miércoles, 22 de febrero de 2012

MA ANANDA MOYI 18 febrero 2012 CON AUDIO




Original en francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
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Yo soy MA ANANDA MOYI. Muy queridas Hermanas y Hermanos en encarnación, aquí y allí en esta Tierra, vengo hacia vosotros, como María había anunciado, después de tres semanas de Efusión del Manto Azul de la Gracia (ndr: rubrica “Protocolos para practicar” o “Acompañamientos” del sitio).

Os transmito todo mi Amor. Doy Gracia por vuestra Presencia. Doy Gracia por nuestra Comunión. Vengo a expresar algunos elementos relativos al Manto Azul de la Gracia en cuanto a su constitución, a sus efectos, en cuanto a vuestra vivencia. No veáis el Manto de la Gracia únicamente como un velo de Luz, aunque las representaciones de diferentes iconografías  han revestido con ese Manto Azul, tanto a María como a ciertos Arcángeles o aun a Buda o en los Upanishads, a Krishna. Este atributo no es un simple Manto. Este atributo no es tampoco un simple velo de Luz sino más bien, de alguna forma, un adorno, un ornamento, que como una diadema viene a clausurar un Tiempo y viene a abrir otro Tiempo. El Manto Azul de la Gracia, individualizado y personalizado que os reviste, es el movimiento que a nivel de la Tierra, el amadísimo Juan o SRI AUROBINDO, hace casi un año,  llamó la Fusión de los Éteres. Y aquellos de vosotros que estáis más cercanos a vuestra Unidad, a vuestro Despertar total, habéis constatado quizá, los efectos de este adorno sobre el fin de la limitación, sobre el fin de la ilusión y sobre el acceso de vuestra Conciencia a estados profundamente diferentes. El Manto Azul de la Gracia, así llamado, es el espacio de la última Vibración y el tiempo de la última Vibración de la Conciencia que viene a clausurar el tiempo efímero, el tiempo de la ilusión. Ese Manto Azul tiene la particularidad y la virtud de haceros pasar (en conciencia de ahora en adelante) del tiempo de la acción/ reacción de la Dualidad a la Acción de Gracia de la Unidad. Ese Manto tiene efectos desde las capas más densas de vuestra Presencia sobre este mundo, hasta las capas desconocidas por encima del Sí, de lo Ilimitado, del Samadhi y del acceso a la Verdad. Los efectos son pues, múltiples pero como siempre, atributo de la Luz Una, Blanca, Vibral, ese Manto de la Gracia es muy simple cuando vivís los efectos. Así que, a través de mis palabras, os voy a dar una traducción pero esta traducción no es nada comparada a la vivencia de la Gracia. Esos efectos esperados y ya presentes para algunos de vosotros, están llamados (cada semana, cada día) a desplegarse, más y más en vosotros.

El Manto Azul de la Gracia viene de alguna forma, a realizar el despliegue de la Luz, el desvelamiento de la Unidad, el fin de las ilusiones sobre la Ilusión y el inicio de la verdad en la Verdad. Ciertamente, la Conciencia y todos los planos del ser que sois vosotros (desde las más densas y las más ilusorias hasta las últimas), participan de la misma ronda, de la misma Vibración, de la misma Gracia. Los tiempos de la Gracia que se abren son los Tiempos últimos. No es un fin, si no es para la personalidad y sus ilusiones. Es vuestro Despertar en las Moradas de la Gracia, en la Conciencia Turiya, en vuestra Eternidad. Es vivir la Libertad y la Autonomía, no esa ilusoria de la personalidad, sino la Autonomía y la Libertad del Absoluto que sois, de esta totalidad. Ese Manto Azul de la Gracia, en sus efectos Vibratorios y energéticos (incluso en los cuerpos densos), os abre (yo diría, de forma definitiva) a espacios mucho más allá de la Vibración, más allá de la Luz Blanca y de su percepción: os abre de hecho, a vuestra intimidad más clara, proporcionándoos vivir la experiencia, todas las experiencias que se os han aportado en estos últimos tiempos y explicado con palabras.

