miércoles, 25 de septiembre de 2013

Y DESPUÉS DE LA ILUMINACIÓN… ¿QUÉ? LA “LETRA PEQUEÑA” DE LA ILUMINACIÓN.

 

sábado, 29 de diciembre de 2012
Por María del Carmen Ortega Molina

Vuelvo a publicar este artículo que es muy interesante para todos, pues debemos estar preparados

Y DESPUÉS DE LA ILUMINACIÓN...¿QUÉ?. LA "LETRA PEQUEÑA" DE LA ILUMINACIÓN.


LAS ETAPAS POSTERIORES A LA ILUMINACIÓN O "PUNTO CERO".
“No sé hasta qué punto es peligrosa la energía kundalini. Qué se puede hacer o, qué no se debe hacer, una vez se ha despertado, para que no dañe el cuerpo.

Tengo la sensación de que algo he estropeado, ya que los primero días de despertar fueron los mejores de mi vida, sin duda alguna.

Ando perdido, sinceramente, de modo que, si me pudieras explicar un poco como lo llevaste tú los primeros meses, me ayudaría mucho a entender cómo se desarrolla todo el proceso a nivel físico-mental.” (Xavi)

Llevaba un tiempo con la idea de escribir sobre el tema que nos ocupa: Y DESPUÉS DE LA ILUMINACIÓN… ¿QUÉ? .Son muchas personas con las que interacciono las que tienen interés en esta cuestión, pero ha sido el correo de esta persona amiga la que me ha impulsado, nuevamente a tomar “el lápiz y el papel” y ponerme manos a la obra.

Como siempre, cuando me embarco en la escritura de algún tema determinado que considero pueda servir de provecho a otros caminantes del viaje interior, trato el tema basándome siempre en mi propia experiencia y entendimiento, con la intención de que pueda servir como rayito de esclarecimiento a otras personas, o cuando menos, como un “toque en el hombro” que infunda ánimo en su camino. ¡No están solos!

Como ya he contado en otras ocasiones, cuando la Kundalini asciende a través de la columna y sale por la coronilla, produciéndose la Gran Iniciación, o el Bautismo, o la Iluminación, o la Gran Reconexión con el Ser de Luz, la Plantilla Perfecta o el Ser de Quinta Dimensión o Ser del Futuro…ocurre que esa persona ha ascendido en su conciencia a dicha dimensión. Literalmente tiene “un pie” en el Futuro y el otro pie en el pasado.

Esta “línea directa” con el Ser del Futuro, lo he dejado explicado en el vídeo: LA SOLUCIÓN A TODOS TUS PROBLEMAS ESTÁ EN TU “YO DEL FUTURO” 

(http://www.youtube.com/watch?v=al1AzhYG-Io&list=UU4Vm2JlEwPZmfbwPD13O5sw&index=4&feature=plcp)

Se trata de una iniciación interior. No es cualquier experiencia paranormal. Es una experiencia “cumbre” y tras ella una persona ya nunca puede ser igual que antes. Se conecta con una Luz-Amor, que no se puede confundir con otras experiencias llamadas “espirituales” o psíquicas. La Iluminación ocurre cuando tu alma está verdaderamente preparada para poder sobrellevar la intensidad vibratoria de la Consciencia Crística. Ya que sólo desde el Amor de esta Conciencia se puede acceder y abrir el “Libro de la Vida” del alma: la MULTIDIMENSIONALIDAD.

¿Cómo se puede identificar el ascenso a esta Conciencia de quinta dimensión?

Lo más significativo es que se siente un Amor por uno mismo y un estado de Unión con el Todo, como jamás se había sentido en este plano: “Tú eres mi hijo amado”. No es un amor de este mundo basado en la dualidad ofrecido a condición de algo.

- Cuando se alcanza la conciencia de quinta dimensión se sale de la falsa ilusión de ser víctima de las circunstancias o de lo que sea que nos rodee. Se entiende que uno es creador y responsable de su situación. Se toma conciencia de que su “granito de arena” es muy importante en la ecuación total de liberación del Planeta. Se comprende que no hay que cambiar a nadie más que a uno mismo y que al integrar la dualidad dentro de sí mismo, ya está realizando el gran trabajo que vino a hacer en esta dimensión: ABRAZAR TODO DENTRO DE SÍ.
- Se siente por primera vez y como nunca, la propia individualidad como Ser Soberano y ya no se cede el poder a ningún elemento externo procedente de la dualidad de la 3D y cuarta dimensión o Astral: supersticiones, magia, rituales, soluciones y remedios externos, gurúes, religiones, alienígenas, implantes, crisis…etc.

Pues bien, tras haberse reconectado con el Ser de Luz en el Punto Cero, el ADN recibe una radiación de altísimas frecuencias, procedente de la Plantilla Perfecta de Luz.

En esta radiación se dice que Jesús fue vestido con el manto de poder luego de recibir el Espíritu Santo; que el manto que recibió Apolonio es la posesión completa de sí mismo, que aísla al sabio de las corrientes instintivas y que nosotros también somos vestidos con ese manto de poder luego de recibir el Espíritu Santo.

En esos momentos la persona tiene acceso directo a su Ser del Futuro, a una Nueva Conciencia de Luz, pero se encuentra con el tremendo reto de seguir portando en su ADN, el viejo programa procedente del consciente colectivo, de la Matrix, basado todavía en la dualidad.

