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Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien-amados Niños de la Ley de Uno, me presento a ustedes, en vuestra Presencia y en nuestra Presencia, en la Vibración de la Luz Una, en mi papel de mensajero de la nueva Presencia, acompañando al Señor METATRON y preparando la instalación, en ustedes, de la Presencia Cristo.
Vengo a ustedes con el fin de vibrar el Anuncio, con el fin de vibrar el Amor, con el fin de vibrar la Presencia. La Vibración de la Luz Una que se vierte, en ustedes, sobre esta Tierra, y los llama; a todos a liberarse, de todas las Ilusiones, de penetrar, libres, las esferas de la Alegría. Despierten!. La hora ha llegado para ustedes. La hora llegó, para los que aún no han reconocido y aceptado a la Luz, de despertarse y de elevarse. Abrirse a la vista de la Verdad y la Unidad. La hora del despertar se acerca, inexorablemente, de vuestro Templo Interior, por la Vibración de vuestra Presencia, de vuestro Corazón amante. La hora de revelar y de magnificar vuestra Presencia, en ustedes mismo y al mundo, ha sonado. En estos tiempos; en estos tiempos de la Tierra, a la hora del despertar de la humanidad, ustedes son llamados, Niños del Uno, en vías de despertar o despiertos, a mostrar el ejemplo de su Presencia en la radiación, en la Alegría, en el Amor. La hora llegó de salir del letargo del encerramiento, del letargo del sueño. La Luz toca, en adelante, cada vez más fuerte, en ustedes. Llamándolos siempre a más Verdad, siempre a más Integridad. La Vibración de la Luz Una, vertiéndose en vuestro Templo, en vuestras Coronas, abre la puerta al Verbo y a la Creación, pidiéndoles manifestarse, por la Vibración, en vuestra nueva Conciencia, permitiéndoles acompañar este mundo y a su humanidad hacia su etapa de Liberación final.
El conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres y Unificados, en su Presencia en torno a la Puerta del Sol, viene a tocar a la Puerta de vuestro Sol. La hora del despertar de la Tierra, y de su humanidad, ha llegado, permitiéndoles reencontrar la Libertad, en un combate sin combate, elevándolos sobre la Dualidad inexorable de este mundo, llamándolos a penetrar, en plena conciencia, vuestra esfera de Unidad y Eternidad. La llamada se hará cada vez más presente, despertando y encendiendo aún más vuestra Presencia. Muchos de vuestros Hermanos y Hermanas, aún dormidos, van a percibir la llamada de la Luz, incluso si no tienen las capacidades de percibir de dónde viene la llamada. Despiertos, primeros o últimos, van a poder responder a su espera.
Niños de la Ley de Uno, la hora del gran día ha llegado, de salir cara al mundo, con el fin de mostrar la verdadera Vida, esa del Corazón y la Unidad. Los factores de resistencia y oposición a la Luz, conscientes o inconscientes, en como fuera de ustedes, van a aclararse, como nunca, permitiendo a ustedes, Despiertos desde las primeras horas o de las últimas, ver el conjunto de supercherías y la Ilusión de este mundo. Choque de la revelación, choque de la humanidad, llamándolos a la Alegría, a vuestra Libertad y Liberación. La Luz, Una, Vibral, va a establecerse, de manera cada vez más consecuente y perceptible, sobre este mundo. El conjunto de la humanidad aún no despierta, va actuar o a reaccionar al impulso final de la Luz Una, estando de acuerdo, despertándose, negándose y oponiéndose. Más que nunca, ustedes, Despiertos desde las primeras horas como de las últimas, vuestra Ética debe conducirles a manifestar su testimonio de Luz, borrando la personalidad y la Ilusión misma de la superchería.
La llamada, estrepitosa, por la Vibración, por el sonido y por el impulso, debe hacer de ustedes, enteramente, los Sembradores de la Luz, la Alegría y la Eternidad. Ninguna fuerza contraria a la Unidad podrá expresarse, en ustedes, como en torno ustedes, si viven los fundamentos de su propia Unidad y manifiestan la Alegría, la Eternidad, en sus gestos, en su mirada y en su Amor.