El Manto Azul de la Gracia es ante todo, un elemento de sanación. ¿Qué es lo que sana? Lo que sana, es lo que os hace creer en vosotros mismos, en este mundo. El Manto Azul de la Gracia viene a sanar las proyecciones de la  propia Conciencia y sobre todo viene a poner fin, de manera resolutoria, al aislamiento. Ella os va a hacer descubrir de manera intempestiva o de manera calma, lo Ilimitado, el Qué Sois. En esos espacios de lo Ilimitado, la palabra maestra es Amor, Éxtasis, Felicidad, Plenitud a un grado (si se puede hablar así) que muy pocos seres humanos encarnados, incluso entre los más realizados, tienen acceso. Porque en el acceso a este Absoluto (que se os ha prometido por el Manto Azul de la Gracia), hay también la clara percepción de todas las Dimensiones de lo Creado y de lo Increado, la clara percepción de la no separación y de la no separatividad de la Luz. Exactamente al revés, a la inversa incluso, de lo que existe cuando los velos del olvido y de la ignorancia os recubren y nos recubren, en encarnación. Las leyes que se aplican cuando sois o cuando seréis revestidos del Manto Azul de la Gracia, no serán en absoluto las mismas. El Manto Azul de la Gracia confiere efectivamente, la posibilidad para la Conciencia, de ser realmente Libre, de no depender de una condición, sea la que sea, ya fuera kármica, ya fuera impuesta por vuestras Creencias o por la sociedad.

Ese Manto Azul de la Gracia es portado por tres Estrellas concretas: por MARÍA, por GEMMA (ndr: GEMMA GALGANI) y por mí misma. En tanto que Estrella ligada al Fuego, el Manto Azul de la Gracia es efectivamente un Fuego, un Fuego devorador que quema todas vuestras Creencias, vuestras ilusiones y también vuestras esperanzas o desesperanzas, a fin de haceros penetrar este espacio de Gracia de la Conciencia Turiya que yo he ilustrado durante mi vida, en muchas ocasiones. La Luz, por ese Manto Azul de la Gracia, os invita a danzar en la Luz, a danzar en el Sol, a danzar con vuestros Hermanos y Hermanas que estén ya revestidos del Manto Azul de la Gracia, concurriendo también a poner fin (de manera cada vez más evidente, incluso en la conciencia aun limitada) al velo de la separación. Todo lo que es ilusorio, como yo decía, será quemado, consumido por el Amor, porque el Amor es un Fuego devorador que permite estableceros en vuestra propia Felicidad en vuestro propio Éxtasis, en vuestro propio júbilo, continuo y permanente, como si estuvierais en Fusión con vosotros mismos, con la Fuente, como si no hubiera más espacio para algún vacío, alguna aprensión, alguna duda. Un espacio en la Gracia donde todo es certeza, todo es evidencia y donde todo es (realmente, concretamente y prácticamente) Simple. El Manto Azul de la Gracia, si os reviste, os permite pasar esta etapa de este mundo, muy particular, poniéndoos de alguna forma, en otra Conciencia que la de la persona que creéis ser, que los diferentes esquemas de funcionamiento que han sido construidos (por miedo, por ignorancia, por falta de lucidez). El Manto Azul de la Gracia también, concurre a reforzar la Simplicidad. Es de alguna forma, el último atributo que permite pasar la  Puerta Estrecha, sin desorden, sin aflicción sino con la más grande de las certezas, con una Fe Absoluta. El manto Azul de la Gracia viene a quemar todo lo que es ilusorio. Viene a disolver los elementos que quedarían aun inscritos en cualquier karma que perteneciera a la personalidad o a la humanidad.