Ambos programas coexisten a la vez, hasta que a base del trabajo de alquimia consciente y amorosa de la Conciencia Crística, a la que se ha accedido en la Iniciación, se pueden integrar una por una todas las memorias celulares o “yoes” o “aspectos”…etc. Que van emergiendo a la conciencia y que simultáneamente van creando en paralelo los escenarios externos (las circunstancias y los “argumentos” teatrales que interpretamos con otras personas, familia, amigos…y “dramatizando” con ellas los yoes inconscientes) que necesitamos para experimentar la identificación de tales “memorias” y su consiguiente integración.

No es un camino “de boquilla” ni de intelecto, es un camino de experiencia y de realización tangible. No es un camino fácil. Los “yoes” con su correspondiente carga energética-emocional, ponen su resistencia a “regresar a Casa”, a su creador. Pero ahora, desde la Reconexión con el SER, desde el Bautismo, el regreso es ineludible. Se ha abierto un “agujero de gusano” que conecta con el Reino de los Cielos (Ser del Futuro) y todos los “yoes” comienzan a girar alrededor de su “horizonte de sucesos” en una espiral cuyo giro se va haciendo cada vez más rápida…hasta quedar engullidos por la anti-gravedad.

Verdaderamente la imagen de la curvatura Eistein-Rosen, se podría tomar como una imagen fidedigna de lo que ocurre con los “yoes” o “memorias celulares” según se va produciendo el Proceso de Ascensión.

Conforme avanzamos en el Proceso de integración, todos los yoes van confluyendo y agolpándose cerca del agujero negro a modo de embudo. Así que la fricción que produce el reencuentro de sus energías antagónicas, en la boca cada vez más estrecha del embudo, es tremendamente feroz. Esto es lo que las personas perciben como verdaderas y agotadoras batallas internas.

Aquí el intelecto, como no sea para identificar lo que nos está sucediendo, no nos sirve para mucho. En estos momentos sólo podemos salir airosos de tan tremenda batalla, con la energía compasiva e integradora del corazón lleno del Amor Crístico, que concluye la guerra abrazándolo todo sin juicio.

No se puede menospreciar esta travesía, porque es un camino para los que tienen una auténtica Voluntad de SER. Ya no sirven las máscaras, ni las teorías, ni los viejos conceptos, ni los “títulos”, ni la compra de “niveles”, ni los vericuetos y razonamientos mentales que servían como excusa para escabullirse de la verdadera travesía y del dolor que supone integrar las energías de los Yoes o “memorias celulares”.

Atrás se quedan los “maestros” del intelecto, siempre dispuestos a decir qué se tiene que hacer y qué no, desde la teoría, desde todos los ángulos mentales…pero sin haberse “remangado” los ropajes para meterse en la ciénaga y atravesarla más allá de la definición de las apariencias. Y desde la otra orilla, dar las indicaciones a los pupilos desde la experiencia propia vivida, la única que puede iluminar como un “faro” a los hermanos.

Comienza un camino de gran confrontación con la Verdad en uno mismo. Un camino de total honestidad con uno mismo. Un camino de criba. De quemar la cizaña acumulada. Un camino que no puede realizarse sin el discernimiento que sólo procede de un corazón ígneo, bautizado con el agua y el fuego del Espíritu.

Ocurre entonces que la persona que ha recibido esta Gran Iniciación, tras los primeros días de éxtasis, de conexión, de felicidad, de haber tocado literalmente el Reino de los Cielos…no puede entender que la oscuridad vuelva a aparecer de nuevo, pero esta vez intensificada. No es que haya aumentado, es que ahora la persona ha pasado al otro lado del “velo” de la Conciencia y percibe las energías con mucha más sensibilidad y sin la “amortiguación” que el “velo” originaba en su conciencia. Produce desconcierto.

¿Qué me ocurre? ¿Si yo he “tocado” el Cielo…cómo puedo sentirme ahora de esta manera?

Esa es la gran pregunta que viene después del éxtasis, pero para tranquilidad de todos, dentro de lo que cabe, decir con total rotundidad que ese estado de desconcierto y aparente desconexión es: NORMAL.

No hay nada malo en la persona. El proceso se desarrolla de esta manera. Después del Bautismo viene el: PERÍODO DE DESIERTO.

Con la nueva y tremenda entrada de LUZ…se ve con mucha más claridad, percibiéndose mucho mejor la SOMBRA del inconsciente.

La Sombra emerge con una virulencia que no podíamos saber ni calcular antes de la experiencia. El contraste entre la Luz y la oscuridad interna, se agudiza. Pero también contamos con el “abogado” más grande que puede existir: “El Espíritu Santo os guiará a la Verdad completa”.

Y la Luz va diluyendo la oscuridad…y realizando la Sagrada Alquimia…en el Sagrado Proceso. Sólo necesitamos Voluntad de Ser UNO (integrado) y armarnos de mucha paciencia.

Bien, pues recordemos que en esa reconexión de nuestro ADN que se produce tras recibir la Gran Iniciación del Punto Cero (Bautismo) llevamos literalmente la mitad del proceso realizado, el 50% del Camino interior. Ahora queda el otro 50% para concluirlo.

