sábado, 16 de marzo de 2013

La meta de la Vida: la Ascensión...


  La meta de la Vida: la Ascensión 

Por el Maestro Ascendido Lanello.

Imagínate a ti mismo con una apariencia de eterna juventud, ya sin tener que preocuparte más de la edad, la enfermedad o la mala salud. Han desaparecido todas tus arrugas y tu aspecto es el de un joven y alegre adulto. Eres capaz de manifestar objetos físicos por medio del poder de tu voluntad.

Viajas de un lugar a otro con solo pensarlo. Te apareces en distintos sitios a la vez. Estás unido con todos los seres del universo. Eres un Maestro Ascendido: un individuo que ha seguido con éxito un sendero de evolución espiritual, ha conseguido dominar tiempo y espacio y se ha unido a su Presencia YO SOY.


“¡He aquí, YO SOY el que está en todas partes en la conciencia de Dios!”.

Maestro Ascendido Lanello.

El sendero espiritual conduce a la meta final consistente en la Ascensión. Al principio eramos uno con nuestra Presencia YO SOY en los reinos superiores del mundo celestial. Descendimos para un propósito y una misión, y se nos dotó de libre albedrío. A lo largo del viaje cometimos errores, olvidamos quiénes éramos y de dónde veníamos. Pero poco a poco estamos trazando el camino de regreso a la reunión con Dios. La Ascensión es nuestro pasaje de vuelta al hogar: nuestra entrada al cielo para siempre.

La Ascensión es una aceleración espiritual de conciencia que tiene lugar al término natural de la última vida de una persona en la Tierra. Representa el momento, en la evolución del alma, en el que ésta alcanza la inmortalidad.

Por medio de la Ascensión se funde con la Presencia YO SOY y retorna la Dios Padre/Madre, libre de las rondas de karma y reencarnación. El proceso de volver a la fuente ha sido reconocido por las principales religiones, aunque la terminología usada para describirlo pueda diferir.
La unión con el Santo Ser Crístico y con la Presencia YO SOY

A medida que prospera en el sendero espiritual, el buscador se acerca cada vez más a su Santo Ser Crístico. Mediante un incremento gradual de conciencia superior y autotrascendencia, podrá conseguir con el tiempo lo que se conoce como la unión con el Yo Crístico, la cual precede a la Ascensión, cuando el alma se une a la Presencia YO SOY. El proceso de unión se denomina el “Matrimonio Alquímico”, porque a través de él el buscador se convierte en uno con el Cristo. Dicho matrimonio significa que no hay separación entre el alma y el Santo Ser Crístico: los dos se han unido. Cuando ello ocurre, el estudiante camina por la Tierra como Ser Crístico o Ungido.

En la Gráfica de tu Yo Divino justo en la cabeza del Cristo, hay una paloma que desciende de la Presencia YO SOY, y que representa la esencia del Amor, es decir, el Espíritu Santo, concediendo las gracias del Dios Padre/Madre al Yo Crístico. Cuando el alma se ha unido al Santo Ser Crístico es bautizado por el Espíritu Santo. En ese momento también se une a la conciencia crística universal.

Cuando el estudiante ha establecido ese vínculo con el Santo Ser Crístico, este deja de estar encima de él en conciencia, tal como aparece en la gráfica, y desciende a la materia ocupando su cuerpo. Cabe interpretar la gráfica como un diagrama cronológico de uno mismo: pasado, presente y futuro. Un día somos el yo inferior. En algún momento futuro nos convertimos en uno con nuestro Yo Crístico. Y, algún día, más adelante, nos encontraremos en los brazos de nuestra Presencia YO SOY a través del ritual de la Ascensión.

Estar fusionado con el Santo Ser Crístico le hace a uno ser libre para pensar, actuar y afrontar los desafíos diarios con la perspectiva del mediador divino. El Santo Ser Crístico nos dota con la capacidad de amar al prójimo de un modo más puro y completo. La vida en la Tierra llega a acercarse mucho más a la realidad divina. “Como es arriba, es abajo”. Los Maestros Ascendidos enseñan que, cuanto más nos acercamos a Dios, más claramente se define nuestra individualidad. Las cualidades y destrezas tan específicas que hacen a una persona única se han desarrollado a lo largo de muchas vidas. La unión con el Santo Ser Crístico permite manifestar con más plenitud la personalidad que se creó mediante el libre albedrío.

Ascendemos todos los días

Tomar parte en el proceso de la Ascensión constituye el seguimiento del curso natural de la evolución espiritual.

El Maestro Ascendido Lanello nos advierte:
“¡Ascendéis todos los días!”¹ Cada día la Vida pone a prueba al buscador.

Todos los pensamientos, sentimientos y obras del presente y de vidas pasadas cuentan a favor o en contra de la Ascensión. Al ir dando pasos de forma progresiva en el sendero espiritual, uno finalmente haya el camino de regreso al Corazón de Dios y entra a la Vida Eterna. Al final, el éxito depende del individuo.

