Original en francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
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Soy MA ANANDA MOYI. Hermanos y Hermanas, que la Luz y el Amor estén en ustedes. Voy a intentar explicarles, esta noche, los mecanismos que se desarrollan cuando el alma se vuelve hacia el Espíritu. Se les comunicaron una serie de elementos, desde hace algunas semanas, por lo que se refiere al alma en manifestación en la personalidad, el alma en sus distintos Impulsos y manifestaciones. Como Estrella que lleva la Vibración de AL, y en consecuencia, de lo que se llama la Puerta del alma, me es posible expresar, de manera simple, y a través de lo que yo viví en mi última vida, las diferencias que pueden manifestarse, y sobre todo existir, a partir del momento en que el alma descubre el Espíritu.
En efecto, vivir en el alma, encarnada, no es vivir en el Espíritu. El alma posee leyes, principios, así como la personalidad posee leyes, principios, de las manifestaciones. Las leyes del alma no son las Leyes del Espíritu. En la actualidad, en este tiempo en que están encarnados, el despliegue del Espíritu se realiza, para el conjunto de la humanidad, Despertada al alma o no Despertada al alma, un cambio. Este cambio es de naturaleza colectivo. No es el mismo para todos, ya que depende, por supuesto, de la forma en que el alma se vuelve, y sirve la personalidad, o entonces se desvía (se da la vuelta, si prefieren) y está al servicio del Espíritu. Muchas enseñanzas, muchas vidas expresaron, a lo largo de la historia, las manifestaciones del alma. Son, por otra parte, estas manifestaciones que mejor se describieron, ya que se vivieron en muchos países, por numerosas almas. Expresando, sin duda, una serie de elementos comunes, porque más allá de la cultura, de la personalidad, más allá de la vida de la personalidad, la vida del alma corresponde a Planos que son totalmente superponibles y recuperables, en todos los países de esta Tierra.
El descubrimiento del alma puede verse distintas maneras. Puede expresarse, también, en un descubrimiento de la poesía, la inspiración, la creatividad. El alma se conecta pues, hasta cierto punto, a las manifestaciones y al despliegue de la belleza, de la sensibilidad. Y luego también, en mecanismos más sutiles que los de la personalidad, donde la vida del alma, cuando se despliega, va a manifestar una serie de elementos, incluso en la personalidad. Los cuales van a orientar, muy naturalmente, a la personalidad a seguir los Impulsos del alma. Estos Impulsos del alma siempre se vuelven hacia la mejora de la personalidad: hacia la comprensión, la adhesión y la manifestación de algunas cosas, en relación con lo que se llama la espiritualidad. El alma va a emocionarse. Va a tener necesidad de seguir, o un modelo, o una religión, o filosofía. Va a impulsar la necesidad de saber, la necesidad de conocer los mecanismos más sutiles y más invisibles, que difieren de la personalidad ordinaria. El alma tiene necesidad, hasta cierto punto, de encontrarse, que conocerse. De la misma forma que un niño tiene necesidad de encontrarse, de saber que es, en su vida, comprender cómo su cuerpo funciona.
Cuando el alma se desarrolla en la personalidad, va a inducir una serie de mecanismos, de mecanismos de cambio. Y sobre todo, la personalidad va a transformarse bajo la influencia del alma. El alma va a querer experimentar todo lo que es bonito, todo lo que es aspiración hacia algo lo más ligero. Esta alma, como lo decía, posee sus normas propias, su propio método de manifestación y vida. Los mecanismos del alma están destinados, sobre todo, a encontrarse uno mismo, a través de la observación de lo que se crea, o de lo que se sirve, en el sentido del servicio. El alma, cuando se descubre, entiende que la vida no se limita solamente a este cuerpo, a este nacimiento, a esta muerte, sino que se inscribe en un principio, llamado la Reencarnación. El alma se descubre, hasta cierto punto, persistente, y diferente, aún, a cada vida, pero en una resonancia que puede ser común a través de una consecuencia lógica de encarnaciones, de reencarnaciones. Dónde el alma va expresar, y a manifestar, esta necesidad de experimentar, esta necesidad de ver (en todos los sentido del término), de enfrentarse a sí misma y también, de interferir con otras almas. En efecto, las almas que se encuentran y se encuentran, a menudo han tenido destinos comunes o caminos que se cruzaron. Entonces, aparecen recuerdos de almas, atracciones, que no se explican siempre por un aspecto físico o un aspecto intelectual, sino que, efectivamente, vienen de la propia alma.
