo,
como se les dijo, pero la conciencia sabe que no es este cuerpo. No como un
deseo de huir de este cuerpo, no como una voluntad de excluirse del mundo, sino
al contrario, de estar completamente presente en este mundo y en este cuerpo, a
otro nivel y en otra realidad.
Por supuesto, esto se acompaña de la aparición de lo que ya se ha
explicado: la visión etérica, la ampliación de los sonidos del alma y los
sonidos del Espíritu, la aparición cada vez más clara del sonido del cielo y el
sonido de la Tierra ,
donde sea que estén. Todo eso va a contribuir a establecer el alma y el
Espíritu, en su nueva Verdad, que no es ya la verdad de la personalidad. No existe más pasado que pueda interferir en
el presente y en este momento. No existe ya un futuro que pueda modificar el
humor del presente. No hay ya que buscar cualquier cosa exterior o en el
futuro, ya que efectivamente, desde entonces, para esta conciencia que vive la
integración de la Unidad ,
ya todo se ha cumplido. Y esta conciencia ya no es dependiente de cualquier
acontecimiento exterior. No es ya dependiente de la Ascensión Colectiva
de la Tierra
porque ella ya ha Ascendido. Y, en consecuencia, se vuelve suave, dulce, ella
vive la esperanza y la paciencia, no es impaciente de cualquier cosa porque se
desacopla de la evolución lineal del tiempo.
Los mecanismos Vibratorios pueden en, por supuesto, pasar a ser más
importantes, que eso sea durante la noche, o en momentos que no decidieron.
Esta inmersión en la
Vibración y la
Luz se traduce entonces, en una desconexión, cada vez más
intensa, de los métodos de funcionamiento de la personalidad. Los pensamientos,
la razón y la mente, no parecen ya estar condicionados por cosa alguna. Están, por otra parte, generalmente,
en la incapacidad de actuar como actuaban antes. La evidencia de la Luz se vuelve tal que no puede
existir más lugar para interrogaciones. Así el comportamiento va, por lo tanto,
a cambiar completamente. El ser se libera enteramente de las condiciones de
este mundo, estando en él. No se somete ya a nada, a ningún ser, a ninguna
autoridad, respetando al mismo tiempo las leyes de este mundo, porque sabe que
no está ya insertado en estas leyes, sino que es necesario, sin embargo,
respetar la libertad del otro y sobre todo la libertad de las leyes,
cualesquiera que sean, incluso las dictadas por la personalidad.
La conciencia de la personalidad que se integra capta
pertinentemente que no hay que oponerse, que no hay que luchar, incluso contra
la opresión. Porque la opresión no hace más que reforzarla, si se lucha contra
ella. La ley de la acción/reacción, como ya lo saben, es sin final y eterna, en
este mundo. La personalidad que vive la integración en la Unidad , ve su vida
transformarse real y concretamente. Todo se vuelve más fácil: ya no hay lucha,
ni hay resistencia, ni más sufrimiento, ni más juicio, ni más interpretación.
Hay simplemente conciencia que es cada vez más lúcida de sí misma, que se
instala en la Vibración
de la Luz. Todos
estos mecanismos que viven, en distintos grados, traducen vuestro propio
mecanismo ascensional individual
Es la instalación en un mayor número, en esta conciencia, lo que ha
permitido inicialmente, la instalación de la Merkabah
inter-dimensional Colectiva, convirtiéndose hoy, en la posibilidad de vivir la Comunión y la Gracia , que va a traducirse
en la Ascensión
Colectiva , en un momento dado.
Nuevas percepciones Vibratorias se hacen día. Ya sea a nivel de los
nuevos cuerpos o a través del Canal Mariano.
La conciencia se vuelve cada vez más lúcida sobre los juegos de su
propia personalidad, como toda personalidad, y sin ningún juicio. La persona se
hace consciente de la diferencia, que ya había establecido durante mi vida,
entre el prana (la energía vital etérica y el fuego eléctrico, como diría
HERMANO K) y la energía del Citta o del Plano supra Mental, como yo lo llamaba.
Porque la energía es algo que circula, como una emoción. Es algo que estremece,
que se desplaza de un punto a otro del cuerpo. Mientras que la Vibración , no tiene que
desplazarse. Ella se instala, en el silencio y la inmovilidad de la Vibración , que señala el
paro de la emoción y de la energía. El prana no será nunca el Citta, o la Energía Supra
Mental. La distinción va a ser cada vez más fácil a captar por la conciencia, a
medida que haga la experiencia. Percibirán inmediatamente, en una relación, o
en un acontecimiento, cualquiera que sea, si éste se inscribe en la Vibración de la Luz o en la energía de la
emoción. Y eso se refiere también a las relaciones entre dos seres.
