martes, 4 de febrero de 2014

Cómo se producen las sananciones por Isabel De La Fuente

 

No tengo duda de que las sanaciones se producen por autosugestión. Nadie ...nadie tiene el poder de sanar a nadie. ... Dependiendo del grado de sugestión así será la sanación. Cuando se pretende que un tercero acometa la sanación, lo que concurre es una cesión de la voluntad, al que se le entrega el acto de voluntad y la decisión de la voluntad sobre aquello que quiere ser sanado. Cuando no se conoce lo que ha de ser sanado, pues permanece en el inconsciente o subconsciente, es la propia voluntad la que escanea sobre la personalidad buscando un punto de desarmonía en cualquiera de los cuerpos que conforman un ser determinado en una vibración determinada, con el acompañamiento de un tercero que hace las veces de la voluntad del primero. .... Si no se desea una sanación, pues los beneficios que supuestamente se obtienen arrastrando una desarmonía son mayores que los que ofrecería una armonía, ningún sanador, ningún "tercero" , ninguna voluntad ajena logrará ninguna sanación. 

Apropiarse el término "sanador" es una responsabilidad que tendrá su consecuencia en cualquiera de los puntos existenciales que convergen en la evolución de una determinada vida. Sólo uno mismo tiene el poder de sanarse. 

La sanación es un acto individual e intransferible.

Nada ni nadie puede acometer ningún tipo de sanación sobre otro. Si puede acompañar, asesorar, guiar, ayudar a descubrir, potenciar, abrir puertas comunes de evolución, comprender y hacer comprender, discernir y ayudar a discernir, intuir y ayudar a intuir, corregir, intervenir sobre los diferentes cuerpos para ofrecer posibilidades de comprensión mayor a quien se le asiste, etc..etc . Pero, sanar, nadie tiene potestad para hacerlo mas que uno a sí mismo. El reto de vivir incluye vivir en todos los sentidos y la exposición a cada instante de todas las posibilidades de armonización y desarmonización del ser, para acceder a niveles de comprensión más integrados y expansivos de manera individual y entre decorados infinitos de experiencias, contextos, sentimientos, visiones, comprensiones, y.. hermanos, millones de hermanos de configuración existencial y creación. Y el arte de vivir llega a su máximo esplendor en el desarrollo de una mayor capacidad para encontrar el sosiego, la paz interna, el silencio equilibrador... hasta que la armonía vaya calando en cada ápice del ser que constituye un determinado ser. 

Cuando otorgamos poderes asociados a la voluntad a terceros sobre aspectos que incumben únicamente a lo más íntimo de la persona, es sobretodo para poder dar la oportunidad a la armonía natural , al flujo natural de la existencia...al Amor..a partir de las interrelaciones humanas , de que vaya penetrando todo lo que conforma nuestra existencia y nuestro ser en este y otros muchos planos entrelazados que conforman cada conciencia. El arte de acompañarse unos a otros, no es un hecho que se quede relegado al aspecto "sanación"; sino , al aspecto Amor. Y es la única manera de que pueda producirse la sanación anhelada por el propio ser, en el acompañamiento, el dejarse abrazar, la asistencia por parte del hermano a partir de sus cualidades, de sus talentos , de su bienintencionada manera de existir, ser y cristalizar cuando ofrece su cobijo a quien le pide ayuda. 

La sanación siempre es individual por cuanto es la voluntad del que anhela armonía interna quien determina cada paso a seguir en su vida. 

Toda desarmonía busca compulsivamente a la armonía. Y la armonía , su manera natural de acudir al encuentro con el ser es a través del encuentro con otra alma , a través del encuentro con otro ser que vibre y haga vibrar al unísono corazón y mente con corazón y mente del hermano. No son siquiera las cualidades innatas las que se anteponen en el momento de asistir al hermano; sino la propia naturaleza humana , la necesidad de acompañarnos y sentirnos mutuamente de una u otra manera. Y esa "una u otra manera" es lo que determinamos como cualidades innatas, cualidades positivas, dones, talentos..

Nada hay que esté por encima del ser. Cuando nos ofrecemos para acompañar a quienes necesitan dicho acompañamiento, no son las técnicas utilizadas, ni siquiera los talentos, quienes son el centro de la sanación. Sino, la posibilidad de compartir vibración y desarmonía con aquellos que podrían neutralizarla en el ejercicio del amor y la compasión.

No creo en las sanaciones acometidas por terceros. Pues, el espíritu jamás lo permitiría. Lo que si está dispuesto el alma y la conciencia es a dejarse abrazar por el impulso y la intención de quienes ponen todo su talento para asistir a los corazones de quienes necesitan ser escuchados, asistidos, y comprendidos en sus desarmonías, para alcanzar después la armonía que es el estado natural del ser.