El Maestro Ascendido Serapis Bey expresa con acierto tal idea: 


“Queridos no habéis de esperar a que, como el súbito descenso de una gran ave del paraíso, el cielo baje hasta vosotros y os eleve instantáneamente a la Luz. Cada día tejes un hilo de sustancia de Luz en dirección al Corazón de vuestra Presencia gracias a la lanzadera de vuestra atención. Cada hilo de Luz refuerza el ancla que hay en el otro lado conduciéndoos así a un estado de conciencia en el que Dios puede usaros más como eficaz instrumento para el bien”.²

El proceso de la Ascensión se parece a la subida a una pirámide. En Egipto y algunas zonas de México, entre ellas el Yucatán, uno puede pasarse días escalando las ruinas de las pirámides, de forma que cada peldaño le acerca más a la cima. La pirámide que escalamos a diario no está hecha de piedra sino de Luz, o sea, de pura esencia de la divinidad. Es la pirámide de la Ascensión. Los pensamientos, sentimientos y acciones constituyen los peldaños mediante los cuales subimos hasta la cima. Al acercarnos a la cúspide los peldaños se hacen cada vez más estrechos y las elecciones correctas decrecen al tiempo que crecen en relevancia y ámbito, en cuanto a lo que implican en la vida de uno y de los que le rodean. Por ejemplo Jesús, en lo alto de esa “pirámide”, se le presentaron unas pocas elecciones fundamentales: usar o no sus poderes para declararse Rey de los judíos, someterse o no a la crucifixión, permanecer en la cruz o descender de ella. Cada una de estas elecciones podría haber alterado totalmente el curso de la historia.

No se suben todos los escalones de una sola vez, sino uno tras otro. La Vida no siempre es un proceso continuo de ascenso. Es decir, no todos los días se escala la pirámide sin parar. Quizás haya una pausa para tomar aliento. O puede ocurrir que el escalador tropiece y resbale, retrocediendo uno o dos escalones. En ocasiones cabe incluso que sienta que no avanza en absoluto. Sin embargo, reanuda el avance y sigue adelante. El ascenso firme le conducirá, con el tiempo, hacia la maravillosa unión con Dios.

Aunque el progreso pueda a veces parecer intangible, es bueno recordar que estamos en la Tierra porque nuestro karma dicta que este es el mejor lugar donde podemos estar. Conviene considerarse un ser no ascendido que se esfuerza por hacer la Ascensión. El mensajero Mark L. Prophet señaló que hemos de reconocer que si Dios quisiera tenernos en el cielo en este preciso instante, estaríamos allí y no aquí. Estamos en la Tierra porque el lugar más práctico donde podemos estar en nuestro actual estado evolutivo es en un cuerpo físico. Tenemos lecciones que aprender. Tenemos un mundo resplandeciente que conquistar o un mundo que hacer que resplandezca. Tenemos responsabilidades espirituales y responsabilidades materiales. Y debemos realizar nuestra misión como Cristo realizó la suya.


Maestros Ascendidos

Cuando te conviertes en un Maestro Ascendido, pasas de la dimensión del tiempo y espacio al infinito. Después de la Ascensión, tienes libertad para moverte por las dimensiones más elevadas y crear, aprender y amar como nunca antes lo habías hecho. La Ascensión señala así mismo el cese de la necesidad de reencarnar. Cuando Asciendes, todo un mundo nuevo de existencia espiritual se abre ante ti. Puede optar por realizar servicio cósmico en las octavas de los Maestros Ascendidos o bien enseñar y ayudar a la gente de la Tierra.

Muchos personajes históricos han pasado por la Ascensión. Grandes avatares, así como gente de la calle, han alcanzado esta meta final de la Vida. Jesucristo demostró el proceso de la Ascensión de modo que todos pudieran seguir su ejemplo. Su Ascensión está narrada en el evangelio según San Lucas. “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, les bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo”.³

La Biblia menciona otras personas que han ascendido a la Luz. Entre ellas figura Enoc, quien “caminó con Dios y desapareció, porque le llevó Dios”(Génesis 5:24). Elías el profeta, “Subió al cielo en un torbellino, habiendo sido separado de Eliseo por un carro y caballos de fuego” (Reyes 2:11). Entre los muchos Maestros Ascendidos de la tradicción judeo-cristiana de cuya ascensión no hay constancia histórica cabe mencionar a Melquisedec; María, la madre de Jesús; Juan, discípulo de Jesús, Santa Teresa de Lisieux y San Francisco de Asís.

Un gran número de almas de oriente también han ascendido. Tal es el caso de Krishna, Zaratustra y el Buda Gautama. Mientras estuvieron encarnados, estos destacables instructores fundaron grandes religiones basadas en verdades eternas. Millones y millones de personas siguen a esos Maestros Ascendidos como célebres líderes espirituales, aunque pocas, tanto de oriente como de occidente, reconocen que la Ascensión es un proceso diario y una meta cercana de la Vida.

La mayoría de los que han ascendido han tenido muchas encarnaciones. Dedicaron numerosas vidas a servir a Dios y al hombre. Mediante el estudio de sus vidas y sus enseñanzas podemos seguir su ejemplo y regresar también a nuestro origen.


