Hace algún tiempo me dedique a prestar atención a todas las profecías y expectativas que hablaban acerca del 2012, pues ellas en un sentido constructivo, se alineaban con una inquietud interna por conectar con una realidad que no comprendía del todo. En una retrospectiva, me doy cuenta que me desenvolvía como un niño que para aprender andar, este se apoya en una andadera (soporte) para sentirse seguro. Desde luego que tal situación era autoimpuesta, y además le otorgaba tal poder que se convertía en una condición para verme con posibilidades de estar realizado.
Hoy día estamos entrando a nuestra madurez espiritual, en donde tengo la convicción de que ya no se precisa de promesas ni profetas desde mi personal sentir…“La Bienaventuranza del Ser la Tenemos Encima”… Aunque prevalezcan opiniones que no lo creen, o que todavía no se dan cuenta de ello. Sabemos que cada quien sigue su proceso, y esto implica el que cada alma determine su tiempo y experiencias necesarias para su propio despertar. Así que todo ello lo acepto en santa paz y comprensión.
Sigamos pues adelante, dando esperanza a quienes la necesiten más, no importa la forma, todo suma. Pero al mismo tiempo invitémosles a confiar en ellos mismos y a soltarse. El despertar y la conexión con la realidad interna es un evento que se experimentará de manera individual, y este proceso solo se potenciará al ampliar la consciencia de la propia divinidad y su atributo omnipresente y atemporal. Dentro de este contexto nos podemos dar cuenta que el tiempo es una mera ilusión, y que la mente precisa de él para expandir su matrix.
Así que me pregunto… ¿Cuánto tiempo seguirá un alma recreando y dependiendo de fechas y sucesos externos, de presencias y promesas de salvación, de alineaciones y eventos cósmicos, de profecías o revelaciones, de señales o prodigios en el cielo para reforzar su convicción y salir del juego de la mente?… Es una situación que no se por cuánto tiempo más se seguirá recreando a nivel colectivo, lo que si se, es que todo esto se respeta en el orden espiritual del cual provenimos. Sin embargo, no por ello quiero dejar de hacer énfasis en que todo se trata de una mera ilusión que entorpece el camino hacia el encuentro de nuestra propia divinidad dentro del Ahora.
En resumen, les invito a que no esperen nada por fuera, ya que la llave se encuentra por dentro y cada uno de ustedes puede elegir en qué momento abrir la puerta para terminar con este juego. Su familia espiritual se encuentra entre ustedes, les comprende, sostiene y busca encaminarlos. No están solos créanlo. La luz es para todos los protagonistas involucrados en el drama humano, dejen de antagonizar y valorizarse. Sentirse perdidos o merced de fuerza oscuras. Se ha desplegado más luz de la que puedan concebir. Y todos están llamados a retornar al hogar, sin importar su origen estelar o condición astral.
© Ari Shemoth
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