sábado, 3 de noviembre de 2012

GEMA GALGANI Autres Dimensions 31 de Octubre del 2012 con audio

  
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia y Amparo

GEMA GALGANI 31 de Octubre del 2012

audio primera parte

audio segunda parte

Yo soy GEMA GALGANI. Hermanas y Hermanos en humanidad, acojámonos mutuamente y vivamos, en el silencio, un instante de Gracia y de Comunión. Permítanme presentarme a ustedes y en ustedes.

... Compartimos del Don de la gracia...

Como Conciencia a cargo del Manto Azul de la Gracia y de la Estrella UNIDAD, vengo a ustedes, por un mandato del conjunto de mis Hermanas Estrellas, a fin de tratar de aproximarles esta Verdad esencial: lo que nosotros somos, es Amor. Entonces, si lo que somos es, realmente Amor, ¿qué es lo que en el seno de la encarnación de este mundo nos impide vivir esto? ¿Cómo es que lo que somos (esta Gracia y este Amor) no está también manifestado y visible en lo que es dado a ver sobre este mundo y esto, que esto sea en vuestra época o en toda época de la vida de esta Tierra? No es mi propósito volver sobre lo que les ha sido explicado por mucho tiempo por los Ancianos, concerniente a la falsificación y al encerramiento. Pero, más y muy lógicamente, si aceptamos que somos Amor, por haberlo vivido (y no dudo que el conjunto de las experiencias que han llevado a cabo ustedes les ha permitido probar y experimentar esta Verdad, no durante un instante, durante algún tiempo, sino mucho más), ¿qué es lo que hace que todos los Hermanos y Hermanas de la humanidad no puedan acceder a este Amor? ¿Qué es lo que hoy aún, en este tiempo de la Tierra que se abre, porqué muchos, entre nosotros, no han aún vivido esta Verdad?

En muchas ocasiones, les he dado testimonio de mi camino y de mi trayectoria en encarnación, como de otras de mis Hermanas Estrellas. Les hemos todas aportado nuestra vivencia en la Gracia del Amor y ustedes son cada vez más numerosos para vivir, también estos momentos y para algunos, a instalarse en este Amor. Instalándose en lo que somos, podemos constatar la distancia que puede existir entre lo que vivimos en nuestra carne (cuando nosotros lo vivimos) y lo que vive la gran mayoría de nuestra humanidad. Esta distancia corresponde a lo que muchos de los Ancianos les han explicado, a través de las diferentes conciencias. Entonces, ¿qué es lo que hace que incluso muchos Hermanos y Hermanas que están en la dinámica espiritual de búsqueda de su propio Espíritu, del Cristo o de otro modelo, no lleguen a establecerse de manera constante, en este estado y en esta conciencia? Todos ustedes saben, por haberlo vivido, que muchas experiencias han sido procuradas, por sí mismos, por vuestro Abandono a la Luz y por las circunstancias, incluso, actuales de este mundo donde están encarnados. Y por lo tanto, muy numerosos Hermanos y Hermanas, alrededor de nosotros, parecen dormir en esta Verdad, contentándose en llevar a bien su vida, de llevar a bien lo que tienen que hacer, sin sospechar un solo segundo lo que ellos son verdaderamente. ¿Cómo puede existir, entonces, tal diferencia y porqué existen estas conciencias tan diferentes, vidas tan diferentes y experiencias, a veces diametralmente opuestas? Bueno, ustedes tienen ya la respuesta: Porque por supuesto, el miedo está omnipresente. El miedo se traduce por la necesidad de protegerse, protegerse de un mundo que es considerado como peligroso, más o menos acertadamente. Lo hemos dicho ya, que en definitiva, no había más que dos estados: el miedo o el Amor, y que cualesquiera que sean los estados de Amor, cualesquiera que sean las Gracias que se depositan sobre vuestras espaldas, son aún muchos a constatar estas fluctuaciones y estas oscilaciones entre los momentos de Gracia y los momentos donde esta Gracia no parece estar allí. Y más allá de lo que han vivido, esto los ha llevado a dar cuenta, por si mismos, de esta especie de distancia y de separación que existe entre la Alegría y la Plenitud de la Gracia y los momentos donde la personalidad debe ocuparse de su vida. Y saben bien que estas dos conciencias no tienen estrictamente nada que ver: porque la una está basada sobre la Plenitud y la Alegría, y la otra está basada sobre la carencia y la necesidad de protegerse. Y nadie se escapa. Por supuesto para nosotros Estrellas, ha sido quizá más fácil dejarse llevar y sumergirse en nuestra realidad profunda, a menudo en otros lugares en detrimento de la vida, tal como todos la conocemos, en sus múltiples actividades. Lo que nos hizo decir a muchos, que nuestro Reino no era de este mundo, porque, cualquiera que sea la forma en que hemos vivido lo que hemos vivido, siempre nos fue mostrado (y accesible) que existen los espacios, que existen los estados, incluso sin poderlos nombrar, incluso si uno quiere llamarlos el paraíso, los lugares donde todo es más claro, donde el cuerpo no tiene ya esta gravedad y esta densidad. Sabemos que somos reales cuando tocamos este estado. De alguna manera nos dan un sentimiento de irrealidad de este mundo, que nuestros Hermanos y Hermanas orientales llaman Ilusión o Maya. Pero por supuesto, el que no lo ha vivido, incluso si no lo sabe, solo traduce en permanencia, su miedo, que esto sea manteniendo las relaciones humanas y sociables agradables, buscando lo que es bueno y agradable en lugar de lo desagradable. Y por lo tanto, el mundo nos da a ver, en permanencia, un desequilibrio. Y no obstante, el mundo, en sí mismo, si uno mira la naturaleza, los animales y lo que se desarrolla, no muestra desequilibrio: incluso en los momentos extremos de los Elementos, el regreso al equilibrio se realiza muy pronto.