Cuando el alma se descubre en la personalidad, la personalidad cambia por supuesto. La Voluntad de Bien, la voluntad de servicio, la voluntad de hacer bien, aparece. Se desarrolla, progresivamente, de vida en vida. La vida del alma va pues, hasta cierto punto, realmente, a mejorar a la personalidad. Va a permitirle limitar una serie de angustias, una serie de elementos que, en la personalidad que no conoce el alma, son la angustia de la muerte, la angustia de desaparecer, todo un conjunto de miedos. Los cuales se llamaron por otra parte los miedos fundamentales, porque se inscriben en todas los almas. Esos miedos están como domesticados, cuando se descubre el alma. Cuando el alma se descubre, vive también en la personalidad los mecanismos particulares. Las nuevas percepciones, las nuevas sensaciones, las nuevas aperturas. Una sensibilidad, una vez más, a la belleza, y también a la vibración, pero la vibración de la energía de las otras almas. La vibración de los lugares, la energía de los lugares. Una sensibilidad particular a las historias bonitas, a la historia con una gran H, por eso. El alma, descubriéndose, prueba básicamente la necesidad de hacer mejor siempre. Existe pues una polaridad hacia el Bien, que se expresa naturalmente, cuando se descubre el alma. La propia alma tiene, hasta cierto punto, que conocerse. Va, por lo tanto, a recurrir aún a más lo invisible, por el rezo o por la meditación, según el origen cultural de la personalidad.
El alma va a tener, por eso, necesidad de conocer los mecanismos de la vida. ¿Qué es lo que explica que ella vive esto? El alma es, hasta cierto punto, mucho más cuestionante que la personalidad. Va a tener necesidad de significado, mucho más que la simple acción/reacción presente en la personalidad diaria. El alma tiene, hasta cierto punto, que encontrar una dirección, un sentido. Tiene que conocer. Conocer el pasado, el futuro. Es pues una ampliación de la conciencia, real. Pero esta ampliación se inscribe, sistemáticamente, en este mundo. El alma no puede dudar, en ningún momento, que existía un origen quizá que no era, simplemente, de este mundo. Excepto, quizá, durante estos treinta últimos años de la Tierra , en que, a causa de los Impulsos de las energías, bien más allá del alma, algunas almas pudieron percibirlo, quizá, por soplos, por momentos, pero sin poder aclarar realmente eso. El alma, en general, tiene una vibración que es más ligera que la vibración de la personalidad. El alma implica, por eso, modificaciones en el sentido de las relaciones entre los humanos, y con el medio ambiente, el alma expresa una necesidad de aclaración. Necesita sentido, mucho más que la personalidad. Tiene que conocer a fondo. Tiene necesidad de ser más precisa, en los mecanismos de su acción.
Es en ese momento que aparece el humanismo. Es en ese momento que aparecen funciones espirituales, importantes. El alma prueba siempre la necesidad de hacer más, de hacer mejor. Tiene, hasta cierto punto, que contemplarse. Por otra parte, durante el siglo en que vivía, numerosas enseñanzas, se realizaron, y que eran desconocidas en los siglos anteriores. Sobre un nivel y un número de individuos mucho más importantes, se descubrieron, por ejemplo, la necesidad de saber más, sobre la vida. Explorar la psicología, el funcionamiento del alma. Y todo eso contribuyó, por supuesto, a principios del siglo en que nací, a evidenciar la interrogación de esta alma. Todos los movimientos vinculados al estudio del alma han nacido, durante este siglo. El alma tenía que salir, globalmente, de una forma de mecanismo automático de la personalidad. Tuvo también necesidad, esta alma colectiva humana, de liberarse de la fe, y de la creencia pura sin plantearse la pregunta. Cuando el alma se descubre, es el momento, en que las preguntas, comienzan a plantearse. Sobre el sentido mismo de la vida, sobre la orientación de la vida, y sobre las distintas formas de vida que pueden existir sobre este mundo. El alma es pues parte involucrada de este mundo, y permite, efectivamente, un sentimiento de evolución, a través de la evolución misma de la revelación del alma. Las virtudes de la personalidad aparecen, y se despliegan, como la bondad, el servicio, y también el amor. La necesidad de amar con menos posesión, de observar entre los sabios, entre los profetas. Prueba la necesidad de conocer la historia del alma, a través de otras almas. Va, por eso, a dar una forma de pacificación de la personalidad. Una sensibilidad más fuerte, pero una capacidad, además, puede ser más fuertes a verse uno mismo. Con el fin de, siempre, ejercer una tensión hacia más belleza, más estetismo, más creatividad.