Es de este 50% que queda por realizar, del que no se ha hablado mucho. Es la segunda parte de la Iluminación y no se corresponde mucho con los conceptos preestablecidos que tenemos sobre ella. De esta etapa se ha guardado silencio, tal vez porque ya se consideraba demasiado logro si una persona hacía el trabajo tremendo para llegar al estado de iluminación. No salían muchas personas iluminadas y las pocas que había, permanecían en los ásharm y en los monasterios, resguardadas de la sociedad.

Ahora que estamos en los tiempos de entrada de la “primavera galáctica”, cada vez hay más personas que acceden a este estado de conciencia y se encuentran con el desconcierto inicial que viene después del éxtasis. Confusión y desconocimiento, que se puede dilatar en el tiempo, si la persona no sabe que el posterior estado que deviene, es completamente normal del Sagrado Proceso.

Podríamos comparar estas dos etapas bien marcadas, representadas en el inicio del Camino espiritual hacia la Iluminación y la etapa posterior a ésta, con el Viaje del Héroe.

En la primera etapa, el héroe sale en busca de la Verdad y en la segunda etapa trae esa Verdad conseguida para el enriquecimiento de la Conciencia de la raza. Lo que ocurre a continuación es que los congéneres no van a aceptar así como así…el “tesoro” que el héroe ha logrado en su viaje, puesto que es un tesoro que no se amolda a las concepciones materiales que tiene la “raza” de lo que debe ser el “tesoro”.

¡Menudo trabajo de Amor, de asunción de no ser comprendido, de tenacidad, de paciencia, de coraje…tiene que llevar a cabo, ahora, el bendito “héroe”!. Sobre todo con las personas más cercanas.

No todos los “héroes” se arman de la Voluntad Superior que se necesita, para traer esa Verdad-Tesoro que se ha encontrado en el “viaje”, e integrarla en la materia de su cuerpo físico, con su consiguiente proceso de Alquimia consciente, evitando así, que se quede en simple filosofía retenida.

La hipnosis colectiva ejerce un poder de adormecimiento nada despreciable y el “héroe” se ve envuelto por esta pesada gravedad de la masa. Puede verse tentado a “caer” en la “zona de confort” que supone el seguir el flujo seguro (por ser conocido) de la gente que lo rodea y del grupo social en el que se desenvuelve.

Hay dos grandes trabajos para el “héroe” o heroína: la partida y el regreso. En este punto se diferencian los héroes que son redentores de los que no lo son. Hay héroes en los que el viaje termina cuando alcanzan la propia Iluminación y otros que cumplen la etapa de regreso al hogar para redimir al grupo o apoyar a la elevación colectiva al siguiente nivel de conciencia.

El “héroe” redentor es el que se arma de la Voluntad Superior para atravesar todos los escollos que supone el letargo de consciente colectivo y que le obstaculizan en su propia REALIZACIÓN como REDENTOR.

Se trata de un “regreso” para seguir realizando un proceso de elección entre lo que se llama: amar al mundo o amar a Dios. Es decir, la elección entre someternos a las expectativas de los que nos rodean y de los cánones establecidos socialmente como “lo que debe ser” (en contra de nuestra Soberanía)… o por el contrario: elegir Ser nosotros mismos, a pesar de lo que digan u opinen los demás.

No hay que menospreciar el gran esfuerzo y atención consciente que supone esta empresa. La vieja creación, que antes era nuestra “realidad”, no se va a querer desapegar así como así.

La segunda etapa del “viaje” no se trata de cambiar el exterior, sino de hacer el cambio dentro de nosotros. En ese cambio que vamos realizando dentro de nosotros mismos, en nuestro ADN, se efectúa de forma simultánea el trocito de “redención” que nos trajimos al nacer, para aportar a la raza humana. Cuando nosotros cambiamos, el mundo externo cambia (Física Cuántica).

Cada “héroe” tendrá que lidiar con la densidad de su propio “viejo programa”. Por ejemplo, no es lo mismo confrontar el programa prejuiciado, que heredaron los “héroes” que nacieron en los años 50, los 60...70…o los nacidos cercanos al “marcador” del 2012. Evidentemente los que nacieron antes, lo hicieron bajo el movimiento denso de una espiral más lenta que los que nacieron en la espiral más cercana al Punto Cero. Sin embargo los primeros “héroes” una vez solventados los peligros y obstáculos de su camino, serían los “faros” de los “héroes” que vinieran después, cuyo mayor peligro residía en la tremenda inercia de la hipnosis colectiva y su consiguiente empuje a múltiples evasiones que los mantuvieran dormidos.

No es lo mismo nacer en una familia con padres de conciencia despierta, que nacer en otra en dónde predomine el “sueño”, por muy preparado que se traiga el ADN. No es lo mismo estar rodeado por la energía de personas despiertas que te ayudan, por “resonancia”, a elevar tu “espiral” hacia arriba…que estar bajo el influjo de energía pesada de personas dormidas, que incitan a bajar tu “espiral” hacia abajo, o cuando menos, a enlentecerla.

Es la lucha siempre entre el viejo paradigma sometido a las estructuras de rebaño dirigido… y la nueva concepción iluminada que devuelve la Soberanía individual para, desde esa verdadera libertad soberana, Ser Uno con los demás, también soberanos, en la consecución del auténtico bien común.