Entonces, ¿porqué, nosotros que somos Amor (como el resto de la Creación y de los mundos), tenemos dificultades, cuando estamos encarnados, para dejarnos investir por esta Gracia, a fin de que ella devenga permanente y constante? Bueno porque, yo diría, que las condiciones de este mundo (y lo saben) no son propicias para establecer este Amor que somos. Entonces, por supuesto, existen las esperanzas, las esperanzas en un mundo mejor, estas esperanzas en un mejoramiento, en un cambio de época, haciendo que las relaciones entre lo que se vive en la superficie de esta Tierra serán diferentes un día, porque la conciencia habrá evolucionado. Y sin embargo, sabemos, entre aquellos que hemos vivido estos estados de Gracia particulares, que estos no se refieren de ninguna manera a este mundo, sino que corresponden a lo que somos realmente, antes o después de este mundo. No puede haber ninguna duda, cuando hemos vivido este género de estado y experiencia, no puede existir nunca la menor duda sobre la realidad del Amor, porque cuando el Amor es experimentado (no en el sentido humano, sino en lo que podría llamar sentido transcendental), entonces, no podemos dudar. En estos momentos donde nosotros lo vivimos, algunos entre nosotros y entre ustedes, hoy, tienen la oportunidad de establecerse cada vez más en este Amor permanentemente y es perfectamente posible ahora, para muchos de ustedes diferenciar el amor que todos hemos expresado en nuestra vida, por nuestros padres, nuestros hijos, nuestras actividades, por un salvador o por una religión, pero sabemos que eso nada tiene que ver con cómo se desarrollan las relaciones con otros Hermanos y otras Hermanas. El Amor por lo tanto resta en un ideal, poniendo ya, como lo saben, una distancia entre lo que somos verdaderamente y la manifestación de lo que somos. Hay por lo tanto una especie de distorsión, flagrante y evidente. Entonces, por supuesto, aquel que se satisface de esto va a imaginar una ruta o un camino y crea por lo tanto, para sí mismo una distancia entre este Amor, real y lo que es cuando uno está alejado de lo que somos.

Todos ustedes saben que el Amor, cuando lo viven realmente, no es simplemente un sentimiento o una atracción hacia una persona o hacia una actividad. Saben todos que el Amor es un estado de Ser. Cuando lo viven, no hay ninguna duda que es nuestro estado natural y que son las circunstancias de nuestra vida que no son naturales, en sus aspectos humanos, en sus interacciones y en todo lo que resulta. Ustedes lo saben, los Ancianos les han hablado largamente de esta competencia, de estas depredaciones, de estas carencias y de estos miedos. Sabemos todos que el Amor que somos es totalmente independiente de nuestra vida ordinaria y que entre más nos amemos (en el sentido más auténtico), menos nos preocupa el sufrimiento y por la carencia. Y por lo tanto sabemos también, que cuando estamos encarnados, en la mirada de cada Hermano y de cada Hermana (incluso el que nos parezca aparentemente el más sombrío), hay esta búsqueda de amor y la expresión de lo que no está allí y que es buscado ardientemente. Entonces, ¿cómo pasar, de alguna forma, de un amor, como objetivo correspondiente, por ejemplo, a un futuro común en un afecto entre un Hermano y una Hermana? ¿Cómo evitar este escollo de imaginar el amor como una consecuencia de una atracción, como una vida para llevar o una carga que llenar? Muchos elementos les han sido dados y esto, desde hace muchos años, concernientes al instante presente, Aquí y Ahora, el desarrollo de las percepciones de vuestras Vibraciones y vuestra conciencia. Y sin embargo, queda claro que si uno mira atentamente la marcha actual del humano, la carencia de Amor está más que flagrante, la carencia de Amor que es inducida por el miedo y por la competencia, la competencia que viven en todos los niveles, que lo quieran o no, en todos los sectores de vuestra vida. Y no obstante, a pesar de esto, saben, por vivirlo, que hay los estados de la conciencia donde ya nada de todo esto es real, donde ya nada de todo esto puede afectar, incluso, vuestra calidad de Ser. El Amor es lo que somos. Y sin embargo, para muchos de los Hermanos y de Hermanas encarnados, esto está lejos de ser una evidencia a vivir. Esto puede ser, a menudo, un objetivo, una meta, un camino a recorrer, la creencia en una evolución, en cualquier cosa ascendente, llevándoles siempre en la Dualidad de las Sombras a transcender, a ver, a borrar, a desaparecer por la acción de la Gracia. Todo esto les ha sido expresado y lo han vivido durante estos años que acaban de recorrer.