La hora del último reto de la revelación total de la Luz Una, sobre este mundo, está ahora a vuestras puertas. La llamada de la Vibración de la Luz y la Unidad, en ustedes, va a llevarlos a vivir; a los Despiertos desde la primera como de la última hora y a los indecisos, a su despertar. El impulso del Alma y del Espíritu va a hacerse día, en vuestra conciencia, pidiéndoles responder, con el fin de establecerles, a vuestra manera y a vuestra velocidad. Pasar a ser lo que son, más allá de lo que creen. Cristo viene a retomar su lugar que es el vuestro. Los Momentos de gracia y de Revelación van a hacerse, en cada uno, de manera cada vez más tangible, cada vez más evidente, pidiéndoles seguir la Vía de la Unidad, la Luz y la Verdad con el fin de salir, definitivamente, del carril de la Ilusión y la falsificación. Las última fuerzas de resistencia, en ustedes como en este mundo, les parecerán lo que son: elementos de miedo, llamando, aún más, al Amor, incluso en la negación misma del Amor.
Cada uno de ustedes, Despiertos de la última, como la primera hora, debe llevar una mirada de vigilancia, pero de Corazón, al conjunto de sus Hermanos y Hermanas, en torno a ustedes, con el fin de llevar el Amor del Corazón en la discreción total del olvido del ego y la personalidad, permitiendo entonces al corazón vibrar, elevarse en el Fuego del Amor, para aquellos que no lo viven aún, poniendo fin, así, al Fuego del ego. Los testigos son, en este Templo y esta carne, las doce Estrellas presentes, en Vibración, en vuestra cabeza, por los Ejes y las Cruces. Y el testigo, en definitiva, será la Corona Radiante del Corazón, pulsante y vibrante de un Amor infinito, sin distinción de uno u otro. Sin distinción de lo que es Luminoso o no lo es. Pidiéndoles así, establecerse en la estabilidad del Cristo. El Anuncio de la Luz es pues, el de la Resurrección, en curso, transmutando la carne, en una carne nueva, la conciencia, en una nueva Conciencia, cuya resonancia es: Libertad, Eternidad y Verdad, Liberación y Ascensión. Están Despiertos sobre este mundo, con el fin de hacer desaparecer las Sombras, por la potencia del Amor, de la Luz Una, no por cualquier acción exterior de oposición o confrontación pero, más bien, dejando florecer la Alegría de su Unidad reencontrada, permitiéndoles entonces captar y manifestar la total potencia y acoger Cristo.
Niños de la Ley de Uno, ustedes, despiertos de la primera, como de la última hora, están allí donde deben estar, realizando así lo que vinieron a realizar y revelar. Han sido llamados aquí, Coronados y Redimidos, abriendo entonces las puertas del Corazón donde ninguna influencia de la personalidad separada puede hacer irrupción. El Anuncio de la nueva Eucaristía despierta, para siempre, la Tri-Unidad de vuestro Corazón, están invitados a establecerse, por fin, en vuestra Libertad. A medida que el Templo del Cristo se levante en ustedes, constatarán, con facilidad, que ningún obstáculo, perteneciendo a la Ilusión y a la falsificación, puede detener el aumento de la Alegría y la Luz que será lo vuestro. En este mecanismo de Abandono colectivo a la Luz Una, cada uno verá, claramente, con el Corazón, lo que es y se verá tal como es en la Vibración.
En este espacio de develamiento final, nada, que no sea ustedes mismos, puede alterar vuestra Elevación. Las circunstancias, individuales y colectivas, de la vida, en este mundo, van a cambiar de manera considerable, llamándoles a una vuelta sobre ustedes mismos, haciendo, así, cesar toda proyección, cualquier miedo y todo deseo situado fuera de la Verdad. Entonces, digan “sí” a la totalidad de la Luz. Digan “sí” a la totalidad del Amor y la Vibración de vuestra nueva Conciencia. Así encontrarán la certeza y dejarán los mundos de la incertidumbre.
La Llamada de la Luz, la Llamada de Cristo va a resonar de modo que nadie pueda ignorar lo que él es, y a fin que nadie pueda decir después, que no sabía nada. Las distintas llamadas, los distintos anuncios, previstos y anunciados ellos mismos por anticipado, deben ocurrir en este tiempo. Como se les dijo, nadie conoce la fecha, si eso no es ahora. Y, en este ahora, toda fecha puede ocurrir y hacer irrupción en vuestro encerramiento y en la Ilusión de este mundo. Los elementos de la Tierra se combinan con el fin de participar en esta elevación. Nada tienen que temer de la Tierra. Nada que temer de lo humano. No tienen nada que temer. Tienen solamente a ver y percibir, claramente, con honradez y Ética, allí donde están, vuestro lugar, con el fin de observar, en frente, en un cara a cara, anunciado también, si están en coincidencia y en resonancia con vuestra propia Presencia, y si no es el caso, a rectificar vuestra propia Conciencia. No hay ningún juicio exterior a ustedes mismos. No hay ningún castigo. Sólo la mirada de la personalidad, instalada aún en vuestros miedos, puede dar peso y creencia.