Es cierto que con esta iniciación se asciende con la conciencia a la quinta dimensión, o a la Conciencia Crística, pero ahora toca traer la Luz de esa Nueva Conciencia a la materia, a la tierra, al cuerpo físico. Recurro de nuevo a la imagen de la “botella péndulo”, es tremendamente ilustrativa de lo que ocurre internamente. Primero la espiral hacia arriba, hacia el Punto Cero y luego la espiral hacia abajo para ascender también la materia, el cuerpo.

O la imagen de la partícula y la onda. Lo visible y lo invisible.

Este giro en la espiral de energías, de “yoes”, dentro de nosotros, confluyendo en el Punto Cero para su integración, es un proceso intenso que se va desarrollando paulatinamente. No se puede hacer de golpe, aunque ahora está mucho más apoyado y acelerado por la propia alineación energética de la Galaxia, del Sistema Solar y del Planeta y por muchas personas que han realizado su trabajo de ascensión individual desde la Convergencia Armónica del 1987.

Estas personas han servido de “esparring” de las radiaciones y frecuencias que han estado llegando al Planeta desde entonces, recibiendo y “digiriendo” las potentes energías para otros humanos que aún no tenían su sistema preparado para soportarlas. Haciendo además de catalizadores y moduladores de dichas frecuencias elevadas, con el fin de suavizar el proceso de cambio y Ascensión de la Tierra, sin la necesidad de cataclismos extremos durante dichos ajustes y cambios planetarios.

Tras esta Reconexión o Bautismo, la persona queda sumida en las primeras mieles del éxtasis sublime de una experiencia “cumbre”. Estará así durante una temporada saboreando el inefable estado de conciencia de haber sentido el Cielo en la Tierra. Pero como el Proceso de Ascensión tiene que continuar, pasada la etapa de arrobo, la cruda realidad de tercera dimensión vuelve a resurgir y el entusiasmo que había iluminado todos los rincones de la vida, queda velado, ahora, por un descenso total hacia los inframundos internos.

La persona se ve presa del desconcierto porque no entiende cómo puede sentirse en ese estado de conciencia tan bajo, presa de todos los viejos dragones, si cabe, aún con más fiereza por parte de ellos. La Luz se ha incrementado en su cuerpo y en su conciencia, pero la oscuridad también parece que emerge ahora con mucha más virulencia que antes.

Se esfuerza, se desespera… no sabe cómo volver a las dulzuras del éxtasis que no hace mucho había saboreado y que, ahora, le resulta imposible recuperar. De momento.

Queda un complejo trabajo por delante para realizar y acceder de nuevo al estado de éxtasis experimentado, hasta que llegue el día en que se esté permanentemente en el estado de gozo de la Presencia.

El Camino consiste ahora en ir integrando las oleadas nuevas de Luz que van llegando, en la materia de sus cuerpos. Esto supone que por cada ingreso de frecuencias más altas en el ADN, seguidamente viene una nueva “zambullida” en los abismos del inconsciente, con sus correspondientes “batallas” entre los yoes antagónicos, hasta que éstos van pasando a través de la “curvatura Eistein-Rosen” que se abre en la “singularidad” o “agujero negro” de nuestro chakra del corazón, integrándose con el Amor Incondicional que procede del Espíritu Santo. El Observador silencioso.

También el cuerpo nota las sucesivas entradas de Luz y sus consiguientes aumentos de vibración a los que no está acostumbrado, y reacciona como un animalito que se contrae preso del temor ante esas energías desconocidas (por no haberlas experimentado antes). Es entonces cuando los dolores físicos se incrementan en las distintas partes del cuerpo. En el pecho se siente una intensa presión que hace temer por algún tipo de dolencia cardíaca y la cabeza también sufre sus cíclicos dolores, a veces muy intensos, propios de la creación de nuevas sinapsis y del aumento del tamaño de las glándulas pineal y pituitaria.

Las personas al principio no son conscientes de que esto es un proceso que se va desarrollando poco a poco. Hay que armarse de mucha paciencia y mucho amor por nosotros mismos para atravesarlo.

La gran lucha surge de la negación que hemos aprendido de nuestra propia humanidad. Por un lado está el ideal que se tiene desde la personalidad sobre qué significa “ser espiritual” y por otra parte está la realidad de que estamos encarnados en un cuerpo humano, con todo lo que eso conlleva de dualidad humana.

¿Cómo casamos ese “ideal espiritual” que nos han enseñado desde el consciente colectivo, de cómo debe ser un ser espiritual… con la humanidad que cada vez vemos con mayor claridad en nosotros mismos, conforme las frecuencias de Luz nos llegan y la Sombra emerge proporcionalmente a ellas?

Sí, fruto de este ideal erróneo que se nos ha transmitido sobre la espiritualidad, aflora una tendencia a negar nuestra propia humanidad con el consiguiente y proporcional sufrimiento.

¿Cómo va a ser espiritual todo esto que siento?: Nos preguntamos.

De ahí la gran negación y el gran sufrimiento al que quedamos sometidos por un largo tiempo mientras transitamos el camino de la integración de la Sombra o “memorias celulares”. De ahí tanta tribulación y tanta resistencia inconsciente y dolorosa.

