viernes, 24 de enero de 2014

Yvonne Aimée de Malestroit 24 de enero de 2014 por Air




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Soy Yvonne Amada de Malestroit, y vengo a vuestro encuentro, encantada de compartir este momento de Celebración. Momento de Celebración porque, a decir verdad, cada momento fuera de vuestro tiempo es una Celebración, un despliegue de la Gracia, una Danza de la Vida.

Entonces juntos, hagamos de este momento, como de cada momento, una Celebración ...

En este tiempo de Celebración, me propongo desarrollar lo que es acoger a Cristo, lo que es la vida en Cristo, y lo que es la Gracia.

Todo esto ya ha sido desarrollado en numerosas ocasiones. Vengo a proponerlo según el testimonio de lo que fue mi experiencia en encarnación. 

Porque, ustedes lo saben, yo fui su Bien-Amada, como él fue mi Bien-Amado. Eso me llevó toda mi vida, toda mi vida, yo deseé ponerme a su servicio, que hiciera de mi lo que él quisiera. Su sola Presencia era suficiente para llenarme de Alegría. Su ausencia era un dolor sin nombre. Esto, por supuesto, ustedes habrán podido leerlo en la historia que se cuenta de mi vida.

Cuando Cristo venía a mi encuentro, yo me transformaba, llevada por la Gracia al Éxtasis. Cuando él se retiraba, yo quedaba desesperada, más allá de las palabras y los sentimientos humanos.

Querer ofrecerse en cada momento, estar disponibles para servirLo, cualquiera sea la forma, los lleva a experimentar la Gracia. Porque aun lo que pueda parecer sufrimiento, es una Gracia, cuando se está en las manos del Bien-Amado. Bien-Amado, presente en cada Uno, y que encontrarán en cada Uno. Llevarlo en sí, es verlo en los ojos de su vecino. Servir al Bien-Amado, es servir la Vida.

En este momento; ustedes lo saben, los testimonios son muchos: y puede parecer eso que ustedes llaman milagros. Pero, ¿qué es un milagro? Es simplemente la realización, la materialización de lo que parecía imposible. ¿Qué puede ser imposible para el Bien-Amado, fuente de la Vida, desplegando la Creación? Y no hay milagro, porque hay evidencia de que eso no puede ser. La evidencia, como bien dice el Arcángel Anael, es en definitiva un muro que los separa del Bien-Amado.

El milagro, no es más que una lágrima que se convierte en diamante. El milagro es la vida en cada momento. Los signos exteriores no tienen otro sentido que de venir a poner la duda en vuestras evidencias. Por supuesto, es imposible sacar una rosa del pecho, de su corazón, ¿no es así? Así como, es imposible estar ubicados en dos lugares al mismo tiempo, ¿verdad? Todo esto es hacer poco caso del poder del Bien-Amado. Esto es hacer poco caso de Su Omnipresencia. ¿Por qué, el Bien-Amado tendría que seguir sus reglas? ¿Por qué habría de plantar una semilla y esperar a que la rosa crezca?

Muy a menudo mis milagros son ridiculizados, y a veces cuando usted adhiere a eso, acepta que sea posible, y dice que esto es realizado por un ser excepcional, que es muy bueno, pero que no lo puede hacer.

Por supuesto, que no pueden hacerlo, ya que son ustedes los que buscan desplegar la Vida. Pero cuando dejan al Bien-Amado desplegarse donde había una persona, hay allí Vida. Y donde hay Vida, hay despliegue de la voluntad del Bien-Amado. Esto sucede en la intimidad entre Bien-Amado y Bien-Amado, en vuestro cuerpo, o si pasa visiblemente en todo el mundo, ¿qué cambia? Porque en realidad, eso es siempre del Bien-Amado hacia al Bien-Amado, en toda intimidad.

Así que, yo no los invito a creer en los milagros. Tampoco los invito a rechazar la idea. Les sugiero que se abran a la posibilidad de que cuando dejan la vida, el Bien-Amado obra, sin ninguna voluntad, sin ninguna recuperación para el ego, entonces el Bien-Amado, se apresura a presentarse y desplegar la Vida. Porque él lo dijo: él es el Alfa y la Omega, el Camino, la Verdad y la Vida. No les dijo que al seguirlo, encontrarían el Camino, encentrarían la Verdad, encontrarían la Vida. Él dijo: "Yo soy la Vida, y esa es la Verdad".

Así que dar cabida al Bien-Amado, es en definitiva, acoger la Vida en sí, no la vida externa, como la perciben, sino como Llama en ti. Dejarla danzar, dejarla obrar, porque la vida sabe lo que conviene realizar para sostener la Vida.

Entonces, Niños del Uno, acójanlo en ustedes, déjenlo desplegarse, Él solo espera eso para hacerlos danzar, para hacerlos vivir el éxtasis. Dejen a la Vida dirigir la Vida. Porque en definitiva, ¿quién mejor que la vida puede vivir? Dejen lo que está muerto enterrar lo que es muerto. De hecho, ustedes no tiene que enterrar a los muertos. Dejen lo que está muerto allí donde está.

[Silencio]

Giren hacia el Bien-Amado, y a la vez hacia la Vida y entonces, verán por si mismos las evidencias desaparecer, dejando espacio a la Danza infinita de infinitas posibilidades...

Les doy la bienvenida, desde el presente como en todo momento para danzar con el Bien-Amado. Entonces ahí, ustedes me verán a su lado, y vamos a estar juntos en la Vida.

Llamas de Eternidad, Fuego de la Vida, mi Bien-Amado, les digo hasta pronto, hasta siempre, en la Vida.

Transmitido por Air
http://www.envol-du-phenix.org
Traducción: H. N.