por Daniel Jacob
Niños Demoníacos. Ese
sí que es un término con carga, ¿no? Si alguna vez fue el momento de hablar de
ellos, en todas esas “viejas formas familiares”, fue en el año 2006. Para ser
exactos, el 6 de junio de 2006. 6.6.6. Y, fiel a lo suyo, Hollywood emitió otro
asqueroso capítulo más de la vida de “Damián”. Engendro del Diablo. Hablamos un
poco acerca de los Chicos Demoníacos en la primera parte, pero hay mucho más
para decir. ¿Qué pasa con esos chicos, de todos modos? Cada familia parece
conocer a alguno, o tener alguno. “Lizzie Borden tomo un hacha y le dio 40
golpes a su madre. Cuando vio lo que había hecho, le dio 41 al padre.”
Nuestro Sistema del
Servicio Social está lleno de ellos. En los viejos tiempos, los llamábamos
“Ovejas Negras”. Salieron de la película “Poltergeist” en la que esa niñita es
arrebatada por espíritus curiosos, inquietos, atraídos por la “luz” que vieron
en ella. ¿Recuerdan la frase clave que dijo en esa película? “Ellos están aquí.” Luego de eso, se desató
el infierno. Después vino “Poltergeist 2” y la misma niña pequeña (solo un poco mayor
ahora) tuvo la oportunidad de darles un nuevo informe a Mami y Papi: “¡Ellos
volvieron!”
¿No es interesante?
Cuanta más lealtad le jura nuestro mundo a la “luz” (hablando en sentido moral)
más oscuras se vuelven las cosas. Que el cielo nos proteja si el Gobierno de
los EE.UU. decide declararle la
Guerra a la Oscuridad. Todo aquello a lo que le declaramos la
guerra de ese modo, tiende a multiplicarse. Hay una frase famosa que lo
explica: “Aquello a lo que nos resistimos, persiste.”
La palabra “Demonio”
tiene una derivación en Inglés Antiguo (entre otras): “Daimon”, que significa
“maestro o guía”. Pero son muy pocos los que se atreven a pensar en los
demonios como maestros o amigos. Cuando un espíritu colérico o rebelde brama
desde un niño, nuestro primer paso es tratar de controlar o contener la
energía. Le decimos al niño: “¿Qué tienes?” Después de todo, queremos ser
justos. Quizá esa oscuridad en particular no le pertenece al niño tampoco (ya
hemos determinado que no nos pertenece a nosotros). Quizá una “fuerza maligna”
lo atrapó a él o a ella o sus propósitos. Esa, por cierto, fue la actitud de apertura
para esa madre apesadumbrada en la
película de 1973 que es un clásico: “El Exorcista.”
¿Se acuerdan de ella?
¿De la pequeña Megan MacNeil? Buenos ÉSA ES una niña que no querrían que
durmiese en el mismo corredor que ustedes. Ella realmente sabe como “mecerse”
con la cosa negra. Su madre la llevaba a neurólogos, psiquiatras, consejeros e
incluso sacerdotes, administrándole tratamientos de shock, exorcismos, buscando
deshacerse de lo que fuese que ella vio trabajando en su hija. Todo para nada.
Nada puede detener la revelación de una idea cuando le llegó el momento.
EMERGENCIA (1)
Hablamos antes respecto
al uso paternal de la frase: “¿Qué tienes?”
Esa es una forma de encarar la apariencia de un Niño Diabólico. Algo
“ajeno” tiene que haber entrado y apoderado de ella. Luego de jugar con el
Tablero de la Ouija
en “El Exorcista”, la pequeña Megan comenzó a hacer toda clase de cosas
divertidas: arrojar sopa de arvejas, gritar frases sexuales pervertidas,
tocarse a sí misma de maneras locamente inapropiadas y, por supuesto (mi
favorita), desplazar muebles por la habitación con sólo mover la mano. ¡Hay
quienes clasificarían esto definitivamente como una Emergencia Espiritual!
¡Llamen al ejército!
Ahora hablemos de otra
forma de ver las cosas. Estoy hablando de lo que se ha denominado “La Mala Semilla ”, el
EMERGER de una energía en la vida de un
niño que no ha estado visible por una o más generaciones. Las vidas de los
niños muchas veces son representadas de modo que a los antiguos secretos de
familia se les permita reaparecer en ellas. En la novela de William March
mencionada arriba, la pequeña Rhonda, de 8 años de edad, comienza a exhibir el
mismo comportamiento asesino que se vio en su abuela, olvidada hace tiempo. La
diferencia entre la respuesta de la madre de Rhonda y Megan Macneil es muy
evidente. La primera encontrará sus repuestas al mirar internamente, RECORDANDO
y ACEPTANDO LA ENERGÍA ,
en tanto la otra simplemente se preocupaba por sacarle esa “cosa” a su hija
(fuera lo que fuera), para que pudiese volver a ser la de antes.
Uno de los propósitos
en la sociedad de un “Niño Demoníaco” es la interrupción de las cosas como
fueron siempre. Como dijimos antes, un Demonio es un maestro, un guía.