Nadie nos enseñó que la única manera de ser un verdadero Ser Espiritual, es la ACEPTACIÓN TOTAL DE NUESTRA HUMANIDAD. Justamente en esto reside nuestra LIBERACIÓN. Realmente somos completos cuando asumimos nuestra SOMBRA.

La aceptación de esas partes de nosotros que juzgamos como negativas o no espirituales, porque las sometemos al baremo que llevamos impreso “a fuego” en la programación de nuestro ADN, respecto a lo que cree el consciente colectivo sobre cómo debe ser el ideal espiritual.

Nos transmitieron unos conceptos de espiritualidad, de santidad…inalcanzables. Doctrinas que niegan la humanidad. Así que, ¿cómo vamos a poder ser santos (según los cánones aprendidos, reflexionamos) si nosotros percibimos que la Sombra, comprimida literalmente en nuestra carne, aparece cada vez más fuerte en la misma proporción en que va siendo inundada por la Luz del Espíritu?

De esta negación, desgraciadamente, surge el dolor, la enfermedad y el fanatismo que niega la Sombra y la proyecta fuera, en los demás. Los otros son los malos y los negativos, así uno parece mantenerse a salvo del “mal”.

Por eso se llama Iluminación, justamente porque se accede al Plano de la Luz y desde ahí se puede descender hacia el plano de la materia para iluminar la Sombra y poder verla e integrarla con el Amor del Espíritu.

El Camino hacia adentro exige mucho tesón, lucidez, compasión y mucha honestidad con nosotros mismos para ver e identificar, todos los yoes, o “aspectos” inconscientes, que campan a sus anchas dentro de nosotros demandando su porción de protagonismo y de energía, en el marco de nuestra personalidad.

A todo esto, el exterior no ayuda mucho a facilitar el curso de la mutación que estamos atravesando, ya que interpreta el proceso sagrado y natural, como si fuera la manifestación de una serie de patologías a las que ya ha etiquetado con diferentes nombres para referirse a ellas. Sólo pueden comprenderlo las personas que están trabajando en ello y saben por experiencia de qué se trata este proceso y de cómo se desarrolla.

Por ejemplo, recuerdo que en los primeros meses después del ascenso de mi Kundalini, me diagnosticaron con el Síndrome de Menière, porque tenía episodios de fuerte vértigo junto con ciertos ruiditos en los oídos, como eléctricos, como zumbidos, o como cuando se pasa el dedo por el borde de una copa. Por supuesto que no me tomé la potente medicación que me mandaron. Yo intuía que aquello debía de ser la energía actuando, aunque entonces no había información sobre ello, pero yo ya había “visto” aquella energía salir por mi coronilla después de atravesar el túnel azul-oscuro que ya he relatado en otras ocasiones. Por supuesto que se me pasaron aquellas molestias, y otras propias de la transmutación, por sí solas.

Copio literalmente este trocito bastante esclarecedor al respecto, del Arcángel Miguel a través de Keshavananda

Erradiquen de sus interpretaciones la tendencia a dar el significado de "trastorno" a todo aquello que se sale de lo normal conocido. Esto les confundirá. Si ustedes visitan un médico de la 3ª-4ª dimensión para que intente por ejemplo decirles porqué están durmiendo no más de dos horas diarias, los resultados serán catastróficos para ustedes, pues inevitablemente dicho médico interpretará las cosas siguiendo sus esquemas conocidos, la experiencia de su propia "realidad" que no podrá coincidir con la suya, la realidad en la que realmente se encuentran ustedes viviendo ahora, diagnosticándoles como trastorno lo que es para ustedes algo natural y medicándoles o proponiendo soluciones médicas de la 3ª-4ª dimensión. Cuando esto se produce, la distorsión y la confusión de su cuerpo energético puede llegar a ser enorme y de muy complicada recuperación, al estarse mezclando realidades de diferentes dimensiones que desequilibran profundamente su campo energético y su conciencia. El transito a través de estos profundos cambios que llamamos el regalo de la "Ascensión", exige una definitiva toma de poder en ustedes. Dejen radicalmente de aplicar los viejos esquemas victimistas arraigados en su vieja conciencia que les llevan a renunciar a su propio poder de visión y discernimiento, entregándolo a otros. Dense cuenta de que el tan extendido hábito programado en su conciencia colectiva en los últimos tiempos de renunciar a su poder en aras de un "¿qué me pasa doctor?" ha sido, como otras, una programación cuidadosamente instaurada en el mental colectivo de la humanidad

Cada vez hay más personas que están realizando el Gran Trabajo de Integración dentro de ellas, pero quiero dar un “toque en el hombro” de ánimo a los que estén haciendo este proceso auténtico hacia el interior y no se sientan comprendidos por los grupos “happy-espirituales”, Nueva Era, grupos religiosos tradicionales, o grupos espirituales con su estructura piramidal que exige una entrega energética, tácita, al correspondiente “cabeza” del grupo. Que tengan presente, que estos grupos no van a entender nunca (hasta que no lo experimenten cada miembro individualmente) que una persona que está en un proceso de verdadera autorrealización, pueda sentirse con ese aparente o real caos. Con un sinfín de molestias físicas, anímicas, mentales y circunstanciales, fruto de la mutación real que están atravesando todos sus cuerpos…