Ese Manto Azul de la Gracia pone fin al aislamiento. Os permite realmente a vuestra manera, Comulgar y comunicar con las otras Dimensiones, de Hermanos a Hermanos, de Hermanos a Hermanas, de Hermanas a Hermanos, en toda Libertad, de vivir el Éxtasis de la Comunión más allá de las máscaras de la personalidad, más allá de los conflictos. La Gracia os hace Libres, os restituye a vosotros mismos y os permite liberaros de todas las limitaciones de este mundo, en Verdad y en totalidad. Ser revestido del Manto de la Gracia es hacerse Cristo, es hacerse el Absoluto, es salir de las encrucijadas y problemas de toda personalidad. Es también el medio de realizar vuestra elección Vibratoria, de realizar vuestra Revelación, de realizar lo que sois, en la Eternidad y no en lo efímero. Entonces, el Manto Azul de la Gracia, cuando está instalado, más allá de la Paz, del Amor, de la Alegría, confiere esta Felicidad total que nada puede alterar. No es una desconexión de este mundo (puesto que habéis jugado vuestro rol de Anclas y Sembradores de Luz) sino una Transfiguración de este mundo y de vuestro mundo. Esta Transfiguración es el último ornamento que os conduce a vuestra Resurrección, a fin de que esta Resurrección se haga sin que lo que es limitado en vosotros, pueda interferir de alguna manera. El Manto Azul de la Gracia establece de manera definitiva, el Abandono a la Luz, dándoos acceso a ese Fuego devorador del Amor que no es solamente Samadhi, que no es solamente Éxtasis sino que deviene Intasis, es decir júbilo absoluto y supremo del Ser que se establece en la Verdad. En este júbilo Interior absoluto, no hay ningún espacio para la más mínima duda: todo se hace certeza, todo se hace Absoluto. Entonces, el filtro de la mente (aun presente, a causa de vuestra encarnación, cualquiera que sea vuestro acceso a esta Gracia) va a intentar encontrar las imágenes o las correlaciones pero os daréis cuenta muy rápido que no puede existir y que las imágenes obtenidas o las correlaciones, incluso supuestas, son muy sosas en relación a la experiencias de vuestra vivencia de la Gracia.

Y por cierto, la Gracia no os pide otra cosa que instalaros en Ella, para que, estando en encarnación, os convirtáis vosotros mismos en esta Gracia. Haciendo que encarnéis más allá de la Luz, la Conciencia total de Cristo, de la Luz Blanca, de la Luz Azul, de realizar en los cuatro pilares del Corazón, vuestra Presencia, ayudados, en Comunión por el Arcángel URIEL y por nosotros, las Estrellas que Vibramos en este Manto de la Gracia. El Fuego que sentís, o que vais a sentir, sea en vuestras noches, por la mañana al despertar o en diferentes lugares de vuestro cuerpo, en otros momentos, es la instalación del Manto Azul de la Gracia. Es ese Fuego el que pone fin a vuestra propia ilusión, a vuestras propias capas llamadas cuerpos groseros o ilusorios, a partir del más denso (ese cuerpo nutricio o cuerpo físico) hasta el más elevado (que fue llamado cuerpo causal). Quemáis pues, todo lo que debe ser quemado y es  un Fuego de Alegría porque es un Fuego de Reencuentros con vuestra Esencia y vuestra naturaleza, donde todo es Alegría, todo es Amor. Se os concede pues, como ha dicho el Comendador de los Ancianos (ndr: intervención de hoy de O.M. AIVANHOV), ser a la vez Mariposa siempre observando a la Oruga que erais. Esto, a fin de facilitar para vosotros, de alguna forma, por la Presencia de esta Gracia, la transición última hacia vuestra Eternidad, desdoblándoos de alguna forma, de todo lo que no es vosotros en esta Eternidad.

El Manto Azul de la Gracia en fin, os da la posibilidad de ser el Amor con cualquier otra cosa, con cualquier ser, desde el instante en que él mismo (ese otro ser) es también revestido del Manto de la Gracia. El Manto Azul de la Gracia os hace humildes y pacientes. Os hace salir real y concretamente, de la ilusión del tiempo: incluso si estáis sometidos por este cuerpo, al tiempo, vuestra Conciencia lo será cada vez menos, haciendo que viváis los espacios de Conciencia continua donde no hay más espacio para el sueño, más tiempo para otra cosa que la Verdad. Así que ciertamente, esto puede conducir a reajustes de vuestros ritmos de sueño, de vuestras percepciones Vibratorias de Fuego. Ese Fuego que os llena (y que se traduce a veces, por dolores en vuestro cuerpo) solo es la fase de ajuste a esta Verdad absoluta.