El alma tiene una necesidad de actuar. Pero tiene una necesidad de actuar como, hasta cierto punto, para hacer valer su presencia y su belleza. Como para intentar, por eso, de abrir otras almas a su propia percepción. La voluntad se despliega, por lo tanto, de manera muy natural, como un deseo de conocimiento. Este conocimiento que puede expresarse, por otra parte, por la práctica de distintas formas de yoga, de distintas formas de ejercicios, de distintas formas de prácticas, incluso espirituales (como la magia, la teúrgia, el ocultismo). El alma va pues a tener necesidad de encontrar, hasta cierto punto, siempre más. El alma se vuelve, en definitiva, permanentemente hacia la experimentación de la encarnación, hacia la mejora de la encarnación y las reencarnaciones. Va a estudiar la acción/reacción. Puede ser, literalmente, Atraída por la necesidad de ajustarse a un modelo (que eso sea Krishna, que eso sea Buda, que eso sea el CRISTO, que eso sea MARIA y tantos otros). Hay una forma de mimetismo en el alma, que tiende a querer definirse, proyectarse, hacia un modelo ideal. Y ello, por supuesto, todo ser humano lo vive o lo vivió. Es la lógica y es la función incluso del alma, en cualquier caso en este mundo.
Algunas almas, en este deslumbramiento de la luz buscada, pudieron vivir algo más. Las Estrellas, por supuesto, vivimos este más. ¿Este más, que es lo que es? Es simplemente ir más allá del alma. Es decir, de ver bien el alma, de vivirla, pero tener una Tensión hacia lo completamente inexpresable, inconcebible, e incluso imposible de ver. Por esta Tensión, hacia un Absoluto y no solamente hacia la encarnación, tenemos muy real, de un momento a otro, el encuentro con el misterio de los Misterios. En ese momento, el alma, cuando vive este primer encuentro con el absoluto, no puede ya manifestar la misma Atracción hacia la personalidad, hacia la propia alma. El alma, hasta cierto punto, allí también, está Asombrada, por algo que la sobrepasa de sobra. Esta experiencia es una experiencia que calificaría de última. Cuando estuve viva, era extremadamente rara. A tal punto que estas almas, que vivían eso, se convirtieron en santos, místicos, personajes cuya compañía se buscaba, sin comprender siempre porqué. Pero simplemente, al acercarse a estos seres, el alma podía abrirse, y también, la personalidad podía aliviarse. Fue el tiempo de los maestros exteriores. Había modelos vivos, y no solamente en la historia, para venerar, encontrar, para esperar uno mismo abrir el alma. Y eso funcionó como eso durante un determinado tiempo. Ya que, en ese momento, por supuesto, estos maestros se han personificado realmente. Ellos prepararon las Fundaciones del Espíritu, que viven hoy. El conjunto de las Estrellas, la mayoría de las Estrellas, también se personificaron en esos momentos. Aportaron su piedra, por su contacto con esta Sideración del alma, es decir, ustedes lo han comprendido, con el Espíritu.