El ritual de la Ascensión

La Ascensión es verdaderamente un acontecimiento maravilloso ya que eleva la conciencia del planeta entero cuando tiene lugar. Al lograr el triunfo, otras almas son magnetizadas para acelerarse en su sendero hacia la Ascensión. Si en un mismo año acontecen muchas ascensiones, toda la humanidad se vuelve más receptiva a la inspiración divina. En ese momento se acelera el desarrollo en todos los campos de la ciencia, la educación y la curación.

El actual es un período especial en el que los Maestros Ascendidos pueden enseñar de forma activa a aquellos que están espiritualmente receptivos y prepararlos para esta gran meta. Ellos han explicado que en esta era habrá ascensiones en masa desde las laderas. Quienes capten esta onda de aceleración espiritual comprobarán que llegar a la orilla de la Ascensión es una posibilidad real.

Cuando un individuo se gana el derecho a hacer la Ascensión, toda la Luz que ha acumulado se acelera en un proceso de transformación espiritual. Sus átomos, células y chacras se aceleran y regresa con enorme esplendor al Sol de la Presencia YO SOY. Se puede ascender de dos formas: fisicamente o a niveles espirituales internos por medio de los cuerpos etéricos.

La Ascensión física

En este caso, los átomos del cuerpo son acelerados hasta que el cuerpo físico se convierte en un cuerpo espiritual glorificado. La Ascensión física requiere haber saldado entre el 95 y el cien por cien de karma durante la encarnación. Ello constituye una excepción a la regla. Quienes están destinados a ascender físicamente han de haber recibido preparación a lo largo de miles de años. La mayoría de almas pasan por la muerte natural del cuerpo físico y hacen la Ascensión a niveles espirituales desde el hogar etérico de algún Maestro Ascendido.

La Ascensión física es, de cierto, un fenómeno impresionante. Sin embargo, la persona que no pasa por una Ascensión física termina igual que la que sí lo hace: siendo un Maestro Ascendido o una Maestra Ascendida.

Ascender desde niveles internos

Las personas que ascienden a niveles espirituales internos lo haces desde un punto focal de los Maestros Ascendidos en el plano etérico, o sea el punto celestial, que se denomina retiro. Los retiros etéricos tienen una coordenada física en la Tierra, pero no se les puede ver normalmente porque se hallan en los reinos espirituales. Quienes están preparados para hacer la Ascensión en su última encarnación van a un retiro etérico donde reciben la iniciación que les reunirá con su Presencia Divina. Mucha gente asciende desde el retiro etérico del Templo de la Ascensión, en Luxor (Egipto), y participa en el ritual de la Ascensión que tiene lugar tal como se explica a continuación.

Acompañado de Maestros Ascendidos y de almas muy evolucionadas, el ser que va a ascender entra en una sala que se conoce como “La Sala de la Llama” y sube a un estrado situado en el centro de un amplio círculo donde se colocan Maestros Ascendidos, Huestes Angélicas; y sus hermanos y hermanas de Luz se reúnen en la parte exterior del círculo. En un momento dado, cuando todo está preparado, suena una música única para esa alma, y desciende una corriente desde un círculo que hay en el techo, a la vez que otra sube desde la base. En el instante en que se oye la música, brota una Llama formada por la acción de caduceo que generan ambas corrientes, y la Huestes Angélicas que están fuera tocan la trompeta en honor a la Victoria del alma que asciende realizando una magnífica interpretación de la marcha triunfal de Aïda. Luego las corrientes de la Ascensión rodean y transforman el cuerpo etérico del ser que asciende en la perfección que es requisito para la unión con la Presencia YO SOY.

La Ascensión es ciertamente un acontecimiento grandioso y glorioso que señala la culminación de vidas de esfuerzo para manifestar la divinidad innata. A medida que uno, poco a poco, va acumulando Luz en su ser por medio de pensamientos, palabras y obras correctas, es conducido con éxito a este punto final de la Victoria. Hacer la Ascensión también implica el cumplimiento de varios requisitos imprescindibles.

Requisitos para la Ascensión

Constituyen los ingredientes esenciales del sendero espiritual. Son pasos preparatorios que contribuyen a purificar el alma y a que uno esté listo para tamaña transformación. A continuación presentamos una visión general de dichos pasos.

El alma debe cumplir ciertas condiciones para ascender. Las tres primeras son:


1. Equilibrar la LLama Trina.
2. Llevar a cabo a la misión del alma en la Tierra de acuerdo con su Plan Divino.
3. Saldar al menos el cincuenta y uno por ciento de su karma.

Entre los demás requisitos previos a la Ascensión se incluyen algunos como alinear los cuatro cuerpos inferiores, alcanzar maestría en los Siete Rayos espirituales y dominar el pecado, la enfermedad y la muerte. Han de transmutarse los registros kármicos y los patrones que llenan el cinturón electrónico. Y la energía de la Madre, la Kundalini, que es la Luz Blanca centrada en la chacra de la base de la columna, debe elevarse.


1. Perlas de Sabiduría, Vol. 35 nº 10.
2. Serapis Bey, Actas de la Ascensión.
3. Lucas 24:50,51
Tomado de la red
DOMINGOS Y ANA (Mikaël y SaräAmma)

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