… Y que tal vez la interpretación que salga de estos grupos, es que la persona que realmente ha sido iluminada, no puede según ellos, estar iluminada y que esa persona está haciendo algo mal, o hay algo malo en ella, ya que no se amolda a los estereotipos establecidos de iluminación. Porque una de las ideas que subyace en muchos de estos grupos es que, un iluminado tiene que tener muchos “poderes” paranormales, muchas experiencias extraordinarias, vestir de una manera determinada, tener muchos adeptos que lo sigan y lo adoren, y estar perfecto de salud siempre… las personas que se muestran sencillas y normales no pueden ser, según ellos, iluminadas… en fin… todo lo contrario a lo que está experimentando en su interior y en su vida, un auténtico, recién iluminado.

Por supuesto que las facultades superiores y las experiencias extraordinarias son inherentes al Espíritu y que, todas las personas que vayan encarnando la multidimensionalidad del Espíritu en ellas, tienen acceso a esas capacidades superiores, pero eso deviene en la persona que va creciendo en Conciencia de una manera natural y cuando van aconteciendo, se acepta con serena alegría y sin las estridencias del ego.

Vaya desde aquí mi apercibimiento ante las deducciones ignorantes que pueden emitir algunos grupos o personas, sobre los realmente auténticos. Estas apreciaciones desacertadas, pueden resultar dolorosas, pero también nos ayudan a posicionarnos en el respeto por nosotros mismos ante cualquier interpretación externa, no amorosa, que se haga sobre nuestro proceso y sus síntomas, y a recuperar así, nuestro verdadero poder de autoafirmación para desmarcarnos del viejo programa que ellos representan. Ellos son el reflejo de nuestros viejos yoes que se nos han quedado obsoletos para continuar en la nueva etapa.

¿Cuánto tiempo puede durar la travesía de este proceso hasta acceder a la siguiente iniciación: integración del Cuerpo de Luz?

Yo no sé cuánto dura este tránsito en las personas hasta llegar al siguiente peldaño. Supongo que dependerá de muchos factores tanto internos como externos. Por ejemplo, ahora que estamos en pleno Punto Cero de ascensión planetaria, esto significa que las personas tendrán mucho más apoyo e ímpetu para realizar este tránsito más fácilmente, que las que tuvieron que hacerlo hace años. Ahora, no sólo se cuenta con la energía planetaria a favor, sino que hay muchas personas realizando el proceso consciente y mucha más información.

No obstante la dinámica de la travesía es común a todos. El “péndulo dibujante” se despliega en todos los casos de esta forma en general, aunque como ya hemos apuntado, cada alma experimentará sus propias circunstancias y matices, en su individual ascensión.

En mi caso, me costó un periodo de siete años atravesar lo que se ha llamado el “Valle del Miedo” (la travesía de la Sombra). Esto no quiere decir que todos tengan que pasarlo en ese tiempo. Puede que algunas lo atraviesen antes y otras tal vez tarden más…Lo desconozco.

Aunque, sí he leído sobre la experiencia de otras personas que hicieron el Camino en tiempos pasados y tiempos más cercanos, y todas coinciden en la sucesión de “noches oscuras” a lo largo del camino espiritual. El título del libro “DESPUÉS DEL ÉXTASIS, LA COLADA” (Jack Kornfield), lo dice todo.

Ya he relatado en alguna otra ocasión mi experiencia al respecto. Podéis leer el ensayo que escribí titulado: EL MIEDO Y LA MULTIDIMENSIONALIDAD.

(http://desactivandoelmiedo.blogspot.com.es/

Como añadidura a lo que escribí entonces y en el intento siempre de que pueda servir de algo para otras personas, podría decir, que analizando posteriormente el por qué, de la caída en semejante estado de miedo, ocurrió lo siguiente:
Resulta que una vez que atravesé el estado del éxtasis, después de experimentar cómo la energía kundalini salía por mi coronilla, que ya expuse en el vídeo titulado: DESDE EL DESPERTAR KUNDALINI HASTA CONVERTIRNOS EN PORTALES DIMENSIONALES

(http://www.youtube.com/watch?v=o4cRb-6DZ6k&list=UU4Vm2JlEwPZmfbwPD13O5sw&index=9),

me encontré que por un lado había experimentado de primera mano qué era sentir el Cielo en la Tierra, por otro lado la luz y la capacidad de ver y comprender desde el corazón habían aumentado exponencialmente, por otro, me encontré que en la misma proporción que había entrado la Luz, comenzaba a salir a borbotones contenidos acumulados en la Sombra de mi “memoria celular”, más la confusión que me producían todos los Yoes “regresando a Casa” (a mi Conciencia despierta), y por otro lado las circunstancias difíciles que me rodeaban, parecía que se habían agudizado.

A todo esto añadir que en esa nueva posición, yo ya no veía las cosas como antes. Me había liberado de un montón de creencias y bloqueos que me habían condicionado mucho en mi vida y conducido a la creación circunstancial que tenía en esos momentos. Había sido una liberación instantánea. Aunque la inercia de las complicadas circunstancias creadas, continuaban… Sin embargo yo ya no era la misma que antes. Ya no sentía igual, ni veía la vida igual, ni podía seguir actuando de la misma manera…

… Pero no sabía cómo hacer ante lo que tenía creado, aunque hubiera sido de manera inconsciente.