¿Qué es lo que pasa cuando se contacta el Espíritu? En ese momento, el alma va a vivir, a su vez, como la personalidad que descubre el alma, una forma de revolución. Esta revolución es una Sideración. Es decir todo lo que, hasta ahora, el alma tenía necesidad de experimentar, vivir, para mejorar la personalidad y la encarnación, se encuentra enfrentado a algo que no tiene ya nada que ver con la encarnación. Con un amor que sobrepasa de sobra el marco de la encarnación, o incluso, de lo que puede expresarse a través del alma. Hay, de verdad, un absoluto total que se manifiesta en ese momento. Dónde la propia alma no experimenta ya el Impulso para existir. No experimenta ya el Impulso a manifestar, cualquier cosa, en este mundo. Es una revolución extremadamente importante. Porque el alma tenía sus propias normas, y estas normas se volvían hacia la belleza, hacia el estetismo, hacia la creatividad, hacia todo lo que vuelve la vida humana más suave y más agradable, cuando se comprenden los mecanismos. Y luego, de un solo golpe, el alma se encuentra enfrentada a algo que, allí también, la sobrepasa completamente. Y que viene como a borrar todas las memorias. Que viene a evidenciar la encarnación, incluso, como algo que no es la Verdad. Como algo que no tiene ya el mismo sentido que antes. La revolución, en ese momento, Interior, es mucho más potente que el encuentro de la personalidad con el alma. El alma se encuentra, hasta cierto punto, en una Sideración total. Vive la Conciencia que no es ya necesario manifestar cualquier cosa. Y que incluso, la voluntad de hacer el Bien, la voluntad de actuar para mejorar cualquier cosa, no tiene ya ningún sentido.
En ese momento, el alma descubre, muy estupefacta, que existe aún algo, arriba. O algo más profundo. Y que este algo más profundo viene a responder a todos los Impulsos del alma. Viene a responder a todos los deseos, viene a colmar todas las faltas. Viene a hacer desaparecer, incluso (hasta destruir completamente, en algunos momentos), la personalidad, e incluso el alma. En ese momento, el alma está llena con la Luz del Espíritu. Que la experiencia se produzca una vez, o que venga a invadir la vida (como lo viví cuando estuve viva, durante períodos muy largos), en ese momento, el alma se transporta en el Mundo del Espíritu, y no tiene ya ningún deseo en este mundo. Vive, realmente, efectivamente, práctica, concretamente con una lucidez total, lo que numerosos seres vivieron antes, y que, mi en mi opinión, es bien difícil de aceptar mientras no se haya vivido esta revolución. Es decir, que todo lo que pertenece a este mundo es una Ilusión, y no tiene existencia. Que es una proyección simplemente. Que es una diversión simplemente, hasta cierto punto, una diversión trágica. El alma, en ese momento, toma Conciencia, realmente, que vive un encerramiento. La Voluntad de Bien desaparece, enteramente. Lo que no quiere decir que el alma no existe ya, y que no hay ya nada que hacer. Pero el alma toma todo el alcance de lo que significa: Ser, y no hacer. Establecerse en la Luz se basta a sí mismo, hasta cierto punto. El alma va a vivir, hasta cierto punto, Los transportes cada vez más Elevados. Llevándola a abrevarse a esta Fuente, a esta Fuente de Cristal. A este estado particular, donde más nada puede existir, si no es la propia Luz.
Entonces, en ese momento, el Espíritu se despliega. Y el Espíritu no tiene más las mismas normas que el alma o la personalidad. Ya que el Espíritu no pertenece a este mundo, y no tiene nada que ver con la proyección de este mundo. Eso se describió, por supuesto, como un objetivo por los maestros que se han personificado en el siglo XX, cada uno según su cultura, según su país, según la gente a quien tenían que expresar eso. De forma más o menos velada, porque un alma que está atraída hacia la encarnación, hacia la resolución de su karma, hacia este despliegue de la revelación del alma, no está necesariamente dispuesta a aceptar el Espíritu. Porque está ocupada en su propia verdad y no puede percibir, mientras no lo haya vivido, este aspecto que le es completamente Desconocido. La Revelación del Espíritu es un torrente, que arrasa todo. Y que va a permitir a la Conciencia instalarse, en algo que no tiene ya nada que ver con las leyes de este mundo, que sean espirituales, o incluso de la personalidad. Vivir el Espíritu se basta a sí mismo. Cuando el Espíritu se establece en ustedes, la Conciencia se ilumina enteramente. Y más nada puede existir, que este estado de ser. En particular, para nosotros, que hemos vivido en ese momento, ni siquiera habíamos pensado ir en otras Dimensiones, como ustedes dicen. Sino simplemente, fundirnos en esta Luz, ya para no existir en otra parte que en este estado. Es eso, que cuando estuve viva, experimenté en muy numerosas ocasiones. Y por supuesto, es muy difícil expresar las palabras relativas a eso. Porque este estado, por supuesto, no representa absolutamente nada para el alma, y aún menos para la personalidad. Es una abstracción tal, que el alma no puede creer, y la personalidad aún menos. Es un estado que, para la personalidad, se llama la locura. Es un estado que, para el alma, se llama una abstracción. O algo que no puede existir, porque no forma parte absolutamente de su campo de experiencia, o de su campo de lo posible.
