jueves, 18 de julio de 2013

LAS TRES CARAS DEL FUEGO

LUCIDEZ - Puede ser descrita como "viveka", discernimiento. Se adquiere (o más bien, se realiza), a través de "dhyana", contemplación o auto-percepción (examen del "yo", investigación del sentido de la raíz del "yo").

En relación a la experiencia, a la manifestación, en particular con respecto a nuestro planeta (la experiencia de campo en curso cuya raíz es "avidya" o ignorancia), es la etapa preparatoria, inicial e indispensable del verdadero servicio.

Aquí se realiza la Unidad esencial de todas las cosas y por detrás de todas las cosas. Sin este estado instalado, es imposible avanzar en la senda del Fuego y toda acción, todo esfuerzo está destinado a perderse en la maraña de actos sin sentido de la encarnación de la ignorancia.

Esta lucidez es la trascendencia del juego de contrastes, de la estructura opresora del bien-mal y el desvelar, en la simplicidad, del Espíritu Perfecto como la única realidad en todo y por detrás de todo.

AMOR - a partir del estado de Lucidez, el Fuego se revela como Amor inherente a todo. El Amor es como se vive la Lucidez en la acción, en la experiencia. Si la Lucidez es el aspecto sin ojos que discierne el Espíritu invisible que todo sustenta, el Amor es éste Espíritu Vivo y Ardiente en la experiencia material. La lucidez es la claridad de la Unidad, el Amor es el sentido de esa Unidad que progresivamente sustituye al anterior sentido de separación y contraste.

El Amor es la Unidad sentida, vivida en cuerpo y alma. Ésta es la segunda etapa, la segunda cara del Fuego, la encarnación de la Lucidez. Aquí se vive el Fuego Místico, la Unión.

SABIDURÍA - Aquí, pues, se revela la cara del Fuego que vela por la experiencia del olvido: la Unidad desvelada, sentida y encarnada, que por medio del alma despierta, entonces se vuelve hacia el Servicio. Es la Sacralización de la materia, la redención de "yo" y la reunificación. La Sabiduría es la acción recta y lúcida del alma, renacida del Fuego Vivo, al servicio de todos los seres aún adormecidos en las olas de "avidya", o ignorancia. Este es el estado de Bodhisattva: permanece todavía en medio del fuego de contrastes, no más como víctima, no más como elemento identificado, pero intocable y transparente, fundiendo los opuestos, y por simple irradiación o fusión, surcando la materia, abriendo espacios para que la Pura Luz del Fuego Eterno, una vez más brille sin obstáculos y toda la materia recobre la conciencia de se Esencia Eterna y Perfecta.

http://agnimitra-om.blogspot.com.br/p/cromas.html

"Por la acción aparentemente dual, se resuelven dos en Uno: he aquí el misterio del Alma y del Bodhisattva."


Agnimitra, 6 de julio de 2013.

Texto facilitado por Creusa Mandato en el grupo Foco de Luz
Traducción del portugués: Ana María Beltrán

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