lunes, 20 de enero de 2014

La Soledad del Ser Humano por Osho y Krishnamurti. Publicado el 17 de noviembre de 2013 por la Escuela del Despertar. ¡Compartir!!!!


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Osho y Krishnamurti analizaron la soledad humana para hacernos entender que no hemos aprendido a percibir la naturaleza trascendental de la Soledad, porque el Sistema nos ha instruido en la idea de que estar en colectivo (ganado humano) es positivo y que estar en soledad es algo tan negativo que equivale a un estado de depresión y de profundo vació, por esto, la Humanidad es distraída con la Industria del Entretenimiento, de este modo, el ser humano no puede conocerse a sí mismo, porque, para un desarrollo interior del individuo, se necesita soledad y silencio.

OSHO

El ser humano todavía no aprende a conocer las bellezas de la soledad. Siempre está ansiosamente buscando estar con alguien, para olvidarse de que esta solo, nació solo, morirá solo y, no importa lo que haga, vive solo. La soledad es algo tan esencial a su ser que no hay manera de evitarla. Todos los esfuerzos fallaron y fallarán porque son contrarios a los fundamentos de la vida, es necesario tornarse consciente de la soledad. Y es tan lindo sentirla porque te libera de la multitud, del otro. Soledad significa simplemente ser completo. Tú eres entero, no necesitas a nadie para completarte. Así, intenta descubrir tu centro más profundo donde siempre estuviste solo y tan lleno, tan completo y tan desbordante con todas las savias de la existencia que, habiendo probado tu soledad, el dolor del corazón desaparecerá siendo reemplazado por un nuevo ritmo de inmensa suavidad, paz, alegría y bienaventuranza. Esto no significa que una persona centrada en su soledad no pueda hacer amigos. En realidad sólo ella puede hacer amistades, porque ahora eso no es más una necesidad, es simplemente un compartir.

La soledad es una flor, un loto abriéndose en tu corazón, la soledad es positiva, la soledad es salud. Es el goce de ser tú mismo. Es la alegría de tener tu propio espacio. Meditación significa: éxtasis de estar solo. Uno está realmente vivo cuando llegó a ser capaz de estar en soledad, cuando ya no depende más de nadie, ni de ninguna situación ni condición y como la soledad es nuestra, puede quedarse mañana, tarde, día o noche; en la juventud o en la vejez; cuando estamos sanos o enfermos; en la vida y en la muerte también puede estar presente porque no es algo que te pasa desde afuera, es algo que emana de ti, es tu verdadera naturaleza, tu propia naturaleza.

Un viaje a nuestro interior es un viaje hacia la soledad absoluta; ahí no puedes llevarte a nadie contigo; no puedes compartir tu centro con nadie, ni siquiera con tu pareja…no es parte de su naturaleza y no hay nada que hacerle. Desde el momento que entras en tu interior, se rompen todas las conexiones con el mundo externo, se rompen todos los puentes. En realidad, desaparece el mundo entero.

Celebra la soledad, festeja tu espacio puro y va a surgir una gran melodía de tu corazón, y va a ser una canción de conciencia, va a ser una canción de meditación, va a ser el cantar de un pájaro solitario llamando a la distancia -no llamando a alguien en particular, sino simplemente llamando, porque su corazón está lleno y quiere llamar, porque la nube está llena y quiere llover, porque la flor está colmada, se abren sus pétalos y se libera su fragancia sin estar dirigida a nadie…Deja que tu soledad se transforme en una danza.

KRISHNAMURTI

¿Sabéis qué significa la soledad, y os dais cuenta de ella? Lo dudo mucho, porque nos hemos sumido en actividades, libros, relaciones, ideas que nos impiden darnos realmente cuenta de la soledad. ¿Qué entendemos por soledad? Es una sensación de vacío, de no tener nada, de estar extraordinariamente inseguros, sin puerto donde anclar. No es desesperación ni falta de esperanza, sino una sensación de vacuidad, de vacío, y de frustración. Estoy seguro de que hemos sentido eso, los felices como los desdichados, los muy, muy activos como los que tienen afición al saber. Todos conocemos esto. Es una sensación de dolor real e inextinguible, un dolor que no se puede disimular aunque intentemos disimularlo.

Abordemos este problema de nuevo para ver qué es lo que realmente ocurre, para ver qué hacéis cuando sentís esa soledad. Tratáis de esquivar vuestra sensación de soledad, intentáis evitarla con un libro, seguís a algún líder, o vais al cine, o socialmente os volvéis muy, muy activos, u os dedicáis al culto y la oración, o pintáis un cuadro, o escribís un poema sobre la soledad. Eso es lo que de hecho ocurre. Dándoos cuenta de la soledad, del dolor que la acompaña, del temor extraordinario e insondable que ella provoca, buscáis una evasión, y esa evasión llega a ser más importante; y por lo tanto, vuestras actividades, vuestros conocimientos, vuestros dioses, vuestras radios, todo ello os resulta importante, ¿no es así? Cuando dais importancia a valores secundarios, ellos os llevan a la desdicha y al caos; los valores secundarios son inevitablemente los valores sensorios; y la civilización moderna, que se basa en esto, os brinda estas evasiones: evasión mediante vuestro trabajo, vuestra familia, vuestro nombre, vuestros estudios, mediante la pintura, y lo demás. Toda nuestra cultura tiene por base esa evasión. Nuestra civilización se funda en ella, lo cual es un hecho.

¿Habéis tratado alguna vez de estar solos? Cuando lo intentéis, veréis cuán extraordinariamente difícil ello es y cuán extraordinariamente inteligentes debemos ser para estar solos, porque la mente no nos dejará estar solos. La mente se vuelve inquieta, se ocupa en evadirse. ¿Qué hacemos, pues? Tratamos de llenar ese extraordinario vacío con lo conocido. Descubrimos cómo estar activos, cómo ser sociables; sabemos estudiar, escuchar la radio. Llenamos esa cosa que no conocemos con las cosas que conocemos. Intentamos llenar ese vacío con diversas clases de conocimientos, relaciones o cosas. ¿No es así? Ese es nuestro proceso, esa es nuestra existencia. Ahora bien, cuando os dais cuenta de eso qué hacéis, ¿seguís creyendo que podéis llenar ese vacío? Habéis probado todos los medios de llenar ese vacío de la soledad. ¿Lo habéis logrado? Lo habéis intentado con el cine, sin éxito; y por eso seguís a vuestros guías espirituales o a vuestros libros, u os volvéis muy activos socialmente. ¿Habéis conseguido llenar el vacío, o simplemente lo habéis encubierto? Si sólo lo habéis encubierto, siempre está ahí; por lo tanto volverá. Si sois capaces de huir totalmente, entonces vais a parar a un manicomio u os volvéis sumamente torpes. Eso es lo que está ocurriendo en el mundo.

¿Es posible llenar esta vacuidad, este vacío? Si no lo es, ¿podemos huir de él, escaparnos? Si hemos experimentado y encontrado que una evasión carece de valor, ¿no carecen acaso de valor todas las otras evasiones? Es indiferente que llenéis el vacío con esto o con aquello. La llamada "meditación" es también una escapatoria. Poco importa que cambiéis vuestro medio de evasión.

¿Cómo, entonces, hallaréis qué hacer con esta soledad? Sólo podréis saber qué hacer cuando hayáis dejado de evadiros. ¿No es así? Cuando estéis dispuestos a enfrentaros con lo que es ‑lo cual significa que no debéis recurrir a la radio, y que debéis volver la espalda a la "civilización"‑, entonces aquella soledad termina, porque ha sufrido una completa transformación. Ya no es soledad. Si comprendéis lo que es, entonces lo que es, es lo real. Es porque la mente está continuamente evitando, evadiéndose, rehusando ver lo que es, que ella crea sus propios estorbos. Como tenemos tantos estorbos que nos impiden ver, no comprendemos lo que es y por lo tanto nos alejamos de la realidad; todos esos estorbos han sido creados por la mente para no ver lo que es. El ver lo que es no sólo requiere buena dosis de capacidad y comprensión de la acción, sino que también significa volver la espalda a todo lo que os habéis fabricado: vuestra cuenta bancaria, vuestro nombre y todo aquello que llamáis "civilización". Cuando veáis lo que es, veréis cómo se transforma la soledad.

Anna Alexandra Alighieri