Pero el período que se abre, desde mañana, es el regreso, franco y real y total de la Luz. El retorno de la Luz hace que en un momento dado, ningún Hermano y ninguna Hermana podrá ignorar lo que pasa. Y saben también que en esos momentos, habrá la posibilidad de mirar las cosas de dos maneras: con la mirada de la oruga o la mirada de la mariposa, y que el mismo evento puede ser para una extremadamente doloroso y para la otra feliz. Porque las costumbres de la vida, las costumbres de la sociedad (lo que les han explicado los Ancianos concernientes a los sistemas de esclavitud y de control del humano) con los estragos del tiempo, erosionaron (aún más) la posibilidad del Amor. Por lo tanto, muy a menudo, llamamos Amor un ideal y un objetivo, en lugar de un instante presente vivido en totalidad, en esta Claridad-allí, en esta Unidad-allí. Por supuesto, las cosas cambian, porque el despliegue del Corazón Ascensional, para ustedes, a título individual pero también de la Merkabah de la Tierra, por su Liberación, la desaparición de las Líneas de Depredación, hace que la Tierra (como ella se los muestra, por poco que busquen esta información) les de a ver que los Elementos de la Tierra, ellos también se despliegan y hacen vivir a la Tierra una transformación mayor que concierne a todo lo que es llamado la Vida y que concierne a la Tierra, ella misma, en primer lugar, y a ustedes también.

Muy pronto (como eso ha sido dicho por el Arcángel MIGUEL y por otros Intervinientes recientemente), todo eso les aparecerá cada vez más claramente. Y es en esta función justamente, de vuestros propios apegos (vinculados a sus costumbres, vinculados a la ignorancia) que resultará, para muchos de los Hermanos y Hermanas, su resistencia a la Luz, en su fase de aproximación final. Para aquellos de entre ustedes que son capaces (más allá incluso de las Vibraciones de vuestra conciencia, de vuestros centros de energía) de establecerse en la Paz del instante, aquellos que tendrán sea la oportunidad, sea el deseo, sea la información, sea la conciencia de, simplemente, desistirse para dejar a la Luz obrar, constatarán que lo que viene es verdaderamente una Liberación. Pero, para aceptar esta Liberación, es necesario primero concebir, o concebirse como un Ser profundamente Libre y profundamente diferente de la vida que, no obstante, está para vivirse. La vida será siempre, por supuesto, sobre este mundo, hasta su madurez, una fuente de lecciones, una fuente de informaciones. Pero usted sabe muy bien que ninguna enseñanza y ninguna transformación puede hacerlos descubrir la Verdad que Son. Solo viviéndola, entonces, obviamente, que esto sea posible: amando, por encima de todo, un modelo (como yo se los expresé, que para mí fue el Cristo), y estando plenamente presentes a sí mismos, sin rechazar allí donde estamos, a veces la Luz se hace día y el Amor se descubre realmente. El conjunto de lo que han vivido, que eso sea mínimo como experiencia o algo que les parezca realmente totalmente indescriptible y transcendental, cualquiera que sea la intensidad de esta experiencia, llegado el momento, serán confortados en vuestras opciones y en vuestros posicionamientos, en vuestra vida, en vuestras vivencias, también en vuestras relaciones.

Lo que nosotros somos es este Amor indecible, que está sin común medida con lo que la mejor de las descripciones, la mejor de las poesías, la mejor de las pinturas, pueda expresar. Lo que nosotros somos es un estado de Ser diferente de lo que vivimos, aquí, cuando estamos encarnados. Y no obstante, como lo saben, es aquí que esto pasa. Esto es llamado la Liberación. Esto ha sido llamado de diferentes formas pero poco importa. Lo que permanecerá siempre lo más fundamental, es darse cuenta de nuestra naturaleza. Y esto es posible desde el momento donde llegan efectivamente (y lo constatarán cada vez más), a ya no hacer nada más, a ya no buscar nada, a simplemente mirar lo que se desarrolla, en ustedes como sobre el mundo, como en los Cielos, de manera un poco desapegada. Entonces, en este momento, la acción de la Luz y de la Gracia devendrá cada vez más evidente, incluso aquí, sobre este mundo, para el conjunto de los Hermanos y Hermanas. Este momento está inscrito de toda eternidad. Es un reconocimiento. Este Desconocido (que devendrá conocido en los momentos finales) será, de alguna manera, la directriz para encontrarse totalmente. Por supuesto, otras Hermanas les han hablado de los Pilares del Corazón. Yo simplemente añadiré (y esto corresponde a lo que ha sido llamado el Abandono del Si): Cuando ustedes conciben que lo que ustedes son, aquí, no es nada y que existe, sin saber incluso que son ustedes Seres inmensos, de un Amor sin precedente e inigualable, de una Radiación y de una Luz tal, que aquí, en este cuerpo, cuando estamos encarnados, nos miramos insignificantes. Esto coincide con lo que mi Hermana bien amada THERESA, les ha dicho muchas veces.

