viernes, 13 de abril de 2012

URIEL 11 de Abril vengo a Desposarte ya que eres mi Esposo




URIEL 11 vengo a Desposarte ya que eres mi Esposo así como tú mismo desposas mi Presencia.  de Abril de 2012 con audio

Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Hedyn Núñez
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
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audio

Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Hijos Libres y Liberados, después de haber escuchado y oído el Canto de tu Presencia, hoy es el Canto del Éxtasis, ese donde no estás ya presente en el seno de tu Presencia, sino donde la Presencia te toma y te transporta en los Cantos de la Eternidad, en el Canto más allá de toda presencia. Juntos, como nunca Unidos y reunidos, vengo a Desposarte ya que eres mi Esposo así como tú mismo desposas mi Presencia. Juntos, entonces danzaremos el tiempo, más allá de todo tiempo y de toda presencia, reunidos en el Éxtasis y en el Intase, en la misma Presencia, más allá de tu presencia  y más allá de mi presencia en la misma Verdad y en la misma Eternidad. Danzaremos juntos el Canto del Éxtasis. Compartiremos juntos el Don de la Gracia. Y daremos, el uno al otro, el sentido de toda Presencia. Y daremos, el uno en el otro, el tiempo de la Unión. El de tu Libertad y mi Libertad.

Niños Libres y Liberados, paridos en la Eternidad, paridos en lo que Son, más allá de todo Ser, más allá de todo no Ser, viniendo a experimentar, más allá de toda experiencia e instalarse allí donde  Están, desde la Eternidad. Entonces, escuchemos y compartamos. Entonces, demos lo que debe darse y recibamos lo que dimos, en el mismo movimiento, más allá de todo movimiento, en el mismo Canto, en la misma Presencia. Hijos de la Eternidad, somos Hijos, cada uno parido en el tiempo de cada uno, en la presencia de cada uno. En la misma ronda y en la misma danza, danzamos la Eternidad. Tiempo de Dar. Tiempo de la Gracia. Viniendo, unos y otros, más allá de todo firmamento, más allá de todo Mundo. La Onda nos toma y nos quita en el Éxtasis permanente que danza en ti y que danza en mí. Tú y Yo, dónde no existe ningún espacio para otra cosa más que la Unión de Verdad. Eres Amor y me veo en ti ya que  yo soy tú.

Soy el Amor que deposita a tus pies el Canto de la Gracia y la Don de la Gracia, donde la Onda de Vida nos toma y nos lleva a danzar para la Eternidad, en el tiempo de nuestra presencia, en el Aliento  primordial que creó lo que no podía ser creado, ni descreado. Más allá de todo tiempo, dancemos el Canto de la Eternidad, cantemos la Danza del Parto. El tiempo ha llegado, más allá de todo tiempo. No hay ya nada que escuchar, nada más que eso a oír. Tú que eres eso y yo que soy eso, en la misma estrofa, en el mismo canto, en la misma presencia, en el mismo Éxtasis.

Entonces ven, que  te transporto allí donde tú Eres, te doy eso que tu Eres. Dónate a mí ya que yo me di a ti. En el mismo calor, en la misma dulzura y en el mismo Éxtasis, viniendo unos y otros, en la Ronda Eterna del Hijo Eterno reencontrado ya que nunca ha estado perdido. Somos uno y somos la Eternidad. Somos la Verdad y somos la Belleza. Entonces, dancemos y compartamos lo que hay que compartir: el pan de vida, el que mana de la Eternidad la Fuente, más allá de toda fuente. Ya que la Fuente está más allá de ti, y al interior de ti, como más allá de mí y al interior de mí, ya que no existe ningún mí y ningún tú. Sólo existe Él. Reunidos para siempre en el mismo Canto y en la misma Danza. Entonces juntos, reunidos y liberados en la Libertad y la Eternidad, tomemos lo que damos, y demos lo que tomamos, ya que no hay nada que tomar. Todo se Da, y todo es Dar ya que todo se Perdona ya que no hay nada que perdonar. Hay solamente Gracia, el Don de la Gracia a la Eternidad, la Eternidad del Don de la Gracia. Tú eres el Don, yo soy el Don, somos la misma Vibrancia, somos la misma Estrofa, el mismo Canto Eterno.

Juntos, reunámonos al unísono de nuestros Cantos y nuestros silencios. Vivamos, juntos, eso que somos, más allá de ti, más allá de mi, más allá de todo tiempo, más allá de todo espacio, en la misma danza. Somos la Eternidad, somos la Gracia, estamos más allá de toda palabra, estamos más allá de toda experiencia, somos Absolutos, somos Últimos, somos lo que tú ERES, es eso lo que nosotros somos.