Comprenderéis claramente también, por vuestra experiencia, que el Manto Azul de la Gracia viene de manera totalmente resolutoria y final, a poner fin a su manera, a todo lo que molesta y se opone a vuestro acceso (final y definitivo) a ese Absoluto que sois. No hay nada que hacer. Solamente hay que vivir la experiencia. No hay nada que pesar o sopesar. No hay nada que rechazar. Solamente acoger, todavía más, el poder de este Fuego, el poder del Amor, el poder de la Felicidad. Este poder que no debe espantaros y que no os espanta. Solamente tenéis que dejar Ser, dejar hacer y la Gracia será vuestra Morada Eterna (incluso aquí, en este mundo). Vosotros vivís lo que se ha llamado Deslocalización de vuestra Conciencia. Vuestra Conciencia pura, independientemente de todo cuerpo, podrá ir a todos los espacios ilimitados de la Creación y de la Increación, a partir de la Fuente hasta la partícula más elemental de esta Creación. Todo esto lleva por supuesto, en la medida de vuestras experiencias, a reforzar esta Gracia. El Manto Azul de la Gracia allanará, como por milagro, todos los elementos que pueden estar situados en vuestro camino y oponerse a vuestra ruta. No hay nada que desear, porque la Gracia la Luz y el Amor, se pone en acción por sí misma. Muchos de vosotros se reconocerán y volverán a contactar (más allá de un contacto carnal, físico, sensorial u otro) sino directamente de Espíritu a Espíritu, en el mismo Espíritu y en la misma Comunión, llevándoos a vivir esta Disolución, que pone fin al miedo, que pone fin a toda aprensión, dándoos la certeza absoluta de quienes sois.

El Manto Azul de la Gracia, en fin, os da acceso a la totalidad de lo que nosotros en oriente, llamado Sidhis, es decir los poderes del alma, no para hacer uso sino para dejar a la Gracia obrar a través de vosotros, haciendo que lo que miráis, Interiormente o exteriormente, lo que alcanzáis o alcanzaréis (en los cuerpos o en el alma o en el Espíritu) será inmediatamente transformado, porque la Gracia es transformadora. Ella levanta el último velo de la separación, poniendo fin por tanto, a las separaciones Dimensionales, sobre la Tierra, poniendo fin a todas las capas aislantes de vuestros cuerpos como aquellos de la Tierra y de este sistema solar. Entonces, experimentaréis la Libertad total, lo Ilimitado más total, la Felicidad más total. Por supuesto, habrá pocas palabras en vuestro vocabulario para expresar esto y por cierto, desde el instante en que lo expreséis, notaréis que os alejaréis de ese estado de Felicidad. Mientras que si no le ponéis palabras, estaréis como yo lo estuve durante mi vida, saturados de Alegría, saturados de Luz, saturados de Felicidad. Esa es la única Verdad y esto se os da por la Gracia del Amor. No hay nada que hacer, repito. Cuanto más estéis en el Ser y en el no deseo, más realizaréis esto. Cuando lleguéis a distanciaros de lo que no es vosotros, de todo pensamiento, de todo deseo, de toda emoción, de toda atadura, entonces la Gracia estará ahí. No hay otro mecanismo que el de no ser más lo que creíais ser hasta el presente. Esta revelación es un don: porque os habéis dado vosotros mismos, a la Luz, entonces la Luz se da a lo que vosotros Sois. Vuestros espacios de Claridad, vuestros espacios de Samadhi, se harán cada vez más abrasadores, de un Fuego que consume, un Fuego de Amor. Entonces, en ese momento, recubiertos del Manto Azul de la Gracia, no tendréis ninguna aprensión, ningún miedo del Fuego. Os haréis Fuego. Os haréis ese Absoluto, esta Felicidad, de alguna forma, como un júbilo pero un júbilo que no cesa más, cualesquiera que sean las circunstancias exteriores de la vida. Esto no es un rechazo de la vida sin al contrario, la Transfiguración de la propia vida.