Comprendo que exista la necesidad una y otra vez de estímulos externos a quienes derivar la voluntad sobre todo lo que acontece en vuestra vida. En parte por la enorme inconsciencia y desconocimiento sobre nuestra verdad interna, sobre nosotros mismos, por la falta de recuerdo, por la negación de nuestro ser , por la incapacidad de encontrar amor... Pero, no es la sanación el objetivo, sino, la búsqueda del natural equilibrio lo que anhela cada corazón humano.
Pero, si pudiésemos centrarnos en nuestra esencia, nuestra conciencia, nuestra mente y nuestro soberano corazón, podríamos comenzar a dar saltos muy cualitativos sobre la condición humana permanentemente enferma por nuestro olvido existencial de origen y de derecho . Pero, aún comprendiéndonos todos unos a otros, y teniendo múltiples ejemplos para llegar a toda esa inconsciencia, sería bueno que comenzásemos a ir mirando dentro dónde podríamos conectar con nuestra voluntad, nuestro poder interno, nuestra luz interior, nuestra sabiduría, nuestro punto de encuentro con nuestro Yo más sagrado e íntimo y eterno, nuestro punto de encuentro con la natural dulzura que embriaga al ser cuando sólo danza al más hermoso son que canta la creación para serlo.

Todos nos enfermamos , nos desarmonizamos. Todos generamos desajustes vibracionales. Todos somos el resultado del dolor y el sufrimiento. Y cuando la mente y la pequeña conciencia no recuerdan, las posibilidades de desajustarnos aumentan hasta la enfermedad. Pero, siempre tenemos la posibilidad de dar un paso hacia delante con nuestra conciencia hasta la unión con nuestra sabiduría innata, incluso en los peores momentos, los más dramáticos y los más sufrientes. No es verdad que no tengamos derecho a sentir hasta la completitud. Pues, sólo la experiencia de la negación y la inconsciencia por ausencia de recuerdo, puede llevarnos a los menos lúcidos momentos de nuestra vida, y a la enfermedad sistemática. Y aún así, existen otros dos tercios de este arco de vida que son protagonistas y agentes de nuestros desarreglos psíquicos, mentales, físicos y emocionales. No toda desarmonía se produce en nuestro interior, sino que tiene su origen en el exterior, como decía , en dos tercios de nuestra evolución. Por un lado nuestra propia tabla de experimentación; por otro, la interrelación con el resto de nuestros hermanos como antecesores y como coetáneos aportando sus propias vibraciones, dejando sus improntas y sus intenciones sobre nuestro campo vibratorio; y por último, otra tercera parte, aquella de nuestra vida que fue diseñada antes de encarnar y que debía cumplirse con exactitud para desarrollar una determinada labor evolutiva personal y colectiva , y que no admite modificación durante la propia vida en la materia.

En todos los casos en los que posemos en cualquiera de estas tres partes nuestra consciencia, la búsqueda de la armonía es el objetivo sagrado; y es único, individual, y personal. Sólo que , este acto íntimo de uno mismo con uno mismo, tiene su comprobación, su razón de ser, su conciencia de ser y su máxima expresión como comprensión, completitud y sabiduría, en el amor que subyace , origina y consecuencia dicho encuentro sagrado con nuestro yo más íntimo y eterno. Las relaciones entre los infinitos seres de la Creación son la propia consciencia y el propio amor; es decir, la propia demostración de que existe y Es , la Creación.

Por eso, cuando nos asistimos unos a otros, más que sanarnos, somos en un acto de amor inevitable , y un acto de compasión que equilibra y otorga armonía. Pero, por que concurren al unísono una voluntad sagrada con otra voluntad sagrada para compartir ese hilo existencial que dota de vida a toda la Creación, de vista a vista, de mente a mente, y de corazón a corazón.

Nos enfermamos, nos desarmonizamos, nos dejamos sucumbir en la inconsciencia que genera enfermedad, al final, desde la inconsciencia, para poder tener un sólo momento de amor y compasión de unos con otros. Por eso, los que se descubren como voluntad en su desarmonía, sanan en la presencia de su más sagrado e íntimo Yo , o ante la presencia del más sagrado e íntimo Yo del hermano. Pero, se sanan ellos mismos. Y es verdad que esa sanación se da en muchas ocasiones, infinitas. Pero, como dijo El Más Grande: " ...vete; por que TU FE te ha salvado (sanado) ." Aquel que sanaba su desarmonía junto al Maestro (el único Maestro) , lo hacía en el nombre del amor que le profesaba. Y ese amor que otorgaba al Maestro producía la vuelta a la armonía universal por definición para toda la Creación: el estado de amor-amar-ser.

Todos somos importantes, somos fundamentales en la existencia de unos y otros. Pero, en el reconocimiento sagrado de cada uno sobre uno mismo y el reconocimiento sagrado en el otro. Y ese reconocimiento, cuando se da, de manera consciente, inconsciente o subconsciente, cuando cedemos un espacio donde la compasión pueda darse y pueda recogerse, es cuando el ser que necesita sanación (armonía) la encuentra.

Igual de hermoso, pero con una comprensión mayor sobre la naturaleza real del ser y de ser humano. ...

Tú te sanas, con el acompañamiento, la asistencia o la compasión del hermano. Pero, el acto de sanación es únicamente , tuyo.

Armonía y belleza interior para todos y que la Voluntad y el Yo más íntimo y sagrado de cada ser, cumplan con la danza en armonía que establece el perfecto Universo en el Amor y que se manifiesta igualmente perfecto en todas las criaturas que conforman nuestro Universo.

Feliz armonía para todos.. feliz reencuentro compasivo entre todos y con nosotros mismos.

Feliz autosanación en el amor que somos.

Gracias, Vida.

Isabel De La Fuente.


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