Entonces, cuando el Espíritu se despliega, sólo hay una cosa que hacer, permanecer el mayor tiempo posible. No por una voluntad cualquiera. Pero por, lo que ha sido llamado por los Arcángeles, ese soltar presa total, este Abandono a la Luz , que viene a extasiarles. Y los trae en las esferas de Alegría, que incluso el alma el más equilibrada y más despierta no puede vivir. Porque es un estado que se basta a sí mismo. A menudo, eso se llama el Samadhi, o Maha Samadhi, la Residencia de Paz suprema, Shantinilaya. Puede también llamarse eso, si prefieren, y es la mejor expresión que pueda darse, es como si vivieran en estado de Amor permanente, haciendo el Amor a cada momento. Y el momento, por otra parte, que no existe. Porque no están ya en el tiempo. Salieron, de verdad, del tiempo lineal, ustedes salieron del tiempo del alma, y expresan la Felicidad más absoluta, que incluso el alma más abierta no puede experimentar.
Entonces, por supuesto, esa revolución es un huracán, comparada a la apertura del alma. En la apertura al Espíritu, cuando el alma se vuelve hacia el Espíritu, va a vivir su propia Disolución. Es decir todo lo que era creído, y vivido antes como real, no existe ya. Hay este proceso llamado la Disolución. Es la vuelta al estado de Brahmán. Es la vuelta al estado no diferenciado y con todo a tal grado diferenciado. Allí está la paradoja. La personalidad está identificada a algo encerrado. Vivir el Espíritu, y vivir esta unidad del Espíritu, es a la vez vivir lo Ilimitado, la Disolución , pero estar, al mismo tiempo, perfectamente definido, en este indefinido. Una vez más, las palabras son muy delicadas. El alma, además, les lleva en manifestaciones, dichas energéticas, cada vez más finas. Es en ese momento que el alma prueba la necesidad de desarrollar sus propias energías, de vivir algunas cosas. De describir lo que experimenta, de expresarlo. Cuando viven el Espíritu, se dan cuenta que no hay nada que expresar. Se dan cuenta que no hay ya nada que manifestar, en este mundo. Y con todo, están todavía sobre este mundo. Pero han superado los límites, totales, de este mundo, los límites de esta Dimensión, como se les dijo hoy. Los propios límites del alma no existen ya, y no quieren ya decir nada.
Este estado particular, es el momento en que se instala una Vibración particular. Y la propia Vibración se disuelve, porque se convierten en la Vibración. Aunque más que la vibración de este cuerpo, de esta alma, posiblemente la Vibración Total de toda la Creación. No hay pues ya nada que crear, puesto que se convirtieron en la Creación. Esto es bien difícil de aceptar para el alma. Porque el alma, también, es un encerramiento, eso lo saben. El Espíritu es la Libertad total. Y esta Libertad es incluso inconcebible. No puede ser vivida sino por la propia Conciencia, que se disuelve enteramente en la Luz una. Obviamente, la Alegría que es, en ese momento, no tiene nada que ver con el placer, o la satisfacción de cualquier placer del alma (incluso a través de lo más refinado de estos placeres). Es un estado que no tiene ninguna justificación. Y que no es, sobre todo, el resultado de nada más que de sí mismo. Este estado es un estado a tal grado fuera de todo conocimiento, que algunos lo llamaron el Conocimiento. Vivir eso, es innegablemente, ya, salir de este mundo. Es a eso que fueron llamados. Por supuesto, recuerden que cada uno con la Libertad más absoluta de mantener su alma. De mantener esta forma de seducción, ya que es una, de Atracción hacia la vida, hacia los sentidos. Estos sentidos que se manifiestan así de bien en los cinco sentidos, que conocen, que en los sentidos llamados espirituales, los poderes espirituales. Pero el Espíritu no tiene nada que ver con eso. El Espíritu, no diría que es otra etapa u otra fase, sino que es algo profundamente diferente. Que no tiene ya que ver con todo lo que se conoce, se les expresó eso. Pero una vez más, el Espíritu, cuando se encuentra, no puede ya cerrarse. El alma puede vivir peregrinaciones, puede caer y remontar, pero el Espíritu nunca.
