martes, 15 de octubre de 2013

MADRE DIVINA 14 de octubre 2013 - El Gran Consolador.




Transcripción: Kartikeiya.

Revisión: Agnimitra.
Comentario : Agnimitra 
Traducción: H. N. 

audio 


La Madre nos invita todos los lunes por la noche (ella no especificó horario, cada uno lo sentirá interiormente), a alinearnos, disponernos para la vivencia de la Energía Femenina en nosotros, para fusionar las polaridades y "nacimiento" del Andrógino Eterno. A ritmos de la Agnisangha, que se reunirán a 19hs. (hora de Brasilia) .

Desde el Reino cristalino de la Tierra, Yo los saludo hijos e hijas de la Redención. Yo soy María, Reina de la Paz.

Hijos míos bien amados, Yo me manifiesto en esta oportunidad por medio de este Rostro Mío, el que vincula Mi Presencia a su presencia, el don de la Gracia y de la Consolación, para traerles algunas palabras, Mis niños, respecto a estos días. Bien amados, centellas de Mi Espírito fulgurante, los invito para que cada noche de lunes, se reúnan en torno de su propio Sagrado Corazón de Fuego, individualmente o en grupos, para hacer la experiencia de su Naturaleza Divina, para hacer la experiencia de Mi Presencia en su presencia.

Yo vengo Mis niños a llamarlos directamente por la necesidad que percibo, hijos e hijas, de que Mi Presencia esté cada vez más próxima y sea cada vez más viva en ustedes. No necesitan de Mi, comprendan. En verdad no necesitan de nada, ni de nadie. Necesitan sí, en estos días reconocer a la Madre Universal que todos ustedes Son.

Hijos e Hijas, no hay separación entre nosotros, no hay distancia, no hay distinción de forma alguna. Somos uno, uno solo. Incluso si en este ciclo de su experiencia se hace necesario que Yo Me exprese por la boca de hijos e hijas que se abren para recibir Mi Presencia conscientemente, esto no quiere decir que Yo sea una entidad separada de ustedes. No Mis niños, todas Mis palabras, todas mis manifestaciones son sus manifestaciones, ya que ustedes son la Gran Madre. Ustedes son la Gran Madre llena de Gracia, son el Consolador prometido a ustedes mismos.

Recuerden hijos e hijas, esta fue la promesa que hicieron en la aurora de esta experiencia, que en estos días despertará como su propio Consolador. Este Consolador es su Naturaleza femenina cósmica y Universal. Yo no hablo, hijos e hijas de estereotipos, de los condicionamientos pregonados de femineidad en esta era. Hablo sí, de la verdadera Consciencia Femenina. Verdadera, inmutable, por lo tanto Una con el Eterno Andrógino. Aquella que no cambia las costumbres según las eras. Aquella que no se altera según las diferencias de ambiente, tiempo o lugar. Yo hablo de su Naturaleza Divina Femenina, la que es una con el Eterno Andrógino, ésta que es una con el Eterno Masculino. Estos son aspectos de la Consciencia Plena, mis niños, más allá de toda distinción, más allá de toda diferenciación.

Pero en estos días que asisten a la conclusión de esta experiencia de olvido, es imprescindible que realicen en su interior la fusión de lo Masculino y de lo Femenino. Lo Masculino está ahí presente de cierta forma exteriorizado de manera semi-consciente. Es necesario entonces que todos mis hijos e hijas indistintamente, independiente del sexo y del cuerpo, redescubran la verdadera naturaleza Femenina, pues esta naturaleza Femenina fue de cierta forma amputada y fragmentada en todas las almas humanas en esta experiencia. Es verdad que por lo propio mecanismo del cuerpo femenino, hay ahí ciertas marcas indelebles que tornan el contacto con esta energía más fácil. Pero esto no es regla, mismo Mis hijas deben redescubrir lo que significa ser Diosa.

Ustedes Son Dioses, ustedes Son Diosas también. Unan entonces en su vientre, en su corazón y en su cerebro estos dos aspectos de la Divinidad y abran espacio ahí para que surja mi Divino Hijo-Hija, el Eterno Andrógino. Mis niños, es con este propósito que Yo los invito a que cada  día de luna se reúnan como les sea posible, para hacer la experiencia de esta Energía Femenina que somos.

Yo Me revelo en sus corazones como la Madre Eterna que nunca nació y que nunca morirá.

Yo me revelo en sus corazones como la llama que arde incesantemente ligándolos a su eterna naturaleza.

Yo soy la voz que habla en el silencio.

Yo soy la que transciende todo dolor y todo sufrimiento.

Yo soy la sonrisa que vuelve a sus labios.

Yo soy la vibración que retorna a sus cuerpos.

Yo soy su multidimensionalidad.

Yo soy su libertad.

Hijos e hijas, en este Amor Yo soy ustedes.

Bendiciones y Paz.

María, Reina de la Paz.