Las circunstancias de la vida (que eso sea a través de los Elementos de la Tierra que se manifiestan y los Jinetes, que esto sea a través del conjunto del pueblo humano y, yo diría, sus comportamientos) que van a seguir, basados en el retorno de la Luz, serán las ocasiones importantes para darse cuenta, realmente, qué somos todos. Recuerden también que, en lo que está allí, muy próximo, no hay mejor forma de vivir lo que está para vivir, de alguna manera que dejarse crucificar totalmente por el Amor y la Luz, de no interactuar, de no entrometerse no importa que esto sea de una acción personal, de una acción vinculada al miedo o a la propia ignorancia. Allí también, se puede decir que si dan este primer paso (si no lo han dado aún), constatarán muy pronto que no hay nada más que el Amor que se vierte sobre la Tierra. Entonces, por supuesto, cuando el Amor encuentra lo que está inscrito en el miedo de la Vida, puede haber el sentimiento de estar desestabilizado. Estos mecanismos los Ancianos los han abordado largamente, que esto sea en la ocultación de la conciencia o en los mecanismos de desaparición de ciertas partes del cuerpo, o aún por los que los han llamado en vuestro Canal Marial y en vuestro oído. Como ustedes lo saben, este acercamiento (y como se los ha reiterado el venerable ORIONIS) ha durado un tiempo determinado. No es algo que se descargaría, de un golpe, de improviso, pero ha habido una larga preparación de la Tierra, una larga preparación de la conciencia de ciertos Hermanos y Hermanas y, en particular las Semillas de Estrellas que han encontrado su filiación, a pesar de los obstáculos de la vida sobre este mundo.

Lo que viene es Amor. Es un Fuego voraz, un Fuego de Éxtasis y de alegría que viene, efectivamente a quemar todo lo que es efímero, todo lo que es ilusorio y todo lo que no tiene sentido, todo lo que está inscrito o construido por el propio miedo, por competencia, por la depredación de este mundo y su ignorancia. Es en estos momentos que tendrán que dejarse investir, dejarse invitar y dejarse quemar en el Fuego del Amor, porque lo que viene no es de ninguna manera una destrucción. Como esto ha sido dicho, esto no es ni una muerte, ni un nuevo nacimiento. Entonces, por supuesto, uno puede llamarlo Resurrección o Renacimiento pero es un registro totalmente diferente, donde todo lo que es conocido y todos los marcos que les son conocidos, no tienen ya razón de ser y desaparecerán ellos mismos, haciendo que no haya nada más a que aferrarse que el Amor. La mirada es esencial. La Vibración es esencial. Saben también, que desde el instante donde uno de vuestros centros de conciencia esté abierto, que esto sea la cabeza, el Corazón u otra parte, les es posible acoger la Luz Vibral, metabolizarla, dejarla obrar en ustedes. Es allí también, donde se encuentran estas frases importantes que pronunció el Cristo cuando dijo que no era él quien los salvó, sino vuestra Fe. Esta Fe no es simplemente una creencia en un futuro, en un Dios o en un amor lejano, en un infierno o en un paraíso, sino es una actitud interior. Y esta actitud Interior, podría ser similar a un renunciamiento (y en alguna parte, es uno): el renunciamiento a lo efímero, el renunciamiento a considerar, de alguna manera que hay que encontrar algo, el renunciamiento en una creencia que hace efectuar una búsqueda. Los Arcángeles lo han expresado largamente: todo esto solo corresponde a las ilusiones y a las construcciones quiméricas, que no llevan a ninguna parte. Esto no son más que las satisfacciones del ego y de la conciencia egótica y que mantiene, en permanencia el sentido de una búsqueda que jamás se satisface (y que nunca estará satisfecha). Porque efectivamente, lo que nosotros Somos no es para ser pretendido, ni perseguido, sino justo para ser aceptado. Y aceptar es ya, también ver que no hay nada a buscar, que no hay a programar un objetivo o un fin.