El Espíritu es el mismo de toda Eternidad. Es el mismo para todos. Está allí, en ustedes, siempre. Sólo espera su Despertar. Sólo espera su Abandono total, como eso se expresó, a esta Verdad de Espíritu. Es en este sentido que mi Hermana HILDEGARDE de BINGEN les expresó, he aquí algunos meses, esta Tensión del alma hacia la Luz , hacia el Último (ndr: ver en nuestro sitio la canalización de HILDEGARDE de BINGEN del 25 de octubre de 2010). Esta Tensión hacia el Último es, hasta cierto punto, un Sacrificio del alma. Pero este Sacrificio desemboca en lo Maravilloso, lo más absoluto. Pero mientras no exista, en el alma, una saciedad de experiencias y experimentaciones, no pueda concebir lo que intento poner en palabras, para ustedes.
Entonces por supuesto, las Bodas Celestiales permitieron despertar en ustedes el alma. Y permitieron, para algunos de entre ustedes, comenzar a levantar el velo del Espíritu. Eso será ahora tanto más fácil ya que, ahora, la Luz Blanca está entre ustedes. Mientras que en mi tiempo, era necesario, de verdad, abandonarse completamente, en Tensión hacia esta Elevación. Si tanto es, una vez más, que se pueda hablar de esta Subida, que no es una. Pero que es, de verdad, el establecimiento en el Ser, que siempre ha estado allí. Es como si, de un solo golpe, la propia Conciencia toma Consciencia de que ya no está limitada por cualquier cosa. Y vive pues esta Ilimitación. Sin ninguna pregunta, sin ninguna interrogación, sin ningún miedo. Y en ese momento, y solamente en ese momento, se despliega esta Felicidad Total. Mientras el alma se plantea preguntas con relación a eso, no puede vivirla. Porque va a buscarla en sí mismo. No hablo ya de la personalidad, el alma ya es un progreso. Pero por supuesto, el Espíritu, cuando es real, comprende que incluso el alma está encerrada. Que no es lo que debe realizarse. Porque el Espíritu comprende que en realidad, no hay nada que realizar, que no hay nada que buscar, que no hay nada que esperar. Que hay exactamente que vivir esta Conciencia. Pero mientras la conciencia limitada, o la propia alma, quiere vivirla, no la vivirá. Porque mientras se defina a sí misma, a la personalidad o al alma, no puede abarcar el Espíritu. Es por eso que eso se llamó la Resurrección , el Paso de la Puerta Estrecha. Es el momento de la rendición total del alma y de su Atracción hacia la personalidad, hacia los deseos, hacia la necesidad de hacer bien, hacia la Voluntad de Bien.
El espíritu no puede manifestarse demasiado tiempo con el alma. Porque el espíritu los lleva a la verdad. No quiere dejarles (y no puede, por otra parte, permanecer) demasiado tiempo en esa ilusión. Lo que explica, por otra parte, la partida de algunas de mis hermanas, como Gema, como Teresa, muy jóvenes (ndr: GEMA GALGANI y TERESA DE LISIEUX). Algunas almas, como yo, han sido asistidas, realmente, por otros planos para poder mantener este cuerpo, que era tan pesado, puesto que nadie llegaba a moverlo.
