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miércoles, 11 de septiembre de 2013

SILENCIO - Vientre Universal Agnimitra Septiembre 6 2013 CON AUDIO COMPARTIR!!!


El silencio es el Vientre universal donde es gestada la consciencia y su expresión, la materia. Como Vientre universal el silencio es, por lo tanto, innombrable e indefinible y está más allá de la relación dicotómica en la cual encapsulamos nuestras experiencias de interiorización, y de silencio exterior; resultando de esta limitación conceptual del silencio, como simples opuestos del sonido, las tentativas frustradas de vivir un silencio interior.

El silencio interior o exterior (pues de hecho ni interiormente, ni exteriormente hay silencio) no puede jamáis ser alcanzado. Lo que experimentamos durante una meditación, recogimiento o alineamiento, y que a veces describimos como silencio no es el Silencio, Vientre universal. El Vientre universal abarca en sí, sin dejarse jamás tocar por ellos, el silencio interior o exterior, siendo que éstos de hecho no son silencio, si no son oídos por vías distintas de las habituales.

Veamos más de cerca. Cuando decimos que hay silencio exterior, en general queremos decir simplemente que el sonido producido por la voz física pasó a ser emitido únicamente pela voz mental, visto que la voz realmente y en última instancia es la misma, difiriendo apenas por coloraciones y velocidad de expresión. Cuando la expresión “silencio exterior” se refiere entonces a la ausencia de sonido en el ambiente en que estamos, esto fácilmente se percibe, es relativo, visto que en general la sensación de silencio externo es fruto de la retirada de la atención de los sonidos del ambiente, o la percepción de los sonidos del ambiente por otras vías.

Toda la manifestación es Sonido. La propia Consciencia y su velo, la Materia Universal, es Sonido. El Espacio, que contiene en sí tanto Consciencia como Materia, este sí, es el verdadero Silencio, y se marca siempre presente, por ser Silencio Absoluto, y al mismo tiempo el conjunto de todos los sonidos y ausencia de todos estos, se revela en la Consciencia como sonido Interior y silencio Interior, y en la Materia como sonido exterior y silencio exterior; recordando que el silencio es apenas una sensación o impresión, una vez que la Manifestación es Sonido y el silencio que en ella creemos experimentar es apenas Sonido en otro nivel.

¿Cuándo hay entonces, verdadero Silencio? Para responder a esta pregunta precisamos meternos en la dinámica de la Manifestación misma. “El Espacio”, dice Helena. P. Blavatsky en su Glosario Teosófico, “siempre fue, es y será; la Causa eterna de todo, la Divinidad incomprensible, cuyas vestimentas invisibles constituyen la mística raíz de toda materia y del Universo.” Dice ella aun: “El Espírito es la primera diferenciación de Aquel, la causa sin causa del Espírito y de la Materia”.

La dinámica de la Manifestación Universal, como la Consciencia Una y Plena como aspecto inmanifiesto, es la Materia universal e indiferenciada como aspecto manifiesto, está en estas palabras sintetizada. Lo que llamamos Universo, la experiencia, la Danza Cósmica tiene su raíz, e incluso es sólo una posibilidad, gracias a estos dos elementos, que parecen ser apenas dos, por cuenta de la mente concreta y racional, que son esencialmente: la Consciencia Plena y su expresión en el palco, de actuación la Materia.

Por Consciencia Plena quiero decir, el Yo único e inherente a todo, el Atman de los Vedantas, el Espírito Universal. Y Materia es la substancia primordial que por sucesiva diferenciación forma el conjunto de campos de experiencia en que los rayos de aquel Yo Único harán sus experiencias.

Tenemos ahí, por tanto, los tres elementos primordiales de la Danza o Música Universal: La Consciencia Plena, o Yo Universal, el Padre, por lo tanto; la Materia, Substancia Primordial, es la Madre Universal; y el Hijo, que surge de la relación misteriosa de los dos elementos anteriores, el Alma, o “Yo Soy”, la Entidad a un solo tiempo espiritual y material, Centella y Rayo, pero al mismo tempo Una e idéntica, la Consciencia Plena. Estas tres son las tres Notas Raíces. Y de ellas, que esencialmente son una Única Nota, surge toda la Sinfonía de la Manifestación Universal. Sin embargo, esta sinfonía tiene su contrapunto en las pausas que sustentan y dan a ella inclusive sentido. La pausa es el propio Espacio, la Causa sin causa. Y el verdadero Silencio es vivido cuando cualquiera de los tres elementos, cualquiera de las tres Notas es reabsorbida en el Espacio, Absoluto e incognoscible.

Y ahí no se puede decir que este Silencio es vivido, ni experimentado, pues allí se apaga la Consciencia, elemento vivificador de la experiencia e incluso la Materia, substancia de la propia experiência; puede decirse, como máximo que allí el Silencio Es.

No nos engañemos, todavía, imaginando que el Espacio, este Algo indescriptible, esta Divinidad “siempre incognoscible” está distante y solamente por un alto grado de evolución o desenvolvimiento puede ser alcanzado. Al contrario, esta Divinidad “es la única cosa eterna que podemos fácilmente imaginar, inmóvil en su abstracción y no influenciada por la presencia o por la ausencia de un universo objetivo” en ella, una vez más, citando las palabras de H. P. Blavatsky en su Glosario Teosófico.

Nosotros tomamos nuestra existencia o expresión en este Espacio, y somos mismo esta Divinidad. Nuestra Naturaleza real eterna, e inmutable es esta Divinidad. Luego tanto nuestra manifestación inmaterial como material, Consciencia y Forma, son el velo místico, unido a esta Divinidad, que somos nosotros mismos.

El Silencio no se puede vivir, no se puede experimentar, no se puede encapsular en una corta o langa práctica. O aceptar esto simplemente y ya recobrar la memoria de nuestra verdadera Naturaleza y deshacer las amarras del esfuerzo inútil en realizar lo que somos. Visto que ya somos lo que somos, todo esfuerzo es innecesario, y la Realidad de esta Divinidad se debe dejar que brille por sí sola.

Publicado por Agnimitra.

Tarducción al español: H. N.