GEMMA GALGANI- 2da parte

31 octubre 2012

Los mecanismos de ruptura del encierro comienzan, ya, a modificar (y modificarán cada vez más, para ustedes) lo que nombran la percepción del tiempo. En ciertos momentos, estarán en meditación, tendrán la impresión que han pasado cinco minutos, y habrán pasado numerosas horas (y en los casos extremos, a veces, días enteros). Esta distorsión del tiempo se acompaña, efectivamente (como eso ha sido dicho), de la superposición, a veces desagradable, entre lo que nosotros Somos, verdaderamente, y la conciencia egótica que busca interferirlo. Eso va a aparecerles cada vez más fácilmente, desde el instante donde lleven vuestra atención sobre lo que se desarrolla en ustedes. Desde luego, no tendrán todas las respuestas, porque la conciencia egótica tiene siempre necesidad de saber, de explicar, de comprender. Pero lo que ustedes son (como ha sido dicho) no puede ser ni comprendido, ni explicado. Eso solo puede ser vivido y cuando eso es vivido, no hay más ninguna duda. No hay más ninguna duda sobre la supervivencia fuera de este cuerpo. No hay más ninguna duda sobre lo que Somos, realmente, porque eso es vivido. Eso no es una creencia, ni un objetivo, no es una búsqueda. Y, es todavía menos, paradójicamente, algo para encontrar porque es algo que, efectivamente, siempre ha estado ahí. Simplemente, el enfoque que poníamos no era el bueno.

Lo que Somos es Amor, y es lo que viene a repetir la Luz. La Fuente les ha hablado de este Juramento y de esta Promesa: es eso que viene a decirles la Luz. Viene a decirles (y recordarles) que lo que Somos, todos, uno por uno, y juntos, es Amor. Y que nosotros no Somos nada, absolutamente nada, de esos sufrimientos que, sin embargo, nos parecen tan reales. Que no Somos nada de nuestros problemas que tenemos que asumir y que arreglar. Que no Somos nada de todo lo que construimos, para prevenirnos, para sobrevivir. Y, sin embargo, todo eso es tan real para el que ha olvidado lo que Es. Y olvidar lo que se Es, es terrible, porque la conciencia que ha olvidado va, de manera normal, si puedo decir, construir elementos, relaciones, estrategias y conductas, apuntando a paliar esta insuficiencia de Amor. Entonces, desde luego, nombramos “amor” todo lo que es relación con el otro, desde el instante donde nos parece despertar, en nosotros, algo. Y creamos y tejemos lazos que nos llenan en alguna parte. Pero incluso si estamos llenos de un amor, muy legítimo, de un allegado, ¿es en la medida que nosotros somos Amor? ¿Es en la medida que nosotros vivimos todas esas maravillosas Vibraciones que les han sido descritas (y que ustedes viven, por momentos)? Nosotros sabemos todos que cuando estamos en frente a un Hermano o una Hermana que está en el miedo, el amor tiene tendencia a apagarse de la Vibración (incluso si amamos, real y sinceramente, esta persona). Porque, debido a esta privación, hemos sistemáticamente, los unos y los otros (conforme a la encarnación y a la materialidad, del descenso en la encarnación), hemos todos construido circunstancias y creencias (sean personales o sean inducidas por nuestras propias experiencias, como la experiencias de la sociedad).

Entonces, desde luego, es una cosa hablar de Amor, es una cosa manifestar su amor junto a un allegado, y es otra cosa volverse este Amor. Volverse esta Vibración de Amor, esta Vibración de Beatitud y de Éxtasis, que algunos de ustedes comienzan a disfrutar, con gran Alegría. Lo que hay que aceptar, es que resuelvan lo que resuelvan como problemática de este mundo, cualquiera sea la calidad de vuestra vida, cualquiera sea vuestra capacidad de compromiso en un sector o en otro, cualquiera sea la calidad de las relaciones que establezcan con el mundo (sea vuestro mundo más cercano, familiar, o el mundo más amplio), ustedes saben muy bien que eso no es de ningún modo el Amor que ustedes viven en ciertos estados de Comunión y de Fusión, cuando el Manto Azul de la Gracia está ahí, cuando meditan, o cuando se alinean. Ahora bien, lo que viene es, justamente, el Regreso del Amor, de la Luz, haciendo que, en poco tiempo, no será más cuestión de experiencia y de estado sino de establecimiento del Reino del Amor, que no se acomoda a ninguna tergiversación y a ninguna discusión, con respecto al miedo. Porque, cuando el Amor está ahí, ustedes lo saben: no puede existir el menor miedo, no puede existir la menor interrogación. El Amor es realmente una evidencia, un reconocimiento. Es eso que es llamado a vivirse ahora, ya no solamente en vuestras experiencias individuales, ya no solamente en los estados que los tocan, sino es a eso que debe reconectarse el conjunto de la humanidad y de la Tierra. Es lo que está en camino hacia ustedes. Es lo que les han dicho algunas conciencias que vienen de muy lejos: que la Tierra vive su Liberación y ustedes también. La Liberación es una Alegría, salvo para aquel para quien el miedo ha construido tantas barreras, tantos límites, y tantos marcos, y así pues, tanta rigidez, que, en alguna parte, la conciencia no puede tener la plasticidad y la humildad para vivir el Amor. Y sin embargo, es lo que Somos, sin ninguna excepción. Yo diría incluso que hay estrictamente el mismo Amor entre el más santo de los santos y el más pecador de los pecadores (si puedo emplear esta expresión). Son simplemente las apariencias, las circunstancias y las condiciones, que han hecho que, en un caso, el Amor sea revelado y que, en el otro caso, el Amor esté muy lejos de lo que es vivido. Y sin embargo: es la misma cosa. Ustedes no pueden verlo, mientras están inscritos, ustedes también, en este miedo. Porque la mirada es discriminante, porque lo que perciben (sea por la razón, por los sentidos, por la experiencia), los llevará siempre a más discriminación, a siempre ver lo que es bueno o no bueno, para ustedes. Y, no ven que, el simple hecho de conducirse así, los aleja siempre más de lo que son, en Verdad. La Humildad, es no juzgar más. Es no llevar más juicio, no solamente condenando a quien sea, sino es quedar en esta neutralidad, es quedar en el mismo humor, en el mismo estado, finalmente, se desarrolle lo que se desarrolle en vuestra vida. Que sea el acontecimiento más dramático (recuerden que no es dramático más que para lo que es efímero), como el acontecimiento más alegre, debe dejarlos, no de mármol e indiferente, sino dejarlos sobre todo en el mismo estado, en la misma Gracia.