La necesidad de mantener con vida, para ser, en cierta forma, a mi nivel, esta Efusión del alma sobre la tierra. De la misma manera que en el seno de su corta vida, Gema o Teresa, tienen, en lo desconocido la más total, expansión de espíritu. Para que, por resonancia, algunas almas cerca de sus vibraciones, cerca de sus almas, pudieran aceptar vivir el Espiritu. Es gracias al conjunto de estos Sacrificios, gracias al conjunto de los maestros que estuvieron encarnados en el siglo precedente, que ahora, la dimensión del Espíritu les es ofrecida. Pero conciban bien que no pueden mantener una personalidad, y un alma, cuando el Espíritu se descubre, y se revela. Comprendan bien, por eso, que no pueden poner fin, decidiendo, como eso, de olvidar, borrar su personalidad o su alma. Esperando que, al volverse hacia este Espíritu, van a obligar al Espíritu a Revelarse. El Espíritu no se Revela verdaderamente, que cuando todo lo demás está verdaderamente Abandonado.
Este Abandono es un mecanismo Interior. No es una necesidad, por eso, porque eso se sabría, de ir a vivir al fondo de una gruta, o de una montaña, y de evitar a los otros seres humanos. Porque este descubrimiento, no se hace exteriormente. Solo puede vivirse en lo más profundo de sí. Y eso es totalmente independiente de toda circunstancia exterior. Cualquiera que sea la vida de su personalidad, cualquiera que sea incluso la vida del alma, es un mecanismo de Reversión particular. Es esta Tensión en el Abandono, de la que les había hablado HILDEGARDE. Es esta voluntad de ya no ver este mundo, no por aversión, sino al contrario, por la voluntad de ver más allá del mundo. Ver más allá del sentido del alma. Ver incluso más allá de las apariencias, más allá de la materia, e incluso más allá del alma. Es querer ver, de verdad, la causa Ultima, o la primera Fuente.
Es ya no expresar cualquier cosa como deseo. Es esta Renuncia total, pero que no es una renuncia en una renuncia de la vida, porque la renuncia de la vida nunca permite encontrar el Espíritu. Por el contrario, cuando el Espíritu se encuentra, cuando se revela, en ese momento, hay una verdadera Renuncia. Pero no son ustedes quienes lo decidieron, es el Espíritu que triunfa. Y es profundamente diferente. Sobre todo que hoy, como ya se sabe, existen enseñanzas del alma, que tienen por objetivo, y como sola finalidad, impedirles que volvieran hacia el Espíritu, haciéndoles creer que el alma va a llegar a la Luz y va a llegar a esta Unidad. No es posible. La Unidad no conoce al alma. La Unidad no conoce a la personalidad. La Unidad está bien más allá de esta Ilusión, bien más allá de todos los papeles que pueden imaginar jugar, en todas sus encarnaciones y sus reencarnaciones. La ley de karma no existe en el Espíritu. Es la Ley de gracia. Es allí, dónde todo es Gracia, todo está completo, todo es respuesta. Es allí, dónde sólo hay la Luz , porque la Luz es todo.
En la actualidad, colectivamente, lo que viene hacia ustedes es eso. Entonces, por supuesto, el alma que no quiere de esta Luz, va a llamar eso el final, la muerte. La personalidad que va a vivir eso, va a llamar eso el terror. Pero entiendan que es la denegación solamente, o la no voluntad de ir hacia este Espíritu, que expresará eso. El Amor se despliega, no importa qué quiera el alma, y qué quieran las personalidades. Porque lo que viven se inscribe en un Tiempo particular, que fue llamado en Oriente el final de la Kali Yuga , el final de la Edad negra. El Retorno de la Luz. Los Impulsos del alma, para algunos de entre ustedes, los prepararon (haciéndoles liberar algunas cosas, algunas situaciones), a aceptar la posibilidad del Espíritu. Pero cuando el Espíritu los penetra, enteramente, no existe más nada. Cuando los penetre y que los conecte, por Efusión de Energía y Conciencia Vibral. ¿Entonces, en ese momento, que es lo que pasa? Su personalidad se Disuelve, en parte. No saben ya quienes son. No llegan ya a actuar. Tienen la impresión que su mental no funciona ya, que sus emociones no existen ya. Son etapas previas, donde el alma comienza a capitular. Dónde, en cualquier caso, no se vuelve ya hacia la personalidad, sino comienza a darse la vuelta de verdad hacia el Espíritu. La Luz Blanca , CRISTO, viene para eso. Para permitirles terminar, si tal es su elección, este último Pasaje.
