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El cambio ha sucedido ya. Nos encontramos en la Nova Terra y ningún proceso repite los esquemas que sólo hace unos años vivíamos como normales.
Inmediatamente después de la reciente Luna roja, y su eclipse total que multiplica los efectos de nuestro propósito interno, la llamada Cruz Cósmica se ha dibujado en nuestros cielos, como preaviso de grandes cambios planetarios y fuegos de purificación a todos los niveles del ser. En los signos de Aries, el fuego de la mente; Cáncer el agua emocional; Libra el aire de nuestra envoltura etérica; y Capricornio, el elemento físico y la tierra de nuestro cuerpo. El Espíritu desciende abiertamente a nuestra atmósfera, y las almas unidas al servicio de la ascensión planetaria salen de sus capullos y comienzan a realizar el trabajo para el que encarnaron sobre la madre Tierra. En esta situación de elevación de frecuencias (mientras la humanidad entera es empujada de la parte media a la parte superior de la cuarta dimensión) todo va a acelerarse enormemente, mucho más de lo que hemos experimentado hasta el momento. Después de la frontera del 21/12/2012 y a medida que liberamos nuestras creencias, focalizamos nuestros verdaderos propósitos y cambiamos de actitud, partes dormidas de nuestro adn están comenzando a ponerse en acción, como nunca antes pudieron hacerlo.
Y ¿cuáles son las nuevas claves que están emergiendo? Este 2014 comienza una etapa de dos largos e intensos años para celebrar el tiempo del desapego total, no solo frente a la materia (tema en el que ya estamos inmersos), sino esencialmente frente a las relaciones de amistad, amorosas, laborales, y también a la pertenencia de cualquier grupo religioso, espiritual o del tipo que sea. Son claves internas, no están fuera de nosotros, sino dentro, como fruto de nuestro contacto con el espíritu. Así aumentarán las sincronicidades y se plasmarán muchas experiencias en nuestra vida personal, hasta que lleguemos a asumir la libertad en las relaciones (el agradecimiento a cada encuentro sin quedar colgados de la persona en cuestión), la capacidad para reinventarnos a nivel laboral (la disolución del miedo al cambio de trabajo, y la creación de nuevas alternativas) y la necesidad de profundizar en las relaciones amorosas en lo que podríamos llamar una vía tántrica (alargar la relación, reconocer el dios/diosa en la pareja, fundirse a través del pecho, alcanzar otros planos de conciencia a través del contacto visual, etc).
Sin duda la madre Tierra está sumergiéndose en el proceso de purificación de los Cuatro Elementos. Y eso significa alertas de terremotos, de tsunamis, de erupciones volcánicas y de supertormentas en todas las esquinas del planeta. Aún no tomamos conciencia de que la causa viene esencialmente de nuestro desprecio por los verdaderos hijos de la madre Tierra, el mundo de los Devas elementales, y que es imprescindible volver a conectar y cooperar con ellos de manera consciente y directa, para poder salir del atasco en el que estamos metidos. La ascensión colectiva implica transformar profundamente nuestros cuatro cuerpos (físico, energético, emocional, mental), y el primer paso es llevar conciencia a las células y al mundo elemental. Existe el Aliado (o animal de poder), expresión de nuestros tres primeros chakras, y el Elemental del cuerpo, que regula nuestra relación con esta envoltura física que habitamos y la convierte en el objetivo del proceso de ascensión. Hemos degenerado nuestra relación con el plano físico orgánico y lo hemos llenado de enfermedades, tortura, dolor y sufrimiento. Y ahora hay que deshacer el entuerto acumulado en los últimos siglos y milenios. Sólo así, a través de la Conciencia Crística que Yo soy, lograremos que la luz vibral del Sol entre en el núcleo celular y podamos cruzar la frontera de su composición desde una base de carbono hacia otra cristalina de silicio (base del cambio genético, de la victoria sobre la enfermedad, del rejuvenecimiento y finalmente de la inmortalidad física). Pero este proceso, que tiene su base en los cambios celestes, exige la evolución de nuestra conciencia y la colaboración directa del mundo etérico de los Elementales (que a su vez son los maestros de los cuatro Elementos que hoy se revuelven sobre la superficie planetaria, hasta purificarse y alcanzar un nuevo equilibrio de elevada frecuencia).