Ahora bien, lo que se desarrolla y llega sobre Tierra, es muy exactamente esto. Y ustedes verán, muy netamente, en los primeros tiempos, que los que han tenido la experiencia del Amor, en sentido Vibral, no tendrán ninguna dificultad con la manifestación de los elementos, en ellos, como sobre la Tierra, como para el Regreso Final de la Luz. Mientras que los que están alejados (por una razón que les es propia) de lo que son verdaderamente, que no han vivido, de una manera o de otra, este Amor Vibral, no podrán más que estar todavía más en la resistencia, todavía más en el sufrimiento (incluso si es efímero). El encuentro de la levedad con la pesadez se traducirá, siempre, por una zona de turbulencia. Y el que vive la turbulencia, si no ha vivido el Amor Vibral, en un momento dado o en otro, no puede más que quedar, de manera temporaria, en su propia resistencia y su propio sufrimiento, y sus propios miedos. Entonces, desde luego, el que vive este sufrimiento lo vive como totalmente real. Y ustedes saben, sin embargo, que cuando están, realmente, en el Amor que Son, ningún sufrimiento puede alcanzarlos. Incluso si hay sufrimiento, no los alcanza. Incluso si hay dolor, no es percibido de la misma manera. Esto nos ha dado (y muchas Estrellas les han hablado de esto) la posibilidad, no de superar, pero de estar tan confiado en el Amor porque nosotros lo vivimos, que nada de lo que podía llegar a nuestra vida (a este cuerpo, o alrededor de nosotros) podía afectarnos. Entonces, incluso si no teníamos las palabras sabias que pueden emplear algunos de los Ancianos, nosotros sabíamos todos, por vivirlo, que la Verdadera Vida no tenía nada que ver (incluso si estamos vivos sobre Tierra) con lo que era dado a vivir. Entonces, desde luego, lo que vivíamos como Amor Vibral, lo atribuíamos a un Cielo, a un Paraíso, a algo ulterior. Lo que se produce, en la modificación temporal de la Tierra, es que ese Paraíso viene a ustedes: no habrá más distancia, no habrá más tiempo, no habrá más verdaderamente diferencia, para el que se abre a eso.

Les recuerdo también que vuestro rol de Liberador, es de estar presente a ustedes mismos, en ese momento, de estar Abandonados totalmente a la Luz, de Abandonar el Sí, y de Vivir lo que ustedes Son (estando plenamente conscientes, plenamente presentes en vuestra vida).Y ustedes se darán cuenta, realmente, que hay esta suerte de superposición entre dos cosas, que les parecen sin embargo totalmente opuestas: un Ser de Paz, un Ser que nada afecta, que vive en un Éxtasis permanente, y otro ser, que parece a veces herido, sufriente. Les recuerdo que es esta superposición de dos conciencias que realiza la Ascensión (de la Tierra como la vuestra). Es también esto que realizará ese momento, que ha sido llamado de manera penosa “el Juicio Final”, es decir el momento donde se acepta verse, no tanto para juzgarse, no tanto para culpabilizar de una acción que habría sido mala, o gratificarse a sí mismo por una acción que habría sido buena, sino simplemente verse, realmente. Y así será, para todo el mundo, lo mismo. La resultante, ustedes se lo imaginan, es diferente, porque cada uno tiene su libertad, porque cada uno puede decidir, libremente, en ese momento. Teniendo a veces conciencia que las barreras que han sido puestas, los miedos y los sufrimientos que han sido vividos, pueden a veces ser un freno para disfrutar la totalidad de este Amor que se vierte, y que Somos pero que en definitiva, ese será el caso, en otro espacio-tiempo, en otro lugar. Recuerden que el Llamado de la Luz va a hacerse de manera cada vez más evidente, y convincente, pero también cada vez más potente puesto que la conciencia y el cuerpo mismos van a modificar su funcionamiento (si eso no está todavía hecho). Recuerden, siempre, que la Inteligencia de la Luz sabe perfectamente lo que hace, incluso si ustedes no ven, incluso si no comprenden nada. Y, como les han dicho algunos intervinientes, si ustedes quedan Tranquilos en esos momentos, si aceptan no ser nada, si aceptan no comprender nada más, entonces verán, por ustedes mismos, que el sufrimiento se desvanece, que el miedo se desvanece. Y verán también, por ustedes mismos, que si resisten, el sufrimiento crecerá. Pero no es nunca la Luz que hace sufrir, es únicamente la oposición a la Luz. Porque el que es Amor, en este estado particular de Unidad, viva lo que viva este cuerpo (e incluso su fin), no está afectado. Así pues, todas las preparaciones que han vivido, las experiencias y los estados que han sido conducidos, por ustedes, a su justo destino, son ahora los elementos importantes que vendrán a confirmarles lo que han vivido, mucho más allá de toda explicación, mucho más allá de todo lo que podrían comprender. Porque el Amor no se comprende, no se justifica: Es. Y es lo que nosotros Somos.