El Manto Azul de la Gracia es lo que viene a deconstruir en vosotros, las últimas capas, sean a nivel carnal o a nivel de lo que mantenía una integridad ilusoria de vuestro cuerpo, de vuestra persona, de vuestros vínculos, incluso afectivos, familiares u otros. No haréis más diferencias entre el ser amado y el enemigo porque comprenderéis que uno como otro no son más que ilusiones, puestas en el camino, que son transcendidas por el Manto Azul de la Gracia. Estaréis, si no lo estáis ya, maravillados por vuestros Reencuentros, por vuestros contactos, por vuestras Fusiones, Disoluciones, vuestras Comuniones, vuestras Deslocalizaciones, aunque vuestro cerebro, repito, a vuestro retorno, va a intentar camuflar esto con experiencias conocidas. Pero, en el fondo de vosotros, notaréis muy claramente que no es así. Entonces, en un primer momento y como siempre, cuando alguna cosa aparece de nuevo y vuelve a aparecer, puede haber instantes de confusión, de olvido total, o de obliteración total de la Conciencia. Pero no es grave porque cuanto menos cuestiones os planteéis y más dejéis que la experiencia se desarrolle, más la viviréis de manera cada vez más lúcida, repito, más y más clara.

En  ese momento, la alquimia del Abandono a la Luz se convertirá en una evidencia perfecta porque lo viviréis, no tendréis que plantearos la cuestión de cómo Abandonarse a la Luz, o qué hacer, o qué ser, porque os habréis convertido vosotros mismos en ese Abandono, esa Transparencia total. Por eso, hay que dejarse deconstruir, dejarse deconstruir totalmente, en todas las ilusiones, incluso esas de la personalidad, en todas vuestras funciones, (sociales, afectivas, familiares). Repito una vez más, no queremos decir que haga falta rechazar todo esto, pero vuestra mirada será totalmente nueva porque será iluminada desde el Interior, no sometida a cualquier ilusión, a cualquier atadura. Os haréis Libres y Autónomos. Os haréis Responsables y os convertiréis vosotros mismos en la Gracia. Y esta Gracia es activa en torno a vosotros, ella actuará sobre numerosas circunstancias. Por supuesto, tenemos todos nosotros, por nuestra experiencia (como vosotros tenéis todos, en esta encarnación) elementos de resistencia, fuera de vosotros. También por el contrario, comprenderéis y viviréis que no tenéis que juzgar estas resistencias sino que la Gracia actuará también sobre esas resistencias externas.

No tenéis que preocuparos de vuestros Hermanos y de vuestras Hermanas que rechacen esta Gracia que representa para ellos, quizá en el momento en que lo vivan, un drama porque marca efectivamente, el fin de la personalidad, el fin de las ilusiones. Y por supuesto, por miedo, muchos Hermanos y Hermanas desearán mantener un statu quo en sus ilusiones. Pero dejar obrar a la Gracia. No pidáis nada y no hagáis nada, contentaos con estar ahí. Si las circunstancias se vuelven quizá inclinadas hacia vuestra Conciencia, entonces recogeos y pacificaros, acoged aun más Gracia, porque esto también es una invitación a dejarse revestir totalmente, por el Manto de la Gracia. Constataréis muy fácilmente, cada vez más fácilmente (aunque algunos de vosotros aun, no hayáis vivido nada los tres primeros jueves) (ndr : ver la rúbrica « Acompañamientos » o Protocolos para practicar / Recepción del Manto Azul de la Gracia), a vuestro ritmo, que todo esto cambia, que hay en vosotros una fuerza que está en marcha, que es independiente de toda voluntad, de todo deseo y esta fuerza, tiene por nombre Amor, es Gracia y se hará (poco a poco o brutalmente) evidente. El Samadhi no será más una palabra vacía o una explicación sino una vivencia. Esta Comunión, esta Fusión, podéis vivirla con la Fuente, con un Ángel, con un Arcángel, con vosotros mismos y con cualquier Ser que encontréis o encontraréis en otros Planos porque es la naturaleza misma de la Gracia comunicarse, Comulgar y dialogar. No habrá más freno, más barrera, más límite, ligados al cuerpo, porque no seréis ya sometidos a la ilusión. Esto va a desplegarse cada día, cada semana en vosotros, desde el instante en que permanezcáis en esta Humildad, en esta Simplicidad, en esta Transparencia.