Fundamentalmente, ellos se preocupan de explorar por ahí en la sociedad,
buscando “resquicios” en nuestra armadura colectiva. Cuando encuentren una
abertura, explotarán la conexión hasta que la sociedad sea capaz de reparar el
daño en su Velo Colectivo, o integrar esa nueva energía para que se pueda
volver más fuerte, más expandida.
Otra forma de describir
al “Ángel de la Muerte ”
en nuestro mundo es la Ley
de Entropía. Ella afirma que “Sea lo que
sea que exista en un momento del tiempo, comenzará lenta y firmemente a irse al
infierno a menos que se haga un esfuerzo concertado para evitar que eso
ocurra.” Cuando algo deja de ser importante para alguien o para la sociedad en
la que vive, las personas se vuelven complacientes y displicentes. A medida que
esa condición se profundiza, el “Ángel de la Muerte ” comienza a avanzar para quebrar esa sociedad
en particular. Los Niños Demoníacos, cualquiera sea la forma que tomen, son
heraldos de una “visita” inminente de esa Fuerza de Entropía; Santos
Inquisidores para los que habitan la
Tierra , anunciándoles a todos los que quieran escuchar:
“¡Algo salió mal con nuestra Comunidad y nuestra Forma de Vida!”
CONTÁNDOLO TAL CUAL ES
Cualquiera que tenga
que vérselas con las personas jóvenes tiene su propia idea personal de lo que
constituye un “Niño Demoníaco”. Para algunos, son los que usan drogas: marihuana,
aceleradores, cocaína o heroína. Para otros, son los que se colocan maquillaje
gótico y visten ropas negras. Sin embargo, otros se entusiasman mucho cuando
esos chicos se niegan a comprometerse con la sociedad buscando un empleo
lucrativo, o aquellos que se rebelan contra el gobierno y condenan cualquier
guerra que esté ocurriendo en ese momento.
Todo lo que podríamos considerar “negativo” en este mundo existe por una
de dos razones. Ante todo, existe para servir como contraste a lo que sea que
consideremos “positivo”. ¿No es verdad
que el diamante brilla con todo su esplendor cuando se lo exhibe contra un
fondo negro? Lo mismo ocurre en la sociedad. Nunca tenemos en cuenta lo
maravilloso y poderoso que puede ser el sistema de leyes hasta que las rompen,
lo que lleva una rápida y apropiada ejecución para equilibrar y corregir la
situación.
En segundo lugar, la
negatividad existe para exhibir los “resquicios” en nuestra armadura colectiva
de la que ya les hablé, una cantidad de desigualdades y fachadas débiles que se
perpetúan en nombre de la “decencia pública” o la ley y el orden. Cuando se las
desafía, simplemente se caen, revelando una gran BRECHA entre quiénes decimos
que somos y cómo nos estamos comportando diariamente.
Las personas buscan permanecer
“sanas” porque saben que esa
“enfermedad” potencial los rodea por todas partes. Si bajan la guardia, la
enfermedad afluirá al interior, llevando el caos a sus cuerpos y haciendo
trizas el trabajo de su vida. De cierto modo, podríamos decir que las Fuerzas
Demoníacas son cruciales si la sociedad va a permanecer vital y fuerte. Por eso
nuestros gobiernos siguen declarándole la guerra a las cosas: Pobreza,
Ignorancia, Drogas, Terrorismo. Aprendieron
hace mucho que nada solidifica los lazos sociales como reunirse juntos
para luchar contra un “enemigo” común.
Los Niños Demoníacos
tienden a “contarlo tal cual es.” Si la escuela es aburrida, lo dicen. Si la
sociedad es laxa e hipócrita, lo toman y nos lo refriegan en la cara. Muchas
veces los odiamos por ello, pero aprendemos. Miren las lecciones de la Escuela Secundaria
Columbine. Todo ese asunto fue un espectáculo de horror, pero produjo más
cambios sociales que cualquier otro acontecimiento anterior o posterior.
Si nos negamos a
escuchar a estos chicos, ellos toman sobre sí las mismas cualidades que estamos
negando y se revisten de ellas para nosotros, sólo para poner de manifiesto su
punto de vista. Actualmente, muchos de esos niños ni siquiera se dan cuenta de
lo que están haciendo o por qué lo hacen. Sencillamente actúan por impulso,
mediante la inspiración de alguna voz interior que los incita a avanzar en su
“tarea” asignada.
VOCES, GRITANDO EN EL
DESIERTO
Hablemos de unas pocas
lecciones más que nos son traídas por los así llamados Niños Demoníacos.
TDAH (Trastorno de
Déficit de Atención Hiperactiva): El chico parece no poder sentarse quieto.
Siempre está corriendo de aquí para allá, gastando grandes cantidades de
energía que parecen fluir de alguna fuente desconocida. Hace que la vida de sus padres sea miserable,
es desobediente en la escuela y generalmente hace estragos dondequiera que
va. Estos chicos obligan a sus padres a
agotarse tratando de mantenerlos a raya o a SALIRSE DE SÍ, buscando ayuda en la
comunidad que los rodea.