Recuerden que, en el período que se abre, más ustedes suelten, más ustedes se suelten, más acepten ser nada, más serán todo y el Todo. No hay otra alternativa. El que quiera, de una manera o de otra, apropiarse la Luz, se perderá. Porque la Luz no se apropia. No se puede apropiar lo que Somos: solo se puede dejarlo Ser (dejándose atravesar por las Virtudes que han sido explicadas, como la Transparencia). Y que, volviéndose lo que ustedes Son (sobre este cuerpo y sobre esta Tierra, antes del Último Momento): bueno, ustedes alimentan la Tierra, alimentan los Hermanos y Hermanas con sed de este Amor (incluso si ellos tienen miedo). Lo que Somos es Amor, y lo que va a revelar la Luz, de manera colectiva, al conjunto de la humanidad, es eso, ante toda cosa. El resto sólo son apariencias. El resto solo son elementos que no hacen más que pasar, para permitir a esta verdad amanecer, completamente, y no desaparecer más. Pero, todo eso, les será informado íntimamente, individualmente, pero también colectivamente. Porque la mayor parte de las Fuerzas de Luz, de la Confederación Intergaláctica de Luz de los Mundos Libres estará visible, en ese momento: lo que era invisible se vuelve visible. Porque el Amor no dejada nada invisible: el Amor es Transparencia total. En el Amor: no hay sombras, no hay resistencias, no hay dualidad, no hay lo que ustedes conocen sobre esta Tierra (que nosotros hemos, todos, conocido).

Así pues, deseo, por algunas palabras, invitarlos a vivir vuestra Unidad y la Unidad de la Luz. Cualesquiera sean las circunstancias que pueden desplegarse en vuestra vida, recuerden que no hay otra explicación que la de hacerlos encontrar lo que ustedes Son. Incluso si eso toma carices que puedan parecerles, con la mirada de la conciencia egótica, dramáticos, penosos, intolerables o extremadamente alegres, eso no tiene ninguna importancia, porque la finalidad, de algún modo, es el Amor y nada más. Y constatarán, también, que cualesquiera sean las circunstancias penosas, si aceptan de no ser nada, de no comprender, entonces, lo que somos verdaderamente, que es Amor, les aparecerá de manera cada vez más fulgurante. Eso se volverá tan evidente y tan simple que el momento después, podrán preguntarse cómo habían podido ignorar eso, cómo habían podido tenerse lejos de eso. Todos, donde hayamos vivido (sean Estrellas, Ancianos u otros Desconocidos de ustedes), en el momento donde nos revelamos lo que Somos, no puede existir más la menor duda, incluso si, desde luego (según nuestra época donde vivíamos, según la cultura donde habíamos vivido eso), podemos expresar eso en este mundo, con palabras diferentes. Pero eso no tiene ninguna especie de importancia porque el Amor está más allá de las palabras, está más allá de las manifestaciones, más allá de las relaciones y más allá, sobre todo, de todo lo que se puede imaginar. Y eso es un choque, porque descubrir (sobre todo para aquellos entre nuestros Hermanos y Hermanas que están instalados en el sufrimiento y en la carencia) lo que Somos (esta Abundancia y esta Plenitud), es verdaderamente un choque. Y este choque puede tomar el aspecto del pavor o del terror, antes de establecerse, realmente, en el Amor. En lo que se desarrolla, no hay ninguna circunstancia para juzgar, en ustedes como para todo Hermano (cercano o lejano). No se preocupen de eso.