Así que vuestra Resurrección será, no ya una aspiración sino una Verdad. Seréis establecidos en la Eternidad, incluso si este cuerpo permanece aun presente en la superficie de este mundo. Comprenderéis porque lo viviréis, que no sois ni este cuerpo, ni esta persona. Esto no será una proyección más, sino la realidad que la Gracia os da y os daréis cuenta entonces que no estáis solos y que sois y seréis cada vez más a poder vivir esto y daros a la Gracia. En un momento dado, uno de los Ancianos os habló de daros la Paz unos a otros. Hoy, y en este tiempo que se despliega, último, Comulgaréis en la Gracia. Es otra octava de resonancia de Comunión, de Fusión y de Disolución y esto concurrirá a elevaros, cada vez más, a espacios de Deslocalización, llevándoos a reconectar y a revivir lo que olvidasteis, lo que separasteis, aunque no lo hayáis hecho vosotros. Este espacio de Gracia es un espacio de resolución, un espacio de reparación, de Resurrección, no busquéis poner el filtro de vuestra mente. Y además, constataréis que ya no podréis aplicar lo que sabéis, sobre lo que habéis vivido. Entonces la mente capitulará completamente. No podréis Ser más que esta experiencia y esta vivencia, y nada más.

El Manto Azul de la Gracia se manifiesta en vuestra capa más grosera (en este cuerpo físico y en el cuerpo etérico), por un Fuego devorador. Ese Fuego devorador puede tomaros a nivel del Corazón, a nivel de una de las Puertas, como a nivel de la espalda o la cabeza. Poco importa la zona en que la Gracia se despliegue, poco importa el lugar de este cuerpo que habitáis por donde la Gracia penetre, porque en definitiva, ella os revestirá totalmente, como un Manto de Gloria. Entonces seréis instalados en vuestra Eternidad. Podréis vivir esto solos, o solos con la multitud (tanto humanos, como no humanos) que ya estén revestidos de esta Gracia. Tendréis entonces la Libertad total de circular en esta Dimensión. No habitaréis solamente un cuerpo, sino que habitaréis el conjunto de este sistema solar. Habitaréis el conjunto de vuestros Hermanos y Hermanas. La compasión no será ya simplemente idealización de un deseo del alma sino una vivencia directa del Espíritu. Esto os hará aun más Humilde y más en Éxtasis, en Intasis, en Felicidad, en cada Reencuentro con vosotros mismos, con el otro. Más allá de este mundo, os convertiréis en la Felicidad Absoluta. Es de esta manera como actúa el Manto Azul de la Gracia. Ese Manto de Luz suprime, de alguna forma, los últimos velos y os devuelve al Absoluto. No podréis poner ya barreras entre vosotros y todo lo demás, porque os habréis  convertido en el resto. La compasión no será algo que buscar porque estaréis establecidos en esto. El Fuego invadirá y literalmente, os abrazará en este Amor.

Estáis llamados pues, a vivir esta Felicidad. Estáis llamados pues, a estableceros de manera cada vez más firme y formal en vuestra naturaleza ígnea, en vuestra Esencia. En estos espacios, comprenderéis muy rápido que no hay nada que demandar, nada más que emprender, que solo hay que vivirlo, porque vivir se basta a sí mismo y a ella misma. Ahora, vivir el Manto Azul de la Gracia, es también vivir la Unidad, vivir el estado Absoluto más allá de “Yo Soy” porque el “Yo Soy”, en ese momento, es superado, es transcendido. Desde el instante en que ya no sois el “Yo Soy UNO”, en que no sois más esta persona (no solamente) os convertís en el Absoluto. Entonces podéis vivir la Resurrección sin límite, sin barrera. Este cuerpo os aparecerá por lo que es, en Verdad. Vuestra vida misma os aparecerá por lo que es, en Verdad: una simple proyección del Absoluto en una parte finita que no tiene existencia propia, si no es en la propia proyección. Espacios cada vez más amplios se os ofrecerán, en vosotros mismos como en el todo. Tales son las acciones del Manto Azul de la Gracia que se posa en vuestros hombros y que viene a Transfiguraros y abrasaros en el Fuego del Amor.

