miércoles, 19 de junio de 2013

El jardin de la orilla interior La Grâce de l'Amour

Las ramas floridas de mi "espirée" (una rosácea, de largas hojas que florece de mayo a octubre), respira dulcemente en el viento.

Ese matorral deslumbrante de belleza dibuja en mi corazón la presencia infinita de mi felicidad.

Cada vez que, la esprirée murmura su alegría temblante y frágil en la primavera, yo recupero un pasado que se impone y se funde en la felicidad de hoy. Basta con poner algunos momento la atención sobre ella, sobre el regalo que ella representa, para discernir su canto, disimulado en ese chispear glorioso que se ofrece sin condición.

Cuando el reconocimiento se establece, un muro cae y deja florecer maravillosos reencuentro.

¿O es un pasado lejano que llama a la memoria, o bien es el avance hacia un mundo desconocido? El viaje es sin dirección y se sumerge en el presente.

La belleza pasajera y por lo tanto infinita de no importa qué organismo viviente, habla un lenguaje que nosotros tenemos que descubrir o bien reconocer.

En el jardín de la orilla interior, las especies minerales, vegetales, animales o humanos se reencuentran en el compartir de un mismo destino.

Nada, nos separa si el corazón se despierta, si el alma se abre con asombro al intercambio, si la fuente brota en la alegría de los orígenes.

 de Séverine del 18/06/13

fuente : http://www.mariannedubois.net
Traducción: E.N.

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