Llegará un momento, muy cercano, donde las circunstancias habituales de vuestras vidas no podrán ser más las mismas, porque las modificaciones Elementales serán tales, que ustedes no tendrán ninguna parte a donde volverse más que hacia el Amor que Son. Entonces, bendigan ese momento: no vean ni cataclismo, ni destrucción, ni fin de lo que fuera, sino más bien, real y concretamente, la Verdad del Amor que se instala, definitivamente, poniendo fin a todo sufrimiento, a toda duda, a toda interrogación. Esto pondrá fin, realmente, a todas las ilusiones. No se preocupen tampoco, del día preciso, porque tienen una referencia inalterable que son los Sonidos del Cielo y de la Tierra, el Anuncio de María. Muchos de ustedes han sido llamados, sea por María o por algunas Estrellas o por algunos Ancianos. Ahí también, el simple hecho de haber sido llamado y de habernos oído, es, de algún modo, el salvo conducto. Entonces no se inquieten de nada: continúen vuestra vida, continúen lo que la vida les propone, y dejen obrar la Inteligencia de la Luz, dentro de esta vida. Cada vez más, eso les aparecerá como la única elección, e incluso, yo diría, como la única posibilidad, porque no habrá nada más que hacer. Solo el ego querrá debatirse, solo el ego querrá comprender y oponerse. El Amor es lo que somos, y eso va a volverse, no una Revelación personal, sino más bien un momento colectivo de Revelación. Cualesquiera sean las circunstancias colectivas de ese momento, habrá, un antes y un después, para el colectivo humano. Entonces, una vez más (y debido al intervalo de tiempo que se ha acortado entre estos Acontecimientos Últimos), no hay nada que preparar si no es ustedes mismos: tener vuestra casa limpia, evitar las diferencias importantes (sean alimentarias, como de relaciones entre ustedes). Busquen, desde luego, la Naturaleza y la Paz (que está, en ustedes, ante todo, yo les recuerdo). Esta preparación va a volverse cada vez más intensa, dese el primer día de vuestro mes de noviembre, en ustedes, ante todo, haciendo que, en un tiempo muy breve (aparte los que están en la negación, porque tienen miedo), nadie podrá negar la Transmutación que está en curso, esta famosa Metamorfosis, colectiva, esta vez (y tampoco solamente para los Sembradores y Ancladores de Luz o los Liberadores).

No se inquieten por nada porque, en la Inteligencia de la Luz (que haya aceptación o rechazo), cada cosa está estrictamente en su lugar: no puede haber azar, no puede haber incertidumbre, no puede haber error. Porque todo es perfecto, con respecto a la Luz. No hay, tampoco, advertencia que formular, no hay nadie que prevenir. Los que han sido prevenidos son los que debían serlo. Los que han visto lo que había que ver en la Acción de los Jinetes, lo han visto. Los que no tenían que ser informados (y que no lo son hoy) no lo serán hasta el momento último del Anuncio de María, porque eso, es para ellos, la mejor manera. Porque, desde luego, desde que hay una transformación o una transmutación (sin incluso hablar de la amplitud de ésta), para muchos seres humanos encarnados, el cambio es una fuerza de estrés, de sufrimiento, a veces, de enfermedad. Porque, como les ha dicho, hace poco tiempo, uno de los Ancianos: cuando nosotros estamos encarnados, somos seres de costumbre. Ahora bien, lo que viene, no tiene nada de costumbre: es incluso algo que no ha sido nunca vivido, de esta manera. Y frente a este Desconocido que está ahí (y que es sin embargo lo que Somos), no hay nada que hacer más que reconocer eso, y para reconocerlo, hay que justo dejar hacer, permanecer Tranquilo, y dejar obrar lo que viene. El tiempo de la comprensión y de las explicaciones (incluso para nosotros, ahora) está realizado. Ya, desde numerosos meses, les hemos dado, progresivamente, durante nuestras venidas, para vivir momentos de Comunión, de Silencio y de Vibración: eso se volverá, para ustedes, cada vez más evidente, y nuestras palabras se volverán, efectivamente, durante esos momentos, cada vez más simples, cada vez menos complicadas y sobre todo, cada vez menos largas. No hay otra manera de vivir lo que Somos todos, en el Silencio de las palabras, en el Silencio de toda comprensión, y de toda explicación. Porque el Amor es de tal evidencia, que no hay posibilidad, cuando esta evidencia es vivida, de buscar otra cosa. Será siempre el ego que buscará una respuesta. Será siempre el mental que buscará apropiarse, comprender, agarrar. El Amor no puede ser agarrado, no puede más que atravesarnos, porque es lo que Somos. Detendré aquí lo que tenía para decirles, y dejaré a mi Hermana Estrella, THERESA, en algunos instantes, proseguir, y que les hablará, de darse al Amor. Si hay en ustedes algunas preguntas concernientes lo que vengo de expresar, los escucho.

No tenemos más preguntas, le agradecemos.

Yo les rindo Gracia por vuestra escucha, por vuestra recepción, y por vuestra Luz. Vivamos un momento de Gracia, por mi rol de Oficiante dentro del Manto Azul de la Gracia, permítanme, dentro de este espacio, comulgar a eso, en ustedes y con ustedes.

… Compartimos el Don de la Gracia…

Yo soy GEMA GALGANI. Los Amo, en Unidad. Les digo: hasta pronto.

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