Había entendido muchas cosas y “atado muchos cabos sueltos” con la enorme entrada de Luz y Amor. Aún entonces, sin tener conocimiento previo sobre todo este Camino, supe que aquella iniciación había sido un Bautismo. Lo que no sabía era que ahí no se acababa todo. Que había una segunda parte y que aquel estado de éxtasis se iría diluyendo con el tiempo. Que vendrían nuevas entradas de luz y sus correspondientes salidas de oscuridad. Tampoco sabía lo que me esperaba a continuación, ni tenía la maestría para manejarme con todas las emociones que emergían a borbotones, inundándome la conciencia. Mi tendencia al principio era reprimirlas y negarlas. Mecánicamente o por hábito, seguía aplicándome el juicio del mundo cuando se disparaban tales emociones catalogadas por él, como negativas: ¡Un ser espiritual no puede sentir esas emociones!

Entonces (hace 15 años) yo no sabía que las emociones sólo son emociones. Que no son ni buenas ni malas. Son humanas y hay que respetarlas todas y sentirlas.

La presión en mi interior aumentaba como una olla exprés. Los “aspectos” multidimensionales o “yoes” presionaban para entrar por mi singularidad “Eistein-Rosem” del corazón. Yo reprimiéndolos por desconocer de qué se trataba todo. Mis complejas circunstancias externas seguían demandando mi energía y abnegación, como siempre, como hacían antes de mi iniciación. Encima, desde mi desconocimiento, interpretando lo que me estaba ocurriendo como un “callejón sin salida”. Sin encontrar lectura que me diera luz a lo que me sucedía. Sin encontrar personas que tuvieran conocimiento real de este proceso, al contrario, teniendo que soportar algunas ignorantes interpretaciones… El caso es que mi organismo ante tal grado de estrés continuado y sin la capacidad, por todas esas razones que he expuesto, de cambiar la dinámica en la que me encontraba, se vio inundado de pura química de adrenalina circulando por todas mis venas y tejidos de mi cuerpo, y yo quedé inmersa en el penoso estado de un miedo paralizador durante siete años, que ya relaté en el ensayo que antes he apuntado.

Al principio de recibir la Gran Iniciación, yo no sabía que cuando una persona accede a la conciencia de quinta dimensión es porque ha transcendido la dualidad. Es cierto que yo llevaba muchos años haciendo un trabajo consciente de “automejoramiento”. Me había disciplinado durante mucho tiempo en no juzgar a nadie y había llegado a un punto de mirar con mucha compasión el por qué, de la actuación de cada alma. Tenía muy presente que antes de enjuiciar a alguien, debíamos “andar en sus mocasines durante tres días y tres noches” (según el proverbio indio) y luego, a ver si éramos capaces de emitir un juicio sobre esa persona.

Bien, pues yo no sabía entonces, que cuando la Kundalini ha salido por la coronilla de una persona, es porque ésta ha logrado llegar al Centro, al Punto Cero, fuera de la polaridad, la única forma en que la Kundalini puede ascender. Y tampoco sabía que en esos momentos se accede al Vacío, a los espacios multidimensionales del SER. Bueno, de hecho yo no sabía antes de la experiencia que ya he contado en mi vídeo, que la kundalini existiese tan siquiera. Esa experiencia marcó un antes y un después en mi vida. Se me habían abierto las puertas a la multidimensionalidad, pero yo no tenía conceptos ni entendimiento de lo que esto significaba aquello. Era complejo.

Además, existe en nosotros una tremenda inercia visceral y supervivencia animal, a contraernos frente a esos espacios multidimensionales del Vacío Desconocido. Una especie de miedo instintivo a perdernos por ellos. De ahí que echemos mano de la mente como “herramienta” de control.

Es por ello, que intentamos interpretar lo que nos ocurre en esos momentos, bajo los viejos conceptos mentales, para proporcionarnos la falsa sensación de un falso dominio. Sin embargo eso precisamente dificulta mucho más el flujo del proceso: nos autoengañamos y por tanto bloqueamos la energía.

La mente y sus análisis (detrás de las barreras) ya no nos sirven para atravesar esos espacios multidimensionales. No hay conceptos en el mundo tridimensional, que puedan definirlos. La única manera de cruzar y movernos a través de la multidimensionalidad es SENTIRLOS. Es meterse en el “ruedo” mismo…en la experiencia…y en lo que se siente en la experiencia en esos precisos momentos en los que se está desarrollando…más allá de permanecer tras las barreras del intelecto.

Bien, pues así pasé a estar atrapada bajo una red neurobioquímica basada totalmente en el miedo. Fue un “salto cuántico”, pero esta vez a la inversa… hacia la dimensión del miedo.

A veces tenía la sensación de estar atrapada en un cuerpo…todo él me molestaba. Recuerdo que la ropa me molestaba, los zapatos me molestaban, no soportaba que me apretase nada. Todo me daba agobio. Era una sensación como de estar en un traje de buzo en el fondo del mar soportando la presión del agua en las profundidades marinas.