Acordaros que cualquiera que sea la experiencia que os proporcione vivir la Gracia, no reflexionéis, no busquéis comprender lo que sea, porque la Gracia es la Gracia. Ella no es explicación, ella no es reivindicación y no es comunicable de otra forma que compartiendo. Por supuesto, no podréis compartirla con palabras ni gestos ni una mirada sino al estableceros vosotros mismos y cada uno en vuestra propia Eternidad. Constataréis también que desde el instante en que comencéis a vivir ese estado de Gracia, poco a poco o brutalmente, no tendréis necesidad ya, de alcanzar los momentos que se os proponen, porque podéis vosotros mismos proponeros esta Gracia, de manera instantánea e inmediata. Constataréis entonces que sois la fuente de vosotros mismos, la fuente de Fuego porque sois el Fuego, y en ese momento, podréis vivir realmente, ese estado de Éxtasis y de Intasis permanente, irreductible que aumenta y aumenta. No habrá ya límite a su expansión. No habrá ya límite a vuestra Presencia. He aquí, mis Hermanas y Hermanos, lo que tenía que daros como elementos muy simples, sobre el Manto Azul de la Gracia, sobre sus funciones, sobre su constitución misma. Permanezco aun un momento de vuestro tiempo a vuestra disposición. Si tenéis cuestiones complementarias en relación a lo que he dicho, y si puedo responder, responderé. Os escucho.

Pregunta: ¿cómo vivir esto en un contexto de vida de polución como el nuestro?

Hermana mía, mientras que creas que dependes de una calidad de agua, de una calidad de aire, de una calidad de mundo, la Gracia no puede penetrar. Mientras que creas ser dependiente de una circunstancia que no eres tú, de una carencia de lo que sea, o de una insuficiencia de lo que sea, esto no es más que una proyección de tu propia personalidad. La Gracia no es exterior, es Interior. La suma del Manto Azul de la Gracia se hace precisamente, cuando la Conciencia se hace lúcida sobre la Ilusión de este mundo y de su propia Presencia. Cuando tú realizas el Yo Soy, cuando tú te haces el Sí, ¿puede oponerse cualquiera de este mundo? No. Es un error de visión porque hay en ti todavía, una proyección hacia el exterior, considerando que es siempre el exterior el que se equivoca, que el exterior está alterado. La Gracia, el Sí, no tiene nada que hacer con el exterior, no tiene nada que hacer con las circunstancias de vida. Mientras que tú te apoyes en una perfección externa o un cambio exterior, el cambio Interior no puede realizarse. Es un déficit de visión. Hay que cambiar de punto de vista. Lo que tú eres, es totalmente independiente de este mundo. Lo que tú eres, es totalmente independiente de la calidad de los alimentos que tú ingieres. Lo que tú eres es totalmente independiente de las relaciones (afectivas, familiares, profesionales) que tú has establecido. Lo que tú eres, no tiene nada que ver con todo esto. Se trata pues, de una coartada creer que es necesario que las circunstancias exteriores sean diferentes. Justamente, y muy al contrario, para muchos Hermanos y Hermanas, es necesario que todas las circunstancias exteriores se vuelvan dramáticas y patéticas para que al fin, el ser acepte volverse hacia el Sí. No hay obstáculo exterior alguno, ni de edad, ni de karma, ni de condición. El único obstáculo es la persona y nadie más.

Pregunta: ¿podría explicar sobre la Intasis?