Durante este mes de abril del 2014 estamos recibiendo una irradiación de luz que supera todo lo conocido hasta el momento. A todos los guerreros/guerreras de la conciencia se les está activando el Timo y las glándulas Pineal y Pituitaria, que están inundando sus células de luz cristalina de quinta dimensión. Y esto sucede 1- por el amor que todos sentimos hacia nuestra madre Gaia/ Tonantzin/ Pachamama, (realizando ceremonias planetarias); 2-por la recuperación de la confianza en la sabiduría de nuestro cuerpo (activando nuestra propia conciencia Elemental); 3- por el imparable avance del equilibrio y fusión entre las polaridades masculina y femenina de nuestro ser (dios/diosa), que está jugando un papel esencial en este cambio radical que nos fue prometido desde le principio del tiempo; y 4- por la activación del Canal central (la senda de los Dioses) que es la columna sagrada de la ascensión del fuego interno del Cristo (o de la diosa Kundali).
Un pequeño apunte sobre el próximo futuro. Tengo que señalar que es imprescindible que dejemos de presagiar desastres cada vez que hay un cierto riesgo en los eventos terrestres o celestes que se aproximan, porque si no somos cuidadosos y seguimos proyectando el caos, este finalmente se manifestará entre nosotros. Lo esencial es que sepamos con absoluta certeza que pase lo que pase si estamos centrados en el ser (si somos capaces de encender nuestra envoltura luminosa), nada podrá tocarnos ni ninguna contingencia incontrolada podrá dañarnos. Lo que estamos viviendo (después de más de cuarenta años de predicar su llegada) es un cambio de la Tierra para lo mejor, y no una especie de caos incontrolado para que la oscuridad vuelva a dominar el mundo. Bien al contrario, este es el fin del poder de la oscuridad sobre las capas densas de la matrix, dominadas por sus acólitos. Todo es mente y pensar en desastres no nos ayuda. Más bien se necesita apoyar a la madre Tierra y entregarle nuestra conciencia y energía para favorecer sus procesos, improrrogables por más tiempo, sabiendo que ella siempre cuida a sus hijos de la mejor manera. Meditar, cantarle, danzarle y elevar oraciones para el mayor bien de la humanidad.
Antes de la luz será la oscuridad. Es el momento de ordenar nuestra casa y tener la lámpara de aceite encendida porque llega el Señor. Se habla mucho de los tres días de oscuridad, que aparecen como la ‘prueba del algodón de la racionalidad humana’. Sobrevendrá el pánico depredador y el barniz de la civilización saltará en pedazos. Todo estará limitado, nada funcionará a nivel social, la electricidad tampoco. El miedo extenderá sus garras en todos los corazones, y sólo los que sepan amansarlo con aspiración, silencio, conciencia y amor impersonal saldrán victoriosos de la batalla. Y lo que vendrá después al amanecer del cuarto día será el nuevo mundo. Desde nuestra Tradición se aconseja quedarse en casa, encender unas velitas y orar, hasta que pase la prueba, sin dejarse arrastrar por el tumulto que sin duda sobrevendrá. El contacto con los hermanos estelares será por fin posible, después de pasar la prueba, y muchos serán los viajes del alma, e incluso en cuerpo físico, que tendrán lugar para cientos de miles de humanos. Todavía quedarán rescoldos de resistencia oscura que traducirán lo sucedido como una invasión de estelares invasores, pero pronto reinará la paz completa, porque aproximadamente la mitad de la humanidad resolverá el desafío. La luz del Sol será bloqueada por la nave más grande de toda la Federación galáctica y al final de esta fase se abrirá un nuevo telón con increíbles sentimientos hoy desconocidos de unidad de la raza humana. Todos seremos removidos por esta experiencia y lo importante será mantener la calma y ayudar a las gentes que entran en confusión, de manera impecable e implacable, contra las mentiras de la oscuridad. Antes de que llegue este momento, los temblores, las inundaciones y los volcanes jugarán su papel, aunque no se trata del Último Día.
No más sionismo creando dolor, no más banqueros anglosajones dirigiendo las finanzas del hambre, no más religiones ni educación, ni medios de comunicación vendidos al poder y a las industrias de la oscuridad. Llega lo nuevo, que barrerá toda esta basura. La madre Tierra, la Diosa o el Espíritu reunifican nuestro llamado universal, que sirve para cualquier persona sean cuales sean sus creencias. Habrá quien querrá encontrar culpables a lo que sucede, pero ¿qué mejor que reunirnos en comunidad, realizar un ayuno, meditar y orar por la paz en los corazones? Encontrar vuestro oasis al lado de vuestros hermanos de camino y dejar las grandes ciudades, que entrarán en un caos especialmente severo.
Emilio Fiel (Miyo)
http://menteconsciente.com/dhumano/
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