La verdad que era un contraste tremendo: de haber conocido la ligereza y el éxtasis del Espíritu…a verme metida en el pesado “traje de buzo y su escafandra”

Fue una etapa muy difícil, de gran trabajo y constancia por mi parte, que no podía haber atravesado si no hubiera sido porque ya me acompañaba la Luz, el Amor y la inquebrantable Voluntad de rendirme al Espíritu con el que me había quedado reconectada en la iniciación del Bautismo.

Gracias a Dios, pude atravesar el “Valle del miedo” y la Luz se hizo de nuevo en mí, pero esta vez de una manera estable. Realmente el Sol quedó tapado temporalmente con los nubarrones, pero nunca dejó de estar arriba, volviendo a calentar nuevamente con su luz cuando las sombras se disiparon.

El Valle del Miedo no estaba fuera de mí. No era un lugar externo. Estaba localizado en mi propia carne, en mi “memoria celular”. Por eso también mi cuerpo se vio envuelto en una serie de síntomas y somatizaciones que reflejaban todo lo que energéticamente estaba deshaciéndose en mí. Toda la bioquímica procedente del viejo programa, que se enraizaba dentro de mí como tentáculos alimentando al consciente colectivo, se deshacía una por una. Me estaba disolviendo, literalmente, como la oruga se disuelve dentro de la crisálida en un tipo de sopa primaria mientras cambia la codificación de su ADN.

Por supuesto ahora estoy hablando y escribiendo todo este episodio por si puede servir de “faro” a alguien, pero todo aquello ha quedado ya muy lejos y aún hoy en día, me asombro gratamente del trabajo hecho y del remanso de paz que he encontrado como estado de conciencia habitual. Eso junto a la maestría que he adquirido para estar en mi centro, o regresar pronto a él, cuando lo pierdo, y manejarme con las frecuencias energéticas que siguen entrando en cada momento, con la consiguiente expansión de mi conciencia.

¿Cómo superé todo aquello? ¿Cómo logré atravesar el Valle del Miedo y salir airosa de él?

Pues la verdad que gracias a la Voluntad Superior de rendirme y transcenderme a mí misma, que me fue insuflada desde mi Espíritu en la Iniciación del Punto Cero. No hubiera podido tener fuerzas de otra manera para tamaña empresa.

Esa Voluntad Superior fue la que me hizo confrontar una por una todas las memorias celulares de miedo que emergían y me paralizaban, hasta que todas pasaron al “otro lado” de la Luz a través de mi “singularidad” del corazón ígneo, que las transmutaba con el Amor Incondicional por mí misma.

Podría contar muchas anécdotas, algunas graciosas… y otras que me hicieron llorar muchas veces, pero me alargaría mucho y sé que cualquiera que esté pasando por ello o lo haya pasado, se las puede imaginar.

Ahora lo estoy compartiendo como una pequeña aportación desde mi experiencia. Nada fue casual. Tampoco el que esté escribiéndolo hoy. Cada uno tenemos una posición estratégica, muy bien orquestada, en el Gran Puzzle de la Vida para que la Conciencia siga expandiéndose en él.

Es posible que tras el esperado Solsticio de Diciembre, muchas personas experimenten la Gran Iniciación que ha recibido nuestra Madre Tierra. Es posible también, que cunda entre ellas el desconcierto que viene después del éxtasis.

Así que con la esperanza de haber aportado un poquito de luz y una caricia a las almas que atraviesen esta etapa, para que entre todos, se aligere exponencialmente el paso a través de las Sombras. Paso que es la “segunda” parte, o la “letra pequeña”, del Proceso que sigue a la Iluminación.

Y el recordatorio de que únicamente se puede atravesar la segunda etapa con una Voluntad Superior, inquebrantable, de REALIZAR AL SER. Tantas veces desfallezcamos… tantas veces nos levantaremos. Con mucho amor, respeto y consideración por nosotros mismos. Reconociendo y siendo conscientes de la obra que estamos haciendo. No hay otro método.

Llega un momento en que todo está realizado y nosotros podemos permanecer en el gozo permanente de la Presencia. Redimidos. Es aquí cuando tenemos la inocencia y espontaneidad de un niño que sencillamente juega y se maravilla con la experiencia que supone: VIVIR...

…Vivir SIENDO, sin cuestionarse nada más.

En este punto nos hemos acostumbrado tanto a llevar el traje de “buzo”, que ya ni lo notamos ni nos molesta, pudiendo desplazarnos con total ligereza y disfrute por los “fondos marinos” de la Vida. Sencillamente experimentándola tal como se presenta. Esa es la verdadera LIBERTAD.

Es entonces cuando percibimos y experimentamos los milagros de estar en la Conciencia Crística, nuestro estado natural del SER. Verdadero estado de co-creación, porque ya lo que se co-crea se realiza sin tensión… desde el Reino de los Cielos.

Una vez expuesto todo esto, creo que de momento es suficiente. Tengo en mente hablar sobre los “yoes” o aspectos interiores y la manera de “apoderarnos” de las emociones que ellos representan en nosotros. Pero eso ya queda para otra ocasión.

Un abrazo con todo mi cariño y reconocimiento, junto con un “toque” en el hombro lleno de ánimo, para los “héroes” de la Realización.

Mª del Carmen Ortega Molina
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