La mirada del Corazón requerirá la irrupción total de la Luz sobre este mundo: Liberación, Libertad y Verdad. La Luz Fuente, Una, Vibral, es el bálsamo y el agente de vuestra Resurrección. No hay pues absolutamente nada fuera de vuestra propia Presencia que pueda obstaculizar, de alguna manera, lo que ustedes son. Atrévanse a liberarse de las últimas zonas de Sombra iluminadas, de las últimas zonas de miedo, con el fin de penetrar la Alegría de la Resurrección. Mantengan firmemente, por el Abandono a la Luz, vuestra Presencia en el aquí y ahora, ganando, a cada respiración, en intensidad de Luz, en intensidad de Corazón, encendiendo así los últimos Fuegos del Espíritu, permitiendo la última Reversión y el último Pasaje. Todo esto se desarrolla, ahora y en adelante, en vuestra Conciencia y también en la Ilusión de este mundo.
Recuerden que no hay nadie a seguir que a ustedes mismos. Recuerden que, en el Corazón, son la sola autoridad y el único amo. Son también, por resonancia, vuestro propio Salvador. No hay nada exteriormente. A medida que penetren, de manera cada vez más completa, en la Vibración del Uno, percibirán la disolución de todo lo que no es Él y de todo lo que no es el Corazón, en ustedes, como sobre lo que persistirá del exterior. Más que nunca, Despiertos de la primera, como de la última hora, como los indecisos de la última hora, es hora de atreverse a ir hacia la Verdad Interior, superando los límites de la encarnación falsificada, de la oposición del bien y el mal, permitiéndoles establecerse en la Alegría. Ninguna técnica puede sustituir a la decisión de vuestro Corazón, en adelante. A Ustedes, se les dan las Claves de su propia Elevación, de su propio despertar total, en la Unidad de la Vibración del Cristo.
A medida de vuestra instalación definitiva en el Corazón, el conjunto de los elementos de resistencia, Interiores como exteriores, se desvanecerán ante la Alegría. El miedo desaparecerá, entonces, de todo elemento de vuestra vida. Al instalarles en la nueva Conciencia, ningún desorden podrá manifestarse. La desaparición de los desordenes y miedos es incluso, la garantía y la prueba formal del estado de Corazón que alcanzaron, volviéndolos, no indiferentes, sino más bien, por empatía, comulgando con el Todo, y con cada uno, permitiéndoles entonces servir, más allá de las Ilusiones del ego, en la Verdad del Corazón. Cada día y cada respiración, en adelante, el conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres y Unificados les espera en vuestra Luz, en la Luz Una. Muchos humanos manifestarán resistencias. Es en ese momento, y hacia eso, es que vuestro establecimiento en la Unidad permitirá suavizar el choque de la humanidad y permitirá a la Luz crecer, en ustedes como sobre este mundo, haciendo que el último paso de la Tierra en esta Dimensión pase, lo más posible, en la Alegría y en Júbilo.
Así pues, más allá de mi Presencia y mi Anuncio, les pedimos, Despiertos de la primera como la última hora, e indecisos de la última hora, establecerse en la Presencia y en la Luz, ejerciendo entonces vuestra función, más allá de todo papel y toda identificación, que es sólo ser un Ser de pura Luz. Ustedes deben ser los pasadores de fronteras. Los pasadores de fronteras de una humanidad a su nueva Dimensión de vida, por el Verbo y por vuestra Presencia. Son, cada día, y cada vez más numerosos y presentes, en la superficie de esta Tierra, a comprender las condiciones mismas de la Ilusión. Deben pues aceptar mirar de frente y alumbrar, por vuestra propia Luz, esas zonas de Sombra. Vuestra única función es ésta. No existe otra. Todo el resto no son más que persuasiones del ego que se muere o de los roles tenidos por el ego, no teniendo ningún interés sobre vuestra propia Presencia. Ustedes deben hacer la experiencia. Ustedes deben manifestarlo. Cada día, más allá de las alineaciones y más allá de las 17hs (hora de Francia), cada noche, el llamado de la Luz Una, pasará a ser, para cada uno, cada vez más intensa, sensata y comprobable. Vuestra capacidad para ir a lo esencial de vuestra función aparecerá, entonces, de manera lúcida. Recuerden que ningún obstáculo real o supuesto, interior como exterior, puede impedir el establecimiento de vuestra Luz, a condición de reconocerla y de consentir.