Reconozcámoslo. Se
necesita una aldea para criar a un niño. La apariencia de “Demonio” en un
sector de la ciudad es una señal de peligro para todos. Debería ser un lugar de
concentración para todos también. Uno de los temas que se encaran en las
familias de niños con TDAH es el orgullo personal. Se necesita mucho valor para que las personas
busquen ayuda en la sociedad actual. Se necesita aún más para que la sociedad
finalmente despierte y escuche sus gritos y comience a actuar. En el CD de los
Niños de las Estrellas, hago la siguiente afirmación acerca de esta situación
en particular:
“Esa condición llamada
“TDAH” (Trastorno de Déficit de Atención Hiperactiva), un agente depresivo
importante en estos momentos para algunos Niños de las Estrellas, es
sencillamente una manifestación temprana de lo que vendrá, manifestado fuera de
época. Los “síntomas” de los niños con TDAH simplemente se corresponden con las
energías de sus padres, su entorno social inmediato o sus guardianes principales. Son reflejos del lado
de la sombra (temas internos reprimidos)
de los que tienen que vérselas con ellos, o de la sociedad como un todo. Una
sociedad que tiene niños que actúan sobre todo lo que les viene a la mente, es
un establecimiento que está “fracasando en actuar” en temas fundamentales que
gritan en sus propias mentes. ESE, de hecho, es el verdadero déficit de
atención. Medicar al niño sólo anula una lección importante. Compra tiempo para
lo establecido, pero ¿estamos utilizando ese tiempo para nuestra mayor
ventaja?”
La depresión mayor, el
trastorno bipolar: hay una gran población entre esos jóvenes que se llaman a sí
mismos “Vampiros”. Viven de noche, se visten de negro y se enfocan intensamente
en la muerte, la transformación y las cosas con las que se choca de noche. En
nuestra sociedad actual, la depresión clínica (2) ciertamente debe ser
considerada el “vampiro” actual. En sentido espiritual, la energía física se
relaciona con la sangre física que fluye por nuestras venas. Algo está chupando
la “sangre de vida” de las personas en la sociedad actual a juzgar por nuestras
estadísticas sobre la
Depresión , especialmente en los jóvenes.
La etiqueta más
reciente que se les está poniendo a los Niños (y Adultos) Demoníacos es “Trastorno Bipolar”. Abarca
todos los últimos estudios científicos de los que fueron descubiertos “siendo
raros” y los envuelve en un diagnóstico singular, que es tratable mediante el
uso de medicación. El único problema con esta forma de tratamiento es que los
pacientes siguen dejando de tomar los medicamentos. Cuando se les pregunta,
alegan “Esos malditos medicamentos me hacen sentir que no estoy vivo.”
La bipolaridad actual
es muy similar a la
Naturaleza Chamánica que se ve en varias sociedades
indígenas. Un Chamán es un “Hombre o Mujer Santo”, al que también se refieren
como “Curandero”. El pensamiento indígena acerca de Otro Mundo, el reino de los
Dioses, es que es un reino de UNIDAD. Los Dioses o espíritus son tanto
masculinos como femeninos en uno. Aunque un espíritu determinado se puede
manifestar ante un humano ya sea con carácter masculino o femenino, en su
núcleo tiene AMBOS géneros.
Esta idea de ser “Ambos
en Uno” es la esencia misma de lo que significa “Bipolar”. En mi opinión, nunca
llegaremos al fondo de la
Enfermedad Bipolar con sólo medicarla. Todo el argumento de
que esos medicamentos “compensan los químicos que faltan” en el cerebro de una
persona se desmoronan a la luz de la evidencia clínica. Si esas píldoras
realmente “compensasen” lo que le falta a alguien, ¿por qué iban a dejar de
tomarlas los pacientes? A decir verdad, ellos simplemente bloquean el acceso al
“otro” en una persona, para que pueda
volver a manifestar una naturaleza singular (separada). Sin embargo, luego de abatido el caos
inicial, el paciente comienza a sentir un “dolor fantasma” en su interior, un
recuerdo del PODER que una vez fluyó a través de él. Entonces, el ciclo vuelve
a comenzar.
Hay mucho más que decir
acerca del “Chamanismo” y el fenómeno de los “Niños Demoníacos” en la sociedad
actual. El mes que viene continuaremos con nuestra lista de las manifestaciones
que se observan en estos niños y luego discutiremos cuál podrá ser el propósito
real para que ellos estén apareciendo entre nosotros en este momento. Es una
investigación en marcha y sus comentarios y preguntas siempre son bienvenidos.
(1) Emergence-see (ver emerger)
(2) Ver Enfrentando la depresión
© 2007, Daniel Jacob
www.reconnections.net
daniel@reconnections.net
Publicado en
PlanetLightworker
Título en inglés:
Dealing with Spiritual Emergency . Part 3
Traducción: Susana
Peralta
Sitio oficial de Daniel
Jacob en español: www. Manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Te invito a visitar mi página web http://www.actiweb.es/numerologias/
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