El que se instala en esta Conciencia Unificada no puede ya ser
engañado, ni por las palabras, ni por las actitudes, ni por los
acontecimientos. Porque sabe instantáneamente, por la calidad Vibratoria, sin
hacer ningún juicio, si lo que se desarrolla (en una relación o en un
acontecimiento) está bajo los auspicios de la Luz , o bajo la influencia de la emoción. Dicho de
otra manera, el alma, la conciencia y la personalidad se vuelven lúcidas de las
interacciones que se regulan bajo la acción del ego y el poder, de lo que se
desarrolla bajo la
Inteligencia de la
Luz , en libertad, autonomía y el respeto total. Sin
plantearse interrogantes, sin preguntarse, porque la respuesta está en la
vivencia misma.
Entonces ninguna conciencia Liberada puede ser engañada por otro
ser o por una situación. Porque el alma, la conciencia y la personalidad, ven
directamente más allá de las apariencias, más allá de lo que se da a ver, por
la situación o por un ser con el cual tiene una relación. Todos estos cambios
son perfectamente observables. Son graduales y se instalan, cada vez más, en
intensidad, como en duración.
Recuerden que no es obligados por algo, que van a vivir eso. Sino,
solamente respetando los Cuatro Pilares del Corazón. Es decir, aceptando la Transparencia : no
tienen nada que ocultar, no hay nada en ustedes que sea sometido a algo.
Volviéndose humilde, viviendo la
Humildad real: es decir, no reivindicar nada que no sea el
momento presente (que eso sea una vida pasada, que eso sea un estatuto). Ya que
todo estatuto espiritual sería, en sí mismo, ilusorio. Mientras se definan en
un estatuto, se equivocan. La
Humildad más total es ésta.
Porque cuanto más comprendan y vivan este concepto de Humildad, más
crecerá la Luz. Eso
se volverá, para ustedes, no un mecanismo intelectual, sino la verdad de
vuestra vivencia. La
Simplicidad es esencial porque la Luz es simple: que eso sea en
el desarrollo de vuestras vidas, relaciones o acontecimientos que llegan, si no
es simple, no es la Luz
sino la voluntad. Llegarán, cada vez más fácilmente, a hacer la diferencia
entre los dos. Por supuesto, la
Puerta de la
Infancia (la
Pobreza ): es aceptar y vivir el hecho de que no hay nada que
explicar porque la Luz
es la respuesta. El hecho de que no hay nada que comprender, ni hay nada que
buscar, como explicación, en un pasado o en una cadena lógica, cualquiera que
sea, les pone al abrigo de vuestro propio mental, no como una voluntad de
hacerlo callar, sino más bien, como un Abandono a la Luz y una renuncia, tal como
eso se definió. Por lo tanto, la acción de la Luz va a resultar cada vez más evidente, no a
comprenderse sino a vivirse, a partir del momento en que respetan los Cuatro
Pilares del Corazón.
Mientras exista, en la personalidad, una voluntad de apropiarse de
vuestra vida o de las vidas pasadas, existe una voluntad de reivindicación de la Luz , o expresen el libre
albedrío o lo reivindiquen, no pueden ser Libres. Porque la Libertad no tiene nada
que ver con el libre albedrío. La
Libertad es la
Gracia , no es el libre albedrío. Éste último es la coartada
encontrada por el alma y la personalidad para expresar un camino espiritual,
haciéndole creer en la
Libertad , dándole un sucedáneo de Libertad, pero esto no es la Libertad. La
Libertad, realmente experimentada, está más allá del libre albedrío porque no
es lo mismo. No son ustedes, en la
personalidad, que hacen las elecciones, es la Luz , que por su Inteligencia,
actúa en la vida, en vuestra vida, en vuestras relaciones, en vuestras interacciones y en vuestras
comuniones.
Todo eso se hace, progresiva o brutalmente, pero es realmente la
toma de conciencia que les dan la validez y autenticidad, los testigos y
marcadores de vuestro acceso a la
Unidad. Si son honestos con ustedes mismos, constatarán, en
lo que llegó a ustedes últimamente (en relaciones o en acontecimientos), que
les es extremadamente fácil ver la acción de la Luz y la acción de la no luz, en vuestra vida.
Estos marcadores, una vez más, no son para establecer. No son una
dificultad, pero se derivan directamente de la instalación de la Luz. No son pues, normas a
querer manifestar en vuestra vida, porque mientras quieran manifestarlas como
normas, es sólo la personalidad que las manifiesta. Por el contrario y,
evidentemente, desde que aceptan la acción de la Luz enteramente, más allá de soltar todo,
abandonarse a la Luz
y renunciar a cualquier acción, constatarán, por ustedes mismos, que todo se
vuelve evidente y simple.
Por el contrario, si la personalidad se mezcla y ustedes están
abiertos a la Luz ,
¿qué pasará? Exactamente el revés: todo se volverá cada vez más difícil, cada
vez más conflictivo y cada vez más temible a vivir. Esto no es ni un castigo,
ni una reprimenda, sino los resultados de vuestra propia acción que se opone a la Luz. Cuando les
decimos que la Luz
es una Gracia y que es necesario sustituir la comunicación por la Comunión , es una
evidencia para el que lo vive. Es necesario aún aceptar vivirlo y confiarse a la Luz. Eso requiere
efectivamente, la disolución cada vez más rápida del yo en favor del Ser.