La Intasis. El Èxtasis y la Intasis son un par. El Éxtasis y sus diferentes Samadhis (se puede decir que son similares) son estados cada vez más pronunciados de inmersión en el Sí. En el Sí, en el “Yo Soy UNO” y más allá, hay aun una identificación posible a sí mismo, más allá del Yo. Esto corresponde a lo que se ha llamado hace poco tiempo, el Sí Luz y el Yo Sombra. Porque en el Éxtasis hay aun persistencia concomitante y simultánea, del Sí Luz y del Yo sombra, como decía ANAEL. Por el contrario, el mecanismo de pasaje por el Manto de la Gracia conduce a la Resurrección. En ese momento, el observador, el que mira, no es ni el Sí Luz ni el Yo Sombra: es el Absoluto. Entonces la Intasis es un júbilo permanente del Absoluto. Se ha dicho tanto en India como aquí, que lo que se podría llamar el Creador, la Fuente (o si no, de manera común, Dios, aunque ahora sabéis muchas cosas de Dios), solo es júbilo permanente. Vivir el júbilo permanente, es vivir la Intasis que está más allá de la última dicotomía entre el Sí Luz y el Yo Sombra. Es transcender y superar el Sí Luz y el Yo Sombra para hacerse la Esencia misma de la Creación, de la Criatura, del Creador y de lo Increado. Es decir el Amor y el Fuego. La Intasis es esto. Es como vivir un júbilo continuo y permanente. Está más allá del Samadhi, incluso el más elevado Vibratoriamente. Es el instante donde incluso el Yo Soy o Yo Soy UNO no existe ya. Es el instante en que el Yo Sombra o el Sí Luz no existen más, tampoco. Queda justo, de alguna forma, la Esencia Absoluta. Es la Inmanencia y la Impermanencia. Esto es la Intasis. Y el útil del Manto Azul de la Gracia os invita a esto, a esta Boda de Luz última.

Pregunta: ¿por qué llaman a Omraan Mikael Aivanhov, Comendador?

Querida Hermana, en los espacios intermedios, cualquiera que sea la Dimensión establecida (que solo son relevos, de alguna forma, de la Fuente), existe una ordenación. Esta ordenación se hace como siempre, en función de lo que se llaman los cuatro elementos o los cuatro Ángeles que rodean el Trono de la Fuente. Son los cuatro elementos denominados en esta Tierra: Aire, Fuego, Agua y Tierra. Existe un director de orquesta para los cuatro elementos, sea a nivel del átomo, a nivel del ADN, a nivel de la Fuente y a nivel de las Dimensiones. El que ordena es de alguna forma, un director de orquesta, es el que permite que la partitura se toque de la manera más pura y fiel. En ese sentido Omraan es Comendador de los Ancianos. Esta noción de Comendador no está ligada a una jerarquía, no está ligada a una obligación sino efectivamente, a más de lo que yo llamaría un director de orquesta que vela para que todas las partituras se toquen. Él no toca partitura: es el Éter, es el Fuego del Éter y el Fuego del Espíritu. En toda Dimensión (incluso en este mundo, a pesar de la falsificación), todo obedece a las mismas reglas, al mismo ordenamiento. He aquí la expresión Comendador pero se le podría haber llamado director de orquesta. No son más que denominaciones. Pero, no es la palabra lo que es importante, sino la función. El Comendador es pues el que vela, por su Presencia, para que las partituras se toquen. No da órdenes. Es de alguna forma, un catalizador. De igual forma que cuando vosotros aquí, vivís el Manto Azul de la Gracia, (más allá de vuestra función de Sembrador y Ancla de Luz), os hacéis la Gracia encarnada pero no podéis decir que sois vosotros que dais la Gracia o que dais lo que sea, por cierto. Vosotros sois simplemente el que Es.

No tenemos más cuestiones, os damos las gracias.

Mis muy amadas Hermanas y Hermanos encarnados, me retiro por algún tiempo. Volveré al final de la intervención de GEMMA GALGANI que me sigue, para vivir en este espacio donde nos hemos reunido, la Presencia de la Gracia y el Descenso o Elevación del Manto Azul de la Gracia. Esperando, permitidme acogeros en mi Presencia, en mi Corazón y en vuestro Corazón, en Amor y en Fuego.

…Efusión Vibratoria/ Comunión…

Hasta dentro de un instante.

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