Niños del Uno, Hijos de la Verdad, la hora llegó de despertar lo que debe despertarse y que aún no ha sido con el fin de establecerlos, de manera deliberada y total, en vuestra propia Presencia, permitiendo entonces trascender los límites y los encerramientos del ego. El testigo, siempre se lo hemos dicho, es la Alegría Interior, haciéndoles prever las circunstancias de vuestras vidas, llevados en la ilusión, a su justo lugar, es decir, las ilusiones. El estallido de risa del Corazón es el testigo de la instalación, en ustedes, de la irremediable y definitiva, nueva Conciencia.
En los momentos en que les parecerá alejarse de esta facilidad, recuerden vuestra función, más allá de vuestros papeles y atribuciones. Recuerden que son los Hijos de la Ley de Uno, los Niños de la Unidad, destinados a incorporarse a su propia Unidad. Cada reto en vuestra vida, sobre este mundo, les permitirá crecer, aún más, en la Luz Una, despojarse de todos los papeles tenidos por el ego y penetrar la Esencia de vuestra Vibración, es decir, el Corazón.
Niños de la Unidad, la hora ha llegado. Los Ancianos se lo han dicho y repetido desde hace algunos meses. Como Arcángel de la Reversión, les aporto el nuevo y la última Revocación, estableciendo, en ustedes como sobre este mundo, el nuevo Evangelio de Alegría, Libertad, Amor y Verdad. Nada, absolutamente nada, puede obligarles a ir en contra de eso. Solo vuestra propias elecciones son determinantes. Entonces, deseamos, con ustedes, verles cada día más numerosos en el establecimiento de vuestra nueva Conciencia. Cada día más numeroso, a establecerse en su Alegría, más allá de los frenos y vicisitudes de este mundo que desaparecerán por sí mismas, a partir del momento en que dejen sus roles y se conviertan en realmente en Luz.
Hijos del Uno. El anuncio de la Fuente resonando con el Ángel METATRON. Yo anuncio el despliegue de la Luz. Anuncio el renacimiento y la Libertad. Juntos. Las palabras que vibré van ahora, a establecerse en Vibración de Luz, en vuestro Templo, con el fin de convertirse en la Fuente viva del Amor.
… Efusión Vibratoria…
He aquí que viene, sobre esta Tierra, el término de mi contrato. El de anunciar el nuevo Evangelio y la última Reversión, permitiéndoles vivir, en esta carne, la Redención y la Resurrección. En el espacio de vuestro tiempo, muy pronto, comulgaremos, juntos, a la Fuente Una, poniendo fin así, a todo sufrimiento y a todo encerramiento.
Amados del Uno. Niños de Luz. Semillas de Estrellas. Despierten el conjunto de vuestras lámparas ya que están aún sobre este mundo para vivir eso, a la justa Vibración, al justo lugar, ahora!. Oigan el canto, ese del Cielo, el de la Tierra, el del Alma, el del Espíritu y el canto del Corazón que se eleva.
… Efusión Vibratoria…
Penetran el tiempo del canto y de las alabanzas, de la Resurrección.
… Efusión Vibratoria…
Momento fuerte, cerrando el final de los desgarramientos, el fin del Saṃsāra o ilusión del ciclo de los renacimientos. Avancen y establézcanse, sin ningún temor, en vuestra conciencia de Eternidad, Sat Chit Ânanda, en vuestra Unidad, fuente de toda Alegría, de toda plenitud.
Hijos del Uno. El Amor de los Arcángeles, la Vibración de los Arcángeles los guía, les acompaña y les espera.
Soy el Arcángel URIEL, en presencia de vuestras Presencias. Comulguemos, juntos, el canto del Uno.
… Efusión Vibratoria…
Que la Presencia eterna se revele y resuene en ustedes, Niños del Uno. Soy URIEL y les digo: sigo, en ustedes, para vivir el despliegue de la Luz, en adelante presente en cada alineación. Amados del Uno, Paz y Luz en la Presencia Una. Continuamos.
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