La personalidad trae todo hacia ella, a su experiencia, a su
vivencia, incluso de Luz. La Luz
da y devuelve al Universo lo que se vive. La personalidad no se apropia ya de
nada. Pasar a ser Transparente, es también eso. No es solamente estar de acuerdo
con lo que se piensa y lo que se cree. Es aceptar esta evidencia, no como una
voluntad, sino como la realidad de lo que debe vivirse. Lo mismo que el
concepto de Abandono a la Luz ,
tal como lo había desarrollado ANAEL aquí, hace más de dos años, podía ser
complejo a aclarar, en tanto que hoy, los resultados de este Abandono a la Luz (o de este no abandono) se
hacen cada vez más evidentes y patentes en vuestras vidas. Los testigos que
observan, en el desarrollo de vuestras vidas, deben pues permitirles, no de
luchar contra esta ausencia de testimonios, sino más bien, de centrarse en el
Corazón, en el centro de los Cuatro Pilares.
Simplemente estar presente en el momento, no estar ya en la
proyección de un futuro o en un pasado que no existe, sino penetrar plenamente
en la Conciencia
Unitaria , vivirla e instalarse ahí. Cualquiera que sea el
devenir, no hay otra manera de vivir la Ascensión. Según
la aceptación de la Luz
(en su acción o en su evidencia) o la acción de la personalidad (que mantiene
por voluntad personal, otra cosa que la
Luz ), los resultados
serán, no lo duden, lo opuesto uno del otro. Retengan que la Luz será en vuestra vida
siempre simple en su expresión y en su manifestación. La personalidad se
volverá cada vez más compleja, en oposición, en resistencia, en no-Abandono.
Es la toma de conciencia lo que actualmente debe llevarse, porque
se hace evidente en las vidas de todos los humanos, donde sea que estén,
cualquiera que sea su devenir, cualquiera que sea su vibración. Porque todo lo
que no es Transparente se volverá cada vez más opaco. Porque todo lo que no es
Simple se volverá cada vez más complicado. Porque todo el que no está en la Humildad se volverá cada
vez más orgulloso. Porque todo lo que no está en la Pobreza del Espíritu se
volverá cada vez más complejo e insuperable. Ustedes ven las consecuencias,
directamente en vuestra vida personal, reflejando la Inteligencia de la Luz. Vuestro cuerpo
lo reflejará, también.
Todo esto no es un castigo, sino la justa retribución, no de un
karma, sino resultante de la ley de atracción y de resonancia de la Luz y del estado Vibratorio de
vuestra propia conciencia, en este mecanismo de Pasaje del ego al Corazón, en
el Paso de esta Puerta Estrecha. Recuerden, que los Arcángeles lo dijeron, que
se convierten en creador de vuestra propia realidad y eso va a aparecer a
ustedes cada vez más claramente. El que cree miedo, vivirá el miedo. El que
cree la Alegría ,
vivirá la Alegría. No
hay ningún juicio allí dentro, no hay acción/reacción, sino la evidencia de la Luz. Le corresponde a cada
uno, ser cada vez más lúcido sobre la acción de la Luz y sobre la respuesta de la
personalidad (que esté en la oposición y la contradicción, o en el Abandono a la Luz ). Y los frutos serán cada
vez más inmediatos, concernientes tanto a los hechos y a los acontecimientos,
como a las relaciones que tienen que vivir allí donde están. No hay mejor
preparación para vuestra Ascensión Individual actual, y para la Ascensión Colectiva
y final. Todo el resto sólo es proyección de la conciencia. Estarán tan
sumergidos en la Vibración
de la Luz que
habrán encontrado todas las respuestas, cualquiera que sea vuestra vida,
cualesquiera que sean sus acontecimientos, cualesquiera que sean vuestras
relaciones. La Luz
tomará todo el lugar, porque es su naturaleza, y es nuestra naturaleza. Siempre
ha sido así.
He aquí, mis Hermanas y Hermanos, lo que tenía que entregarles como
Melquizedec del Aire. No sé si tenemos un poco de tiempo, pero en todo caso,
les entregué lo que tenía que entregar. Dejaré entrar a mi Hermana SIN OJOS, en
los mecanismos más íntimos relativos a las posibilidades de acceso Interior a la Visión. Quería
describirles, por mi parte, los distintos comportamientos observables, para
cada uno, sin ningún esfuerzo. En los mecanismos espirituales más íntimos,
vinculados a la Ilusión
o a la Verdad ,
es decir, al astral o al Vibral que están en oposición total (el Espíritu o el
alma, si prefieren), dejaré expresarlo a quien lo experimentó en su vida, de
manera total, es decir a SIN OJOS. Hermanas y Hermanos en Humanidad, rindo
Gracia y comulgo con vuestra Presencia.
... Efusión Vibratoria/Comunión…
Hasta pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario