martes, 17 de diciembre de 2013

O.M. Aïvanhov. Vivificando el Ánimo. Agnimitra Om. 3 de diciembre 2013. Con audio. ¡Compartir!!!!



O.M. Aïvanhov. Vivificando el Ánimo. “Mi Presencia ígnea, en vuestra Presencia ígnea, tiene el propósito de estimular y fortalecer vuestro ánimo, tiene el propósito de animar y avivar el Fuego de esta devoción.” Agnimitra Om. 3 de diciembre 2013. Con audio. ¡Compartir!!!!

¡Un mensaje de avivamiento y lucidez para todos los hermanos y hermanas, en esta Red Cristalina de Consciencias!

Saludos. Yo soy aquel que fui conocido como Omraam Mikaël Aïvanhov. Bendiciones y paz para todas las Centellas Divinas.

Mis hermanos, mis hermanas, todos aquellos que escuchan estas palabras, mi Presencia en esta oportunidad que la vida proporciona, tienen como objetivo reforzar el muro que nuestra Madre Divina viene levantando por medio de Su Amoroso Acompañamiento, por medio de Su Firme Presencia y, sin embargo, suave, entorno a cada uno de sus hijos e hijas sobre la Tierra.

Mi Presencia ígnea, en vuestra Presencia ígnea, tiene el propósito de estimular y fortalecer vuestro ánimo, tiene el propósito de animar y avivar el Fuego de esta devoción. Esta devoción no debe ser confundida como una adhesión a un ideal de perfección, como a una adhesión o una aspiración de un comportamiento ejemplar, como estas cosas pudieran ser comprendidas por la mente humana. Esta devoción es la entrega de sí, esta devoción es la entrega completa y total de sí a este Amor sin fronteras, a este Amor sin condicionamientos, a este Amor sin límites.

El tiempo y los actos desempeñados en las líneas de tiempo son simplemente un fenómeno en la misma Consciencia. Los lugares, los escenarios son solamente proyecciones en el espacio infinito de la misma Consciencia. Los marcadores de un tiempo de un espacio que suceden por medio de las experiencias perpetradas en la danza de la misma Consciencia, de hecho, no deben establecerse ahí como algo verdadero.

Mucho más que abrir los ojos, vosotros necesitáis abriros a vosotros mismos, para que viváis ahí, en donde habita la Llama que yo vengo animar, en un encuentro sin igual como vosotros mismos. Entonces todo el poder que el tiempo, todo el poder en donde suceden las escenificaciones en el tiempo y que parecen tener sobre vosotros, caerá. Este poder es solamente vuestro propio poder en cuanto a que sois creadores y creadoras universales.

Este ánimo que yo vengo a inyectaros por medio de mi Presencia en vuestra Presencia, no es un cuestionamiento mental de toda la escenificación en estas líneas de tiempo. Este ánimo que yo vengo a inyectar no es un rechazo a la escenificación misma. Este ánimo que yo vengo a inyectar a través de esta Presencia ígnea, y que en este momento nos compartimos, tiene como objetivo despertar ahí en vosotros el gozo del reencuentro consigo mismos.

Sí, estoy consciente de que este es un término capcioso, no importa. Si vosotros os dejáis consumir por esta Llama Eterna que quema en vuestros corazones, toda duda y toda confusión se desvanecerá, porque este gozo que luego se transformará en un Éxtasis –sí, pues el gozo es momentáneo, el éxtasis es implosivo. Pero este Éxtasis que solo surge de la aparente relación con los elementos – es claro, que no existen elementos, solamente vosotros existís – luego este éxtasis se transforma en absoluta Bienaventuranza, pero vosotros debéis redescubrir, o reafirmaros en este redescubrimiento, en la confianza del gozo del reencuentro.

El camino que no es un camino no es una entrada de piedras puntiagudas. ¡El camino no es un camino, no es la corona de espinas que la moralidad y la religión transformaron en una gran pesadilla! El camino que no es un camino, es un campo de flores abriéndose constantemente, exhalando su más prístino perfume.

¿En dónde está el regocijo? ¿En dónde está la verdadera Alegría que no se deja quebrantar, que no se deja afectar por las pequeñas decepciones de una vida limitada? ¿En dónde está el gozo o el júbilo de los seres despiertos que realizaron su Realidad Última? ¿En dónde está la Bienaventuranza de la Liberación?

Vosotros pasáis por la experiencia en este mundo, día a día, como barcos que no tienen un capitán, a la deriva, al antojo de los vientos y de las tempestades. ¿Es ésta vuestra realidad? ¿Sois vosotros de hecho barcos sin capitán? ¿En dónde está aquél que maneja el timón? ¿Quién será éste que maneja el timón? ¿Dios en el cielo? ¿Cristo en el Sol? ¿Yo en la Tierra? ¡No! Ninguna de estas alternativas.

¿Quién maneja vuestro barco? Hummm… Daros cuenta de la maravilla al reconocer este hecho, cuando vosotros os redescubrís como plenamente potentes, como siendo por sí mismos, en sí mismos, en el inicio y el fin de toda Danza; cuando vosotros abrís los ojos hacia la magnificencia de vuestro Ser y percibís que vosotros sois el conjunto de todas las posibilidades. Y comprendéis que ellas son infinitas. ¿Entonces vosotros sois Infinitos? No, vosotros sois algo para lo que no existe palabra, vosotros sois algo para lo que no existe representación, ni en este mundo ni en los mundos de pura Luz, pues todo ello es apenas un reflejo de la magnificencia misma de lo que vosotros sois.

¿En dónde está entonces el motivo para el desespero? ¿En dónde está el sentido del llanto? ¿De la guerra? ¿Del conflicto? ¿De la discordia? ¿En dónde está la simiente de la decepción? ¿De dónde surge este fruto no reconocido? Sí, porque nadie quiere asumir la responsabilidad de sí mismo. Es mucho más fácil crear un dios y un demonio y culparlos por toda luz y toda sombra.

El camino, que no es un camino, el reencuentro con esta magnificencia sucede al asumir la responsabilidad de las espinas que nacen de las rosas que exhalan el prístino perfume. ¿Contra quién vosotros lucháis? ¿Quién es vuestro enemigo? ¿Quién es el opositor en este campo de batalla? ¿Será que la vida se transformó en eso, se resume a eso? ¿Luchar contra lo indeseable, proclamar la victoria del sueño? ¿Del ideal?

Dejadme recordaros algo: la Vida no es, nunca fue y nunca será un campo de batalla. En la Vida no existen frentes de guerra. La Danza, está, limitada, así como ilimitada, solamente existís vosotros siempre. Vosotros, más específicamente. Vosotros que sois el origen y la conclusión de todas vuestras creaciones. ¿En dónde existe espacio para un enemigo? ¿En donde existe espacio para un combatiente? A mí me gustaría que vosotros aprovecharais y consiguierais transferir esta visión que yo les presento, la más obvia de sus experiencias, en el nivel más superficial de vuestra existencia, que es esta danza trastornada que vosotros vivís en este cuerpo de carne y hueso.

Observad el tamaño del escenario, ¿cuántos otros escenarios podéis acoger? ¿Y si vosotros os dejáis sacudir por un acontecimiento en este pequeñísimo escenario que es contenido por tantos otros, siendo vosotros el origen de todos ellos? ¿De qué sirve redescubrir la capacidad de transitar por los escenarios, si vosotros continuáis identificados a la ilusión de una identidad fija? ¿De qué sirve un cielo si “Pedro” o “Juan” continúan existiendo en él como “Pedro” y “Juan”?

¡Animaros! ¡Una gran fiesta está sucediendo a vuestro alrededor! Vuestros dedos tocan esta realidad maravillosa y luminosa, pero vuestros ojos parecen aún voltearse hacia la sombra que vuestro cuerpo proyecta.

Cerrad los ojos, cerrad los ojos… ¿Vosotros lograsteis percibir lo que yo percibo ahora? ¿Lograsteis sentir, con el sentir sanado y rectificado del Corazón, la Vida pulsa en cada átomo de vuestro cuerpo cósmico? Solamente eso, solamente un momento de eso y todos los fardos de una vida comprimida entre el nacimiento y la muerte se desvanecen. Dejad a los fardos caer constantemente, porque el camino que no es un camino no es una corona de espinas, es un campo de flores que se abren exhalando el olor de la santidad.

Yo os dejo, Rosas del Corazón Divino de la Madre, pero jamás os dejaré, porque yo vivo ahí en donde la Llama Eterna quema. Sed bendecidos, hasta otra oportunidad.

Transcripción realizada por colaboradores de Agnisangha
Revisión Final: Agnimitra
Publicado por Agnimitra.
 http://antena-protecao.blogspot.com/2013/12/o-m-aivanhov-031213-avivando-o-animo.htm
Traducción del portugués: Lucía Montaño Ferrer