Entonces, por supuesto, mientras estén en los miedos, mientras la personalidad sea preponderante, y mientras el alma sea preponderante, eso puede parecerles una ilusión. O incluso, hacerles ver eso como una denegación, como la peor de las locuras. Y efectivamente, para el alma, es una locura. Aún más para la personalidad. Porque la paradoja de la personalidad, es que busca la luz, pretende estar bien. Pero la personalidad no puede nunca estar bien, eso nunca dura. El alma pretende mejorarse, a medida, de vida en vida, a purificar su karma, a reducir su karma. Esperando un día encontrar la luz. Pero la Luz no está en el alma. No puede serlo. Es una Ilusión y un reflejo de la Luz , un simple reflejo. Incluso los seres humanos, que tienen una experiencia a las puertas de la muerte, ven esta luz a lejos: sólo ven un reflejo, no es la Luz. Ven seres luminosos que no son la Luz , que sólo son reflejos ellos-también. El Espíritu no tiene nada que ver con eso. Y es a eso, que la Ultima Reversión de esta humanidad les llama.
A través de las palabras simples, que les pronuncio esta noche, espero que tengan suficientemente los elementos, para los que lo desean, de aceptar el Espíritu. Ya que el Espíritu no debe buscarse. Por supuesto, hay numerosas técnicas que se les dieron. Y que han sido dadas siempre. Permitiendo acercarse al Espíritu, o en cualquier caso, de intentar percibir pizcas. Pero, como eso se les dijo, la última marcha, la última Puerta, sólo su alma es quien decide cruzarla. No puede ser diferente, en ningún momento. Simplemente, diría que el Impulso colectivo, que llega ahora, del Espíritu, es irremediable, e irreversible. Para el conjunto de la humanidad. Ya que aunque quieran proseguir en el alma, será necesario hacerlo con Conocimiento del Espíritu, y no en ignorancia del Espíritu. Porque, como ya se sabe, el Espíritu se cortó del alma. Casi enteramente. Entonces, el alma tiene quizá, aún, que creer a sus propias ilusiones, a su propia perfección, a su propia evolución. No hay nada que culpar. Son solo las experiencias, que tienen necesidad de continuarse en una Ilusión. La Ilusión , en ella, no es algo condenable, ni a condenar. Pero es necesario, para eso, que el alma viva al menos una vez el Impulso del Espíritu. Y viva este cara a cara con la Luz. Para saber, y tener en alguna parte del alma, que esta conexión al Espíritu está reinstalada definitivamente.
Aquí, dicho en mis palabras por mí, lo que está Llamados a vivir. Todo ha sido preparado, dentro de ustedes, del cuerpo, del alma, sobre la Tierra , en este Sistema Solar y bien más allá, para lo que debe vivirse ahora. He aquí mis palabras. Si tienen interrogaciones que permanecen, entonces, juntos, podemos intentar ir más cerca, de lo que puedo expresar con las palabras.
No tenemos preguntas, les agradecemos.
Mis Hermanas y mis Hermanos, doy Gracias para la escucha atenta y la apertura de su Corazón. Todo mi Amor está a su disposición. Bien más allá de este espacio y este momento. Como ya se sabe, todas las separaciones caen, actualmente. Es muy fácil, si tienen necesidad, sobre su camino hacia el Espíritu, de llamarnos. Estaremos allí. Portamos, como lo saben, cada una de entre nosotras, las Dimensiones particulares, los Ejes particulares. Ahora que el Señor MÉTATRON desplegó la Luz Blanca , y que las Puertas Interdimensionales se abren en ustedes, la Energía del alma se despliega. Tanto hacia abajo como hacia arriba. Y estamos cada una a su disposición. Nuestra Vibración puede acompañarles a cada momento.
Doy Gracias para su Presencia, y dejaré la palabra, para los otros días, a algunas de mis Hermanas, Estrellas. Recuerden siempre que han sido llamadas Semillas de Estrellas. Se eligió esta palabra. Les doy todo mi Amor, y todo mi Corazón. Hasta más tarde.
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