Todos los habitantes de la Tierra están en el proceso de transformación en cada nivel. La vida humana como la han conocido está cambiando, y de esos cambios surgirán formas de vida que serán mucho mejor para todos. No es un momento fácil durante este proceso y por lo tanto se necesita tener fe en la visión de un mundo mejor para todos. Ciertamente, el mundo exterior no refleja la visión más elevada en estos tiempos a medida que avanzan a través de los cambios, pero ya es una plantilla en los planos superiores de la vida. Aquí es donde todos los cambios empiezan y luego se abren camino en lo físico. La humanidad en su conjunto ha elegido los cambios que se están produciendo; algunos de ellos ocurren de repente y otros tomarán un período de tiempo más largo. Se necesita paciencia en aquellos de ustedes que han estado haciendo el trabajo desde hace muchos años.
Para aquellos que están en el proceso de interactuar con sus aspectos más elevados, la tarea es convertirse en sus aspectos más elevados. Todo lo que no es de la más alta expresión dentro de cada individuo está abriéndose camino hacia la superficie para ser reconocido, aprendido, bendecido y liberado. Cuando uno se libera de los aspectos por largo tiempo ocultos y que han vivido dentro de cada una de las propias células, es importante practicar el perdón a sí mismo y a todos los demás con los que se han interrelacionado en la totalidad de sus vidas durante este tiempo de vida, y a cualesquiera otros cuyas memorias puedan surgir durante este proceso. Tras el perdón sincero llega una reposición de más luz en las células de las personas y, para mantener esta luz, se convierten en unas que constantemente bendicen a todos los demás y a todas las situaciones que puedan surgir. Es a través de esta práctica que se lleva a cabo una mayor relación con los aspectos superiores del ser.
En el camino a la maestría, uno aprende a practicar el ser los embajadores de los Creadores en cada pensamiento, acción y hecho. Uno se convierte en amor incondicional de toda la vida alrededor. Ya no hay espacio alguno para los pensamientos y juicios secretos dentro de la mente de cada persona en su interacción con los demás. Uno debe convertirse en un libro abierto, honesto y transparente en todas las interacciones con los demás. Esto es, en estos tiempos, un reto difícil para cada uno de ustedes que están en el camino, por lo que se requiere sabiduría y discernimiento en su trato con los demás. Liberen todo lo que puedan y dejen que el discernimiento sea su guía en los momentos que involucren pruebas. Dejen que el amor y la bendición como un estribillo constante estén dentro de sus procesos de pensamiento. Así es como los que ascendimos nos liberamos de las influencias más bajas que nos rodeaban.
Nosotros también hemos vivido nuestras vidas cotidianas lejos de los demás para poder llegar a ser dueños de nosotros mismos. Los que están leyendo esto no tienen esta opción. La mayoría de ustedes ya han ganado esta maestría en otros lugares y tiempos de vida por lo que tienen la capacidad dentro de sí para transitar por los caminos de este mundo y no ser parte del mismo. Sin embargo, se requiere una vigilancia y disciplina constante. No se rindan en este proceso aunque los que les rodean opten por actuar de maneras que no son expresiones de lo divino. Bendigan, bendigan, bendigan mentalmente a todo y a todos a su alrededor. Este es el trabajo en los momentos del ahora y ustedes pueden hacerlo, tienen la capacidad para hacerlo.
Continúen buscando el tiempo para hacer cosas buenas para sí mismos, escuchen música elevadora, consiéntanse con un delicioso postre de vez en cuando, den largos paseos en la naturaleza, celebren cada pequeña victoria que han logrado al dar los próximos pasos en su travesía. Hay mucha belleza rodeándolos y al sintonizarse con esta belleza y sentir sublime alegría, aprecio y gratitud en sus corazones y mentes por estos momentos, ayudan a anclar estos sentimientos en su planeta. Tal es la naturaleza de su trabajo, maravilloso, ¿no es así?
Hasta la próxima semana…
YO SOY HILARION
©2014 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana, Guardiana de las Sinfonías de la Gracia.
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