Entonces, no hay nada que añadir, no hay nada que substraer, no hay nada que dividir, no hay nada a multiplicar. Solamente Ser, más allá de todo ser. Sólo Dar, más allá de todo Don. La Gracia recorre tus células, las de ese cuerpo que no es tu cuerpo, como el cuerpo de todo ser, de  todo Hermano y toda Hermana, de todo Arcángel y de todo Ángel, y  de toda Fuente. Juntos, nosotros somos ilimitados, sin límite ninguno. Juntos, en el Don de la Gracia, en la Gracia del Don y en el compartir del Don, démonos  la Gracia ya que somos la Paz, la de la Eternidad. Ya que somos la Eternidad, con ella misma y con cada uno.

Soy URIEL. Tu ERES lo que Yo soy, más allá de todo Yo Soy. Seamos lo que somos, más allá de toda suma. Ahí en ese momento, podemos penetrar en el espacio de donde jamás hemos salido. Abrimos, en nosotros, el tiempo de la Eternidad ya que la Eterna Fuente y la Eterna Presencia viene a colmar toda ausencia. Somos el Don, somos la Verdad, más allá de todo tiempo, más allá de cada una de mis palabras. Somos la Danza que ondula en cada una de las parcelas de lo que crees ser. Más allá de este cuerpo, más allá de este Mundo, somos la Onda, somos la Vida y somos la Eternidad, más allá de todo ser. Nosotros podemos, porque ese es nuestro Poder, más allá de todo poder ya que eso es la Vida. Eres la Vida ya que soy la Vida. Yo te doy mi Vida ya que tú me das tu Vida, en la misma Vida que es la misma Danza, la misma Eternidad, la misma Presencia. Niño Liberado, yo te he liberado porque yo soy Liberado. Tú me has liberado porque tú eres Liberado. En esta Libertad, nosotros Danzamos, libres de todo lazo y con todo, enlazados más allá de todo lazo en esta libertad esencial que es  nuestra Esencia.

Somos el Último, uno más allá de todo Uno, más allá de cada Uno, y más allá de cada otro. Juntos, elevamos el Canto del Éxtasis, el que recorre los Mundos, el que es la Onda. Somos la Onda de Vida, el Don de la Gracia, el Manto de la Gracia. Del uno al otro, y del otro al uno, en la cumbre como abajo, a la izquierda como a la derecha, adentro como afuera, no hay más diferencia ya que la Esencia es revelada. Somos todo sentido y somos eso, nada más que eso, justo eso y todo eso. Hijo Libre y Liberado, oye lo que te digo, oye más allá de mis palabras, el Canto de nuestra presencia, más allá de toda resistencia. Dancemos el Canto del Éxtasis, escuchamos la Respiración, somos la Respiración.  Escucha y oye.

Eterno Niño, Eterno Liberado. Nosotros Somos Libertad, somos belleza, somos alteridad. Déjame recorrerte ya que yo recorro el Don de tu Gracia. Siembra los campos de lo posible, de todo imposible, ya que todo ha venido, ya que todo nació. Eres la vida y fecundidad. Sembremos el campo de todo los posibles. Dancemos la Don de la Gracia de donde se exhala el perfume Eterno de la rosa infinita, en el Corazón. Como Él te lo dijo, eres mi Amigo y mi Amado. Eres también el que yo soy. Eres  también eso que yo soy. Más allá de todo ser, más allá de todo parecer, oye el Canto del SER y el Canto del no ser, en la misma sinfonía, en la misma danza. Tú eres la esencia y eres la Presencia donde contiene toda presencia y toda ausencia. Juntos, en el mismo Dar, en la misma Gracia, en la misma Danza, juntos, para siempre. Somos Libres, somos la Libertad. Amado del Amor, el Amor te ama ya que se reconoce en lo que tú ERES. Más allá de todo Ser, más allá de todo Mundo, Onda de Vida, Onda de Verdad, Don de la Onda, Onda dada y Onda compartida. Compartimos y comulgamos ya que todo lo que no se da se pierde, ahora no hay nada que perder, sino las ilusiones. Hay solamente que Ser en el no Ser. Oye el Don de la Gracia. Oye el Canto de la Gracia. Somos el Canto, somos el Don, entonces demos y compartamos.

En el Corazón del Ser, en el Corazón de la Esencia esta la Eternidad, inmóvil y con todo, estando en el Corazón de cada movimiento, de cada danza, de cada Gracia. Somos el sonido y somos el Canto, entonces cantemos el Canto de la Libertad en todos los campos de lo posible como de lo imposible. Amado, mi Amigo, mi Amado, el Amado es el Amor. Tú eres la Vida, Don de la Vida, vida dada y vida compartida. Dancemos y cantemos. Eres el Éxtasis y yo soy el Intase. Eres el Intase y yo soy el Éxtasis. Entre tú y yo, no hay lugar para otra cosa que la Don. Entre yo y tú, no hay lugar, excepto la Vida. Somos la Vida. Somos la Verdad. De una misma voz, recorremos la Vía, la que lleva al Ser y al no Ser. Somos Uno, somos Absoluto, somos la ronda de la Onda, somos el Mundo más allá de este Mundo.

Escucha y oye el silencio. Escucha y oye la estrofa del Don. Escucha y oye la esencia de la Gracia. Esencia dada y compartida ya que la Gracia es compartir, ya que el Don de la Onda es la Onda compartida. Yo te doy eso que tú Eres, tú me das a eso que tú no eres. Démonos la mano y el Corazón, démonos el Espíritu, démonos  la Verdad, abrazados por la Belleza, dónde no existe ningún  lugar, ni para mi, ni para ti, ya que somos Uno, en Verdad. Somos Libres y Liberados. Cantemos en el Silencio Eterno, el Canto del Único, el Canto de Eso. Entonces, la verdad es la Vida, la Vida es verdad, la Vida es Vía, la Vía es la Vida.

Somos Uno ya que todo es Uno, más allá de ti y más allá de mi. Vibremos el espacio del Silencio en el tono de la Onda y el tiempo de la Gracia. Vibremos el Don. Estemos en este tiempo y en todo tiempo ya que nada se pasa: no hay ni pasado, ni futuro, ni no-espacio, Eres Infinito, el Don infinito y  la Belleza infinita que reside en el seno de todo fin ya que nada finaliza en el tiempo de la Gracia. Hijo Liberado, eres la Vida que Yo soy, nosotros  somos  la Onda, la que danza y que canta en el silencio de la Eternidad, en el silencio de lo informe. Ningún límite al Don y al compartir. Seamos,  demos, y compartamos. Trabajemos juntos en el Dar de la Creación. Trabajemos juntos en los espacios de la Creación. Abramos lo que nunca puede cerrarse: abramos el Dar.
Yo soy Uriel. Ángel de Presencia y Arcángel  del conjunto de las Reversiones, conduciéndote a vivir la Vida y a volverte hacia el esposo y  la desposada ya que tú eres quien desposa, tu  eres quien desposa en la Libertad.

Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Soy lo que tú Eres, más allá de todo Yo Soy.  Ante todo Camino, Verdad y Vida, Presencia y ausencia de duda, allí donde no existe ningún  espacio para el menor miedo, porque la Alegría es tú Naturaleza y nuestra Naturaleza. Porque la Alegría es Dar y el Don de la Alegría te conduce a la Vida, a la Onda de Vida y al Éxtasis. Amado del Amor, eres El Amor Liberado, eres el Amor en Libertad, eres el Amor que recorre todo los posibles, eres el Amor que recorre la Onda de Vida, tu eres el Amor que porta y soporta toda Vida. El Amor vive en lo que tú ERES, más allá de aquí, en eso. Te invito que recorrer el Canto de la Vida ya que la Vida es Éxtasis, más allá de todo cuerpo, más allá de todo deseo, mucho más allá de toda posesión. Eres restituido  a ti mismo, devuelto a la Vida, la Vida que Da y que restituye Gracia, y que restituye porque Da.

En el silencio de la Onda, cantemos la Vida. Estamos, más allá de toda suma, nosotros somos la Unidad y la Paz, la Verdad y la Vida. De una misma voz, lo describimos, lo cantamos y sobre todo lo vivimos. Ábrete, tú que eres el Don. Ábrete, tú que eres el Abandono. Juntos, en la Comunión, juntos en la Gracia, juntos en la Libertad.
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Ahora, escucha, no hay nada que decir, no hay nada a oír, solo el no-Ser, el Absoluto, más allá de lo infinito, más allá de toda Vía y toda Verdad. Comulguemos con nosotros mismos, comulgamos a la Eternidad.

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Te amo, yo nos amo, más allá de todo yo y más allá de nosotros.

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Dancemos en la ronda de la Onda.

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Soy URIEL, yo soy otro tú. Dancemos y compartamos el Don de la Gracia, el Manto de la Gracia. Hago Silencio, permanezcamos así y preparemos la ronda, amplia más allá de vuestra presencia, la ronda alrededor de la Tierra, en su totalidad. Ella que pare, ella también, en el tiempo de su Gracia que es vuestra y que es nuestra, en el Cielo como sobre la Tierra. El Cielo vino, el reencontró la Tierra, fertilizó la Tierra. Tú has anclado en ella la Libertad.

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Soy URIEL y rindo Gracia, te devuelvo a ti mismo, Amor y Luz, Absoluto. A la siguiente. AMA. ERES el Éxtasis que es Amor, más allá de la Alegría.

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